Estudiante de 15 años denuncia que agente fronterizo la secuestró en su escuela y la violó

Aaron Thomas Mitchell, quien está en las filas de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, fue arrestado y enfrenta una condena máxima a cadena perpetua si es encontrado culpable.

Foto Isaias Alvarado
Por:
Isaías Alvarado.
Tras una audiencia de un poco más de media hora, una jueza decidió negarle la fianza a Gerson Fuentes, el guatemalteco acusado de violar y dejar embarazada a una menor de 10 años en Ohio. La decisión se tomó después de que las pruebas preliminares de ADN mostraran que existe un 99,99% de probabilidad de que Fuentes, de 27 años, es el padre biológico del feto que la pequeña debió abortar en Indiana. Puedes ver en ViX más noticias gratis.
Video Niegan fianza a Gerson Fuentes, el acusado de violar y dejar embarazada a una niña de 10 años en Ohio

Una estudiante hispana de 15 años que cruzaba a pie la frontera todos los días para estudiar en Arizona denunció haber sido víctima de secuestro, violación, agresión física y amenazas por parte de un agente novato de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).

Aaron Thomas Mitchell, quien lleva alrededor de un año en la dependencia, fue puesto bajo custodia federal esta semana y enfrenta un cargo de secuestro de un menor, un delito que conlleva una pena mínima de 20 años de prisión y un máxima de cadena perpetua, así como una multa de 250,000 dólares.

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Mitchell, de 27 años, se encuentra recluido en el Centro de Detención Federal de Miami, Florida.

Los fiscales federales alegan que tienen “evidencia abrumadora” para enjuiciar al agente fronterizo, incluyendo un video de seguridad en el que se le observa afuera de su apartamento, al que habría llevado a la víctima.

Una cámara de seguridad registró al agente del CBP afuera de su apartamento en Sierra Vista, Arizona.
Una cámara de seguridad registró al agente del CBP afuera de su apartamento en Sierra Vista, Arizona.
Imagen Departamento de Justicia


El gobierno cree que Mitchell eligió a su víctima, una menor estadounidense que radica en México con su familia y que identifican con las iniciales ‘MV’, porque sabía que ella cruzaba la frontera sin compañía y pensaba que por su estatus migratorio no lo denunciaría.

“Probablemente la eligió porque sabía que vivía en México y es menos probable que lo denuncie”.

De hecho, su acercamiento a la menor ocurrió afuera de su escuela en Douglas el 25 de abril para pedirle que le mostrara sus documentos migratorios, se lee en una moción sometida por la Fiscalía para describir la gravedad del caso y solicitarle a un juez de Florida que le negaran la fianza a Mitchell.

En ese momento, Mitchell portaba un chaleco táctico que decía ‘Policía’ y se transportaba en su auto. “Le dijo que era policía y le pidió ver sus documentos. Después de que ella le mostró su acta de nacimiento, él le pidió su mochila, la revisó y la colocó en el asiento. Luego le ordenó subir a su carro para llevarla a una estación de policía”, menciona el documento.

El agente Mitchell habría elegido a su víctima porque vive en México, según los fiscales.
El agente Mitchell habría elegido a su víctima porque vive en México, según los fiscales.
Imagen Departamento de Justicia


Casi a la salida de la ciudad de Douglas, el agente se detuvo para ponerle esposas en las manos y piernas. Pero no la llevó a una comisaría, sino a su apartamento en Sierra Vista, a más de una hora de la escuela. “Durante el viaje le preguntó su edad, a lo que ella le respondió que tenía 15 años. También le preguntó por su familia, incluyendo sus nombres”, agrega la Fiscalía.

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Una vez afuera de su vivienda, el oficial la cubrió con una chamarra suya para que los vecinos no vieran que estaba esposada. La llevó directo a su recámara y encendió el televisor. “Le mostró su placa y le dijo que no tuviera miedo porque era policía”. Le puso una mascarilla y una camiseta sobre su boca, y le ordenó “haz todo” lo que le pidiera para que no la lastimara, según la acusación.

La violación sexual ocurrió mientras la menor estaba “esposada, amordazada y con los ojos vendados”. En un momento, el elemento del CBP puso a la víctima de rodillas y le comenzó a apretar el cuello “fuertemente”. La adolescente pensó que allí moriría, que “no iba a regresar a casa”, dicen los fiscales.

Mitchell no le devolvió su mochila porque sabía que allí habían quedado sus huellas dactilares y la tiró a un contenedor de basura. En el trayecto de vuelta al instituto de ‘MV’, el agente le insistió que era un policía en Sierra Vista. Apenas la liberó, la menor pidió ayuda. “(…) ella inmediatamente gritó a sus amigos y familiares, y denunció los hechos a la policía el mismo día”.

“Abusó de su conocimiento”

“Hay pruebas abrumadoras que corroboran el relato de ‘MV’. Las más destacadas son exámenes médicos, pruebas en video que respaldan la denuncia de ‘MV’ (y contradicen el relato del acusado) y una captura de pantalla de la búsqueda del teléfono del acusado”, afirma la Fiscalía.

Los médicos que la examinaron encontraron sangre en la ropa interior de la adolescente y lesiones que son características de una violación sexual. Los resultados de las pruebas de ADN están pendientes.

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Mitchell fue detenido al día siguiente de la denuncia de la menor, pero le permitieron salir libre bajo fianza por cargos estatales porque la agencia investigadora “no conocía la solidez de las pruebas en su contra”, de acuerdo con el Departamento de Justicia.

La versión de Mitchell es que estaba en Douglas para ver propiedades en venta, vio a la adolescente y pensó que la conocía de vista del cruce fronterizo. Se le acercó para preguntarle si quería faltar a clases para “pasar el rato” y ella aceptó, según él.

“Admitió que la llevó a su apartamento, pero afirmó que solo veían la televisión. Negó haberla esposado o haber tenido relaciones sexuales con ella. La evidencia en video, sin embargo, contradice su relato y corrobora el relato de ‘MV’”, dicen los fiscales.

La noche que fue arrestado, los policías estaban en el complejo de apartamentos de Mitchell alistándose para ejecutar una orden de registro. Al ver las patrullas este aceleró, pero lo detuvieron más tarde. Cuando le preguntaron por qué trató de huir, el oficial fronterizo no supo qué responder.

Al registrar su celular encontraron en el navegador de internet: "niña secuestrada violación".

Foto de la búsqueda que hizo Mitchell en el navegador de internet de su celular.
Foto de la búsqueda que hizo Mitchell en el navegador de internet de su celular.
Imagen Departamento de Justicia

“Él abusó de su conocimiento y capacitación como oficial de la ley federal cuando atacó a una niña vulnerable que esperaba que comenzaran las clases… La amenazó sutilmente preguntándole por sus familiares y le dijo repetidamente que era policía. También la amenazó directamente diciéndole que tenía que hacer todo lo que él dijera para no tener que lastimarla”, menciona la acusación.

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Mitchell fue interrogado en una estación policial local y cuando lo dejaron solo notaron que murmuró lo siguiente: “No puedo creer esta mier&%. Maldita perra. La perra está acusándome de violación. Eso está jodido. Eso es una locura. Será mejor que ella espere que no me vaya de aquí”.

El gobierno le pidió a un juez que ordenara que el agente esperara un juicio tras las rejas, por temor a que se fugue usando sus conocimientos de la frontera y que le haga daño a la denunciante.

“Si el acusado es lo suficientemente audaz para secuestrar y agredir sexualmente a una niña que está esperando para entrar a la escuela, lo suficientemente astuto para deshacerse de la evidencia que lo inculparía y lo suficientemente descuidado para amenazarla con hacerle daño cuando sabe que está siendo grabado en video en una comisaría, no hay límites a los peligros que puede representar para la comunidad o para ‘MV’ si es puesto en libertad en espera de juicio”, advirtió la Fiscalía.

Subrayaron otros elementos que abonarían al riesgo de fuga: es soltero, no tiene hijos, llevaba menos de un año en el CBP cuando ocurrieron los hechos y podría pasar el resto de su vida en la cárcel.

A través del defensor público Michael Caruso, Mitchell indicó en un documento sometido el jueves que no respondería a ninguna pregunta que le hicieran los investigadores federales.

Las averiguaciones de este caso están a cargo del Buró Federal de Investigaciones (FBI).

Una investigación encabezada por la Patrulla Fronteriza (USBP), la unidad de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI) y el Sheriff del condado de Webb detectó una casa de seguridad de un grupo de traficantes de personas en Laredo, Texas, la tarde del 23 de noviembre de 2019.
En el interior de la vivienda estaban 43 inmigrantes originarios de México, Guatemala, Honduras y Ecuador. “Todos se encontraron en buen estado de salud y fueron arrestados en espera de la investigación”, indicó la Oficina de Aduanas y Control Fronterizo (CBP) en un comunicado.
Las deplorables condiciones de esta vivienda contrastan con el multimillonario negocio de los coyotes, que solo en 2017 pudo haber generado hasta $2,300 millones, según un informe del Departamento de Seguridad Nacional (DHS en inglés).
Se cree que esta actividad ilícita no se ha visto afectada con las caravanas de migrantes que se presentan en la frontera para pedir asilo a Estados Unidos. Estos seis migrantes, por ejemplo, fueron descubiertos en otra casa de seguridad en Laredo, Texas, el 5 de agosto de 2019. Llegaron desde México, Guatemala y Honduras.
“Los traficantes de personas continúan utilizando hogares y negocios locales como punto de partida para los inmigrantes ilegales, causando molestias a los residentes de Laredo”, advierte la Patrulla Fronteriza. En esta guarida fueron hallados 38 indocumentado en mayo de 2018.
Las tarifas que deben pagar los migrantes ahora superan los $10,000. Sin embargo, ellos reciben un trato miserable por parte de los coyotes mientras son llevados a sus destinos, de acuerdo con las autoridades.
En estas condiciones vivieron temporalmente ocho guatemaltecos detenidos por la Patrulla Fronteriza y el Sheriff del condado de Webb en Central Laredo en julio de 2018.
A principios de febrero de 2017, las autoridades encontraron a 11 inmigrantes en una vivienda en la ciudad de Eagle Pass, cerca de la zona limítrofe con México. Se trataba de ocho mexicanos, una hondureña, y un hombre y una mujer salvadoreños.
“Las organizaciones criminales utilizan habitualmente sus casas secretas para colocar inmigrantes en condiciones a menudo infrahumanas. Por lo general, las personas deben esperar a que los transporten hacia el interior de Estados Unidos y pagar tarifas a los contrabandistas”, señala la Patrulla Fronteriza.
La Patrulla Fronteriza advierte que “no es raro que estos inmigrantes indocumentados sean retenidos durante semanas o más en estructuras pequeñas y estrechas sin ventilación adecuada, agua potable, ni condiciones saludables”.
Las autoridades también alertan que las personas que vigilan estas guaridas también se dedican al secuestro, robo, abuso físico y agresiones sexuales de los inmigrantes que reciben.
Los migrantes son transportados a estos lugares inmediatamente después de que cruzan ilegalmente la frontera de distintas maneras: caminando varios días por el desierto, ocultos en vehículos que pasan por garitas aduanales o nadando por el peligroso Río Grande.
Los crímenes que ocurren en estos sitios y durante el recorrido por la frontera generalmente no se reportan a las autoridades por miedo a la deportación o porque los migrantes desconfían en la policía en sus lugares de origen, según oficiales fronterizos entrevistados por Univision Noticias.
Estos 37 indocumentados estaban en una vivienda secreta detectada en el sur de Texas en mayo de 2016. La mayoría de ellos eran hombres jóvenes.
Este escondite fue encontrado en junio de 2018 en Laredo. Lo hallaron después que la Patrulla Fronteriza y el Sheriff de Webb recibieron información de que varios indocumentados estaban allí.
El operativo concluyó con la detención de 62 personas que cruzaron la frontera ilegalmente. Procedían de México, Guatemala, Honduras y El Salvador.
Al anunciar los arrestos, José Martínez, entonces subjefe de la Patrulla Fronteriza en el sector de Laredo, dijo que esta acción reflejaba el compromiso de las autoridades “para interrumpir la actividad ilícita, negar a las organizaciones criminales la capacidad de operar y proteger la vida humana”.
Una de las medidas para combatir el contrabando de migrantes es demoler sus escondites, como este ubicado en la ciudad de San Juan, en Texas.
La pequeña vivienda fue derrumbada usando maquinaria pesada y bajo el resguardo de oficiales de la Patrulla Fronteriza.
Un estudio publicado por Rand Corporation en abril contradice una añeja versión de funcionarios de EEUU: que los carteles están involucrados directamente en el tráfico de personas. Pero alerta que los migrantes les tienen que pagar al pasar por sus territorios, generando una ganancia de entre $30 y $180 millones al año.
El reporte de Rand Corporation recomendó a las autoridades estandarizar y ampliar el rango de preguntas que los oficiales fronterizos hacen a los migrantes para buscar información más consistente sobre los contrabandistas, rutas y pagos. Además de expandir sus esfuerzos para interrumpir los pagos que los coyotes reciben de los familiares de los migrantes en EEUU.
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Una investigación encabezada por la Patrulla Fronteriza (USBP), la unidad de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI) y el Sheriff del condado de Webb detectó una casa de seguridad de un grupo de traficantes de personas en Laredo, Texas, la tarde del 23 de noviembre de 2019.
Imagen Oficina de Aduanas y Control Fronterizo (CBP)
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