La demanda de un inmigrante que asegura que estuvo un año aislado en un centro de ICE

Carlos Murillo Vega eligió estar en “custodia protectora” al ingresar a una cárcel para migrantes sin saber que permanecería segregado por tanto tiempo en una celda pequeña, de acuerdo con una querella presentada en una corte federal de California.

Foto Isaias Alvarado
Por:
Isaías Alvarado.
El gobierno anunció un plan que protegería a inmigrantes indocumentados de la deportación de EEUU si denuncian posibles abusos de los que son víctimas. Un comunicado enviado por el secretario del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Alejandro Mayorkas, pide a las autoridades centrar esfuerzos “en empleadores sin escrúpulos que explotan la vulnerabilidad de los trabajadores indocumentados”. Más información aquí.
Video Gobierno ordena a ICE cesar arrestos en masa de indocumentados y pide ir tras empleadores “explotadores”

Pasaba 23 horas al día encerrado en una celda tan pequeña que casi abarcaba lo largo al estirar sus brazos. La mayor parte de ese tiempo la pasaba acostado en la cama, leyendo los mismos libros una y otra vez. Dormía poco. Al salir al patio, en la única hora que se lo permitían, seguía solo porque era la única persona bajo ese régimen en un centro de detención para inmigrantes en California.

Esa fue la “tortura” a la cual fue sometido Carlos Murillo Vega durante los casi 14 meses que pasó en el centro regional de detención Imperial en la ciudad fronteriza de Calexico, describe una demanda que este jueves fue sometida en una corte del Distrito Sur de California del Departamento de Justicia (DOJ).

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Murillo nació en México pero se crió en California y dice que es ciudadano estadounidense aunque afirma que carece de la documentación necesaria para demostrarlo, según indica un reporte de Los Angeles Times que reseña su caso.

Se trata de la primera acción legal interpuesta por daños y prejuicios tras la aprobación de la ley AB 3228, que desde el pasado primero de enero permite demandar a cárceles privadas por no cumplir con los estándares de atención destinados a garantizar la salud y la seguridad de los reos.

El centro regional Imperial recibe a personas que están bajo custodia del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) y es administrado por la compañía Management and Training Corporation (MTC), con sede en Utah. Ambas entidades son mencionadas en la demanda.

Murillo Vega permaneció en esa instalación carcelaria desde el 13 de diciembre de 2019 y hasta su liberación en febrero pasado. Casi todo ese tiempo estuvo en confinamiento total, en una celda aislada del resto de los detenidos, a pesar de que no cometió ninguna falta, reclama la querella.


Todo se debió a una información equivocada que le dieron al llegar a esa cárcel. Le dijeron que tenía dos opciones: estar con la población general o en “custodia protectora”, la cual le sugirieron tomar. “El empleado de MTC le dijo al señor Murillo que la población en general era peligrosa y que estaría más seguro bajo custodia protectora”, afirma la demanda.

“Lo que siguió fue una pesadilla kafkiana de aislamiento, abuso e insensible desprecio por la salud física y mental del señor Murillo… Los detenidos en segregación administrativa pasan 23 horas al día solos en una celda. Su acceso al patio, la biblioteca, otros detenidos e incluso las duchas es muy limitado o inexistente. El señor Murillo no fue informado de estas condiciones restrictivas antes de que accediera a la ‘custodia protectora’”, describe la acción legal, asegurando que él desarrolló “dolor de espalda” por la falta de movilidad durante tanto tiempo.

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El infierno acabó hasta que ICE liberó a este inmigrante, quien vive en California, en febrero pasado. Pasó casi 14 meses desde que lo pusieron en aquella celda. Con todo eso, subraya la demanda, la empresa MTC “violó repetidamente los estándares mínimos de atención a los que estaba obligada”, al poner a Murillo Vega en confinamiento solitario “sin una evaluación individualizada, negarse a brindarle acceso a programas y servicios, y no realizar revisiones a este hombre.

“Mis derechos fueron violados”

“Esta no es solo mi historia, es la historia de miles de personas que han sufrido y continúan sufriendo en la detención migratoria. Hoy hablo porque quiero asegurarme de que lo que viví no le pase a nadie más. Y si lo hacen, quiero asegurarme de que los que causan el sufrimiento sean responsables de ello”, dijo Murillo Vega en un comunicado.

“Hay muchas personas detenidas que no hablan inglés y se aprovechan constantemente de ellas debido a esto. Lo vi con mis propios ojos. Si mis derechos fueran violados, incluso hablando inglés, imagínense lo que les pasa a quienes no hablan inglés: coacción, represalias, acoso y más. No debería ser necesario que el encarcelamiento nos haga daño para que nos preocupemos”, agregó.

ICE, que por norma no comenta sobre demandas, no respondió a una solicitud enviada por este medio.

Por su parte, Issa Arnita, portavoz de MTC, respondió en un breve mensaje: “Desafortunadamente, no podemos comentar ya que esto está en litigio”.

Fundada en 1981, MTC es la tercera empresa penitenciaria con fines de lucro más grande de Estados Unidos. También opera en Puerto Rico, Egipto y Reino Unido. Tiene casi 9,000 empleados. Reporta ingresos anuales de más de 2,000 millones de dólares, de acuerdo con la demanda.

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En su página de internet indica que además del centro de detención en Calexico, con capacidad para 782 inmigrantes, opera uno en Nuevo México que puede albergar 1,089 personas y tres más en Texas, con un cupo conjunto para poco más de 3,000 detenidos. Sus contratos con ICE se remontan a 2006

“La experiencia de la MTC en la detención de inmigrantes (brindando acceso a servicios y programación, un entorno limpio, seguro y protegido, y una cultura del personal que promueve el respeto y la empatía) marca la diferencia en la experiencia del detenido y, a cambio, mejora la operación y la cultura en general de la instalación”, dice el portal de la compañía.

“Monetizar el cautiverio humano”

Pero dos inspecciones recientes, una federal y otra estatal, han criticado en particular las condiciones a las que son sometidos los inmigrantes bajo confinamiento solitario en el centro regional Imperial.

En febrero de 2020, la Oficina del Inspector General (OIG) del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) reportó que esa Instalación cometía violaciones graves, específicamente respecto a sus prácticas de segregación administrativa, bajo la cual estuvo Murillo Vega.

Mientras que el Departamento de Justicia de California emitió un informe independiente en enero sobre las condiciones en esa cárcel para inmigrantes. Subrayó que imponía condiciones "extremadamente restrictivas" a las personas en confinamiento.

“No es ningún secreto que MTC tiene un historial de encerrar a personas en confinamiento solitario en violación a las políticas de ICE que debe seguir”, dijo en un comunicado Bree Bernwanger, abogada del Lawyers’ Committee for Civil Rights of the San Francisco Bay Area, una de las organizaciones que presentaron la demanda en nombre de Murillo Vega.

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“Mientras MTC continúa obteniendo ganancias, nuestro cliente y otros como él pagan las consecuencias. Las empresas privadas como MTC deben rendir cuentas cuando lastiman a las personas”, agregó Bernwanger.

Para Ellen Leonida, abogada de la firma BraunHagey and Borden, lo que le pasó a este inmigrante “es la consecuencia natural de monetizar el cautiverio humano. Él pasó 14 meses en un infierno viviente porque una prisión con fines de lucro puso la codicia por encima de los derechos humanos básicos”.

Además de buscar una compensación de al menos 75,000 dólares para Murillo “por el daño de por vida causado por los abusos en el centro de detención”, la demanda busca “responsabilizar” a la empresa MTC por presuntos daños causados a otros migrantes encarcelados.

Un detenido descansa sus manos en la ventana de su celda, ubicada en el 'área de segregación' del centro de detención de ICE en Adelanto, a unas 80 al noroeste de Los Ángeles en California.
Roberto Galán, un inmigrante salvadoreño de 33 años, detenido en Adelanto, posa para una fotografía.
Los internos llevan diferentes colores en sus trajes según sus características. Si viste de rojo significa que es un detenido de ‘alto riesgo’, que ha cometido un delito grave y pasó tiempo en una prisión estatal o federal. Si viste de naranja, indica que cometió un delito menor. Un traje azul muestra que el interno no tiene condenas penales o delitos menores en su registro.
Una mujer descansa en su celda. El centro de detención para inmigrantes es administrado por Geo Group Inc, una empresa privada multinacional, la segunda compañía de prisiones más grande del país.
Los detenidos pueden ejercitarse en el área de recreación del centro de detención, en dónde más de 1,800 inmigrantes esperan audiencias o deportación después de ser arrestados por agentes de ICE.
Un detenido lee acostado en la cama de su celda y junto a él hay una silla de ruedas. El centro de detención cumple con las regulaciones de ley para estadounidenses con discapacidades.
David Marin, un oficial senior de ICE basado en los Ángeles, fotografiado en la entrada del centro de detención de inmigrantes de Adelanto. Explicó a Reuters que poco había cambiado en las operaciones diarias de este centro de detención desde que Trump asumió el cargo. "No ha habido cambios importantes desde el cambio en la administración", agregó. "Todavía nos estamos enfocando en detener a extranjeros criminales, ese es nuestro compromiso con la seguridad pública".
Una mujer descansa en la cama de su celda. Alrededor de 240 de los detenidos en Adelanto son mujeres.
Los internos tiene derecho a hacer llamadas telefónicas desde el centro de detención, pero no pueden recibirlas. La página informativa sobre este centro de detención, en el sitio oficial de ICE, explica los pasos a seguir para que un detenido reciba un mensaje y regrese la llamada.
Varios internos juegan dominó. Los detenidos en Adelanto tienen acceso a una biblioteca de derecho, una clínica médica, servicios religiosos y una zona de recreación donde se puede jugar al fútbol y al baloncesto.
Un detenido de traje azul lleva los alimentos que le corresponden.
Dos inmigrantes detenidos en Adelanto comparten los audífonos para escuchar la televisión. El centro de detención tiene seis salas de juicio donde los jueces federales de inmigración llevan a cabo audiencias de remoción en persona o por video conferencia.
Inmigrantes detenidos de ICE hacen fila en el área de comidas, para obtener sus alimentos.
La comida consta básicamente de arroz, frijoles refritos y vegetales.
Los objetos personales de los detenidos son identificados, protegidos en bolsas de plástico y se guardan en el área de admisión del centro de detención.
Un grupo de mujeres comparte en un dormitorio compartido del centro de detención
Esposas y otros implementos de los custodios cuelgan de la pared en la entrada del centro de detención de Adelanto.
La puerta de entrada al cuarto médico para mujeres en Adelanto.
Una de las áreas comunes donde los detenidos pueden estar fuera de las celdas.
Un detenido dibuja flores con un marcador en una tarjeta de cumpleaños.
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Un detenido descansa sus manos en la ventana de su celda, ubicada en el 'área de segregación' del centro de detención de ICE en Adelanto, a unas 80 al noroeste de Los Ángeles en California.
Imagen LUCY NICHOLSON/Reuters
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