"Les dije 'soy el pueblo' y se me tiraron encima": suman cuatro muertos y decenas de heridos al tercer día de protestas en Nicaragua

Cuatro personas han muerto durante las manifestaciones en más de 15 ciudades del país para rechazar las reformas a la seguridad social impuestas por el presidente Daniel Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo.

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Por:
Wilfredo Miranda Aburto.
Por segundo día consecutivo, los nicaragüenses se manifiestan en las calles después de que se oficializó la reforma a la Seguridad Social a través de un decreto presidencial de Daniel Ortega, en el que reducirán las pensiones de los jubilados y aumentarán las cuotas a trabajadores y empleadores. Policías y fuerzas del sandinismo se unieron para reprimir a los manifestantes, la mayoría jóvenes y ancianos. También se han denunciado censuras a medios de comunicación.
Video Protestas y represión en Nicaragua: al menos un muerto tras la reforma a la Seguridad Social

MANAGUA, Nicaragua. - Las calles se han sublevado en Nicaragua contra el gobierno del presidente Daniel Ortega y su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo. Miles de ciudadanos llevan dos días de protesta contra el “paquetazo” de reformas a la Seguridad Social, que elevan las tasas de pago a los trabajadores y empleadores e impone un impuesto del 5% a las pensiones para costear la atención médica de los jubilados.

Las protestas, que comenzaron el miércoles en Managua y se esparcieron el jueves por al menos 15 ciudades, ya han dejado cuatro muertos, entre ellos un universitario, un activista del Frente Sandinista y un oficial, según informó la Policía Nacional.

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Los fallecidos son el estudiante Darwin Manuel Urbina, asesinado en la cercanía Universidad Politécnica (Upoli), en la capital. El oficial Jilton Manzanares, de 33 años, quien "fue asesinado con una escopeta" durante los disturbios, informó la Comisionada Mayor Vilma Rosa González. El otro muerto es Richard Pavón Bermúdez, supuesto activista del gobierno, quien cayó en la ciudad de Tipitapa. Y el último es un adolescente de 15 años, Álvaro Manuel Conrado Dávila, quien recibió un disparo en el cuello durante un enfrentamiento entre antimotines y universitarios y murió durante la cirugía, confirmó al diario La Prensa su madre Lizeth Dávila.

La vicepresidenta Rosario Murillo condenó las muertes y las atribuyó a los propios manifestantes. “Promueven estos actos tan terribles que parecen vampiros reclamando sangre para nutrir su agenda política, para alimentarse. Porque el vampiro se alimenta con sangre, cree que con eso logra avances en sus agendas políticas”, aseguró.

La también primera dama acusó a la población que protesta de que “sin pudor, sin vergüenza alguna trabajan porque quieren reinstalar la violencia como herramienta de esas mezquinas batallas”.

“Son crímenes de odio”, bramó Murillo y restó importancia a la represión de las fuerzas especiales y las turbas sandinistas.

Por su parte el presidente Ortega no ha dado la cara en público para referirse a los disturbios.


Este viernes, las ciudades son un polvorín en los principales departamentos del país y la represión por parte de las fuerzas especiales de la Policía Nacional en conjunto con las turbas sandinistas dejan ya decenas de heridos y golpeados. Uno de ellos es el estudiante Roberto Rizo, del quinto año de Zootecnia, quien perdió un ojo a causa de una bala de goma disparada por un antimotín.

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El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) contabilizó el primer día de protesta 25 heridos. Sin embargo, no ha consolidado aún una lista definitiva. “Estamos trabajando en cada una de nuestras filiales para ponerle nombre a cada víctima de este régimen para que no se olvide”, dijo Gonzalo Carrión, director jurídico del Cenidh, a Univisión Noticias.

La presidenta del Cenidh, la respetada defensora de derechos humanos Vilma Núñez, catalogó de “desproporcionada” el uso de la fuerza contra los manifestantes. “Esa fuerza deja a ver a Daniel Ortega como una bestia herida y las bestias heridas son peligrosas”, comparó.

Los estudiantes, la chispa que encendió las calles

Las protestas arrancaron en las universidades públicas de Managua, la capital. Estudiantes y jóvenes se autoconvocaron bajo la consigna #SOSInss, en referencia al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), cuyas finanzas se han deteriorado hasta el borde de la bancarrota durante la década que lleva gobernando la familia Ortega-Murillo, según expertos en la materia.

Que sean los estudiantes de las universidades públicas quienes lideren las protestas en Managua ha sido un hecho inusual bajo el gobierno Ortega-Murillo. El régimen se ha caracterizado por dominar a los recintos universitarios y por mantener sosegada a una población que no acostumbra a reclamar por sus derechos ante los abusos del poder. Las manifestaciones fueron replicadas rápidamente en más de 15 ciudades.

Las protestas se fueron propagando como pólvora durante el día en las ciudades de Rivas (al sur del país), Bluefields (en e Caribe sur), Camoapa (en el norte) y Granada, destino turístico en la que reinante bandera del Frente Sandinista fue arrancada por los manifestantes en la Plaza de los Leones.


“Los masayas ya perdimos el miedo”, resumió uno de los manifestantes este mediodía en la ciudad de Masaya, a unos 30 kilómetros al sureste de Managua, donde se registró una de las protestas más concurridas y reprimidas con más dureza por los antimotines.

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Managua fue una ciudad sitiada desde el amanecer. La Policía Nacional desplegó contingentes en cada plaza o lugar adonde los ciudadanos alzaran sus pancartas. Pese a que era un día laboral, la capital lució sin mucha actividad cotidiana, ya que muchos comercios decidieron cerrar por el ambiente tenso. La pública Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) canceló el jueves, pero los estudiantes llegaron al recinto a atrincherarse a modo de protesta.

Las fuerzas antidisturbios emplearon bombas lacrimógenas y balas de hule de disolver los plantones pacíficos, y en algunos casos los manifestantes denunciaron el uso de armas de fuego. Mientras, los estudiantes en Managua se defendieron con piedras y cócteles Molotov improvisados.

Univision Noticias estuvo en la UNI y presenció el enfrentamiento entre antimotines y los estudiantes. El cruce de hostilidades duró más de dos horas hasta que los antimotines lograron replegar a los jóvenes hacia el nuevo estadio nacional de béisbol. Algunos jóvenes socorrían a sus compañeros heridos mientras que los oficiales vapuleaban a quienes capturaban. Otras universidades, como la jesuita Universidad Centroamericana, cancelaron sus actividades este viernes.

“Ellos (los antimotines) se acercaron y les dije yo soy pueblo, pero se tiraron encima”, narró a Univisión Noticias Hilda Vaca, quien protestó en Managua. “Yo ya me voy a jubilar y coticé 1, 300 semanas y ahora me quieren robar. Le trabajé cinco años al Ministerio de Salud. No me pegaban horas extras ni nada y ahora me quieren robar mi pensión”, dijo la mujer, quien interrumpió la entrevista para socorrer a un joven que fue herido en la cabeza por los antimotines

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En otras piquetes ciudadanos hubo el mismo esquema de represión. Policías llegaban montados en motocicletas y detrás de ellos los antimotines armados con escudos y bombas listos para arremeter.

Las protestas y la represión siguieron hasta el anochecer del miércoles al mismo tiempo que el gobierno sandinista organizó una marcha y un concierto “por la paz” en el centro de Managua.

La vicepresidenta Rosario Murillo se refirió a los disturbios en su alocución diaria a través de los medios oficialistas. La también primera dama calificó a los ciudadanos autoconvocados en la calles como “grupos minúsculos”. “Esos minúsculos grupos que atentan contra la Paz y el Desarrollo con intereses y agendas políticas, egoístas, tóxicas, llenas de odio (sic)”, dijo.

Condena a la censura y la represión

El Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) emitió un comunicado en el que le recordó al gobierno de Ortega que “el derecho a la concentración, manifestación y movilización pública” es un derecho consignado en la Constitución Política. El sector privado, que toma decisiones económicas en consenso con el gobierno de Ortega, esta vez fue excluido de la decisión de reformar la Seguridad Social, quebrando la relación.

“¡No más represión en Nicaragua! Basta de violencia contra los jóvenes. ¡Policías, no agredan a los muchachos!”, clamó por su cuenta el obispo Silvio Báez, número dos de la iglesia católica en el país.

Tanto Báez como el sector privado criticaron la censura de la que fueron objetos seis canales de televisión (dos regionales) por parte del gobierno. El ente regulador de las telecomunicaciones —conocido como Telcor— sacó del aire a Canal 15 por transmitir en vivo la represión de los antimotines y las fuerzas de choque en su noticiero 100% Noticias.

Según Miguel Mora, propietario de 100% Noticias, el mismo director del ente regulador le comunicó la decisión. “Telcor nos orientaba que desistiéramos de informar cualquier tipo de protesta”, denunció el director y dueño de Canal 15.

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Los canales fueron sacados de la señal de cable, aunque horas después de las críticas Canal 12 (en el que se transmite los programas de Carlos Fernando Chamorro, el periodista más influyente del país) regresó al aire.

Amnistía Internacional condenó la represión por parte del régimen Ortega. El organismo resaltó que los ataques del gobierno representan “un intento flagrante e inquietante” de restringir los derechos a la libertad de expresión y reunión pacífica.

“Las autoridades nicaragüenses deben garantizar que las personas puede expresarse libremente sin temor de represalias”, instó Erika Guevara Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional. “El Estado debe poner un fin inmediato a todos actos de agresión en contra del público y la prensa, y realizar una investigación expedita, imparcial e independiente para llevar ante la justicia a todos los responsables de estos siniestros ataques”, añadió.

Una multitudinaria manifestación inundó las calles de Managua el 23 de abril. Activistas exigieron al gobierno de Daniel Ortega el fin de la represión. Departamento de Estado de EEUU ordenó la salida de militares y personal del estadounidense de Nicaragua.
Esta manifestación masiva resultó inédita en Nicaragua. Desde hace más de una década, cuando Ortega regresó al poder en 2007, ninguna protesta social había logrado disputarle el control de las calles al aparato oficial.
Algunos manifestantes enseñaron sus armas de fabricación casera con la que se enfrentan a la policía. El presidente Daniel Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, aseguran que los universitarios son “pandilleros y vándalos”.
Parte de la multitud también exigió rendir cuentas al gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo por la treintena de 
<b><a href="https://www.univision.com/noticias/america-latina/les-dije-soy-el-pueblo-y-se-me-tiraron-encima-suman-cuatro-muertos-y-decenas-de-heridos-al-tercer-dia-de-protestas-en-nicaragua">asesinados en estos disturbios</a></b> a manos de la Policía Nacional y las turbas sandinistas.
La crisis desatada en Nicaragua desde la semana pasada se complica con denuncias de “militarización” que hacen algunos manifestantes y el rechazo del empresariado nicaragüense a acudir al diálogo. En la fotografía, estudiantes pelean con agentes de la policía antidisturbios cerca del Colegio Técnico de Nicaragua durante protestas contra las reformas del gobierno en el Instituto de Seguridad Social (INSS) en Managua.
Existe una gran disparidad en la cifra de muertes ocasionadas por la violencia, que oficialmente es de 10 personas (más el periodista Angel Gahona, cuya muerte quedó registrada en vivo cuando hacía una transmisión en Facebook Live), pero que grupos de derechos humanos hablan de hasta 24 fallecidos hasta la noche del sábado. En la fotografía, estudiantes se enfrentan con agentes de la policía antidisturbios.
Según el recuento oficial, esta ola de protestas y la correspondiente represión de policía y grupos civiles armados ha dejado ya 
<b>once muertos</b>. Sin embargo, según la Iniciativa Nicaragüense de Defensores de Derechos Humanos y el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), 
<b>los fallecidos a primera hora de la tarde del sábado eran 24</b>. Las organizaciones independientes publicaron una lista con los nombres de las víctimas que, dijeron, remitirán a organismos internacionales de derechos humanos. En la fotografía, amigos y familiares lloran junto al ataúd de Álvaro Conrado (15), un estudiante de secundaria asesinado durante una protesta. 
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Uno de los puntos más tensos ha sido la Universidad Politécnica de Nicaragua, en Managua, en cuyas instalaciones un grupo de jóvenes se mantiene atrincherado y rodeado por fuerzas antimotines. En la fotografía, estudiantes esperan a los agentes de la policía antidisturbios en una barricada.
En un comunicado difundido la noche del sábado el Ejército aseguró que “en el marco de las misiones establecidas en la Constitución y las leyes estamos brindando protección y seguridad a las entidades y objetivos estratégicos vitales para el funcionamiento del país”. En la fotografía, los nicaragüenses que viven en Costa Rica se manifiestan en apoyo a los nicaragüenses que protestan contra las reformas de pensiones del gobierno durante una vigilia en la Plaza de la Democracia en San José.
La última muerte de la que se tuvo conocimiento fue la de Ángel Eduardo Gahona, director del noticiero El Meridiano en Bluefields y corresponsal de Canal 6 de Managua, controlado por el oficialismo, quien murió producto de un disparo en la cabeza mientras cubría la protesta contra las reformas de la Seguridad Social en las inmediaciones del parque central de esa ciudad caribeña del sur del país.
En los últimos días, muchas personas han denunciado la “militarización” del control de las protestas, asegurando que los soldados han sido enviados a reforzar a las fuerzas de policía que se han visto desbordadas. En la fotografía, estudiantes se esconden de balas de goma de agentes antidisturbios.
En la mañana del domingo se veían grupos de personas llamando a mantener las movilizaciones contra la decisión del gobierno de introducir modificaciones en la Seguridad Social que, según sus críticos, implica mayores cotizaciones y menor cobertura. En la fotografía, los “árboles de la vida” son enormes estructuras metálicas con los que la vicepresidenta y primera dama Rosario Murillo ha decorado la capital de Nicaragua en los últimos años. En esta crisis se han convertido en objetivo de los manifestantes, aunque no es claro si tienen valor político o significado esotérico.
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La aparición del presidente nicaragüense Daniel Ortega la tarde del sábado por primera vez desde que empezó la crisis no logró calmar los ánimos, en parte a que, pese a sus llamados al dialogo, el mandatario no se refirió a los muertos que ha dejado la ola de violencia, la mayoría de las cuales se le atribuye a la acción represiva de las fuerzas policiales. En la fotografía, estudiantes esperan a los agentes de la policía antidisturbios en una barricada cerca del Colegio Técnico de Nicaragua.
Ortega calificó a los manifestantes de “minorías” y los acusó de estar siendo manipulados por quienes buscan desestabilizar, reproduciendo la retórica que Murillo ha venido ofreciendo desde que estalló la crisis. En la fotografía, un estudiante se prepara para disparar con un arma casera a la policía antidisturbios.
Si bien las protestas comenzaron en rechazo a un paquete de reformas impositivas en el sistema de la seguridad social en un intento de sanear sus golpeadas finanzas, miles de manifestantes de todo el país han aprovechado la chispa que se prendió esta semana para mostrar su descontento con un gobierno de tintes autoritarios que lleva más de 10 años al frente del país y que en los últimos días ha sacado a la policía a reprimirlos. En la fotografía, estudiantes pelean con agentes de la policía antidisturbios.
Según dijo Ortega, “existen sectores políticos” que atentan contra la estabilidad del país promoviendo “estos hechos que no tienen nombre”. “Es cierto que hay jóvenes que llegan a protestar por lo que piensan es justo, pero también hay mucha manipulación en las redes sociales”, afirmó. En la fotografía, un hombre monta una bicicleta junto a neumáticos quemados cerca del Colegio Técnico de Nicaragua.
Medios locales informan que el ejército fue desplegado en Estelí, ciudad a 200 kilómetros de Managua que es uno de los focos de la protesta.
Las fuerzas antidisturbios emplearon bombas lacrimógenas y balas de hule de disolver los plantones pacíficos, y en algunos casos los manifestantes denunciaron el uso de armas de fuego.
Amnistía Internacional condenó la represión por parte del régimen Ortega. El organismo resaltó que los ataques del gobierno representan “un intento flagrante e inquietante” de restringir los derechos a la libertad de expresión y reunión pacífica.
El gobierno de Daniel Ortega asegura que está dispuesto a dialogar luego de varios
<a href="https://www.univision.com/noticias/america-latina/les-dije-soy-el-pueblo-y-se-me-tiraron-encima-suman-cuatro-muertos-y-decenas-de-heridos-al-tercer-dia-de-protestas-en-nicaragua?hootPostID=dd9730ff83de323dbbb0ea39eed2e0e1"> días de violentas manifestaciones</a>.
En su primera alocución pública, Murillo no hizo referencia a la brutal represión que han ejercido las fuerzas de orden público en contra de quienes protestan, ni a los ataques de miembros de la Juventud Sandinista (progobierno) que han salido a las calles para atacar a periodistas y manifestantes.
Los estudiantes de las universidades públicas lideran las protestas en Managua, lo que un hecho inusual bajo el gobierno Ortega-Murillo.
Miles de ciudadanos llevan varios días de 
<a href="https://www.univision.com/noticias/america-latina/al-menos-tres-muertos-tras-fuerte-represion-a-protestas-por-paquetazo-de-reformas-en-nicaragua">protesta contra el “paquetazo” de reformas a la Seguridad Social</a>, que elevan las tasas de pago a los trabajadores y empleadores e impone un impuesto del 5% a las pensiones para costear la atención médica de los jubilados.
Grupos oficialistas han agredido a los periodistas que cubrían las protestas. El fotoperiodista de la agencia Associated Press Alfredo Zuniga (en la foto) fue golpeado por un miembro de la juventud sandinista, resultó con una lesión en el cráneo y su cámara fue robada. Julio López, reportero del programa de radio Onda Local, fue trasladado de urgencia a un hospital de Managua al resultar herido de gravedad en la golpiza.
Testigos aseguran que los civiles represores son de la Juventud Sandinista, quienes viajan en motos con sus rostros ocultos detrás de cascos.
Darling Urbina protesta por el asesinato de su hijo Darwin Urbina, uno de los fallecidos en los disturbios. Urbina murió en un enfrentamiento con fuerzas afines al gobierno cerca de la Universidad Politécnica de Managua.
Ana Quiroz, activista de la Red de Mujeres contra la Violencia, fue herida por un grupo de enmascarados cuando protestaba contra la reforma a la Seguridad Social en Managua.
Un grupo de choque motorizado, identificado con el gobierno de Daniel Ortega, ha intervenido contra los manifestantes con palazos y pedradas. El lunes 16 de abril fueron anunciadas las reformas por Roberto López, presidente Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS).
El “paquetazo de reformas”, como le han llamado a la decisión gubernamental, también establece que los trabajadores deberán pagar 7% de su salario a la Seguridad Social.
La vicepresidenta y esposa del presidente Ortega, Rosario Murillo, condenó las muertes y las atribuyó a los propios manifestantes y calificó las acciones como “crímenes de odio”. Testigos y medios de comunicación han reportado que grupos civiles enmascarados afines al gobierno han agredido a los manifestantes.
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Una multitudinaria manifestación inundó las calles de Managua el 23 de abril. Activistas exigieron al gobierno de Daniel Ortega el fin de la represión. Departamento de Estado de EEUU ordenó la salida de militares y personal del estadounidense de Nicaragua.
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