Los ataques de Estados Unidos de este domingo contra instalaciones nucleares iraníes plantean dos grandes interrogantes: ¿qué tan efectivos fueron y qué hará Irán ahora?
¿Qué tan efectivo fue el ataque de EEUU en Irán y qué hará Teherán ahora? Esto consideran analistas
EEUU asegura que sus bombardeos de este domingo “destruyeron por completo” instalaciones nucleares clave en Irán, pero el alcance real de los daños todavía está siendo analizado. Teherán aún no ha respondido, aunque su canciller advirtió que EEUU “cruzó una línea roja” y expertos prevén una represalia muy calibrada.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó que los bombardeos "destruyeron por completo" los principales sitios nucleares, calificándolos de un "espectacular éxito militar". El jefe del Estado Mayor Conjunto, Dan Caine, dio una evaluación preliminar similar, al decir que todas las instalaciones que fueron puestas en la mira registran "daño extremadamente severo y destrucción".
Hasta el momento, Teherán ha revelado poco sobre su respuesta, aunque el ministro de Asuntos Exteriores, Abbas Araghchi, afirmó que Estados Unidos había "cruzado una línea roja muy importante".
La agencia AFP analiza el impacto de los ataques y los posibles pasos siguientes.
¿Cuál fue el efecto de los ataques?
Estados Unidos atacó tres de los principales sitios nucleares de Irán, incluido Fordo, una instalación de enriquecimiento de uranio enterrada a unos 90 metros (295 pies) de profundidad.
El secretario de Defensa, Pete Hegseth, aseguró que los ataques “devastaron el programa nuclear iraní”.
Aún no se ha confirmado el alcance real de los daños, pero se especula que el material nuclear ya había sido trasladado previamente.
Héloïse Fayet, experta en temas nucleares del Instituto Francés de Relaciones Internacionales, dijo que imágenes satelitales que muestran actividad en torno a Fordo “sugieren que las reservas de uranio enriquecido pudieron haber sido trasladadas a sitios no supervisados por la OIEA (Organismo Internacional de Energía Atómica)”.
“Antes teníamos información, aunque imperfecta, gracias a las inspecciones del organismo; ahora ya no es posible realizar inspecciones”, dijo Fayet a AFP.
“En cuanto al conocimiento técnico de Irán, eso no puede destruirse, teniendo en cuenta que miles de personas han participado en su programa nuclear", agregó.

Andreas Krieg, profesor en King's College de Londres, calificó la acción de Estados Unidos como una “operación de alto riesgo con resultados impredecibles”, dado que la instalación estaba profundamente enterrada.
“Trump ha estado usando cuentas de inteligencia de fuente abierta (OSINT) para decir que Fordo ha sido destruido, mientras que los iraníes aseguran que solo hubo daños en la superficie”, afirmó.
Ali Vaez, director del proyecto sobre Irán en el International Crisis Group, afirmó que destruir Fordo “no pondrá fin necesariamente al programa nuclear de Irán”. “Teherán ha producido cientos de centrífugas avanzadas en los últimos años que están almacenadas en lugares desconocidos”, señaló.
¿Cuál sería el próximo paso de Irán?
Según Krieg, Irán buscará una “respuesta calibrada: lo suficientemente ruidosa como para hacerse notar, pero medida para no descontrolarse”.
Michael A. Horowitz, analista en geopolítica y seguridad, dijo que sus opciones incluyen atacar activos estadounidenses, cerrar el estrecho de Ormuz, clave para el comercio mundial de petróleo, o incluso atacar instalaciones energéticas en el Golfo, donde hay varias bases militares de Estados Unidos.
“Ninguna de esas opciones es buena ni logra gran cosa; se trata, sobre todo, de salvar la cara”, escribió en X. “Los riesgos, en cambio, son enormes".
Sin embargo, Horowitz agregó que hay otras formas de responder, como una represalia limitada contra Estados Unidos, seguida de nuevos ataques contra Israel y, eventualmente, negociar una salida.
El gobierno iraní ahora es consciente de que su propia existencia está en juego, afirmó Renad Mansour, investigador principal de Chatham House, quien comparó la situación con los tiempos de la guerra Irán-Irak (1980–1988).
“Está en modo de supervivencia”, dijo, y pronosticó “más violencia” a corto plazo, aunque con la posibilidad de una “desescalada gestionada” y posteriores negociaciones.
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Hamidreza Azizi, investigador visitante en el Instituto Alemán de Asuntos Internacionales y de Seguridad, opinó que Irán podría conceder a Trump una “victoria simbólica” y responder contra objetivos israelíes. “Eso mantendría a Washington fuera de la guerra mientras se intensifica la presión sobre Tel Aviv. El riesgo de que Estados Unidos se implique aún más recaería ahora en el próximo paso de Trump”, escribió en X.
“Si Trump sigue atacando a Irán sin nueva provocación, parecerá que está yendo a la guerra por encargo de Israel. Eso tiene un alto costo político, dada la oposición interna a una guerra con Irán”, consideró.
Mientras tanto, Irán podría negar saber qué ocurrió con su uranio enriquecido, evitar las inspecciones del OIEA y, más adelante, abandonar el Tratado de No Proliferación Nuclear.
“Trump puede haber logrado una victoria táctica, pero si Irán juega bien sus cartas, le entrega una granada política”, escribió Azizi. “Todo mientras trasladan el conflicto nuclear a un terreno más oscuro y peligroso”, agregó.
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