Nuevo informe muestra que Florida perdería más de 250,000 empleos (e ingresos) con la aplicación del E-Verify

El liderazgo republicano de Florida está impulsando un proyecto de ley que obligaria a las empresas a verificar que sus empleados no sean indocumentados, pero tendría un costo muy alto para el estado, según el informe de un grupo de líderes empresariales y tecnológicos.

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Por:
David C Adams.
Trabajadores agrícolas cosechan tomates en un campo de Florida.
Trabajadores agrícolas cosechan tomates en un campo de Florida.
Imagen Getty Images

La implementación de E-Verify resultaría en la pérdida de unos 140,000 puestos de trabajo directos, con una pérdida neta de 253,500 puestos, incluyendo empleos indirectos en Florida y 1.25 mil millones de dólares menos en ingresos fiscales estatales y locales, según un informe publicado este martes por el grupo pro inmigrante FWD.us.

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"Imponer la carga de aplicar este aspecto de la ley federal de inmigración a las empresas de Florida será una propuesta intrusiva y posiblemente costosa para los propietarios de negocios", dice el informe, que basó su hallazgo en "estimaciones creíbles" sobre impactos.

FWD.us es un grupo bipartidista de líderes empresariales y tecnológicos que incluye a Bill Gates de Microsoft y Mark Zuckerberg de Facebook entre sus fundadores.

La propuesta de ley fue una promesa de campaña del gobernador republicano Ron DeSantis, un aliado de las políticas migratorias del presidente Donald Trump, y busca hacer cumplir las restricciones federales de empleo de E-Verify entre empresas públicas y privadas.

La propuesta está creando divisiones en el Partido Republicano en un estado que podría determinar el resultado de las elecciones de 2020. DeSantis se enfrenta a la resistencia dentro de su propio partido, así como a un bloque de votantes - y donantes - tradicionalmente conservador: las poderosas asociaciones empresariales del estado lideradas por la Cámara de Comercio de Florida que argumentan que es una imposición innecesaria, además de ineficaz y costosa.


El informe, titulado 'Evaluación del impacto de la adopción obligatoria de verificación electrónica para Florida' muestra cómo la comunidad empresarial de Florida, específicamente las industrias de la hospitalidad, la agricultura, la construcción, la atención médica y el comercio minorista se verán particularmente afectadas por un requisito obligatorio de E-Verify.

Los aproximadamente 440,000 trabajadores indocumentados contribuyen con hasta 36.5 mil millones de dólares anuales en ganancias que permanecen en el estado de Florida, de acuerdo con el informe. Su presencia en el mercado se asocia con 868,444 empleos totales en Florida y 3.9 mil millones de dólares anuales en ingresos fiscales locales y estatales.

“Yo soy de Honduras, tengo 9 años y me llamo Génesis”, dijo a periodistas de 
<a href="https://www.facebook.com/watch/?v=192436578560114" target="_blank">Real America</a> una niña que espera la resolución del caso de asilo de su familia en un campamento de tiendas en Matamoros, México. “¿Por qué venimos huyendo de nuestro país? Ahí a los niños les venden cocaína en las escuelas”, agregó.
Hace un año la administración de Donald Trump comenzó la aplicación del Protocolo de Protección del Migrante (MPP), que ha regresado a México a unos 60,000 solicitantes de asilo para que esperenen ese país durante meses la resolución de sus casos. Muchos de ellos se ven obligados a permanecer en condiciones precarias en campamentos como este de Matamoros, Tamaulipas, muy cerca de Brownsville, Texas.
“Hay que pagar un impuesto de guerra cada semana y si no lo pagas, te van a matar”, continuó Génesis, describiendo la vida diaria de su país. La pequeña guió el recorrido de los periodistas de Univision por el campamento y presentó a otros niños que esperan ahí por la resolución de sus casos de asilo en EEUU.
“A veces sí me animo a estar aquí pero a veces no, porque hay lluvia, calor, hay niños sin estudiar y los padres no le pueden comprar medicinas porque no están trabajando”, continuó la hondureña.
El MPP fue activado por la Casa Blanca luego que México se negara a convertirse en tercer país seguro. El gobierno de Washington pretendía que su vecino del sur concediera asilo a la totalidad de los migrantes que cruzan su territorio y se dirigen a la frontera sur de Estados Unidos.
Al no conseguir su propósito, impuso una nueva regla que cambió parte de la política de asilo vigente desde 1980: con excepción de Menores No Acompañados (UAC) y mexicanos, el resto de migrantes que llegan buscando asilo serán procesados de igual forma, pero deberán esperar en México la resolución de sus casos en las cortes de inmigración estadounidenses.
“A veces vienen unos americanos a regalar cosas a los niños”, continuó Génesis. La pequeña y su familia tuvieron su segunda cita en inmigración el 14 de enero de 2020. Un juez les ordenó regresar a Matamoros a esperar por la tercera cita.
“Me duele mucho que ellos (los niños) estén pasando cosas feas, porque ellos no lo merecen”, dijo Yamali, la madre de Génesis. “Son menores de edad y ellos no tienen la culpa de lo que está pasando. Nosotros venimos huyendo de Honduras y venimos huyendo también por nuestras vidas”, agregó.
En el campamento de Matamoros un grupo de voluntarios lleva instala una “escuelita dominical” cada semana, que agrupa a los más pequeños y les dan algunas lecciones básicas.
"Hay que tener fe, ya las cosas van a cambiar. Hay que orarle a dios, pedirle que las cosas cambien. Tal vez el presidente Donald Trump no tiene piedad de nosotros. Por favor nos dejaran entrar a todos, porque venimos por el mismo motivo”, concluyó Génesis.
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“Yo soy de Honduras, tengo 9 años y me llamo Génesis”, dijo a periodistas de Real America una niña que espera la resolución del caso de asilo de su familia en un campamento de tiendas en Matamoros, México. “¿Por qué venimos huyendo de nuestro país? Ahí a los niños les venden cocaína en las escuelas”, agregó.
Imagen Nidia Cavazos

Pérdidas regionales

Los negocios de hostelería y construcción se verán particularmente afectados, según fwd.us. Se proyecta que las empresas de alojamiento y servicio de alimentos serán las más afectadas, con más de 79,000 puestos perdidos. La construcción sigue a 54,500 empleos, y la agricultura, el comercio minorista y la atención médica pierden más de 10,000 empleos.

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A nivel regional, las pérdidas se sentirían con mayor intensidad en el sur de la Florida, donde se perderían 145,862 empleos, y los ingresos fiscales locales y estatales caerían en 756 millones de dólares. En la región de Florida Central, las pérdidas equivaldrían a 72,997 empleos y 366 millones de dólares en ingresos fiscales locales y estatales. El nivel norte del estado de 36 condados se vería algo menos afectado debido a su menor población de inmigrantes.

Los estados del sudeste han sido la mayoría de los adoptantes de E-Verify. Sin embargo, muchos de los estados competidores de Florida en la producción de cultivos, incluido California, no han requerido el uso del sistema.

"En un momento de mercados laborales ajustados y bajo desempleo sin precedentes, la disminución del tamaño del grupo de trabajo disponible tendrá como resultado previsibles repercusiones negativas y costosas para las empresas, sus clientes y los floridanos en general", señala el informe.

Los defensores de E-Verify dicen que el programa es necesario para erradicar el empleo ilegal que explota a los trabajadores indocumentados a expensas de los empleados nativos. Pero el autor del informe FWD.us, Rick Harper, afirma: "Para que la economía de la Florida continúe prosperando, el crecimiento de la población es esencial. Las políticas que disminuyen el tamaño del grupo de trabajo disponible inevitablemente tendrán repercusiones negativas y costosas para las empresas, sus clientes y la gente de Florida ".

Aún sin servicio eléctrico, la inmigrante guatemalteca Aura Gaspar espera en la oscuridad junto a sus hijos, Isaac de 5 años de edad, y la pequeña Ashley de solo dos meses. Estima que prepararse para el paso de la tormenta le costó al menos 600 dólares. Su esposo, Juan Francisco, ha conseguido trabajo limpiando restos del paso de Irma en la zona de Fort Myers y Naples.
Como muchas en Immokalee, ciudad agrícola del suroeste de Florida, la casa móvil de Sandra Guzmán, en la foto junto a su hija María Valentina y su amiga Rosa Pulito, fue destrozada por los vientos del huracán Irma.
La Oficina del Censo de Estados Unidos estima que unos 3,3 millones de personas viven en pobreza en Florida, casi un 16% de los 20,6 millones de habitantes del estado. Sandra
<b> </b>Guzmán limpia su vivienda sin techo, luego del paso del huracán Irma.
Melissa Delarosa organiza su casa de Immokalee inundada tras el paso de Irma. Muchos de los residentes de la zona trabajan por horas en restaurantes, gasolineras, hoteles, tiendas y otros negocios que se vieron obligados a cerrar durante días tras la tormenta, lo que les ha dejado sin ingresos. Otros ganan dinero recogiendo cosechas que se venden en las tiendas de todo el país.
Quintana y Liz Perez miran a la inundación frente a su casa en Immokalee. Huir de Irma no era una opción para los que no tenían transporte para llegar a un refugio, no podían permitirse el combustible al norte y no podían arrendar una habitación de hotel. Los costes asociados con la limpieza o encontrar un lugar nuevo para vivir los han dejado más al límite que nunca.
Los residentes de la población migrante rural de Immokalee esperan las donaciones de emergencia después del huracán Irma. Un grupo de voluntarios de Atlanta distribuyó víveres y artículos sanitarios a cientos de desesperados residentes.
Aurelia Díaz y sus tres hijos sobrevivieron a Irma en su pequeño trailer, pero fue la peor noche de sus vidas, tal como comentó a Univision.
Niños caminan por las calles inundadas de Immokalee, especialmente afectada por el paso del huracán Irma.
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Con sus casas rodeadas de agua que temen pueden ser contaminadas por las aguas residuales, los residentes se ocupan de las secuelas del huracán Irma.
Los residentes de la población inmigrante de Immokalee, en su mayoría agricultores, esperan las donaciones de un grupo de voluntarios de Atlanta.
Eustolia Flores y sus cinco hijos huyeron al norte de la Florida dos días antes del huracán, y regresaron a casa para encontrarla devastada.
La casa de Eustalia Flores fue completamente destruida por la furia de Irma.
Muchas de las residencias en esta área son las casas móviles, las más afectadas por los vientos fuertes.
Las aguas entraron a la mayoría de las casas del pueblo. Muchos temen que puedan estar contaminadas.
En otra casa, Irma arrancó el techo como si fuera un papel tapiz, destruyendo todo dentro.
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Aún sin servicio eléctrico, la inmigrante guatemalteca Aura Gaspar espera en la oscuridad junto a sus hijos, Isaac de 5 años de edad, y la pequeña Ashley de solo dos meses. Estima que prepararse para el paso de la tormenta le costó al menos 600 dólares. Su esposo, Juan Francisco, ha conseguido trabajo limpiando restos del paso de Irma en la zona de Fort Myers y Naples.
Imagen Gerald Herbert/Ap
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