Cómo el diario íntimo de la hija de Biden terminó en manos de un grupo conservador que pensó usarlo para atacarlo en la campaña

El diario íntimo de Ashley, la hija del presidente Joe Biden, terminó en manos de un grupo conservador en plena campaña del 2020, que consideraba usarlo para "avergonzar" al entonces candidato demócrata y apuntalar la posibilidad de reelegirse para el presidente Donald Trump.

Pero, ¿cómo pudo un documento tan personal de la hija de un candidato presidencial terminar en manos de un grupo radical, Project Veritas, famoso por sus tácticas engañosas para atacar políticas liberales y organizaciones progresistas?

La historia detrás del recorrido de este diario íntimo la relata en un nuevo reporte el periódico The New York Times para el que se usaron documentos judiciales del caso que ha presentado el Departamento de Justicia contra Project Veritas.

La trama la integran, además del grupo conservador, una seguidora del expresidente Trump y una engañosa llamada telefónica que hicieron que el diario íntimo terminara en manos equivocadas y que estas acciones sean hoy parte de una investigación criminal federal.

La historia del diario de Ashley Biden

Ashley Biden llevó un diario sobre cómo se recuperaba de una adicción. La hija del presidente lo dejó guardado junto a otras pertenencias suyas en la casa de un amigo, en Florida, en la primera parte del 2020, en medio de los comienzos de la pandemia. Le dijo que planeaba regresar a buscar esas bolsas en algunos meses.

Pero en julio de 2020 (justo en plena campaña presidencial) una mujer de nombre Aimee Harris se mudó a esa misma casa. El amigo de la hija del presidente era el exnovio de Harris). Ella le dijo a su ex que estaba peleando la custodia de sus dos hijos y que no tenía dinero ni lugar donde vivir.

Harris era una seguidora de Trump y se enteró de que Ashley Biden se había quedado en la misma casa de alquiler durante los inicios de la pandemia.

Allí la nueva inquilina encontró el diario y se contactó con Robert Kurlander, un amigo suyo que estuvo en prisión en los 90 por fraude, detalla el reporte. Ambos pensaron que podían vender el diario y así Harris obtendría dinero para la batalla legal que tenía por delante.

De las manos de un amigo a un evento de campaña de Trump

Documentos citados por el periódico detallan que Kurlander contactó a Elizabeth Fago, una donante de campaña de Trump que organizaría un evento de recaudación al que iría el hijo del exmandatario, Donald Trump Jr.

Fago dijo que el contenido de ese diario, que se cree que podría ser vergonzoso para Biden, podría ayudar a la campaña de Trump, según las fuentes.

Harris y Kurlander, entonces, asistieron al evento de recaudación con Trump Jr. en la casa de Fago en Jupiter, Florida, para ver si la campaña de reelección del republicano quería comprar el diario íntimo de Ashley Biden.

El cuaderno circuló por el evento, aunque no se sabe cuántas personas lo pudieron haber visto. La familia Fago alertó al grupo Project Veritas, una organización activista ultraconservadora, de la existencia del diario personal.

Del evento de campaña a una llamada engañosa

Un mes antes de las elecciones de noviembre de 2020, Ashley Biden recibió una llamada de un hombre que se ofrecía a ayudarla.

The New York Times detalla que, en un tono amistoso, el hombre dijo que había encontrado un diario íntimo que creía que pertenecía a ella y que quería devolvérselo. Pero se trataba de un engaño.

El hombre que llamó a Biden en realidad no era alguien con 'buenas intenciones', sino que trabajaba para Project Veritas.

"Rodeado de otros miembros importantes del grupo, la persona que llamó intentaba engañar a la Sra. Biden para que confirmara la autenticidad del diario, que Project Veritas estaba a punto de comprar... por $40,000", informa el periódico.

La investigación sobre el 'engaño' de Project Veritas

Los detalles sobre las maniobras de Project Veritas fueron extraídos de documentos judiciales y son parte de una investigación criminal federal en la que los fiscales sugirieron "que tienen evidencia de que el grupo fue cómplice en el robo de la propiedad de la Sra. Biden y en el transporte de bienes robados a través de fronteras estatales", apunta el diario.

El hecho de que hayan llamado a Ashley Biden engañándola e identificándose con un nombre falso podrían complicar aún más a Project Veritas que realiza "emboscadas" y "operaciones de vigilancia" encubiertas de modo regular contra grupos liberales y periodistas, precisa el informe.

Project Veritas ha negado saber que el diario había sido robado y argumenta, buscando amparo en la Primera Enmienda que protege la libre expresión, que es una organización de medios que está siendo investigada injustamente por hacer simplemente periodismo, pese a que prácticas como llamadas engañosas no son éticas.

Desde el Departamento de Justicia, en cambio, dicen que la Primera Enmienda no protege acciones como el "robo" y "el transporte interestatal de propiedad robada".

Expertos consultados por The New York Times indican que la defensa del grupo se debilita porque quien hizo la llamada no aclaró su verdadera afiliación e incluso usó un nombre supuesto, algo que no es la práctica aceptada para un medio de comunicación, ya que se considera un esfuerzo engañoso para obtener información.