La crisis de Venezuela dispara la cifra de hambrientos de Suramérica, según organismos internacionales

El país suramericano experimentó la mayor alza en subalimentación, al aportar 1.3 millones de los 1.5 millones de nuevas personas con hambre en Sudamérica entre 2014 y 2016 respecto del bienio previo, informaron la FAO y la OPS.

Por:
Univision y AP
En este hospital de Venezuela los médicos hacen lo imposible por evitar la muerte de los bebés que llegan con síntomas de desnutrición extrema. Las familias no tienen los recursos necesarios para alimentarlos.
Video Bebés que mueren de hambre, la desesperante realidad que viven decenas de familias en Venezuela

La crisis venezolana no sólo afecta a millones de personas en ese país sino que está lastrando los indicadores sociales de América del Sur donde el hambre creció de 5% a 5.6% el pasado año, según un informe conjunto de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura ( FAO) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

La cantidad de latinoamericanos y caribeños que padecen hambre aumentó 6% en 2016 respecto del año anterior para ubicarse en 42.5 millones de personas y la región tendrá problemas para cumplir su meta de erradicar el hambre en 2030 si continúa esta tendencia, se informó el martes.

Venezuela, que hace unos años cuando estaba gobernada por Hugo Chávez presumía de sus indicadores sociales, fue el país del continente que experimentó la mayor alza en subalimentación, al aportar 1.3 millones de los 1.5 millones de nuevas personas con hambre en Sudamérica entre 2014 y 2016 respecto del bienio previo.

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La nación caribeña -cuya economía habrá sufrido una abismal contracción acumulada de 44.6% entre 2014 y 2018 según el Fondo Monetario Internacional- fue uno de los seis países en los que aumentó la proporción de personas subalimentadas, mientras que otros 21 países la redujeron.

La fotografía contrasta mucho con el reporte de la FAO del año 2013 cuando el organismo felicitó a Venezuela por lograr reducir a la mitad el porcentaje y el número de personas con hambre o subnutrición, al mantener por debajo de 5% el porcentaje de personas con carencias de alimentación.

Irian (extremo izquierdo de la imagen, camisa gris) perdió su casa hace 11 años en el deslave del estado Vargas. Desde entonces ha vivido en media docena de refugios del gobierno y desde hace dos años, en la calle. Su esposa y sus dos hijos —de 6 y 3 años— viven con su suegra, en un apartamento de dos habitaciones que comparten con otras diez personas —cuatro adultos y dos niños—. Irian hace un poco de dinero recogiendo cartón y cada tarde le lleva a su familia las sobras que reúne en la basura. 
<b>"Hoy conseguí una masa y poco de jamón para que coman"</b>, dice.
Como Irian, unas 15 personas recogen comida todos los días en este contenedor de basura ubicado en la avenida Urdaneta de Caracas, 
<b>a pocas cuadras del palacio de Miraflores desde donde gobierna Nicolás Maduro</b>. 
<a href="http://www.univision.com/noticias/crisis-en-venezuela/no-eramos-ricos-pero-comiamos-asi-es-vivir-con-hambre-en-venezuela">El hambre se ha agudizado en el país</a> desde su ascenso al poder.
<b>"Hasta el presidente nos habrá visto y se hace la vista gorda. Este gobierno no ayuda a nadie"</b>, dice Edgar, de 19 años, subido al contenedor. En varias oportunidades se han detenido funcionarios del gobierno que los anotan en listas y les prometen una ayuda que nunca llega.
Julio, abrazado a Edgar, cuenta que 
<b>a este basurero llegan los desperdicios de una panadería </b>y que eso les hace más afortunados que otros que también viven de hurgar en la basura. "Cuando sale torta todo el mundo se cansa de comer torta. Salen sacos de cachitos, empanadas, pastelitos, sale burda de comida. ¿Malo? Malo es acostarse con hambre".
Todos los días, 
<b>al terminar la jornada, los hombres, mujeres y niños que viven a expensas de este contenedor se lavan la cara y los brazos con agua</b>, y limpian la basura de los alrededores. "Dejamos todo lo limpiecito para que los vecinos no nos saquen de aquí", comenta Irian.
Otro grupo de unas 20 personas se reúne en el basurero de la plaza El Venezolano, también ubicada en el centro de Caracas, a una cuadra de la sede de la Misión Negra Hipólita, el programa social creado por el chavismo para atender a las personas que viven en la calle. “Yo creo que esa gente se lleva esa comida para su casa. Tú ves a esa gente de la Misión Negra Hipólita y parecen todos unos cochinos: abombaos, culones, rosaditos”, dice uno de ellos. El gobierno alega que el dinero del más reciente boom petrolero fue a parar a la "inversión social", pero 
<a href="http://www.univision.com/noticias/america-latina/del-boom-petrolero-a-la-pobreza-extrema-a-donde-fue-el-dinero-de-venezuela">el aumento de la pobreza extrema refleja lo contrario</a>.
Vicente vivía en el estado andino de Mérida y hace año y medio emigró con su familia a Caracas en busca de trabajo, oportunidades. "Pero la cosa aquí está fea, esperaba encontrarla mejor", dice este joven de 25 años, mientras esculca las bolsas llenas de restos de pollo crudo. Desde hace unos meses 
<b>trabaja como obrero en contrucciones del gobierno</b>. "Pagan muy poquito, el sueldo no alcanza, y tengo cuatro muchachos que mantener".
Herminia Medina Villamizar vive en la calle y visita el mismo basurero desde hace año y medio: desde que un incendio arrasó su casa en el barrio de Las Adjuntas y mató a su esposo. "Quedé en la calle con mis cuatro hijos", cuenta Villamizar, de 34 años de edad. De los niños, solo uno va a la escuela y todos solían acompañar a la madre en sus requisas entre los desperdicios. 
<b>"Todos venían conmigo al basurero pero uno se enfermó con una infección en el estómago, <a href="http://www.univision.com/noticias/salud/a-los-medicos-venezolanos-les-quita-el-sueno-ejercer-en-medio-de-la-escasez-e-inseguridad">estuvo hospitalizado</a> y no lo traje más"</b>.
"Hoy revisé la basura y conseguí dos paquetes de chupetas y las repartí entre los compañeros míos", dice Villamizar, como si hubiese encontrado un tesoro. Las bolsas de basura apiladas en esta esquina de la Plaza El Venezolano, en el centro de Caracas, suelen provenir de una piñatería y de dos restaurantes cercanos. Y quienes comen de ellas las esperan con puntualidad: 
<b>"A las 5:30 (de la tarde) llegan las bolsas del restaurante chino"</b>.
Carlos Alberto Perdomo tiene 42 años, los cuatro últimos viviendo en la calle. Como tiene antecedentes penales por un robo hace 28 años, le cuesta conseguir un trabajo formal. Se gana la vida como "parquero": cuidando carros ajenos que estacionan en las calles de Caracas, donde los asaltos son comunes y frecuentes. El dinero de las propinas que recibe solo le alcanza para comprar un pan al día, después de hacer la fila respectiva. 
<b>El estómago lo llena con basura</b>. "Y esto no me gusta, pero qué voy a hacer. Esto ya se ha convertido como un vicio, sabes? Como una modalidad para subsistir, porque es mejor hacer esto que robar, ¿no crees tú?", dice Perdomo.
"Uno consigue desperdicios, pedazos de huesos baboseados de la gente, comida que botan en mal estado. Una la escoge y ve qué es lo que sirve para comer y así mismo me la como, a riesgo agarrar una amibiasis", agrega Perdomo. Ya se ha enfermado semanas enteras lo cual, 
<a href="http://www.univision.com/noticias/medicina-y-farmacia/asi-se-vive-la-escasez-dentro-de-una-farmacia-en-venezuela">en medio de la escasez de medicinas</a> y 
<a href="http://www.univision.com/noticias/salud/a-los-medicos-venezolanos-les-quita-el-sueno-ejercer-en-medio-de-la-escasez-e-inseguridad">la crisis del sistema público de salud</a>, añade un problema más a su situación. 
<b>"En los hospitales no te quieren atender, tiene que ser una emergencia muy grave, que llegues muriéndote para que te puedan atender"</b>, se queja.
Carlos Arévalo duerme desde hace tres años en la calle y cuando tiene dinero paga "una pensión de mala muerte" en el centro de Caracas. "Y mira lo que se me pegó a mí por estar durmiendo en pensiones. 
<b>Esto es escabiosis, sarna, y no hay medicinas"</b>, dice Arévalo, levantándose la camisa. Vivía con su madre en el barrio caraqueño de Pinto Salinas. Ella murió de cáncer. Él cayó en las drogas y acabó en la calle. Su único hermano se fue del país hace dos años y vive en Estados Unidos. "No tuvo mucho problema para irse porque tiene la nacionalidad española. Yo también la tengo, pero también tengo la mala vida. Por situaciones, por problemas personales".
"Yo vengo de vez en cuando, no todos los días", dice otro hombre de unos 50 años, avergonzado de que le vean en la tarea de hurgar entre los desperdicios como los demás.
<b>"Hoy encontré puro pellejo, para los perros</b>. Y yo lo que busco es comida cocida, eso es lo que yo como", dice el hombre cincuentón y se va.
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Irian (extremo izquierdo de la imagen, camisa gris) perdió su casa hace 11 años en el deslave del estado Vargas. Desde entonces ha vivido en media docena de refugios del gobierno y desde hace dos años, en la calle. Su esposa y sus dos hijos —de 6 y 3 años— viven con su suegra, en un apartamento de dos habitaciones que comparten con otras diez personas —cuatro adultos y dos niños—. Irian hace un poco de dinero recogiendo cartón y cada tarde le lleva a su familia las sobras que reúne en la basura. "Hoy conseguí una masa y poco de jamón para que coman", dice.
Imagen Cristian Hernández

Vamos por mal camino

Haití fue el país de la región con una mayor proporción de subalimentación, de casi la mitad de su población. Antigua y Barbuda, Bolivia y Granada presentaron tasas de al menos un quinto de sus respectivas poblaciones.

“Con el aumento del hambre es muy difícil que la región alcance el Objetivo de Desarrollo Sostenible 2 Hambre Cero”, dijo el representante regional de la FAO Julio Berdegué refiriéndose a los compromisos adquiridos en 2015 por los gobiernos de la región como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible fijados por la ONU.

Brasil, Cuba y Uruguay presentan una prevalencia de subalimentación inferior al 2,5%, mientras que Argentina, Barbados, Chile, México y Trinidad y Tobago están por debajo del 5%.

“Vamos por mal camino. La región ha dado un paso atrás importante en una lucha que venía ganando. No podemos tolerar los niveles actuales de hambre y la obesidad, ya que paralizará a toda una generación de latinoamericanos y caribeños”, advirtió Berdegué, citado en una nota de la OPS.

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El informe destacó que además de luchar para erradicar la deficiencia alimentaria los gobiernos de la región también necesitan concentrarse en el sobrepeso y la obesidad.

Todos los países del continente han incrementado sus tasas de obesidad en adultos entre 1980 y 2014 y en al menos 24 naciones los obesos superan el 20% de la población.

“En la actualidad es fácil encontrar hogares con un niño desnutrido y una madre con sobrepeso, o un niño con desnutrición crónica y sobrepeso o con una deficiencia de vitaminas y minerales”, afirmó la directora de la OPS, Carissa Etienne.


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