“Vi que murieron 10 personas asfixiadas”: los relatos de los detenidos por la dura política antipandillas de Nayib Bukele

Un informe de la organización Cristosal advierte que la política antipandillas de Bukele viola los derechos humanos, ha puesto arbitrariamente tras las rejas a “miles de personas” inocentes, propicia las torturas y los asesinatos, y oculta las verdaderas causas de muerte de quienes la han padecido.

Foto Isaias Alvarado
Por:
Isaías Alvarado.
La organización Cristosal que defiende los derechos humanos en El Salvador publicó un reporte donde denuncia torturas, muertes, arrestos injustificados y constantes violaciones a los derechos humanos por parte del gobierno del presidente Nayib Bukele y su estado de excepción. David Morales, jefe jurídico de justicia transicional, explica los hallazgos de este informe.
Video Moretones, asfixia por ahorcamiento, desnutrición: evidencias denuncian las prácticas de Bukele durante régimen de excepción

Un hombre que estuvo encerrado en la cárcel salvadoreña conocida como Mariona, la más grande de ese país, narró el supuesto infierno que pasó en una unidad donde los custodios golpeaban sin piedad a los reclusos. Aseguró que fue testigo de asesinatos que nadie investigó.

“Vi que murieron como 10 personas asfixiadas; en las celdas de enfrente vi que murieron otras personas porque los custodios las mataban. Los custodios lo sacaban, tal vez porque venía el custodio y el prisionero lo veía. Lo golpeaban en medio de la cancha y le daban descargas eléctricas. (En el caso de) otro señor… lo pusieron a correr en el piso y como estaba liso, el señor se cayó y cuando se iba a levantar los custodios le pegaron en la cabeza y allí murió”.

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Este es uno de varios testimonios que compila un nuevo informe sobre las condiciones en varios penales durante el régimen de excepción, que es parte de la mano dura contra las pandillas implementada por el presidente Nayib Bukele. La polémica medida lleva 14 meses en vigor y ha detenido a más de 68,000 personas presuntamente relacionadas con las maras y el crimen organizado.

Pero la organización de derechos humanos que elaboró este análisis, Cristosal, advierte que la política de Bukele viola las garantías individuales; ha puesto arbitrariamente tras las rejas a “miles de personas” que no están vinculadas a las pandillas; propicia la tortura, el maltrato sistemático, la falta de atención médica y hasta los asesinatos; y oculta las verdaderas causas de muerte de quienes la han padecido.

“El régimen de excepción se corresponde con un populismo punitivo del tipo ‘autoritario’”, señala el grupo, destacando que varios arrestos se han realizado sin investigación previa ni órdenes judiciales, solo por denuncias anónimas y porque la persona tenía tatuajes “artísticos” similares a los de los mareros.

“Según los testimonios de personas que estuvieron recluidas en Mariona, Izalco y Quezaltepeque, hay ejecuciones al interior de las cárceles, pero nadie habla de ello porque tienen miedo; en algunos casos se presume que son sicarios, pero también se afirma que muchos mueren a consecuencia de las palizas, golpes y choques eléctricos que les causan los custodios”, denuncia el reporte.

Autoridades de EEUU acusaron al gobierno de Bukele de negociar en secreto con jefes de la Mara Salvatrucha (MS-13). Gabriel Labrador, periodista de El Faro, aseguró que con esta revelación se pone en tela de juicio la veracidad de la narrativa oficial sobre la razón por la cual han reducido los homicidios. “Con estas acusaciones se desmonta la teoría de que el plan de seguridad gubernamental estaba funcionando y se evidencia que los homicidios van a la baja por los acuerdos”, dijo. Puedes ver en ViX más noticias gratis.
Video EEUU acusa a El Salvador de negociar con pandilleros de la MS-13: ¿cómo afecta esto al gobierno de Nayib Bukele?

El régimen y la reacción de Bukele

Cristosal ha documentado el fallecimiento de al menos 153 personas que fueron detenidas durante el régimen de excepción, siendo la causa principal una “probable muerte violenta”. Los cadáveres tenían hematomas, laceraciones, heridas por objetos punzocortantes y señales de estrangulamiento, asegura.

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Varios grupos defensores de los derechos humanos han denunciado reiteradas violaciones y abusos "de poder" en el marco del estado de excepción, que suspende la libertad de asociación, el derecho de una persona a ser debidamente informada de sus derechos y de los motivos de su detención, así como del derecho a tener la asistencia de un abogado.

Esta iniciativa fue aprobada por el Congreso a petición de la administración de Bukele, luego de que en un solo un día de 2022 se registraran 62 asesinatos atribuidos a bandas delictivas.

El presidente, cuya gestión registra un amplio nivel de aprobación conforme bajan los índices de inseguridad, ha criticado a quienes se oponen a las acciones emprendidas contra “terroristas”.

“Que sepan todas las ONGs (organizaciones no gubernamentales) de derechos humanos que vamos a arrasar con estos malditos asesinos y sus colaboradores, los meteremos en prisión y no saldrán jamás”, tuiteó Bukele tras ordenar el despliegue de más de 5,000 soldados por el asesinato de un policía en Nueva Concepción a mediados de mayo. Días después se informó que tres sospechosos, supuestos miembros de la Mara Salvatrucha (MS-13), habían sido detenidos en dicha localidad.


“No nos importan sus reportajes lastimeros, sus periodistas ‘prepago’, sus políticos marionetas, ni su famosa ‘comunidad internacional’ que jamás se preocupó por nuestra gente. Sanaremos nuestro país y eliminaremos esta peste por completo”, escribió entonces el mandatario.

Hasta ahora, el presidente no se ha referido específicamente al informe elaborado por Cristosal.

“Muchachas embarazadas abortaron”

En 98 páginas, la organización da voz a quienes quedaron bajo custodia del Estado en meses recientes. “Mientras estaban hincados les ponían descargas eléctricas y a uno hasta le sacaron sangre. Al entrar al sector donde iban a quedar, los custodios les dieron otra golpiza”, contó un joven de 20 años que estuvo en Mariona.

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“Muchachas que iban embarazadas y como no se les dio asistencia médica a tiempo, abortaron. Yo vi a una muchacha que a ella se le reventó su apéndice en la celda donde estábamos, la llevaron al hospital, le hicieron el lavado y a los tres días la llevaron nuevamente al piso donde estábamos”, narró una mujer que fue detenida durante el régimen de excepción.

Otra reclusa relató lo siguiente: “Vi cuando los custodios le pegaron a una joven que se robó unos paquetes de limpieza y alimentos, hasta intervino el director del centro penitenciario para golpearla. La dejaron bastante lesionada debido a que le ocasionaron golpes en sus extremidades. El castigo extremo era enviar a las internas al denominado ‘calabozo’, que era una celda pequeña... También las ponían al sol para hacer flexiones hasta que estaban al borde del desmayo”.

La negligencia médica habría provocado la muerte de varios detenidos, según Cristosal, que describe el caso de un hombre de 45 años y con discapacidad intelectual, que falleció por “edema pulmonar” y fue sepultado en una fosa común.

“Sin embargo, las fotografías forenses muestran que el cadáver presentaba edemas en el rostro. Personas entrevistadas informaron que fue golpeado dentro del penal donde estaba recluido, recibió patadas en el estómago que le provocaron que expulsara sangre por la nariz y boca, lo que provocó que perdiera la movilidad y no pudiera comer; no recibió atención médica”, se lee en el reporte.

Las palizas eran la “bienvenida” cotidiana en los centros penitenciarios y se les advertía que torturarían aún más a quienes denunciaran lo sucedido a las organizaciones que visitaban las cárceles, según el informe. “Cuando llegamos al penal nos bajaron de la 'coaster' (autobús) y lo primero es que nos hincan donde había grava. Estuvimos media hora en grava y temblando del miedo porque mirábamos cómo los ingresaban agachados, hincados, y te golpeaban”, narró un joven de 23 años.

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Entre los fallecidos bajo custodia estaba un hombre de 52 años que tenía una tienda pequeña y un molino. Los pandilleros llegaban drogados y armados a su negocio y le exigían que les diera comida. Eso bastó para acusarlo de ser cómplice y detenerlo, de acuerdo con el informe. En la cárcel murió por “edema pulmonar”, según el informe.

Otras denuncias hechas en la investigación de Cristosal son que les daban a los detenidos muy poca comida y agua, que había hacinamiento en las celdas, que algunos estaban en las cárceles en calidad de “desaparecidos” porque no les notificaban a sus familiares y que, en algunos casos de fallecimiento, sus seres queridos se enteraron a través de las redes sociales y de empleados de funerarias.

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<b>En video: El Salvador traslada a los primeros 2,000 pandilleros al Centro de Confinamiento del Terrorismo</b>
El Gobierno de El Salvador trasladó la madrugada de este viernes a 2,000 supuestos pandilleros a una nueva mega carcel, 
<a href="https://www.univision.com/noticias/america-latina/megaprision-bukele-salvador-pandilleros-terroristas-mara-salvatrucha-barrio-18-fotos">el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot)</a>, que tiene capacidad para unas 40,000 personas, según informó el presidente Nayib Bukele.
"Hoy en la madrugada, en un solo operativo, trasladamos a los primeros 2.000 pandilleros al Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT)", publicó el mandatario en sus redes sociales. El gobierno salvadoreño difundió varias fotografías para mostrar el traslado.
"Esta será su nueva casa, donde vivirán por décadas, mezclados, sin poder hacerle más daño a la población”, escribió Bukele en su perfil en Twitter, donde también publicó un video que mostraba el ingreso de pandilleros a la prisión.
Pese a que el gobierno no avisó de los traslados, familiares de detenidos por el régimen de excepción se concentraron y lloraron a las afueras del Centro de Detención Menor La Esperanza, el sitio donde salieron los presos rumbo a la nueva prisión.
A inicios de febrero, Amnistía Internacional (AI) expresó su preocupación por esta nueva mega cárcel en El Salvador, y manifestó su "profunda preocupación", dado que "la construcción de esta nueva prisión podría suponer la continuidad y el escalamiento de estos abusos".
Los presos llegan al Cecot, de acuerdo con esta imagen distribuida por el gobierno salvadoreño. Bukele inauguró el Cecot a finales de enero y el ministro de Obras Públicas, Romeo Rodríguez, dijo al mandatario que esta "se constituiría en la cárcel más grande de toda América" y que "sería imposible que salga un reo" del recinto, que tiene 23 hectáreas de construcción.
La construcción de esta prisión se dio entre críticas de la oposición que ha señalado falta de transparencia, principalmente por la aprobación en la Asamblea Legislativa, dominada por el oficialismo, de una ley que permitía saltarse los controles acostumbrados en las obras estatales.
De acuerdo con las cifras oficiales, bajo el régimen de excepción – 
<a href="https://www.univision.com/noticias/america-latina/el-salvador-aprueba-prorroga-extender-estado-de-excepcion" target="_blank">aprobado en marzo de 2022 tras una escalada de asesinatos</a>– se ha detenido a más de 64,000 personas, a las que el Gobierno acusa de ser pandilleros y de las que se han liberado a más de 3,300.
Las organizaciones humanitarias salvadoreñas y la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH) han recibido más de 7,900 denuncias de atropellos, la mayoría por detenciones arbitrarias.
La cárcel, ubicada a 74 kilómetros de la capital en el municipio Tecoluca, departamento de San Vicente, tiene 33 manzanas de construcción dentro de 236 manzanas aisladas de la ciudad. Está compuesta de pabellones de confinamiento con camarotes metálicos y celdas de castigo, salas de audiencias virtuales y dos módulos para fábricas contra el ocio penitenciario.
Dos días antes del traslado, una acusación del Departamento de Justicia de Estados Unidos contra 13 supuestos líderes de la mara MS-13, por múltiples crímenes en Nueva York, señaló a las pandillas 
<a href="https://www.univision.com/noticias/pandillas/gobierno-nayib-bukele-pacto-mara-salvatrucha-ms13-politica-mano-dura" target="_blank">de haber negociado con miembros del gobierno</a> y partidos políticos para reducir homicidios a cambio de beneficios.
La prisión también ha recibido críticas de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA, por sus siglas en inglés), Human Right Watch (HRW) y la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) por supuestas violaciones a los derechos humanos y contradicción de estándares internacionales.
Juan Pappier, subdirector para las Américas de HRW, aseguró que las reglas mínimas para el tratamiento de reclusos de las Naciones Unidas, conocidas como Reglas Nelson Mandela, sugieren que las prisiones de régimen cerrado no tengan una cantidad tan elevada de reclusos porque esto puede ser “obstáculo para la individualización del tratamiento” de los detenidos. “Señalan como parámetro que en algunos países se considera que el número de reclusos en dichos establecimientos no debería pasar de 500. Un complejo penitenciario diseñado para albergar 40.000 personas claramente sería incompatible con este estándar internacional”, opinó.
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Juan Pappier, subdirector para las Américas de HRW, aseguró que las reglas mínimas para el tratamiento de reclusos de las Naciones Unidas, conocidas como Reglas Nelson Mandela, sugieren que las prisiones de régimen cerrado no tengan una cantidad tan elevada de reclusos. “Señalan como parámetro que en algunos países se considera que el número de reclusos en dichos establecimientos no debería pasar de 500. Un complejo penitenciario diseñado para albergar 40,000 personas claramente sería incompatible con este estándar internacional”, opinó.
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