Tras el feminicidio de una joven profesora en México, el gobierno ofrece 1 millón de pesos como recompensa para encontrar al culpable

El feminicidio de Jessica González Villaseñor desató una serie de protestas para exigir justicia y obligó al gobierno local a emitir este martes una alerta migratoria y ofrecer una recompensa de 1 millón de pesos para hallar al presunto responsable, identificado como Diego Urik Mañón Melgoza.

Por:
Univision
Según el Instituto de las Mujeres, los estados con mayor muertes de mujeres son Estado de México y Chihuahua.
Video Cifras récord de feminicidios en México

CIUDAD DE MÉXICO.- El feminicidio de Jessica González Villaseñor, una joven profesora de educación básica del estado mexicano de Michoacán, ha desatado una nueva serie de protestas para exigir justicia y obligado al gobierno local a emitir este martes una alerta migratoria y ofrecer una recompensa de 1 millón de pesos para hallar al presunto responsable, identificado como Diego Urik Mañón Melgoza.

El cuerpo de la joven, de 21 años fue hallado en una zona boscosa del sur de Morelia, capital de Michoacán, según informó el pasado viernes un equipo de investigadores de la Fiscalía General del Estado (FGE). Según los primeros exámenes practicados, Jessica presentaba heridas en diversas partes del cuerpo, principalmente en la cabeza y se presume que fue estrangulada. El caso ahora se investiga como feminicidio.

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El fiscal de Michoacán, Adrián López Solís, informó que la principal línea de investigación apunta a Diego Urik Mañón que se encuentra en calidad de prófugo y con quien fue vista por última vez en un centro comercial de Morelia.

El Instituto Nacional de Migración (INM) informó este lunes que impuso una alerta migratoria contra Diego, tras una solicitud de la Fiscalía de Michoacán para la identificación de su posible salida del país.

En un breve comunicado en Twitter, el INM indicó que la alerta se impuso ante las sospechas de que podría abandonar México.

Hoy la Fiscalía de Michoacán informó que ofrecen una recompensa de un millón de pesos a quienes aporten información fidedigna, útil y oportuna para la localización de Diego.

Las autoridades describieron al presunto responsable de 18 años con una estatura 1.80 metros, complexión delgada atlética, cara ovalada, cabello castaño claro ondulado, frente mediana, ceja poblada, ojo regular de iris café claro, nariz mediana de base recta, boca mediana de labios delgados.

Recientemente Jessica se había graduado como profesora de educación básica, pero a causa de los efectos de la pandemia de covid-19 impartía clases virtuales desde Morelia a un grupo de alumnos que le fue asignado, en el vecino estado de Guanajuato, centro de México.

Tres días desaparecida

Familiares y amigos de Jessica denunciaron la desaparición de la docente durante la noche del 21 de septiembre, tras perder comunicación con ella, por lo que la Fiscalía elaboró y difundió una célula de búsqueda del protocolo "Alerta Alba".

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La desaparición de la joven llevó a su familia a realizar diversas protestas en el Centro Histórico, así como a las afueras de la residencia oficial Casa de Gobierno, donde despacha el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles.

Investigadores de la FGE utilizaron binomios caninos y hasta un helicóptero para rastrear la zona boscosa sur de Morelia, última ubicación que marcó el localizador de su teléfono móvil.

De acuerdo con peritos del Servicio Médico Forense (Semefo), el cuerpo de Jessica presenta características que hacen suponer que fue asesinada horas después de su desaparición.

Colectivos feministas y organizaciones sociales protestaron en el Centro Histórico de Morelia, exigiendo justicia y amagando con radicalizar sus acciones en busca de que la Fiscalía esclarezca el crimen y detenga al o los presuntos responsables.

El gobernador y diversos políticos han publicado sus condolencias en sus cuentas de redes sociales, aunque miles de ciudadanos también han utilizado estos medios para sumarse a la exigencia de justicia para la joven.

En México se registraron 34,608 homicidios dolosos y 1,012 durante el 2019 y, según las cifras ofrecidas por autoridades de seguridad hace una semana, con datos aportados por las 32 fiscalías estatales, los feminicidios aumentaron de 74 en julio a 78 en agosto.

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Cuando a la hija de Irinea Buendía la mató su esposo en 2010, ella no sabía lo que significaba la palabra feminicidio. Aquel día, el policía con el que se había casado su hija llamó por teléfono y le dijo que su hija Mariana se había suicidado.
Pero Irinea nunca creyó la versión que le dio el marido de su hija ni vio ninguna prueba que demostrara que se había suicidado. Mariana era víctima de violencia de género y el día antes de su muerte, le había dicho a su madre que estaba decidida a empezar una nueva vida. Quería dejar a su esposo y volver a estudiar.
Por eso, empezó una larga batalla por la que buscó ayuda en organizaciones y estudió las leyes hasta llegar a la Suprema Corte de Justicia de México.
En su sentencia, la Suprema Corte reconoció que hubo omisiones y obstrucción de la justicia y pidió una nueva investigación del caso que determinó que Julio César Hernández Ballinas era responsable del asesinato de Mariana Lima.
"Sé que, aunque me pare de cabeza, nadie me va a devolver a mi hija con vida", reconoce Irinea. "Pero va a haber justicia porque Marianita sigue clamando y no nada más ella sino todas las mujeres asesinadas. Porque el único error que mi hija cometió fue haberse enamorado de un asesino".
Julio César está en la cárcel a la espera de una sentencia para saber cuántos años deberá pasar en prisión. Mientras, Irinea participa en un colectivo de madres de víctimas que también buscan justicia.
El de Irinea es un caso muy emblemático de México por dos razones principales: por haber sucedido en el Estado de México, que en los últimos años se ha colocado a la cabeza de la lista de feminicidios en el país, y porque el agresor es un policía judicial.
Por eso, la victoria de esta madre da esperanza a cientos de familias que esperan justicia.
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Cuando a la hija de Irinea Buendía la mató su esposo en 2010, ella no sabía lo que significaba la palabra feminicidio. Aquel día, el policía con el que se había casado su hija llamó por teléfono y le dijo que su hija Mariana se había suicidado.
Imagen Adriana Zehbrauskas
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