Manuel Vega López, de 51 años, fue contratado por el dueño de una vivienda en Gilbert, Arizona, para podar los árboles, pero encontró la muerte a manos del inquilino. Este padre hispano, originario de Oaxaca, México, era el único sostén de su familia. Sus seres queridos iniciaron una campaña de recaudación de fondos para ayudar a su esposa y a uno de sus hijos que fue diagnosticado con leucemia.
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