Los “mitos” migratorios de Estados Unidos

El mito más común es creer que el servicio de inmigración siempre tiene la razón. Es un mito que desanima a muchas personas, más de las que usted se imagina

Jorge Cancino
Por:
Jorge Cancino.
El peor de todos los mitos es pensar que el Servicio de Inmigración es perfecto y no se equivoca.
Video Los “mitos” migratorios de Estados Unidos

Tener una visa en el pasaporte garantiza la entrada a Estados Unidos, el matrimonio con un ciudadano estadounidense asegura la residencia inmediata y el servicio de inmigración nunca, jamás se equivoca. Estas y muchas otras creencias populares forman parte de un glosario de "mitos" sobre normas y leyes que regulan la entrada, el trabajo o la residencia en este país.

La inmigración legal a las tierras del Tío Sam siempre ha sido compleja, y lo es más a raíz de las medidas de seguridad adoptadas en la última década. El endurecimiento de leyes y la ignorancia popular dan pie a confusiones, preguntas y verdaderos mitos urbanos sobre el tema.

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Por ejemplo, la mayoría de los extranjeros que viene a Estados Unidos y realiza un trámite inmigratorio piensa que las gestiones demoran pocos días o unas cuantas semanas.

Hay trámites que pueden parecer sencillos, que tardan meses, y otros más de 10 años, como la espera de una residencia para el hermano de un mexicano naturalizado como ciudadano de Estados Unidos.

Pasaporte
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El peor de todos los mitos es pensar que el Servicio de Inmigración es perfecto y no se equivoca.
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Visa = ¿Entrada segura?

Tener una visa estampada en el pasaporte no garantiza la entrada a Estados Unidos, ni el tiempo de estadía por cada visita.

Aún si la visa está vigente, la decisión final de permitir el ingreso al país depende del agente que interrogue al viajero, incluso antes de abordar un vuelo con destino a Estados Unidos.

Ya en territorio estadounidense se realizan rigurosos chequeos en las ventanillas de inmigración de las fronteras y puertos y aeropuertos, y también ahí se le puede negar el ingreso a un extranjero portador de una visa válida.

Matrimonio con ciudadano

Casarse con un ciudadano de Estados Unidos no significa que el contrayente recibirá de inmediato la residencia permanente.

Los cónyuges extranjeros deben demostrar que el matrimonio es por amor y no por interés para obtener un estatus legal. La residencia permanente se obtiene después de dos años de probatoria, tras una entrevista en que se debe demostrar la validez de la relación.

Niños inmigrantes detenidos por la Patrulla Fronteriza en la frontera con México.
Niños inmigrantes detenidos por la Patrulla Fronteriza en la frontera con México.
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Peticiones de asilo

El hecho de vivir situaciones "difíciles" en su país de origen no quiere decir que Estados Unidos le concederá asilo de inmediato. Hay cinco causas para ganar una petición de asilo. Para obtenerlo hay que demostrar que existe un miedo de "persecución creíble" por cinco motivos específicos:

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  • Raza
  • Religión
  • Nacionalidad
  • Pertenecer a un grupo social específico
  • Opiniones políticas

En abril de 2005, tras la aprobación del Real ID Act (Ley de Identificación Verdadera), hubo un cambio significativo: todos los argumentos del miedo que exprese un peticionario de asilo debe demostrarlo con evidencias.
Un alto porcentaje de las peticiones de asilo es rechazado por falta de pruebas. Por ejemplo, la mayoría de los migrantes centroamericanos que entraron después del 1 de enero de 2014 y solicitaron protección al gobierno, perdieron sus casos. Y el 86% de ellos entre enero de 2014 y diciembre de 2015 no tuvieron acceso a representación legal.

Abogados consultados por Univision Noticias señalan que las pruebas para respaldar una petición de asilo deben ser firmes y contundentes, y aún así la decisión final es a discreción de los agentes o un juez de inmigración.
Si el caso de asilo se pierde, el extranjero tiene que salir del país. El fallo es inapelable y la corte emite una orden final de deportación.

Formulario de registro de entrada
Formulario de registro de entrada
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Visas comunes

Tener visa de turismo o negocios (B-1 o B-2), con una duración de 10 años estampada en el pasaporte no significa que el portador puede permanecer 10 años en Estados Unidos.

Con una visa B-1 o B-2 lo dejarán subirse al avión pero será un agente de inmigración en Estados Unidos quien le dirá si puede entrar, cuánto tiempo podrá permanecer y la fecha en que debe salir.

Antes de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 Estados Unidos permitía estadías hasta por seis meses, que se podían prorrogar. Pero después de esa fecha el tiempo de permanencia es menor y las prórrogas de estadía se conceden sólo en casos de emergencia. Cada caso es revisado individualmente.

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Los turistas no tienen permiso para trabajar en Estados Unidos. Quienes sí pueden hacerlo son aquellos a quienes sus visados se los permiten. Para averiguar si puede trabajar legalmente en Estados Unidos, llame gratis al número 1(800)375-5283.

Los profesionales que entran como turistas a Estados Unidos no pueden ejercer libremente. Deben, primero, consultar con un abogado de inmigración para que les aconseje qué hacer, cómo cambiar el estatus de permanencia legal y qué trámites iniciar para revalidar sus conocimientos.

Entradas y salidas

Los inmigrantes legales con trámite pendiente en el servicio de inmigración no pueden salir de Estados Unidos a su propia discreción, pues corren el riesgo de perder todos sus derechos de permanencia.

Para hacerlo con garantías deben pedir un permiso de reingreso a la Oficina de Ciudadanía y Servicios de Inmigración (USCIS). Pero antes deben siempre consultar con su abogado.

Y los permisos sólo se autorizan en ciertos casos tras cumplir una serie de requisitos. La gestión de un permiso de salida puede demorar entre 90 y 150 días, dependiendo del tipo de trámite pendiente.

Verificación de identidad
Verificación de identidad
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Inmigración sí se equivoca

El mito más común es creer que el servicio de inmigración siempre tiene la razón. Es un mito que desanima a muchas personas, millones de inmigrantes que han perdido valiosas oportunidades porque creen que el gobierno de Estados Unidos nunca, jamás se equivoca.

Pensar que inmigración siempre tiene la razón es lo mismo que aceptar el fracaso sin haber luchado por el triunfo, coinciden abogados consultados por Univision Noticias. Y agregan: "La ley de inmigración es compleja y frecuentemente los agentes la interpretan incorrectamente".

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¿Qué debe hacer si recibe un NO por parte del servicio de inmigración?:

  • Mantenga la calma
  • Busque ayuda de un abogado de inmigración (experto en el tema)
  • Si no tiene abogado, pida ayuda a un grupo de asistencia legal a inmigrantes en un centro comunitario
  • Pida al abogado del grupo de ayuda que verifique si hay algún error en su caso
  • Si hay error, apele el fallo
  • Para apelar usted tiene un plazo de 30 días. Apele antes que venza ese plazo
  • Las apelaciones se realizan por medio del Formulario I-290B y tiene un costo de $630 dólares
  • Recuerde en todo momento que el gobierno se equivoca. El peor de todos los mitos es pensar que el servicio de inmigración es perfecto. Es una agencia federal donde trabajan personas y las personas nos equivocamos.
  • Cuídese de las estafas de inmigración

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<b>Capítulo 5. Xenofobia y rebelión en Hungría.</b> La entrada a Hungría les dio esperanzas, pero pronto entendieron que las dificultades seguirían. Autoridades y civiles agredían sin sentido al grupo, que se preguntaba si sería lo mismo en Alemania. La llegada a Budapest convirtió la estación de tren en un campamento de refugiados, quienes al conocer que el gobierno suspendía los traslados en tren hacia Austria comenzaron una protesta sin precedentes. Un adulto sirio despertó a los que aún dormían para decirles “Así sea caminando llegaremos a Alemania”. La gran marcha se conformó con grupos de familias andando día y noche para salir de Hungría. Agotados, los migrantes aceptaron ser llevados en autobús hasta Austria. Cuenta Bauluz en su crónica que “La gran marcha ha conseguido su objetivo de cambiar la política” 
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<b>Capítulo 5. Xenofobia y rebelión en Hungría.</b> Casi todos duermen cuando llegan varios autobuses. Lo que antes de la rebelión y la marcha era imposible ahora es casi una súplica. Quieren llevarlos a la frontera con Austria. Varias personas se suben, pero pronto se decide que no se fían del gobierno y que nadie les garantiza que no los llevarán a los campos cercados con alambre de espino donde pretendían encerrarlos, como hicieron pocos días antes, con engaños para subirlos a un tren con supuesto destino a Alemania, pero que los llevó a un campo de internamiento. “O todos o ninguno” es la consigna. Todos se bajan. Tras una ardua negociación con la organización caritativa húngara que coordinaba los autobuses enviados por el gobierno se opta por enviar un solo autobús a la frontera y que no salgan los demás hasta que se tenga información directa de su llegada 
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<b>Capítulo 6. Bienvenidos a Europa.</b> Al fin un oficial sonriente da un cortés “Bienvenido a Austria”. Una fila de autobuses nuevos espera la entrada de los refugiados camino a Alemania. Sin gritos, sin tensión. Voluntarios austríacos reciben a los migrantes con frutas, pasteles, té. Los viajeros no saben cómo agradecer tanto. Médicos, la Cruz Roja, caras alegres, comida caliente, todo lo que no habían visto en meses. La xenofobia se esfumó. Salen en tren a Alemania con ropa limpia, pasan por Munich casi dormidos hasta llegar a Frankfurt, donde nadie los espera. Salen de la estación y se confunden entre la gente. “Parece que por fin hemos llegado a Europa”, cita a un joven iraquí Javier Bauluz 
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<b>Capítulo 6. Bienvenidos a Europa.</b> Un nuevo tren llega. Va decorado con unos grandes rótulos de publicidad que ocupan todo el exterior del vagón. “Willkomen”, dice parte del texto rodeado por grandes caras impresas de jóvenes rubios sonrientes sentados a una mesa. El fotoperiodista se desespera cada vez que se abre y cierra la puerta corredera automática, que tapa el cartel publicitario, con la entrada y salida de voluntarios repartiendo botellas de agua y algo de comida a los felices y cansados pasajeros. Enmarcada por el colorido anuncio, una madre se instala en su asiento con dos niños y un bebé. Finalmente se sienta y abraza con ternura al bebé. La cámara registra el instante preciso que el periodista esperaba con ansiedad. 
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<b>El camino hacia la libertad.</b> La Historia está dividida en 6 capítulos. Cada uno de ellos es un punto clave de la travesía del fotógrafo junto a los refugiados, completada por cualquier medio posible: balsa, ferry, autobús, tren y largas caminatas a través de Macedonia, Serbia, Hungría, Austria y Alemania. A través del mapa seguimos la ruta de un viaje protagonizado por la mirada de los niños. Imágenes conmovedoras y necesarias 
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