El objetivo de la reforma migratoria de Donald Trump se basa en el cumplimento de sus promesas de campaña, que incluye la construcción del muro en la frontera sur y la deportación de unos 11 millones de indocumentados.
La cronología de la 'tolerancia cero' en la política migratoria del gobierno de Trump
Desde que llegó a la Casa Blanca, el presidente ha modificado la ley de inmigración a golpe de memorandos y acciones ejecutivas sin el respaldo del Congreso, una estrategia que ha puesto a 11 millones de indocumentados al borde de la deportación de Estados Unidos.

A casi 20 meses de haber llegado a la Casa Blanca, Trump ha logrado poner un freno a los millones de inmigrantes que buscan maneras de legalizar su permanencia en Estados Unidos, extender sus permisos temporales de empleo, ingresar para reunirse con sus familiares, pedir asilo porque en sus países de origen sus vidas corren peligro a causa de la violencia, la pobreza o la guerra, y recientemente aumentar los requisitos para pedir la residencia y la ciudadanía.
Para implementar su dura política migratoria, el mandatario no ha requerido del apoyo del Congreso, a pesar de que ambas cámaras están controladas por los republicanos. La razón es una sola: no todos en su partido apoyan sus ideas. Hay algunos, como los senadores Jeff Flake (Arizona), Lindsey Graham (Carolina del Sur), Cory Gardner (Colorado) y hasta antes de su muerte John McCain (Arizona), han rechazado los planteamientos del mandatario porque, aseguran, no incluyen a los 11 millones de indocumentados, entre ellos por ejemplo los dreamers.
Las objeciones, sin embargo, y el apoyo de algunos republicanos a propuestas bipartidistas de reforma migratoria, han sido desestimadas por los principales asesores de la Casa Blanca, entre ellos Stephen Miller, un declarado antiinmigrante y contrario a cualquier tipo de cambio que abra la puerta a la regularización de indocumentados.
La reforma de Trump
El plan migratorio de Trump niega la legalización permanente a cualquier grupo de indocumentados a menos que el Congreso pacte con él una solución para los dreamers. Pero siempre y cuando le den dinero para financiar el muro en la frontera con México.
El más reciente debate sobre este tema lo perdió en marzo. Y a pesar del fracaso, el presidente no cede y ha descubierto que puede llevar a cabo su proyecto de la misma manera como lo hizo Barack Obama, a quien criticó durante toda su campaña: por medio de acciones ejecutivas y memorandos.
Los principales decretos, memos e instrucciones firmadas por Trump desde que asumió el poder se encuentran detallados en la página digital de la Casa Blanca y son los siguientes:
Los argumentos de Trump
Desde el comienzo de su campaña Trump prometió a sus seguidores que deportaría a los 11 millones de sin papeles en un plazo de 18 meses y que construiría un muro a todo lo largo de la frontera con México, y que lo pagaría el vecino del sur.
Por ahora, no ha cambiado de parecer. Aunque en algún momento durante los debates en el Congreso sobre el futuro de DACA (a finales de enero) pareció ceder terreno (ofreciendo la ciudadanía a 1.8 millones de dreamers a cambio de $25,000 millones para desarrollar su agresiva política migratoria), su estrategia sigue siendo la misma.
El Congreso no le compró la oferta de legalizar a los soñadores. A cambo, sólo le otorgó $1,600 millones para reparar los tramos actuales de la valla fronteriza y un leve incremento en las partidas presupuestarias que financian la maquinaria de deportaciones que heredó de su antecesor, Barack Obama, recursos que para Trump no son suficientes.
Los pilares migratorios
Trump asegura que la inmigración ha convertido a Estados Unidos en un caos y reclama acciones inmediatas para restablecer el orden. Dibuja un país en guerra, pero el conflicto aludido solo lo miran sus seguidores y la Casa Blanca no tiene maneras de mostrar la crisis que vende el presidente.
“Estados Unidos debe adoptar un sistema de inmigración que sirva al interés nacional”, se lee en la página web del gobierno. “Para restablecer el estado de derecho y asegurar nuestra frontera, el presidente Trump se compromete a construir un muro fronterizo y garantizar la pronta eliminación de los entrantes (inmigrantes que ingresan al país) ilegales (indocumentados)”.
Añade que para proteger a los trabajadores estadounidenses, Trump apoya la finalización de la migración en cadena (reunificación familiar), la eliminación de la Lotería de Visas y el cambio a un sistema de inmigración para los inmigrantes que llegan basado en el mérito”.
“Estas reformas impulsarán la seguridad y la prosperidad de todos los estadounidenses mientras ayudan a los nuevos ciudadanos a asimilarse y prosperar”.
En ninguna parte del texto Trump menciona al Congreso para cambiar la Ley de Inmigración y Nacionalidad vigente promulgada por Lyndon B. Johnson en 1965, y que entró en vigor el 30 de junio de 1968. Lo quiere hacer solo, con decretos y memos desde el escritorio de la Oficina Oval.
Medidas adicionales
Además de acciones ejecutivas y memos, el gobierno de Trump ha implementado otra serie de medidas adicionales tales como:












