La secuestraron y fotografiaron desnuda: el infierno que vivió esta inmigrante

La víctima fue obligada a permanecer en una casa de seguridad durante seis semanas, mientras un coyote negociaba el pago de su rescate con sus familiares en EEUU.

Foto Isaias Alvarado
Por:
Isaías Alvarado.
Un coyote que quiso ser reconocido como ‘Marco’ reveló a Antonio Guillén cómo funciona el tráfico de inmigrantes a través de la frontera, donde confesó que debe cuidar a las personas, ya que son los ‘clientes’.
Video Coyote revela cómo funciona el tráfico de inmigrantes a través de la frontera

El Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) asegura en una declaración judicial que rescató a una mujer hondureña que fue agredida sexualmente mientras permaneció secuestrada durante seis semanas en una casa de seguridad en Nuevo México que operó una organización dedicada al tráfico de personas.

La víctima, identificada por el gobierno bajo el alias de ‘Jane Doe’, fue liberada el pasado 1 de junio en un operativo en el cual participaron agentes de la unidad de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI), que está bajo la directriz de ICE; y elementos del Departamento de Alguaciles del condado Dona Ana.

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Al ser entrevistada por las autoridades, la hondureña narró que ingresó ilegalmente a Estados Unidos guiada por una banda de coyotes. Pero uno de estos la forzó a permanecer en contra de su voluntad y durante seis semanas en una casa móvil en la ciudad de Anthony, en Nuevo México.

Ese coyote, Emigdio González Gamboa, de 33 años y apodado ‘El Flaco’, la secuestró para pedirle a sus familiares en EEUU un rescate. No fue su único delito: la fotografió desnuda, denunció ella.

“‘Jane Doe’ afirmó además que, en aproximadamente tres ocasiones, González Gamboa la hizo desnudarse y le tomó fotografías”, se lee en una declaración jurada de Robert Boone, agente del HSI.

Las autoridades lograron encontrarla antes de que le hicieran algo incluso peor. Y es que el coyote, para presionar en la negociación por el rescate, le mandó a la hermana de la víctima un audio en el que le advierte que “quiere deshacerse de ‘Jane Doe’ porque está causando sospechas”.

La hermana de ‘Jane Doe’ llamó a los alguaciles de Dona Ana para reportar que su hermana estaba secuestrada en un domicilio en la calle Warthen, en la ciudad Anthony.

Con esa información, los alguaciles montaron un perímetro de seguridad en esa zona y con un altavoz les pidieron a todos los vecinos que salieran de sus casas. Así fue como la víctima salió de una casa móvil de color verde y de inmediato fue transportada a una subestación policial en dicha localidad.

El arresto del coyote

La mujer solo identificó a su secuestrador como ‘El Flaco’. Narró que ese coyote le quitó su celular y que solo podía hacer llamadas limitadas y bajo su supervisión.

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Los investigadores descubrieron que este hombre era el dueño de la propiedad donde estaba ‘Jane Doe’. Ella lo identificó con una foto que le mostraron los policías y al escuchar los audios que él grabó.

Ella aseguró que en un momento había entre 12 y 15 indocumentados en la casa móvil, pero fueron transportados paulatinamente a distintos lugares del país. Solo ella se quedó en la residencia.

González Gamboa fue arrestado el pasado 10 de junio por agentes del HSI y alguaciles de Dona Ana.

Arresto de Emigdio González Gamboa en Nuevo México.
Arresto de Emigdio González Gamboa en Nuevo México.
Imagen ICE


El Departamento de Justicia lo acusa de albergar indocumentados en su vivienda. No está claro si los fiscales buscarán agregarle cargos por secuestro y agresión sexual.

“Las organizaciones de tráfico de personas amenazan la seguridad de Estados Unidos, así como la vida de las personas de las que se aprovechan”, dijo en un comunicado Frank B. Burrola, titular de la oficina del HSI en El Paso, Texas.

“El HSI se mantiene firme en trabajar con nuestros socios para llevar ante la justicia a aquellos que conspiran para socavar las leyes de inmigración de nuestro país para su propio beneficio y buscan abusar de una población vulnerable”, agregó Burrola.

Los casos de secuestros, golpizas, torturas y agresiones sexuales son comunes en las casas de seguridad a lo largo de la frontera que usan los coyotes para esconder a los indocumentados. Allí, además, los tienen hacinados, en condiciones insalubres, con poca alimentación y bajo temperaturas extremas.

Una investigación encabezada por la Patrulla Fronteriza (USBP), la unidad de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI) y el Sheriff del condado de Webb detectó una casa de seguridad de un grupo de traficantes de personas en Laredo, Texas, la tarde del 23 de noviembre de 2019.
En el interior de la vivienda estaban 43 inmigrantes originarios de México, Guatemala, Honduras y Ecuador. “Todos se encontraron en buen estado de salud y fueron arrestados en espera de la investigación”, indicó la Oficina de Aduanas y Control Fronterizo (CBP) en un comunicado.
Las deplorables condiciones de esta vivienda contrastan con el multimillonario negocio de los coyotes, que solo en 2017 pudo haber generado hasta $2,300 millones, según un informe del Departamento de Seguridad Nacional (DHS en inglés).
Se cree que esta actividad ilícita no se ha visto afectada con las caravanas de migrantes que se presentan en la frontera para pedir asilo a Estados Unidos. Estos seis migrantes, por ejemplo, fueron descubiertos en otra casa de seguridad en Laredo, Texas, el 5 de agosto de 2019. Llegaron desde México, Guatemala y Honduras.
“Los traficantes de personas continúan utilizando hogares y negocios locales como punto de partida para los inmigrantes ilegales, causando molestias a los residentes de Laredo”, advierte la Patrulla Fronteriza. En esta guarida fueron hallados 38 indocumentado en mayo de 2018.
Las tarifas que deben pagar los migrantes ahora superan los $10,000. Sin embargo, ellos reciben un trato miserable por parte de los coyotes mientras son llevados a sus destinos, de acuerdo con las autoridades.
En estas condiciones vivieron temporalmente ocho guatemaltecos detenidos por la Patrulla Fronteriza y el Sheriff del condado de Webb en Central Laredo en julio de 2018.
A principios de febrero de 2017, las autoridades encontraron a 11 inmigrantes en una vivienda en la ciudad de Eagle Pass, cerca de la zona limítrofe con México. Se trataba de ocho mexicanos, una hondureña, y un hombre y una mujer salvadoreños.
“Las organizaciones criminales utilizan habitualmente sus casas secretas para colocar inmigrantes en condiciones a menudo infrahumanas. Por lo general, las personas deben esperar a que los transporten hacia el interior de Estados Unidos y pagar tarifas a los contrabandistas”, señala la Patrulla Fronteriza.
La Patrulla Fronteriza advierte que “no es raro que estos inmigrantes indocumentados sean retenidos durante semanas o más en estructuras pequeñas y estrechas sin ventilación adecuada, agua potable, ni condiciones saludables”.
Las autoridades también alertan que las personas que vigilan estas guaridas también se dedican al secuestro, robo, abuso físico y agresiones sexuales de los inmigrantes que reciben.
Los migrantes son transportados a estos lugares inmediatamente después de que cruzan ilegalmente la frontera de distintas maneras: caminando varios días por el desierto, ocultos en vehículos que pasan por garitas aduanales o nadando por el peligroso Río Grande.
Los crímenes que ocurren en estos sitios y durante el recorrido por la frontera generalmente no se reportan a las autoridades por miedo a la deportación o porque los migrantes desconfían en la policía en sus lugares de origen, según oficiales fronterizos entrevistados por Univision Noticias.
Estos 37 indocumentados estaban en una vivienda secreta detectada en el sur de Texas en mayo de 2016. La mayoría de ellos eran hombres jóvenes.
Este escondite fue encontrado en junio de 2018 en Laredo. Lo hallaron después que la Patrulla Fronteriza y el Sheriff de Webb recibieron información de que varios indocumentados estaban allí.
El operativo concluyó con la detención de 62 personas que cruzaron la frontera ilegalmente. Procedían de México, Guatemala, Honduras y El Salvador.
Al anunciar los arrestos, José Martínez, entonces subjefe de la Patrulla Fronteriza en el sector de Laredo, dijo que esta acción reflejaba el compromiso de las autoridades “para interrumpir la actividad ilícita, negar a las organizaciones criminales la capacidad de operar y proteger la vida humana”.
Una de las medidas para combatir el contrabando de migrantes es demoler sus escondites, como este ubicado en la ciudad de San Juan, en Texas.
La pequeña vivienda fue derrumbada usando maquinaria pesada y bajo el resguardo de oficiales de la Patrulla Fronteriza.
Un estudio publicado por Rand Corporation en abril contradice una añeja versión de funcionarios de EEUU: que los carteles están involucrados directamente en el tráfico de personas. Pero alerta que los migrantes les tienen que pagar al pasar por sus territorios, generando una ganancia de entre $30 y $180 millones al año.
El reporte de Rand Corporation recomendó a las autoridades estandarizar y ampliar el rango de preguntas que los oficiales fronterizos hacen a los migrantes para buscar información más consistente sobre los contrabandistas, rutas y pagos. Además de expandir sus esfuerzos para interrumpir los pagos que los coyotes reciben de los familiares de los migrantes en EEUU.
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Una investigación encabezada por la Patrulla Fronteriza (USBP), la unidad de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI) y el Sheriff del condado de Webb detectó una casa de seguridad de un grupo de traficantes de personas en Laredo, Texas, la tarde del 23 de noviembre de 2019.
Imagen Oficina de Aduanas y Control Fronterizo (CBP)
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