Disputa territorial de taqueros termina con un arresto y una buena noticia para el afectado

Un hombre roció un extintor sobre la carne e ingredientes de una taquería ambulante para obligarla a irse de una esquina de Los Ángeles. El video se difundió como pólvora en la Internet y las autoridades detuvieron al sospechoso. El local afectado es ahora muy popular.

Foto Isaias Alvarado
Por:
Isaías Alvarado.
Inspectores del Departamento de Salud del condado Los Ángeles y policías de El Monte llegaron al puesto de tacos la noche del sábado para una inspección por supuesta venta sin permisos, pero terminó en un violento enfrentamiento. Los dueños del negocio aseguran que uno de ellos los amenaza frecuentemente y presentaron videos en los que se ve a los uniformados golpeándolos. La policía señala que los oficiales respondieron a la agresión del vendedor.
Video "Ellos no dejaban de pegarme": vendedora de un puesto de tacos tras enfrentamiento con la policía

Gracias a un video que se viralizó en las redes sociales, la policía de Los Ángeles, California, identificó y arrestó a un hombre que fue grabado mientras vandalizaba con un extinguidor el local callejero de su competencia. Quería correrlo del lugar que reclamaba como suyo, pero logró justo lo contrario: tras el incidente decenas de clientes indignados se volcaron para comprarle al vendedor afectado.

El incidente ocurrió la noche del jueves en la esquina de la calle Mulberry Drive y la avenida Mills, en la zona no incorporada de South Whittier, en el condado de Los Ángeles.

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En el video que ha registrado miles de vistas en Facebook y TikTok se observa a un hombre que sale del camión de comida llamado ‘Aki-Los Tacos’, que estaba estacionado a unos pasos del puesto callejero ‘Tacos La Güera’, y rocía un balde de agua sobre el asador.


“Oye, amigo, me están echando a perder la mercancía”, le reclama quien graba la escena. “Está bien”, le dice el hombre. “No, ¿cómo va a estar bien?”, revira el afectado. “Lo voy a seguir allá”, advierte el otro.

Minutos más tarde, el sospechoso camina de manera intimidante frente al puesto y vuelve para rociar un extintor sobre la carne, los ingredientes, un bote con agua de horchata y el asador. “Nos vemos”, expresó irónico.

Los trabajadores de ‘Tacos La Güera’ no pudieron hacer nada más que tirar los alimentos dañados, guardar sus cosas y retirarse del sitio. Jamás pensaron que al compartir el video en las redes sociales las autoridades responderían. Al día siguiente, el departamento de Alguaciles del condado (LASD) vio la grabación, localizó al taquero agraviado y levantó una denuncia por vandalismo.

“Con base en el video y la información de la comunidad, se identificó al sospechoso. Más tarde en la noche, la investigación continuó y el sospechoso fue arrestado en su casa”, informó el sábado la estación en Norwalk del LASD en su cuenta de Twitter.


El sospechoso, cuyo nombre no ha sido publicado, fue detenido en su domicilio alrededor de las 11 pm (hora local) del viernes y ahora enfrenta un cargo grave de vandalismo. Su captura se facilitó porque grabaron las placas y el nombre del camión de comida.

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“Vino y aventó agua en el asador. No son formas de hacer las cosas. Puede hablar o hacer las cosas bien, pero no quiere el señor”, se escucha en el video. “Está peleando su puesto, su lugar”.

La oficina de alguaciles y los medios de comunicación informaron que decenas de clientes acudieron a comprarle comida a ‘Tacos La Güera’ durante el fin de semana. “Desde que el video ganó popularidad en las redes sociales, se formó una gran multitud en apoyo del vendedor de tacos que fue victimizado. Les recordamos a quienes apoyen que lo hagan de manera segura”, pidió la policía en Twitter.


El cantante de música regional mexicana Juan Rivera fue uno de los clientes que fueron al humilde local de ‘Tacos La Güera’. Él llevó varios kilos de carne que donó un negocio hispano, según un video que el artista subió en su página de Facebook.

“Llegó con una prepotencia como si fueran dueños de todo Whittier, de todo California”, le contó Felipe Plascencia, familiar de la dueña de la taquería. “Fue algo muy feo. El sol sale para todos”.

Una colecta en GoFundMe que se abrió para ayudar a un empleado de ‘Tacos La Güera’ había recibido más de 5,200 dólares hasta la publicación de esta nota.

Rocío Gascón, dueña del negocio callejero, le dijo al canal ABC7 que el día del incidente era la primera vez que se colocaban en el sitio. Contó que había estado explorando la zona días antes para verificar que ningún otro vendedor de comida se instalara allí y no afectar sus ventas.

Uno de sus empleados, Armando Martínez, narró al mismo medio que el sospechoso llegó primero en una camioneta y los amenazó para que se fueran. Treinta minutos después volvió ya con el camión de comida para emprender su lucha territorial.

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“Todos estamos disgustados por lo que pasó. Entonces vinimos para apoyar”, dijo al canal CBS2 Rocky Padilla, un residente de Whittier que el sábado por la noche hacía fila en la taquería ambulante.

A pesar de la intervención de los alguaciles, uno de los empleados de ‘Tacos La Güera’ decidió no volver al local por temor a las supuestas amenazas de muerte que hizo el sospechoso. Gascón dice que ella decidió volver porque los alguaciles le indicaron que no la quitarían de ese lugar.

Tras la crisis económica generada por la pandemia, varios taqueros ambulantes comenzaron a instalarse en Whittier y otras partes de Los Ángeles, donde la policía no los desaloja. La mayoría vende de viernes a domingo, por las noches, mientras desempeñan otros oficios el resto de la semana.

Un empresario hispano trajo a constructores mexicanos para trabajar en obras en el norte de California. Pero allí los sometió a condiciones de esclavitud, según la Fiscalía federal.
Los albañiles eran reclutados a través de anuncios clasificados difundidos en Tijuana como este, que ofrecía empleo en Estados Unidos solo con dos requisitos: “tener visa y ganas de trabajar”.
Los interesados en el empleo viajaban en vehículo hasta la ciudad de Hayward, en el área de la Bahía de San Francisco.
A simple vista, parecía un negocio normal dedicado a la construcción en el norte de California. Pero detrás de una de las bodegas, en galeras precarias, se quedaban a dormir los empleados mexicanos.
Los investigadores que catearon las propiedades del empresario Job Torres Hernández encontraron sanitarios sucios y almacenes usados como dormitorios que no contaban con servicio de agua potable.
Las autoridades creen que Torres Hernández se aprovechó de sus empleados al menos entre mayo de 2015 y agosto de 2017, cuando fue arrestado en un operativo policiaco.
En cualquier rincón donde podían tender una colcha descansaban los albañiles tijuanenses.
Una bandera estadounidense cuelga en la pared del “cuarto” de un trabajador, quien dormía sobre dos tablas y una colchoneta.
Varios empleados testificaron en el juicio contra Torres Hernández, alegando que incluso los hizo trabajar sin descanso hasta 24 horas seguidas.
De acuerdo con documentos judiciales, los trabajadores tenían “acceso limitado” a sanitarios y duchas. En estas condiciones encontraron los detectives uno de los baños.
Un televisor plasma contrasta con la pésima situación en la que vivía uno de los albañiles de Tijuana llevados con falsas promesas hasta el área de la Bahía de San Francisco.
Un testigo identificado como JRLA contó que el acusado le dijo al contratarlo que “no debería preocuparse por un lugar para vivir” en California y que al ofrecerle un espacio en una bodega le prometió “que él pagaría renta o gas o agua”.
La maleta de uno de los empleados quedó en medio de ropa sucia y una bolsa negra para la basura.
La víctima JRLA contó que cuando le cobró a Torres Hernández el sueldo que había ganado este lo amenazó diciendo que “tenía muchos conocidos y que, de hecho, sabía dónde vivía mi familia”.
A un hombre identificado como JMNT le advirtió tras una acalorada discusión pidiéndole su sueldo que “iba a ir con su gente (a Tijuana) y que se encargaría de mí y de mis familiares”.
Una computadora portátil sobre una caja de cartón y un recipiente de plástico quedó en un espacio de la bodega. Un cuadro de un avión antiguo parecía aligerar la dura realidad del huésped.
Otro afectado, ALA, aseguró que el empresario le dijo que si se enteraba que estaban buscando empleo en otro lugar “les echaré a Migración”.
Según el relato de varios afectados, estos siguieron trabajando para el acusado porque les prometió que les ayudaría a conseguir una green card y “por el dinero que me debía”.
Los fiscales presentaron ante el jurado esta fotografía en la que se observa la cadena y el candado con los que el empresario encerraba a los albañiles.
Job Torres Hernández es propietario de Silvery Towers y varias compañías de la construcción en el norte de California.
Fue la unidad investigativa del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) la que tomó este caso y montó un operativo que concluyó con el arresto de Torres Hernández en agosto de 2017.
Robert Bodine, un exempleado, relató en la corte que el acusado le advirtió a uno de los tijuanenses: “Tú no eres legal”. Luego le mencionó que “estaba considerando llamar a Inmigración” y que hasta se burló cuando lo amenazó con denunciarlo ante las autoridades.
Almacenes en Hayward, San José y San Francisco eran usados como dormitorios por el tijuanense.
También en la parte alta de esta bodega pasaban la noche unos empleados, según los fiscales.
Varias veces los constructores cocinaron en los sitios donde dormían. Restos de frijoles y un guisado quedaron en dos sartenes, como muestra de que el operativo policiaco los tomó por sorpresa.
Los investigadores de ICE tuvieron bajo la mira a las empresas de Torres Hernández durante varios meses. Esta es una de las fotos tomadas durante sus operativos de vigilancia.
Esta es otra imagen captada por los detectives federales, quienes reportaron que mientras vigilaron a los trabajadores no notaron que estuvieran ahí en contra de su voluntad.
Los agentes migratorios estuvieron espiando al empresario en varias obras de construcción, incluyendo la de un hotel de la cadena Marriot.
Esta es otra de las imágenes captadas por los investigadores de ICE que se presentaron ante el jurado.
“El gobierno argumenta que el acusado aseguró el trabajo de estos empleados al prometerles falsamente salarios dignos y vivienda adecuada”, indica una carta del fiscal Alex G. Tse.
A mediados de marzo, un jurado federal lo declaró culpable de dos cargos por albergar indocumentados con el fin de obtener una ganancia financiera y por someterlos a trabajos forzados.
Torres Hernández se enfrenta a una condena de hasta 10 años de prisión y una multa de 250,000 dólares por contratar a personas sin permiso para trabajar en EEUU, y otra de hasta 20 años tras las rejas y una sanción económica de 250,000 dólares por someterlos a trabajos forzados.
Además, el tribunal federal puede ordenarle que pague los salarios que ganaron sus víctimas.
El abogado defensor Brian H. Getz dijo en una carta enviada a la corte que su cliente no ha cometido delito alguno, que “no hay evidencia” de que se aprovechara de los albañiles mexicanos, que no los retuvo por la fuerza y que no les pagó porque tampoco él recibía dinero de quienes lo contrataron.
El acusado sigue bajo custodia desde que agentes federales lo arrestaron en el otoño de 2017. Una audiencia condenatoria se ha programado para el próximo 25 de junio.
Dos supuestas víctimas del empresario Job Torres Hernández revisan sus teléfonos celulares. Todos los afectados fueron dejados en libertad, dijo la Fiscalía federal.
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Un empresario hispano trajo a constructores mexicanos para trabajar en obras en el norte de California. Pero allí los sometió a condiciones de esclavitud, según la Fiscalía federal.
Imagen Departamento de Justicia (DOJ)
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