Las otras víctimas del crimen organizado en México: más de 360 estadounidenses asesinados en 5 años

La masacre de la familia mormona LeBarón es el caso más reciente que exhibe las muertes violentas de personas nacidas o naturalizadas en EEUU. La mayoría de esos incidentes han ocurrido en estados de la franja fronteriza, en constante disputa por los carteles.

Foto Isaias Alvarado
Por:
Isaías Alvarado.
El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana mexicano, Alfonso Durazo, confirmó en la rueda de prensa matutina del gobierno mexicano que un grupo armado atacó a varias familias de la comunidad mormona que viajaban en caravana desde Chihuahua hacia Sonora.
Video Calcinado y lleno de balas: así quedó el auto de la familia estadounidense asesinada en un ataque armado en México

En noviembre de 2018, justo un año antes de que sicarios ejecutaran a nueve estadounidenses de una comunidad mormona en los límites de los estados de Chihuahua y Sonora, otra región del norte de México se estremeció por el homicidio de dos jóvenes nacidos en EEUU. Ese crimen también tenía la huella del narcotráfico: los sacaron por la fuerza de un complejo de apartamentos en Tijuana, los hincaron y les dieron un tiro en la cabeza.

El asesinato de la familia LeBarón es solo el caso más reciente de ciudadanos estadounidenses que han sido víctimas de la delincuencia y la guerra territorial entre los carteles de la droga en México. Desde julio de 2014 y hasta junio de este año (el dato más reciente), 366 personas de este país perdieron la vida de manera violenta al otro lado de la frontera, de acuerdo con cifras del Departamento de Estado de EEUU.

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Durante los primeros siete meses de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, al menos 31 estadounidenses fueron asesinados en estados que sufren los embates del narcotráfico: Chihuahua, Baja California, Sonora, Guerrero, Colima y Jalisco. Ese conteo no incluye a los LeBarón.

Cabe señalar que dicha cifra de homicidios ha ido en descenso en los últimos cinco años. Entre julio de 2014 y junio de 2015 hubo 82 asesinatos, esto es 20 menos que lo reportado entre julio de 2018 y junio de 2019, según estadísticas sobre ciudadanos de EEUU muertos en el extranjero.

Estos números, sin embargo, contrastan con los más de 17,000 crímenes registrados en el primer semestre de López Obrador, que es el más violento en la historia en ese país.

“La seguridad de nuestros connacionales es nuestra gran prioridad”, expresó en su cuenta de Twitter el embajador de EEUU en México, Christopher Landau, al referirse a la masacre de los LeBarón. “Estoy siguiendo muy de cerca la situación en la sierra entre Sonora y Chihuahua”, enfatizó el funcionario.


Por su parte, el presidente Donald Trump le ofreció a López Obrador apoyo militar para derrotar al crimen organizado. “Estados Unidos está listo, dispuesto y capacitado para involucrarse y hacer el trabajo de manera rápida y efectiva”, mencionó el mandatario en un tuit publicado el martes.


En México viven alrededor de 1.5 millones de estadounidenses, el 17% de todos los originarios de ese país que radican en el extranjero. Varios de ellos aprovechan el bajo costo de vida y compran propiedades cerca del mar, un lujo que no se pueden dar en EEUU. Por ejemplo, en Rosarito, Baja California, está la comunidad más grande de exjugadores de futbol americano fuera del territorio estadounidense.

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El noroeste de Chihuahua, en los límites con Sonora, donde fueron atacados los LeBarón este lunes, no se encuentra entre las zonas de mayor riesgo del vecino país, de acuerdo con las alertas emitidas por el Departamento de Estado. Esa región está marcada con color naranja, que significa “reconsiderar viajar”.

Con rojo o nivel 4, que significa evitar la zona “debido al crimen” y los “secuestros”, marca a los estados de Colima, Guerrero, Michoacán, Sinaloa y Tamaulipas.

“Los crímenes violentos y las actividades de pandillas están extendidos” en todo Chihuahua, advierte el reporte más reciente del gobierno estadounidense.

“Si bien la mayoría de los homicidios parecen ser asesinatos selectivos realizados por organizaciones criminales, las batallas entre grupos criminales han resultado en crímenes violentos en áreas frecuentadas por ciudadanos de EEUU”, agrega el informe.

Además, recomienda a los empleados del gobierno de EEUU viajar solo durante el día por ciertas carreteras de la ciudad de Chihuahua, Nuevo Casas Grandes, Ojinaga, Ciudad Juárez y Palomas. “Está prohibido” recorrer el resto del territorio chihuahuense, indica el Departamento de Estado.

Más homicidios en zonas de conflicto

Ese conteo de asesinatos no incluye el caso de tres niñas estadounidenses que a finales de agosto fueron ejecutadas con rifles de asalto en una calle de Ciudad Juárez. En la balacera también falleció el tío de las menores. La cadena CNN reportó que los criminales hicieron más de 100 detonaciones.

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Mientras la tasa de crímenes sigue en ascenso, el presidente mexicano asegura que su enfoque es pacificar al país sin enfrentar a los grupos delictivos, como hicieron sus antecesores. Siguiendo esa nueva política, el mandatario respaldó la liberación de Ovidio Guzmán López, uno de los hijos del narcotraficante Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, el 17 de octubre en Culiacán. En medio de una ola de contradicciones, su gobierno cedió ante la violenta reacción del cartel de Sinaloa.

“López Obrador ha seguido siendo popular, aunque sus negaciones de que los niveles de homicidios han seguido aumentando y sus críticas a la prensa por no realizar una cobertura más positiva han generado preocupación entre algunos observadores”, menciona el reporte ‘México: crimen organizado y organizaciones de tráfico de droga’ que publicó en agosto el Servicio de Investigaciones del Congreso.


“Algunos analistas cuestionan su compromiso para combatir la corrupción y reenfocar los esfuerzos para frenar la violencia relacionada con el crimen en México, pasando del uso de las fuerzas armadas para combatir el crimen a enfoques menos convencionales, como la legalización de algunas drogas”, agrega.

El informe señala que en Chihuahua la tasa era de 59 asesinatos por cada 100,000 habitantes en 2018, la cuarta más alta del país, solo debajo de Colima, Baja California y Guerrero. Se trata de lugares que disputan los pistoleros del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), ahora el más grande de México, según la Administración para el Control de Drogas (DEA).

En Tijuana, donde los sicarios del CJNG y del cartel de Sinaloa pelean calle por calle el control de la venta de droga al menudeo y el acceso de cargamentos de narcóticos hacia EEUU, al menos 11 estadounidenses fueron asesinados entre el 30 de julio de 2018 y el 21 de mayo de este año. En ninguna otra ciudad mexicana murieron tantos ciudadanos de este país.

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Si bien el gobierno de EEUU señala que “la actividad criminal y la violencia, incluido el homicidio, siguen siendo una preocupación principal en todo el estado”, ha puesto a Baja California en el nivel 2 o intermedio en su escala de alertas de viaje.

Una de las víctimas en Tijuana fue Larry Macy, quien estaba en el restaurante ‘Mariscos El Paisa’ en la colonia Camino Verde cuando lo balearon fatalmente. Sucedió a finales de 2017.

Un análisis de Univision Noticias publicado en 2016 encontró que en los primeros tres años y medio del gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto (quien salió en diciembre de 2018) ocurrieron 287 asesinatos en Tijuana de ciudadanos de EEUU, esta cifra es 70 más que en la primera mitad de su antecesor Felipe Calderón, precursor de la guerra contra el narcotráfico.

También se encontró que en un período de 14 años (hasta 2016), 928 nacidos y naturalizados estadounidenses fueron asesinados en México, la gran mayoría dentro del período en que escaló la violencia por la disputa territorial de los carteles de la droga.

Al menos nueve personas, entre ellas seis niños y tres adultos miembros de una familia mormona estadounidense asentada en el norte de México, murieron tras ser atacados en una emboscada. Tiffany Langford, pariente de los afectados, pidió por Twitter ayuda al presidente Donald Trump y publicó una serie de fotografías familiares. Le dijo al presidente que están "desesperados" porque han solicitado auxilio al gobierno mexicano y han recibido poca colaboración.
El ataque fue denunciado por los integrantes de la comunidad mormona a través de redes sociales. Los miembros de la familia LeBarón fallecieron tras el violento episodio ocurrido en un camino entre los estados fronterizos Sonora y Chihuahua con Estados Unidos.
Todavía no se ha confirmado quienes son los afectados y cúal es el estado actual preciso de cada persona en las fotografías publicadas por los familiares.
Leah Staddon, quien creció en la misma comunidad mormona, identificó a su prima Christina Johnson, una de las víctimas. Johnson (en la foto) viajaba en un tercer vehículo con su bebé, dijo Staddon a medios locales de Arizona. La niña fue encontrada con vida dentro del vehículo, dijo Staddon más tarde.
Una captura del video publicado en redes sociales por los familiares, que muestra los restos carbonizados y humeantes de un vehículo plagado de agujeros de bala, en donde aparentemente se transportaban las víctimas cuando ocurrió el ataque.
Según se lee en una cuenta de 
<a href="https://www.gofundme.com/f/lebaron-and-langford-families/campaign/gallery/6?pc=fb_dn_postdonate_r&rcid=r01-157293502127-6bfae364515b4fff&utm_source=facebook&utm_medium=social&utm_campaign=fb_dn_postdonate_r&fbclid=IwAR0VY1q3b55CNUtIFrRFKBAPnZFbPF21uE-ox20xA-8D4foVzFQAy7Jofsc" target="_blank">gofundme que abrieron familiares de los afectados</a>, Cristina Johnson, de 31 años, falleció en el incidente pero la pequeña Faith sobrevivió.
"Murieron cuatro niños, dos niñas y tres señoras (...) yo encontré los cuerpos y a una bebé viva", dijo a Reuters Julián LeBarón, un activista cuyo hermano fue asesinado en 2010.
Agregó que jamás antes habían recibido amenazas de grupo en la zona y dijo que "esto ha sido un error".
Miembros de la familia estadounidense mormona LeBarón frente a uno de los automóviles que fue calcinado con una madre y cuatro de sus hijos dentro.
"No podemos creer que esto realmente le esté sucediendo a nuestra familia, simplemente una pesadilla”, agregó Staddon. En la fotografía, cortesía de los familiares, otro de los autos calcinados en el incidente.
"Mi hermana podía ver el humo de su casa y escucharon los disparos", continuó Staddon. "Sabíamos que el vehículo estaba en llamas y había agujeros de bala en todo el lugar. Tomó una hora más o menos obtener información de que estaban en él. Los 4 niños, todos estaban muertos”, dijo.
El presidente Andrés Manuel López Obrador y el secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, confirmaron el martes en conferencia de prensa las cifras de fallecidos y dijeron que había además seis menores lesionados.
Agregaron que se estaban investigando las causas del ataque, y que no se descartaba que hayan sido confundidos por grupos criminales que se disputan el control de la región.
"No se saben las causas, si fue una confusión, si fue una agresión directa. Todo es hipotético", dijo el mandatario mexicano durante su acostumbrada rueda de prensa diaria.
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Alex LeBarón, primo de una mujer que fue hallada muerta junto con sus hijos dentro de una camioneta que fue incendiada, dijo a Reuters que todos eran ciudadanos estadounidenses. Este factor podría aumentar presiones de Washington sobre el presidente López Obrador para frenar a los grupos armados.
El grupo armado quemó al menos una camioneta Chevrolet Suburban en la que viajaban Rhonita María LeBarón y sus cuatro hijos: dos bebés gemelos de seis meses de edad, y dos varones de ocho y diez años, informó Fernando LeBarón, familiar de las víctimas.
Otro familiar de los LeBarón citado por AP atribuyó el ataque a sicarios del narcotráfico, e indicó que vio docenas de hombres fuertemente armados cerca del vehículo quemado. El ministro Durazo dijo en la conferencia de prensa que el convoy pudo haber sido confundido por grupos delictivos que "se disputan el control de la región".
Según Durazo, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana mexicano, los hechos sucedieron cuando varias familias de origen estadounidense de esa comunidad viajaban en caravana entre el poblado de Bavispe, Sonora, en la Sierra Tarahumara, y la población de Las Moras, en el municipio de Nuevo Casas Grandes, Chihuahua, en los límites de ambos estados.
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Al menos nueve personas, entre ellas seis niños y tres adultos miembros de una familia mormona estadounidense asentada en el norte de México, murieron tras ser atacados en una emboscada. Tiffany Langford, pariente de los afectados, pidió por Twitter ayuda al presidente Donald Trump y publicó una serie de fotografías familiares. Le dijo al presidente que están "desesperados" porque han solicitado auxilio al gobierno mexicano y han recibido poca colaboración.
Imagen Leah Staddon/Lafe Langford/CNN
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