Enrique Márquez, el vecino de la pareja responsable del tiroteo que hace doce días terminó con la vida de 14 personas en un centro de atención para personas con discapacidad de San Bernardino, California, está colaborando con la investigación del caso, pero su cooperación podría no eximirlo de una dura condena de acuerdo con los investigadores.
La cooperación de Márquez sobre tiroteo de California no lo eximirá de cargos
Los investigadores agradecen las confesiones del vecino de los atacantes de San Bernardino, pero igualmente podría ser objeto de duras condenas.

Márquez era vecino y amigo de la infancia de Syed Rizwan Farook de 28 años, el hombre que junto con su esposa Tashfeen Malik, de 29, han sido señalados como los autores de la masacre del pasado 2 de diciembre en el Regional Inland Center de San Bernardino.
Investigadores citados en artículos sobre el tema publicados este fin de semana tanto por el New York Times como por The Washington Post explicaron que Márquez, de 26 años, musulmán converso y casado con una cuñada de Farook, ha admitido que fue él quien compró los fusiles de asalto entre 2011 y 2012 con que se cometió el ataque, y que también participó en la planificación de un atentado frustrado hace tres años.
De acuerdo con el NYT, los investigadores advierten que la cooperación de Márquez podría llegar a ser muy perjudicial para su futuro, si se demuestra su implicación en delitos federales castigados con duras condenas.
Aunque las autoridades están agradecidos de la cooperación de Márquez, es muy probable que se le formulen cargos, dijeron investigadores al NYT.
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El diario The Washington Post indica que Márquez confesó al FBI su participación en un complot en 2012 para matar a estadounidenses en Afganistán, pero se asustó después de una operación antiterrorista en Riverside en la que fueron detenidos cuatro hombres que luego fueron declarados culpables y condenados a penas de cárcel.
Los agentes están investigando si estos cuatro hombres tuvieron contacto con Farook o con Márquez. Abogados involucrados en el caso dijeron al Post que no tenía conocimiento de una conexión directa entre los señalados y los convictos
Márquez aún no ha sido acusado de ningún delito y ha asegurado que ignoraba la planificación del ataque de San Bernardino. Pero su papel preocupa a los agentes antiterroristas que consideran que el sospechoso forma parte de un grupo de personas impresionables y sin simpatías obvias o conexiones con grupos terroristas, que pueden ser atraídos hacia la violencia.
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Se conoce que el joven latino trabajó de guardia de seguridad en un Walmart en Corona, fue vecino durante años de Syed Farook y compartía con él su afición por los automóviles.
Una compañera de clase del Riverside City College, Viviana Ramírez, describió a Márquez como una persona silenciosa y poco sociable que soñaba con alistarse en el Ejército.
"Le gusta jugar, le gusta reír, hacer burla. Más bien amigable, no es violento", comentó Ramírez.
"Nunca hablaba mal de nadie, tampoco hablaba de religión", indicó Ramírez que sí sabía que Márquez se había convertido al islam, aunque no tenía claras las razones que le llevaron a abrazar la fe musulmana.
Después del ataque, se internó en un hospital psiquiátrico
Mientras, el sábado continuaron los funerales por las víctimas de la masacre. Cientos de personas llenaron una iglesia cerca del Little Saigon del condado de Orange para recordar a Tin Nguyen, de 31 años. El servicio, oficiado en vietnamita, se celebró en la iglesia católica de Santa Bárbara, en Santa Ana.