Luego de 52 años y ante el impacto al medio ambiente y a la salud de la población en comunidades aledañas, los propietarios del vertedero de Chiquita Canyon se vieron en la obligación de cerrar su planta de operaciones. “Cuando salíamos a veces se sentía el mal olor y picazón en los ojos; casi nunca manteníamos las puertas abiertas”, dice Ever Soto, residente de Val Verde. Autoridades aseguran que los residuos se van a distribuir entre los basureros de Simi Valley y Antelope Valley.