Juan Romero, un vendedor ambulante, no se había percatado de que cerca de dónde vendía sus productos había agentes de ICE. Un desconocido se le acercó para advertirle y además lo ayudó económicamente para que pudiera irse de inmediato a su casa para ponerse a salvo. El buen samaritano fue Alejandro Barrera, quien afirma que Dios lo puso frente a Juan para protegerlo.
También puedes ver: Vendedora de tamales se desmaya cuando era arrestada por agentes de ICE: denuncian que fue golpeada.