Una condena de 16 años reabre el duelo por el asesinato de la joven estadounidense que no volvió de su paseo en Costa Rica

La condena recae sobre el vigilante del pequeño hotel en el que Carla Stefaniak amanecería en el día de su cumpleaños, el 28 de noviembre de 2018 en el municipio San Antonio de Escazú, a 15 kilómetros de la capital San José.

Por:
Álvaro Murillo.
Familiares de Carla Stefaniak acudieron a la morgue el martes en la mañana
Familiares de Carla Stefaniak acudieron a la morgue el martes en la mañana
Imagen Carla Stefaniak

"Un sistema de justicia que dice que 16 años son suficientes… Es lamentable". Lo dijo con la voz rota Carlos Caicedo este lunes en Costa Rica, acabado el juicio por el asesinato de su hija Carla Stefaniak, la venezolana estadounidense que jamás pudo volver a Florida después del viaje en que celebraba su cumpleaños como una turista más en los parajes naturales de Costa Rica.

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La condena de 16 años de cárcel recae sobre el vigilante del pequeño hotel donde se Stefaniak amanecería en el día de su cumpleaños, el 28 de noviembre de 2018 en el municipio San Antonio de Escazú, a 15 kilómetros de la capital San José. A Bismark Espinoza Martínez, de nacionalidad nicaragüense, los jueces lo consideraron culpable del delito de homicidio simple, sin agravantes de robo o violencia sexual que justificaran una condena mayor a la dictada este lunes por el Tribunal Penal de Pavas.

Espinoza fue la única persona presente esa noche en el hotel Le Mas de Provence y, aunque aseguraba que la turista había salido el 28 de madrugada en un transporte privado hacia el aeropuerto Juan Santamaría, la verdad es que para ese momento ella ya estaba muerta y su cuerpo yacía en un predio medio boscoso en los alrededores del alojamiento. Lo dijo el juez al dictar la sentencia, mientras el señor Caicedo ya daba señales de insatisfacción por la pena que se queda muy corta ante el dolor de la familia y ante las expectativas de una condena de 50 años que se planteaba en la querella.

Los asistentes al servicio religioso se reunieron este sábado en Hallandale Beach para recordar la vida de la joven asesinada en noviembre de 2018 en Costa Rica cuando se encontraba de vacaciones. Las mesas del lugar estuvieron llenas de flores, fotos personales y recuerdos de la víctima.
Video Familiares y amigos de Carla Stefaniak realizaron una vigilia para honrar su memoria

“Es un sin sabor inmenso. Yo aspiraba a una verdadera justicia que sembrara un precedente. Una justicia que respetara a los turistas (…) 16 años me parece lamentable. Me queda un sin sabor, una frustración y un dolor que nadie me lo podrá quitar”, dijo el padre de Carlos a los medios de comunicación que cubrieron este juicio con especial interés por tratarse de una turista, parte de una actividad sensible para este país centroamericano famoso por sus encantos naturales.

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La indemnización quedó fijada en 30 millones de colones, poco más de $50 mil, una vigésima parte de las aspiraciones de la familia en su demanda particular, paralela a la acusación de la Fiscalía, que había solicitado 18 años de prisión. La sentencia se basa en los testimonios de personas que aseguran haberse enterado cuando Espinoza confesó a su esposa haber matado a la turista, aunque no hubo posibilidad de hallar el cuchillo que le causó las heridas mortales en el cuello.

Las verificaciones policiales del teléfono móvil de Carla permitieron a las autoridades confirmar que ella nunca salió del hotel. Sus amigas y familiares en Estados Unidos notaron la ausencia de publicaciones en las redes sociales donde ella solía publicar sus fotos, como las de los días previos en playas del Pacífico. El silencio era más sospechosos por tratarse de su cumpleaños. Su cuerpo fue hallado una semana después por perros entrenados en un predio a 100 metros de las habitaciones.

La policía judicial informó de inmediato que tenía sospechas sobre una agresión sexual, pero las pruebas no daban para ello al momento de la acusación. Sí daban para considerar sospechoso al vigilante, detenido desde diciembre del 2018 aunque siempre ha negado haber cometido el asesinato. Su abogado defensor dijo este lunes que esperará el fallo completo para apelarlo porque insiste en la ausencia de pruebas suficientes, mientras el abogado de la familia de Carla también ve posible apelar la sentencia, pero por exigua.

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El feminicidio de una mujer embarazada a manos de un inmigrante venezolano en Ibarra, en el norte del país andino, generó actos de rechazo a la comunidad venezolana en esa ciudad. El funeral de la víctima, Diana Carolina, se realizó el lunes en Ibarra.
Un coche fúnebre encabezó la marcha de los familiares por las calles de Ibarra. Este caso se suma a los 88 femicidios ocurridos en 2018.
Vecinos de Ibarra hicieron un altar en el lugar donde ocurrió el asesinato. En ese lugar, es común escuchar consignas en contra de los venezolanos, unos comentarios que han sido la tónica en esa ciudad andina desde que se produjo el crimen.
En la noche del lunes, un grupo de personas salieron a manifestarse en contra de los venezolanos, una protesta que fue contrarrestada por otra de quienes pedían respeto a los venezolanos. En la imagen, un hombre que abogaba "por la paz, en contra del machismo y la xenofobia" fue atacado en el lugar del homenaje a Diana Carolina.
Detalles como rosas rojas fueron dejadas en el lugar donde ocurrió el 
<b><a href="https://www.univision.com/noticias/america-latina/un-feminicidio-en-ecuador-desata-agresiones-insultos-y-persecucion-a-inmigrantes-venezolanos">crimen en el centro de la ciudad de Ibarra</a></b>, el mismo sitio donde la Policía intentó sin éxito reducir al asesino de la mujer a la que la tuvo como rehén durante 90 minutos.
Vecinos se agrupan para recorrer las calles de Ibarra 
<b><a href="https://www.univision.com/noticias/america-latina/venezolanos-en-ecuador-expresan-su-temor-a-una-caceria-humana-en-un-grupo-de-whatsapp">con el grito de "fuera venezolanos".</a></b> Es la segunda noche después del feminicidio que se autoconvocan estas marchas de rechazo al extranjero. Se estima que en Ecuador hay unos 250,000 venezolanos. La mayoría de ellos llegó huyendo de la profunda crisis de su país.
Aunque menor que el grupo que exigía la salida de los venezolanos, otro grupo pequeño se concentró para llamar a la paz en el mismo lugar. Algunas de estas personas se organizaron para entregar alimentos a los venezolanos en situación de calle. Son ejemplos de solidaridad que también se han dado, pero en menor medida.
La principal marcha, la de rechazo a los venezolanos, se dirigió a los sitios públicos donde solían pernoctar los venezolanos, pero ya no los encontraron. Muchos huyeron hacia Quito y otros se refugiaron con conocidos en la misma Ibarra.
Consignas como "si vienes a matar, te vamos a linchar" se escucharon durante la manifestación nocturna en Ibarra.
El miedo a salir a la calle tomó a la comunidad venezolana que reside en esa ciudad ecuatoriana. Muchos miraban el paso de la marcha a través de sus cortinas.
El feminicidio de Diana Carolina es el sexto en lo que va de año en Ecuador, según estima la organización no gubernamental Taller Comunicación Mujer. En 2018, hubo 88 feminicidios en el país.
La Policía acompaña a los manifestantes, ante el posible encuentro con venezolanos.
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El feminicidio de una mujer embarazada a manos de un inmigrante venezolano en Ibarra, en el norte del país andino, generó actos de rechazo a la comunidad venezolana en esa ciudad. El funeral de la víctima, Diana Carolina, se realizó el lunes en Ibarra.
Imagen Edu León
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