¿Por qué los padres dejan de cuidar a sus hijos y los matan? La epidemia de los 15,000 infanticidios en EEUU

Más de 15,000 casos de asesinatos de niños perpetrados por sus propios padres han ocurrido en Estados Unidos desde 1976. Cada año se registran unos 500 crímenes de este tipo, más que en ningún otro país desarrollado. ¿Qué pensaron ellos al quitarles la vida? Esta es la explicación de los expertos.

Foto Isaias Alvarado
Por:
Isaías Alvarado.
Estados Unidos es el país desarrollado con más asesinatos de niños cometidos por sus propios padres. Más de 15,000 casos de este tipo han ocurrido en las últimas cinco décadas. Sigue las últimas noticias en Univision.
Video La madre que ahogó a todos sus hijos, ¿por qué hay tantos infanticidios en EEUU?

Advertencia: Este artículo describe abuso infantil y casos de intento de suicidio que pueden ser perturbadores para el lector.

Andrea Yates consternó al país entero en junio de 2001 cuando ahogó a sus cinco hijos en la bañera de su casa en Texas. Esta mujer confesó que había matado a Mary, Luke, Paul, John y Noah, quienes tenían entre seis meses y siete años. Al final de un mediático juicio la condenaron a 40 años de cárcel. Pero la apelación anuló ese veredicto y en un nuevo proceso penal la declararon inocente por demencia.

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El caso de Yates, quien ahora está internada en un hospital para enfermos mentales, ha sido objeto de estudio por parte de psiquiatras, doctores y abogados. Les interesa indagar cómo alguien que fue la mejor alumna de su preparatoria, que estudió enfermería en la Universidad de Texas y que estaba enfocada en ser una “supermamá”, rompió el molde para cometer tan horrendos crímenes.

Andres Yates, su esposo y sus cuatro hijos mayores Luke, Paul, John y Noah.
Andres Yates, su esposo y sus cuatro hijos mayores Luke, Paul, John y Noah.
Imagen Getty Images


“Después del nacimiento de su cuarto hijo, la señora Yates se sintió abrumada y deprimida. Ella supo a través de un ‘sentimiento’ que satanás quería que matara a sus hijos… Ahogó a sus hijos porque quería ‘salvar sus almas’. Se enfrentó a un dilema psicótico”, describe Phillip J. Resnick, profesor de psiquiatría de la Case Western Reserve University, en un análisis publicado en el Indian Journal of Psychiatry.

Quien fue el abogado defensor de Yates, George Parnham, escribió en coautoría un libro sobre su clienta titulado Infanticidio y Filicidio: Fundamentos en medicina forense de salud mental materna. “Te das cuenta de que el episodio en el que una madre le quita la vida a su hijo es muy diferente que el homicidio normal”, explicó al presentar su investigación en 2021. “Era muy importarte para mí entender que las vidas de Noah, John, Paul, Luke y Mary Yates no se perdieron en vano”.

Heather Maxine Barron, de 33 años, y su pareja Kareem Ernesto Leiva, de 37, fueron condenados por asesinato en primer grado del menor Anthony Ávalos, hijo de Barron. Fue encontrado muerto en su casa el 21 de junio de 2018 en Lancaster, California. Sigue las últimas noticias en Univision.
Video La madre de Anthony Ávalos pasará el resto de su vida en la cárcel: los abusos que mataron al pequeño

El peligro está en el hogar

A pesar del temor generalizado de que extraños acechen a los niños para matarlos, la mayoría de estos crímenes son cometidos por los propios padres y, como sucedió en el caso de Andrea Yates, la madre se vuelve una amenaza cuando padece una fuerte depresión. En Estados Unidos suceden alrededor de 500 infanticidios y filicidios cada año, más que en ningún otro país desarrollado. La tasa es de 8 casos por cada 100,000 habitantes, casi el triple que en Canadá.

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“El asesinato de niños por parte de los padres es uno de los delitos más perturbadores. Es aún más angustioso cuando una madre mata a su hijo que cuando lo hace un padre, porque esperamos que las madres sean desinteresadas, amen y protejan a sus hijos a toda costa”, escribe el psiquiatra Resnick.

Andrea Yates (derecha) y su abogado defensor George Parnham en su juicio en Texas.
Andrea Yates (derecha) y su abogado defensor George Parnham en su juicio en Texas.
Imagen AP


El modelo de Resnick clasifica el filicidio en cinco categorías: por altruismo, que ocurre cuando el padre mata al hijo creyendo que le aliviará un sufrimiento real o imaginario; por psicosis aguda, relacionado con la salud mental grave de uno de los padres; por hijo no deseado, que sucede porque no quiere ser padre; por venganza conyugal; y accidental, que es cuando los castigos llegan demasiado lejos.

En esta última división entran los acontecimientos que acabaron con la vida de los niños Gabriel Figueroa y Anthony Ávalos. Estos menores hispanos de Los Ángeles, California, fueron víctimas de tortura por parte de sus padrastros y sus madres dejaron que la reprensión se exacerbara día con día, hasta volverse una tortura fatal.

El caso de Anthony concluyó esta semana con una sentencia a cadena perpetua emitida contra su madre Heather Barron y su expareja Kareem Ernesto Leiva, un pandillero de la Mara Salvatrucha (MS-13).

Heather Barron.
Heather Barron.
Imagen Getty


Era Leiva quien lo obligaba a arrodillarse sobre arroz seco hasta sangrar, le pegaba con un cable, lo ponía a pelear con sus hermanos y, en el que fue su último correctivo, lo sujetó y levantó por el cuello y lo dejó caer al suelo ya inconsciente. El niño se quedó tirado allí dos días, hasta que Barron llamó al 911 para reportar: “Mi hijo no respira”. Los fiscales señalan que Anthony, de 10 años, murió por deshidratación severa, inanición, tortura, falta de atención médica y por un golpe contundente en la cabeza.

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“Aquí, la muerte del niño no es la intención del perpetrador, sino una consecuencia no intencional del maltrato físico excesivo o la negligencia”, describe sobre los filicidios accidentales un informe que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) publicó en 2019.

Contrario a la creencia popular, los padrastros y madrastras no son los que matan a más niños. Ellos fueron responsables del 11% de los filicidios, de acuerdo con un análisis de la universidad Brown que revisó 15,691 crímenes de este tipo registrados en este país de 1976 a 2007. Las parejas de las madres cometen más homicidios “por maltrato infantil”, en una tasa que duplica a la de los padres biológicos.

Una mujer porta una playera con fotografías de Gabriel Fernández, asesinado por su madre y padrastro.
Una mujer porta una playera con fotografías de Gabriel Fernández, asesinado por su madre y padrastro.
Imagen AP


Arrebatos violentos, agresiones graves reiteradas y la imposición de disciplina excesiva terminan quitándole la vida a estos menores, como sucedió con Gabriel Fernández y Anthony Ávalos.

Un estudio realizado en Australia sobre una muestra de autores de filicidios accidentales arroja que éstos suelen tener un bajo nivel educativo, antecedentes de delincuencia juvenil, estuvieron expuestos a violencia severa y frecuente en su infancia por parte de sus padres, ya sea en forma de agresión física o fueron testigos de comportamiento abusivo hacia sus madres.

La peligrosa depresión posparto

El informe de la Universidad Brown resalta que, en general, el 72% de las víctimas de filicidios tenían seis años o menos, de los cuales la mayoría (33%) eran bebés de hasta 12 meses de edad. Solo el 10% tenían entre 7 y 18 años.

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La Universidad Brown hurgó lo más posible en las estadísticas para determinar que los niños varones tienen más probabilidades de ser asesinados por las personas que le dieron la vida (58.3%). Y que los padres matan más a sus hijos varones y las madres a sus hijas. Los casos más raros fueron los de madrastras que le arrebataron la vida a un hijastro (0.5% del total) o a una hijastra (0.3%).

Los investigadores encontraron que el método más común era por golpes, asfixia o ahogamiento. Pero a medida que los hijos son mayores usaban más armas de fuego, sobre todo por parte de los hombres. Rara vez lo hicieron con un bate o con un cuchillo.

Lejos de ser nuevos, estos incidentes ocurren prácticamente desde el inicio de la humanidad. La evidencia de madres que mataron a sus hijos data de al menos el año 2000 antes de Cristo.

“Históricamente, las mujeres que han matado a sus hijos han sido consideradas monstruos”, señala Resnick. “Se supone que las madres deben ser ‘guiadas por instintos femeninos naturales que pueden inferir un temperamento angelical, hacerlas clarividentes acerca de las necesidades de sus hijos y dispuestas a poner sus propios deseos en segundo lugar a los de su familia’”, agrega.

En cambio, subraya el experto, “los padres que matan a sus hijos evocan mucha menos emoción porque no se espera que tengan el mismo amor incondicional que las madres tienen por sus hijos”.

Los expertos dedican un espacio para analizar la depresión posparto, que afecta a entre el 10% y el 22% de las mujeres adultas antes de que el bebé llegue a su primer cumpleaños.

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Andrea Yates se deprimió tras el nacimiento de su cuarto hijo, Luke. Ella tomó una sobredosis de medicamentos para quitarse la vida creyendo que así evitaría hacerles daño. A pesar de los consejos de su psiquiatra, ella y su esposo optaron por tener un quinto hijo, Mary.

Andres Yates en una corte de Houston, Texas.
Andres Yates en una corte de Houston, Texas.
Imagen AP


La última de sus cuatro hospitalizaciones psiquiátricas ocurrió cinco semanas antes de los crímenes. En su delirio pensaba que los comerciales de televisión se referían a ella y que la vigilaban con cámaras ocultas dentro de su casa. En un punto creyó que el diablo estaba dentro de ella y que sus hijos no se estaban desarrollando correctamente y se volverían criminales.

“Pensó que estaba haciendo lo correcto para sus hijos al encargarse de que estuvieran en el cielo mientras aún eran ‘inocentes’”, describe Resnick.

El especialista señala que el 41% de las madres deprimidas con bebés y niños pequeños han tenido pensamientos de hacerle daño a sus hijos. Por otro lado, el 5% de las madres que se suicidaron también mataron al menos a uno de sus hijos. El problema es difícil de detectar, señala el psiquiatra, porque ellas son reacias a compartir su malestar emocional para que no las consideren una "mala madre".

Lindsay Clancy, una enfermera que trabajaba en el Hospital General de Massachusetts en Boston, es el último ejemplo trágico de este tipo de padecimientos. El pasado 24 de enero, ella presuntamente estranguló a sus tres hijos con una banda de ejercicios mientras su esposo estaba fuera. Luego se cortó las muñecas y el cuello, y saltó desde el segundo piso de su casa. Eso la dejó paralizada de la cintura para abajo. Su abogado defensor asegura que tenía una condición peor llamada psicosis posparto.

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Naciones Unidas indica que hay un conteo impreciso de asesinatos de bebés en el mundo “porque la muerte de un recién nacido a menudo no se informa y los cadáveres de los pequeños pueden eliminarse fácilmente”. Pocos casos llegan a los tribunales y es casi imposible localizar a la madre responsable, de acuerdo con su informe titulado Estudio global sobre homicidios: asesinatos de niños y jóvenes.

Según un estudio que se realizó en Italia, las madres que toman esta decisión son jóvenes, solteras, primíparas, con poca educación, viven con sus padres, escondieron el embarazo y en un punto dejaron de tener relación con el padre del bebé.

“Los padres también deben ser evaluados por su potencial para dañar a sus hijos”, aconseja Resnick.

Un dato interesante es que, por género, los filicidas no enfrentan las mismas consecuencias penales, pues el sistema judicial trata a las madres con mayor indulgencia, concluye la investigación de Resnick, en la cual se basan otros psiquiatras. Mientras la sentencia promedio para ellas es de 17 años de cárcel, los padres tienen más probabilidades de recibir castigos severos, incluso de ser condenados a muerte.

Si tienes pensamientos vinculados al suicidio o conoces a alguien que los tiene, hay líneas telefónicas en español e inglés de asistencia en la Línea de Prevención del Suicidio y de la Asociación Estadounidense de Prevención del Suicidio. El teléfono de ayuda es 1-800-273-8255, el servicio es gratuito, está disponible todo el tiempo y las llamadas son confidenciales.

Gabrielito falleció después ser agredido y abusado por los responsables de su custodia. Pearl Sinthia Fernández, de 35 años de edad y madre del pequeño, 
<a href="https://www.univision.com/los-angeles/kmex/noticias/muertes/crimen-de-gabrielito-pena-de-muerte-para-el-padastro-y-cadena-perpetua-para-la-madre-del-nino-de-8-anos">fue sentenciada a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.</a> Isauro Aguirre, un exguardia de seguridad de 37 años y novio de la madre, fue sentenciado a muerte por el juez de la Corte Superior del condado de Los Ángeles.
Los problemas de drogadicción Pearl Sinthia Fernández permitieron que sus abuelos lograran la custodia de Gabriel a los pocos meses de nacido. Siete años después y luego de una breve estadía en un centro de rehabilitación Fernández recuperó a su hijo, aparentemente con la intención de obtener beneficios de la asistencia pública y del IRS. En la fotografía, Fernández en su presentación a la corte cuatro días después de la muerte de Gabrielito, el 28 de mayo de 2013.
La fiscalía detalló en el juicio que Gabriel vivió un infierno que duró ocho meses, desde el día que Pearl Fernández reclamó y obtuvo la custodia de su hijo en septiembre de 2012. 
<a href="https://www.univision.com/los-angeles/kmex/noticias/juicios/los-13-dias-de-tortura-que-llevaron-a-la-muerte-a-gabrielito-en-los-angeles">13 días antes de su muerte había sido retirado de la escuela y desde entonces, hasta que llegó al hospital</a>, Gabrielito sufrió jornadas intensas de tortura. En la fotografía, el pequeño antes de ser retirado de clases, con su rostro visiblemente maltratado.
“Cada centímetro de Gabriel estaba magullado e hinchado. Su piel era de color negro y azul. Recuerdo que al tocarlo estaba frío”, declaró en el juicio Emily Rebar, una de las enfermeras que atendió al niño antes de morir. Otra enfermera aseguró que 
<a href="https://www.univision.com/los-angeles/kmex/noticias/juicios/gabrielito-no-tenia-piel-en-el-cuello-y-un-balin-estaba-en-su-ingle-el-testimonio-de-una-enfermera-en-la-corte">el pequeño tenía lesiones en el cuello y en la ingle causadas por una pistola de aire</a>. Gabrielito fue forzado a dormir dentro de un gabinete ubicado en la recámara de los acusados, con un calcetín dentro de la boca y una venda sobre los ojos. La imagen corresponde a una de las evidencias presentadas en la corte para explicar las distintas lesiones encontradas en el cuerpo del niño.
La fiscalía pidió que se analizaran 
<a href="https://www.univision.com/los-angeles/kmex/noticias/juicios/juicio-por-la-muerte-de-gabrielito-tenia-arena-para-gato-en-el-estomago-y-habia-cientos-de-manchas-de-sangre-en-la-casa">varias manchas de sangre en las paredes de vivienda donde vivía el pequeño</a> y todas coincidieron con el ADN de Gabriel. Testimonios de familiares también ayudaron en la conclusión de que la madre y su pareja abusaron severamente del pequeño durante los meses previos a su muerte.
Jonathan Hatami, fiscal de distrito del caso, explicó que Isauro Aguirre “le dio un puñetazo y le siguió dando puñetazos” hasta que el pequeño perdió el conocimiento y tuvo que ser hospitalizado. Los médicos indicaron que el niño tenía muerte cerebral. Dos días después, el 24 de mayo, murió. En la imagen Isauro Aguirre en su presentación a la corte el 28 de mayo de 2013.
Dos días antes de la muerte del pequeño, Aguirre lo habría golpeado tantas veces que hasta perdió la cuenta, según señala la acusación. Posteriormente confesó a los investigadores que le dio 10 golpes en la cabeza y al menos 20 en el cuerpo. La fiscalía agregó que Aguirre estrelló la cabeza del menor contra una pared con tanta fuerza que le habría fracturado el cráneo.
Cuatro trabajadores del Departamento de Servicios a los Niños y la Familia del condado de Los Ángeles tenían la responsabilidad legal de proteger a Gabriel cuando el caso fue abierto en octubre de 2012. Stefanie Rodríguez y Patricia Clement, y sus supervisores: Kevin Bom y Gregory Merritt, 
<a href="https://www.univision.com/los-angeles/kmex/noticias/abuso-infantil/acusan-a-trabajadores-sociales-de-negligencia-por-la-muerte-de-nino-torturado">enfrentan cargos por abuso infantil y falsificación de documentos públicos</a>. En la fotografía los familiares de Gabriel durante una rueda de prensa en abril de 2016.
Rodríguez y Clement falsifiacaron los reportes en los que debieron documentar que Gabriel tenía evidencias físicas de abuso. En la fotografía, una tarjeta que hizo el pequeño para un día de las madres.
En un aparente argumento de defensa, Isauro Aguirre y Pearl Fernández, quienes enfrentaron juicios separados, habrían declarado a las autoridades que al niño “le gustaba golpearse a sí mismo, que era gay y que quería matarse”. La investigación determinó que el niño también 
<a href="https://www.univision.com/los-angeles/kmex/noticias/juicios/juicio-por-la-muerte-de-gabrielito-tenia-arena-para-gato-en-el-estomago-y-habia-cientos-de-manchas-de-sangre-en-la-casa">había sido obligado a comer heces de gato.</a>
Isauro Aguirre y Pearl Sinthia Fernández durante la audiencia de sentencia el jueves 7 de junio de 2018 en Palmdale, California. Fernández, quien se declaró culpable de asesinato de su hijo en febrero, fue condenada a cadena perpetua. Aguirre fue hallado culpable de homicidio en primer grado el pasado 15 de noviembre y sentenciado a muerte.
Luego de leer la sentencia, el juez George Lomeli calificó el crimen como "horrendo, inhumano y peor que el demonio". "Espero que piense sobre el dolor que causó a este niño y que te torture", añadió. La fiscal de distrito del condado de Los Ángeles, Jackie Lacey, aseguró que "este caso demostró cómo el mal no solamente puede infligir un daño duradero a quienes amaron a Gabriel, sino también a nuestra sociedad".
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Gabrielito falleció después ser agredido y abusado por los responsables de su custodia. Pearl Sinthia Fernández, de 35 años de edad y madre del pequeño, fue sentenciada a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. Isauro Aguirre, un exguardia de seguridad de 37 años y novio de la madre, fue sentenciado a muerte por el juez de la Corte Superior del condado de Los Ángeles.
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