Senador Graham propone cambiar radicalmente la ley de asilo: se deberá pedir fuera de EEUU

El senador republicano propuso cuatro cambios para detener la migración centroamericana, entre los que está contratar 500 nuevos jueces de inmigración y permitir que los menores que llegan sean devueltos a su país.

Por:
Univision
El plan del senador republicano propone que los centroamericanos solicitantes de asilo hagan el pedido en los consulados de EEUU en sus países.
Video Lindsey Graham presenta proyecto de ley que, según él, propone terminar la crisis humanitaria en la frontera

El senador republicano Lindsey Graham presentó este miércoles un proyecto de ley con cuatro puntos que asegura "detendrán la crisis humanitaria" generada por la llegada de cientos de centroamericanos a la frontera sur de Estados Unidos solicitando asilo.

La propuesta busca eliminar la solicitud de asilo en suelo estadounidense y trasladarlo a los países de origen de los migrantes. "No habrá más peticiones de asilo en la frontera si vienes de Centroamérica", es el primer punto de su proyecto. "En el futuro, puedes aplicar por asilo en Centroamérica, pero tienes que hacerlo en un consulado estadounidense en tu país de origen", agregó. Hasta ahora, la ley estipula que el solicitante de asilo puede estar y permanecer en territorio estadounidense mientras su caso es procesado y tiene una decisión final.

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Luego, el senador siguió con su propuesta para atender la llegada masiva de menores no acompañados a la frontera: incluye otra reforma para permitir que sean devueltos a su país. "Es un hueco en la ley que podemos cerrar".

Su tercera sugerencia también contemplaría un cambio en las leyes de inmigración: quiere extender el periodo de detención de las familias de 20 días a 100, pues considera que tan pocos días son un incentivo para que los inmigrantes indocumentados consideren venir a Estados Unidos.

"Liberamos a la familia luego de 20 días. En América Central se corre la voz de que si viene con un menor su probabilidad de ser deportado es nula, su fecha de corte es en años y los liberamos en nuestro país", reclama. Esto genera, según Graham, "una tormenta perfecta en la frontera".

La última propuesta de Graham es que se contrate a 500 nuevos jueces de inmigración que puedan lidiar con el atraso en las cortes de unas 900,000 solicitudes de asilo.

"Si hacemos estas cuatro cosas, el incentivo creado por nuestras leyes dejará de existir y esta crisis humanitaria se irá acomodando por sí sola", asegura.

Según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), en abril hubo 98,977 arrestos de inmigrantes en la frontera sur de Estados Unidos, y los ciudadanos de Guatemala, Honduras y El Salvador representaban el grueso de las cifras. Al hacer el anuncio, CBP calculó el aumento de las detenciones en poco más de 6% en relación con el mes de marzo y, a pesar de políticas restrictivas en materia migratoria que han sido instauradas, no pareciera que los números descenderán en 2019.

La propuesta del senador es hecha en momentos en que las autoridades de inmigración aseguran estar viviendo una "crisis humanitaria sin precedentes" en la frontera. Han explicado incesantemente que los centros de procesamiento de la Patrulla Fronteriza y de detención del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) están desbordados y que decenas de funcionarios de esas y otras agencias federales están siendo transferidos a la frontera para atender las solicitudes de los migrantes.


Para el presidente Donald Trump, la construcción de un muro fronterizo es la salida para evitar la entrada de indocumentados. Graham asegura que ningún muro los frenará e insiste en las reformas legales.

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El proyecto de ley fue presentado un día después de que los asesores del mandatario, Stephen Miller y su yerno Jared Kushner visitaran el Capitolio para resumirle a los senadores los puntos principales de un plan migratorio en el que los dos han estado trabajando, que el presidente aprobó y pretende develar este jueves y que, por ahora, solo cuenta con apoyo republicano.

Y el martes, también los demócratas en el Senado presentaron un proyecto para reducir los cruces que contempla entre otras cosas una respuesta regional a la crisis y restaurar la ayuda de Estados Unidos a los países del Triángulo Norte (El Salvador, Guatemala y Honduras) para que puedan reducir la violencia y la pobreza, las principales razones que están forzando la migración centroamericana.

Graham dijo estar dispuesto a trabajar con senadores de ambos partidos para alcanzar un acuerdo en materia migratoria, siempre que sus cuatro ideas centrales sean incorporadas en un nuevo proyecto.

Tres meses y medio después de ser separada de su padre en la frontera sur de Estados Unidos tras ingresar ilegalmente al país, Adayanci Pérez Chávez, de 6 años, llegó a Ciudad de Guatemala el 30 de agosto. En la capital la esperaban sus padres, su hermano Dimaria Leonel, de 3 años, y algunas tías y primos.
Las autoridades entregaron a Adayanci a sus padres tras un vuelo desde Michigan, donde la niña estaba bajo custodia de Bethany Christian Services, una agencia contratada por la Oficina de Reubicación de Refugiados estadounidense que la asignó a dos familias de acogida. Según su padre, Hugo Leonel Pérez Mazariegos, lo primero que la niña le dijo al verle fue: "¿Por qué me dejaste?".
Adayanci es abrazada por su tío Edgar Chavez. Tras un viaje de más de seis horas entre la capital y Santa Ana, la localidad natal de la familia Pérez Chávez en el departamento de San Marcos, a la niña le esperaba una cena familiar para celebrar su regreso. Entre lágrimas de emoción por el reencuentro y abrazos a la pequeña, el abuelo encendió fuegos artificiales.
A la mañana siguiente de su llegada, a Adayanci le esperaba la que debía ser una jornada de celebración: sus profesoras y compañeras le habían preparado una fiesta de bienvenida en el colegio. Su madre, Alma Lucerito Chávez, baña a la niña antes de llevarla a la escuela.
Al llegar a su colegio y ver a sus antiguos compañeros esperándola, Adayanci se escondió detrás de su madre y no quería entrar a la escuela. Una de sus profesoras, Corina, la cargó para meterla en la clase. La niña no quería hablar con sus los otros estudiantes y, aunque había compartido las aulas con ellos hacía unos meses, decía que no los conocía.
Dentro de la escuela, la niña se quedó con la mirada perdida y sin hablar, mientras el resto de niños y profesoras trataban de animarla y expresarle palabras de aliento. "Ya no es la niña que dejé de ver hace cinco meses", lamentaba su maestra Claudia al recordar que antes era mucho más activa.
Adayanci es una de las más de 2,500 menores que fueron separados de sus padres en la frontera como parte de la 'política de tolerancia cero' de Donald Trump. La reunificación de la niña con su familia se aceleró después de que una psicóloga le diagnosticara con "estrés postraumático agudo" como consecuencia de la separación.
Alma Lucerito Chávez sostiene en brazos a su hija que se ha quedado dormida en medio de su fiesta de bienvenida en el colegio. "Yo siento mucho coraje porque cómo es posible que le hicieron esto", lamenta. "Lo que yo estoy viviendo con mi hija a los demás no les gustaría eso de sus hijos porque los niños ya no vienen igual. Vienen espantados".
En Michigan, Adayanci vivió con dos familias de acogida. A Guatemala llegó con una maleta y una mochila llena de ropa y juguetes que le regalaron, además fotos de su estancia en Estados Unidos, como esta en la que la pequeña aparece con sus padres de acogida que fue colocada junto al altar de la familia.
Además de no reconocer a algunos compañeros y miembros de su familia y de tener la mirada perdida en ocasiones, Adayanci llora más de lo habitual y se muestra más rebelde de antes de su partida. Sus padres aseguran que se despierta por la noche, a menudo en medio de pesadillas, y, aunque ha vuelto a la escuela, a veces sale antes de la hora. Los especialistas que vieron a la niña en Michigan atribuyen esos comportamientos al trauma de la separación. De no ser tratada adecuadamente, los psicólogos advierten que podría tener secuelas para toda la vida.
Adayanci posa con su abuelo delante de su casa en Santa Ana. Por sus bajos recursos de la familia y por vivir en un lugar alejado de la capital, a los Pérez Chávez les resulta casi imposible tener acceso a un tratamiento psicológico y terapia.
Por el momento, Alma y Hugo, los padres, solo cuentan con la ayuda de su familia y profesoras para que, con cariño y paciencia, Adayanci vuelva a ser la de antes. Ellos tratan de hacerla sentir cómoda preparándole la comida que más le gusta como los tamales.
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Tres meses y medio después de ser separada de su padre en la frontera sur de Estados Unidos tras ingresar ilegalmente al país, Adayanci Pérez Chávez, de 6 años, llegó a Ciudad de Guatemala el 30 de agosto. En la capital la esperaban sus padres, su hermano Dimaria Leonel, de 3 años, y algunas tías y primos.
Imagen Cindy Karp
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