Mandonna 'Donna' Kashanian vivió en Estados Unidos durante 47 años, se casó con un ciudadano estadounidense y crió a su hija. Estaba trabajando en el jardín de su casa en Nueva Orleans cuando, según su familia, agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) la esposaron y se la llevaron.
"¿Quién se lleva a una abuela?": ICE detiene a inmigrantes iraníes con décadas en EEUU como parte de la ofensiva de Trump
Aunque los iraníes llevan años cruzando la frontera de forma irregular, especialmente desde 2021, han enfrentado poco riesgo de ser deportados a su país de origen debido a la falta de relaciones diplomáticas con Estados Unidos. Pero ese ya no parece ser el caso.
Kashanian llegó en 1978 con una visa de estudiante y solicitó asilo, temiendo represalias por el apoyo de su padre al sah respaldado por Estados Unidos. Perdió su solicitud, pero se le permitió quedarse con su esposo e hija si se presentaba regularmente ante las autoridades de inmigración, según contaron ellos. Había cumplido con esa obligación, incluso llegó a presentarse desde Carolina del Sur durante las secuelas del huracán Katrina. Pero actualmente está detenida en un centro de inmigración en Basile, Louisiana, mientras su familia intenta obtener información.
Otros iraníes con estatus migratorio irregular también están siendo arrestados por las autoridades migratorias después de haber vivido durante décadas en Estados Unidos. El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) no ha revelado cuántas personas han sido detenidas, pero los ataques militares estadounidenses contra Irán han alimentado el temor de que se den más arrestos.
“Cierto nivel de vigilancia, por supuesto, tiene sentido, pero lo que parece haber hecho ICE es básicamente emitir una orden de detener a todos los iraníes que se pueda, estén o no vinculados a alguna amenaza, y luego arrestarlos y deportarlos, lo cual es muy preocupante”, dijo Ryan Costello, director de políticas del Consejo Nacional Iraní Americano, un grupo de defensa.
DHS no respondió de inmediato a un correo electrónico de la agencia AP solicitando comentarios sobre el caso de Kashanian, pero ha estado promoviendo los arrestos de iraníes. Ese departamento anunció la detención de al menos 11 ciudadanos iraníes por violaciones migratorias durante el fin de semana de los ataques con misiles de Estados Unidos. La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza dijo, sin dar detalles, que arrestó a siete iraníes en una dirección del área de Los Ángeles que “ha sido utilizada repetidamente para albergar a personas que ingresaron ilegalmente y están vinculadas con el terrorismo”.
DHS "está a toda máquina identificando y arrestando a terroristas conocidos o sospechosos y extremistas violentos que ingresaron ilegalmente a este país, ya sea a través de los programas de libertad condicional fraudulentos de Biden o por otros medios", dijo la portavoz Tricia McLaughlin sobre las 11 detenciones. No ofreció ninguna prueba de vínculos con el terrorismo o el extremismo. Su comentario sobre los programas de libertad condicional se refería a las vías legales de entrada ampliadas por el presidente Joe Biden, que su sucesor, Donald Trump, cerró.
"No es una amenaza. ¿Quién se lleva a una abuela?"
Russell Milne, esposo de Kashanian, dijo que su esposa no representa ninguna amenaza. Su solicitud de asilo fue complicada debido a “acontecimientos de su vida temprana”, explicó. Un tribunal dictaminó que un matrimonio anterior de ella fue fraudulento.
Pero durante más de cuatro décadas, Kashanian, de 64 años, construyó su vida en Louisiana. La pareja se conoció cuando ella trabajaba como camarera mientras estudiaba, a finales de los años 80. Se casaron y tuvieron una hija. Ella ha sido voluntaria en Habitat for Humanity, grababa tutoriales de cocina persa en YouTube y ha sido como una abuela para los niños del vecindario.
El miedo a la deportación siempre fue una sombra para la familia, dijo Milne, pero afirmó que su esposa cumplía con todo lo que se le pedía.
“Ella está cumpliendo con sus obligaciones", dijo Milne. "Está en edad de jubilación. No es una amenaza. ¿Quién se lleva a una abuela?”.
Aunque los iraníes llevan años cruzando la frontera ilegalmente, especialmente desde 2021, han enfrentado poco riesgo de ser deportados a su país de origen debido a la falta de relaciones diplomáticas con Estados Unidos. Pero ese ya no parece ser el caso.
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La administración de Trump deportó a cientos de personas, incluidos iraníes, a países que no eran los suyos para sortear obstáculos diplomáticos con gobiernos que se negaban a aceptar a sus ciudadanos de vuelta. Durante el segundo mandato de Trump, países como El Salvador, Costa Rica y Panamá han aceptado recibir a ciudadanos de otros países procedentes de Estados Unidos. La Corte Suprema autorizó, por ahora, expulsiones a Sudán del Sur, un país devastado por la guerra con el que no mantiene relaciones.
Más arrestos de inmigrantes iraníes
La Patrulla Fronteriza arrestó a iraníes en 1,700 ocasiones en la frontera con México entre octubre de 2021 y noviembre de 2024, según los datos públicos más recientes disponibles. DHS informó que aproximadamente 600 iraníes excedieron la duración de sus visas como visitantes de negocios o intercambio, turistas y estudiantes durante el período de 12 meses que terminó en septiembre de 2023.
Irán fue uno de los 12 países sujetos a una prohibición de viaje de Estados Unidos que entró en vigor este mes. Algunos temen que los crecientes arrestos de ICE sean otro golpe más.
En Oregon, un iraní fue detenido por agentes de inmigración la semana pasada mientras iba al gimnasio. Fue arrestado aproximadamente dos semanas antes de una cita programada para registrarse en las oficinas de ICE en Portland, según documentos judiciales presentados por su abogado, Michael Purcell.
El hombre, identificado como S.F. en los documentos, ha vivido en Estados Unidos por más de 20 años, y su esposa e hijos son ciudadanos estadounidenses. S.F. solicitó asilo en Estados Unidos a principios de la década de 2000, pero su solicitud fue rechazada en 2002. Su apelación fracasó, pero el gobierno no lo deportó y continuó viviendo en el país durante décadas, según los documentos judiciales.
Debido a los “cambios en las condiciones” en Irán, S.F. enfrentaría “un peligro mucho mayor de persecución” si fuera deportado, escribió Purcell en su petición. “Estas circunstancias están relacionadas con el reciente bombardeo por parte de Estados Unidos de instalaciones nucleares iraníes, lo que ha creado un estado de guerra de facto entre Estados Unidos e Irán”.
La larga residencia de S.F. en Estados Unidos, su conversión al cristianismo y el hecho de que su esposa e hijos sean ciudadanos estadounidenses “aumentan considerablemente la posibilidad de que sea encarcelado en Irán, o que sufra tortura o incluso ejecución”, afirmó.
De forma similar, la hija de Kashanian dijo que está preocupada por lo que le pueda ocurrir a su madre. “Ella intentó hacerlo todo bien”, dijo Kaitlynn Milne.
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