Este hombre luchó con los sandinistas, ahora acusa a Daniel Ortega de mandar a matar a su hijo

El hijo de Álvaro Gómez es una de las más de 30 víctimas que ha dejado la represión a las protestas en Nicaragua. Para él, que perdió una pierna en la montaña con el ejército sandinista y conoce la guerra, el asesinato de su hijo, desarmado, frente a los antimotines y las turbas sandinistas fue una lucha desigual.

Lorena Arroyo
Por:
Lorena Arroyo.
Álvaro Antonio Gómez es el padre de una de las víctimas mortales de la represión a las protestas de Nicaragua. Álvaro Alberto Gómez tenía de 24 años.
Video Perdió su pierna luchando con los sandinistas, ahora les acusa de matar a su hijo

MONIMBÓ, Nicaragua.- La mañana del pasado domingo, Álvaro Gómez se despertó con la que es probablemente la noticia más dura de su vida. Su hijo Álvaro Alberto, de 23 años, había muerto tras recibir un disparo en el pecho en medio de las protestas en contra del presidente Daniel Ortega y de su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo, que en la última semana han agitado Nicaragua.

Para este profesor de matemáticas de 48 años del barrio indígena de Monimbó, en el departamento de Masaya, al dolor natural de perder un hijo se le suma que los responsables de su muerte fueron sus compañeros de lucha durante la revolución sandinista, un movimiento que Ortega lideró como uno de los nueve comandantes que derrocaron al dictador Anastasio Somoza en 1979.

PUBLICIDAD

"La bala que mató a mi hijo no sé de dónde salió, pero sí salió de manos de ellos: de la policía o de la Juventud Sandinista", afirma el profesor Gómez. "Yo soy sandinista, pero no soy simpatizante de la familia Ortega-Murillo y, la verdad, me siento dolido por haber perdido a mi hijo. Me lo asesinaron a mi hijo. Fue un cruel asesinato, me lo golpearon".

Según Gómez, su hijo, un estudiante de cuarto año de finanzas de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN) y empleado de una empresa de la zona franca de Masaya, estaba apoyando a los jubilados del barrio de Monimbó en la protesta por la reforma impositiva de la Seguridad Social cuando le alcanzó la bala en la madrugada del sábado.

Cuando unos periodistas le dieron la noticia de que su hijo había fallecido en la mañana del domingo, él no lo podía creer. "Yo no lo creía hasta que una tía me dijo que era cierto, que lo fue a ver en el hospital y que lo encontraron muerto. Lo mataron con un balazo en el pecho, unos dos centímetros arriba de la tetilla", explica en una sala austera de su casa, con un pequeño mueble, unas sillas y un pizarrón con ecuaciones de la última clase particular de matemáticas que impartió.

Ahora, el nombre de su hijo, Álvaro Alberto Gómez, figura en un cartelón pintado a mano que cuelga en una de las verjas del colegio salesiano Don Bosco de Masaya, donde hay un pequeño homenaje con velas a los caídos durante la represión a las protestas de la última semana que en su barrio, Monimbó, dejaron fuertes enfrentamientos con al menos cuatro muertos y decenas de detenidos, según los propios vecinos.

PUBLICIDAD

Un bastión sandinista que se rebela contra Ortega

De la crudeza de los choques da fe un carro del Ministerio de Salud completamente quemado en una de las calles principales de Masaya, poco antes de llegar a Monimbó, un barrio indígena que tradicionalmente ha sido un bastión sandinista y donde, durante la insurreción contra Somoza, cayó en combate el hermano menor de Daniel Ortega, Camilo, en 1978.

Los restos de un carro del Ministerio de Salud calcinado en las calles de Masaya.
Los restos de un carro del Ministerio de Salud calcinado en las calles de Masaya.
Imagen Lorena Arroyo


También dan fe de los choques los vecinos que no se acaban de creer que la policía haya recibido órdenes de disparar contra quienes se manifestaban por los derechos de los jubilados.

"Aquí jugaron con el hambre del pueblo. No es nada político. Es el pueblo, el pobre, el que va a sufrir con lo del INSS (Instituto Nacional de la Seguridad Social)", dice un joven que prefiere no identificarse, en referencia a la demanda que desató las protestas, un paquete de reformas a la seguridad social aprobado por el gobierno de Ortega para aumentar las cotizaciones de empresas y empleados y añadir un impuesto a los jubilados. El domingo, el presidente dio marcha atrás a las medidas, pero no ha logrado calmar el descontento de la población.

"Aquí todo estaba tranquilo y a quienes no estaban en la marcha nos vinieron a agredir a nuestras casas", explica el joven que define a su familia como "los más pobres del barrio".

Según su relato, los antimotines entraron el jueves pasado al patio de tierra de su casa porque algunos manifestantes se habían ido a esconder allí, lanzaron balas y bombas lacrimógenas y tuvieron que llevar a varios niños de la familia al hospital para que los atendieran porque no podían respirar tras inhalar el humo.

"Nosotros siempre hemos sido sandinistas pero no nos gustó. Vimos cómo sufrían nuestros hijos", dice el hombre y su abuela añade: "No sabemos ahorita (si seguimos siendo sandinistas) porque él (Daniel Ortega) mandó a la policía matar a la gente".

PUBLICIDAD

"Es una lucha desigual"

Por su parte, Álvaro Gomez tiene claro que aunque hayan matado a su hijo, él sigue siendo sandinista. "Sandinista, pero no un simpatizante de quienes dieron la orden de matar y quienes autorizaron eso", matiza. "Yo era un niño de 8 años cuando la insurrección (contra la dictadura de Somoza) aquí en Monimbó, cuando miraba cómo reprimían a mi pueblo y ahora estoy viendo que se repite la historia".

Álvaro Gómez recuerda a su hijo como rebelde pero trabajador.
Álvaro Gómez recuerda a su hijo como rebelde pero trabajador.
Imagen Cortesía de Álvaro Gómez/Univision


Para Gómez, que perdió una pierna en la montaña de la Piñuela cuando, con sólo 17 años, cumplía con el servicio militar en el ejército sandinista, el asesinato de su hijo frente a los antimotines y las turbas (grupos motorizados afines al gobierno que agredieron a la población en las protestas) fue una lucha desigual.

En los 80, "nosotros llevábamos un fusil y los que estaban en contra de nosotros, que eran la resistencia, también tenían un fusil. Ahora mi hijo llevaba un palo, llevaba una piedra, pero el que estaba en frente de mi hijo no estaba al igual que mi hijo, estaba con un fusil, con una pistola". afirma.

La muerte de su hijo también le hace lamentar los efectos de la batalla a la que se unió cuando era sólo un adolescente. "Yo a la lucha me enfrenté porque me decían que los Somoza eran los dueños de Nicaragua, los adinerados. Ahora en este país, los dueños de Nicaragua son la familia Ortega-Murillo (...) Aquí quienes figuran como empresarios son los hijos de Daniel Ortega y la Rosario Murillo".

Por eso, asegura que si tuviera a Daniel Ortega frente a él, le pediría que se compadezca por todos los muertos que ha dejado este conflicto.

PUBLICIDAD

"Si lo tuviera de frente le diría que yo era simpatizante de él, que yo lo respetaba a él pero ahora con lo que hizo con Rosario Murillo no tengo por qué respetar a nadie. Perdí a mi hijo, lo mataron mandado por ellos. La Rosario Murillo que no venga a decir que son delincuentes".

Una multitudinaria manifestación inundó las calles de Managua el 23 de abril. Activistas exigieron al gobierno de Daniel Ortega el fin de la represión. Departamento de Estado de EEUU ordenó la salida de militares y personal del estadounidense de Nicaragua.
Esta manifestación masiva resultó inédita en Nicaragua. Desde hace más de una década, cuando Ortega regresó al poder en 2007, ninguna protesta social había logrado disputarle el control de las calles al aparato oficial.
Algunos manifestantes enseñaron sus armas de fabricación casera con la que se enfrentan a la policía. El presidente Daniel Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, aseguran que los universitarios son “pandilleros y vándalos”.
Parte de la multitud también exigió rendir cuentas al gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo por la treintena de 
<b><a href="https://www.univision.com/noticias/america-latina/les-dije-soy-el-pueblo-y-se-me-tiraron-encima-suman-cuatro-muertos-y-decenas-de-heridos-al-tercer-dia-de-protestas-en-nicaragua">asesinados en estos disturbios</a></b> a manos de la Policía Nacional y las turbas sandinistas.
La crisis desatada en Nicaragua desde la semana pasada se complica con denuncias de “militarización” que hacen algunos manifestantes y el rechazo del empresariado nicaragüense a acudir al diálogo. En la fotografía, estudiantes pelean con agentes de la policía antidisturbios cerca del Colegio Técnico de Nicaragua durante protestas contra las reformas del gobierno en el Instituto de Seguridad Social (INSS) en Managua.
Existe una gran disparidad en la cifra de muertes ocasionadas por la violencia, que oficialmente es de 10 personas (más el periodista Angel Gahona, cuya muerte quedó registrada en vivo cuando hacía una transmisión en Facebook Live), pero que grupos de derechos humanos hablan de hasta 24 fallecidos hasta la noche del sábado. En la fotografía, estudiantes se enfrentan con agentes de la policía antidisturbios.
Según el recuento oficial, esta ola de protestas y la correspondiente represión de policía y grupos civiles armados ha dejado ya 
<b>once muertos</b>. Sin embargo, según la Iniciativa Nicaragüense de Defensores de Derechos Humanos y el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), 
<b>los fallecidos a primera hora de la tarde del sábado eran 24</b>. Las organizaciones independientes publicaron una lista con los nombres de las víctimas que, dijeron, remitirán a organismos internacionales de derechos humanos. En la fotografía, amigos y familiares lloran junto al ataúd de Álvaro Conrado (15), un estudiante de secundaria asesinado durante una protesta. 
<br>
<br>
<br>
Uno de los puntos más tensos ha sido la Universidad Politécnica de Nicaragua, en Managua, en cuyas instalaciones un grupo de jóvenes se mantiene atrincherado y rodeado por fuerzas antimotines. En la fotografía, estudiantes esperan a los agentes de la policía antidisturbios en una barricada.
En un comunicado difundido la noche del sábado el Ejército aseguró que “en el marco de las misiones establecidas en la Constitución y las leyes estamos brindando protección y seguridad a las entidades y objetivos estratégicos vitales para el funcionamiento del país”. En la fotografía, los nicaragüenses que viven en Costa Rica se manifiestan en apoyo a los nicaragüenses que protestan contra las reformas de pensiones del gobierno durante una vigilia en la Plaza de la Democracia en San José.
La última muerte de la que se tuvo conocimiento fue la de Ángel Eduardo Gahona, director del noticiero El Meridiano en Bluefields y corresponsal de Canal 6 de Managua, controlado por el oficialismo, quien murió producto de un disparo en la cabeza mientras cubría la protesta contra las reformas de la Seguridad Social en las inmediaciones del parque central de esa ciudad caribeña del sur del país.
En los últimos días, muchas personas han denunciado la “militarización” del control de las protestas, asegurando que los soldados han sido enviados a reforzar a las fuerzas de policía que se han visto desbordadas. En la fotografía, estudiantes se esconden de balas de goma de agentes antidisturbios.
En la mañana del domingo se veían grupos de personas llamando a mantener las movilizaciones contra la decisión del gobierno de introducir modificaciones en la Seguridad Social que, según sus críticos, implica mayores cotizaciones y menor cobertura. En la fotografía, los “árboles de la vida” son enormes estructuras metálicas con los que la vicepresidenta y primera dama Rosario Murillo ha decorado la capital de Nicaragua en los últimos años. En esta crisis se han convertido en objetivo de los manifestantes, aunque no es claro si tienen valor político o significado esotérico.
<br>
La aparición del presidente nicaragüense Daniel Ortega la tarde del sábado por primera vez desde que empezó la crisis no logró calmar los ánimos, en parte a que, pese a sus llamados al dialogo, el mandatario no se refirió a los muertos que ha dejado la ola de violencia, la mayoría de las cuales se le atribuye a la acción represiva de las fuerzas policiales. En la fotografía, estudiantes esperan a los agentes de la policía antidisturbios en una barricada cerca del Colegio Técnico de Nicaragua.
Ortega calificó a los manifestantes de “minorías” y los acusó de estar siendo manipulados por quienes buscan desestabilizar, reproduciendo la retórica que Murillo ha venido ofreciendo desde que estalló la crisis. En la fotografía, un estudiante se prepara para disparar con un arma casera a la policía antidisturbios.
Si bien las protestas comenzaron en rechazo a un paquete de reformas impositivas en el sistema de la seguridad social en un intento de sanear sus golpeadas finanzas, miles de manifestantes de todo el país han aprovechado la chispa que se prendió esta semana para mostrar su descontento con un gobierno de tintes autoritarios que lleva más de 10 años al frente del país y que en los últimos días ha sacado a la policía a reprimirlos. En la fotografía, estudiantes pelean con agentes de la policía antidisturbios.
Según dijo Ortega, “existen sectores políticos” que atentan contra la estabilidad del país promoviendo “estos hechos que no tienen nombre”. “Es cierto que hay jóvenes que llegan a protestar por lo que piensan es justo, pero también hay mucha manipulación en las redes sociales”, afirmó. En la fotografía, un hombre monta una bicicleta junto a neumáticos quemados cerca del Colegio Técnico de Nicaragua.
Medios locales informan que el ejército fue desplegado en Estelí, ciudad a 200 kilómetros de Managua que es uno de los focos de la protesta.
Las fuerzas antidisturbios emplearon bombas lacrimógenas y balas de hule de disolver los plantones pacíficos, y en algunos casos los manifestantes denunciaron el uso de armas de fuego.
Amnistía Internacional condenó la represión por parte del régimen Ortega. El organismo resaltó que los ataques del gobierno representan “un intento flagrante e inquietante” de restringir los derechos a la libertad de expresión y reunión pacífica.
El gobierno de Daniel Ortega asegura que está dispuesto a dialogar luego de varios
<a href="https://www.univision.com/noticias/america-latina/les-dije-soy-el-pueblo-y-se-me-tiraron-encima-suman-cuatro-muertos-y-decenas-de-heridos-al-tercer-dia-de-protestas-en-nicaragua?hootPostID=dd9730ff83de323dbbb0ea39eed2e0e1"> días de violentas manifestaciones</a>.
En su primera alocución pública, Murillo no hizo referencia a la brutal represión que han ejercido las fuerzas de orden público en contra de quienes protestan, ni a los ataques de miembros de la Juventud Sandinista (progobierno) que han salido a las calles para atacar a periodistas y manifestantes.
Los estudiantes de las universidades públicas lideran las protestas en Managua, lo que un hecho inusual bajo el gobierno Ortega-Murillo.
Miles de ciudadanos llevan varios días de 
<a href="https://www.univision.com/noticias/america-latina/al-menos-tres-muertos-tras-fuerte-represion-a-protestas-por-paquetazo-de-reformas-en-nicaragua">protesta contra el “paquetazo” de reformas a la Seguridad Social</a>, que elevan las tasas de pago a los trabajadores y empleadores e impone un impuesto del 5% a las pensiones para costear la atención médica de los jubilados.
Grupos oficialistas han agredido a los periodistas que cubrían las protestas. El fotoperiodista de la agencia Associated Press Alfredo Zuniga (en la foto) fue golpeado por un miembro de la juventud sandinista, resultó con una lesión en el cráneo y su cámara fue robada. Julio López, reportero del programa de radio Onda Local, fue trasladado de urgencia a un hospital de Managua al resultar herido de gravedad en la golpiza.
Testigos aseguran que los civiles represores son de la Juventud Sandinista, quienes viajan en motos con sus rostros ocultos detrás de cascos.
Darling Urbina protesta por el asesinato de su hijo Darwin Urbina, uno de los fallecidos en los disturbios. Urbina murió en un enfrentamiento con fuerzas afines al gobierno cerca de la Universidad Politécnica de Managua.
Ana Quiroz, activista de la Red de Mujeres contra la Violencia, fue herida por un grupo de enmascarados cuando protestaba contra la reforma a la Seguridad Social en Managua.
Un grupo de choque motorizado, identificado con el gobierno de Daniel Ortega, ha intervenido contra los manifestantes con palazos y pedradas. El lunes 16 de abril fueron anunciadas las reformas por Roberto López, presidente Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS).
El “paquetazo de reformas”, como le han llamado a la decisión gubernamental, también establece que los trabajadores deberán pagar 7% de su salario a la Seguridad Social.
La vicepresidenta y esposa del presidente Ortega, Rosario Murillo, condenó las muertes y las atribuyó a los propios manifestantes y calificó las acciones como “crímenes de odio”. Testigos y medios de comunicación han reportado que grupos civiles enmascarados afines al gobierno han agredido a los manifestantes.
1 / 30
Una multitudinaria manifestación inundó las calles de Managua el 23 de abril. Activistas exigieron al gobierno de Daniel Ortega el fin de la represión. Departamento de Estado de EEUU ordenó la salida de militares y personal del estadounidense de Nicaragua.
Imagen Getty Images
En alianza con
civicScienceLogo