DALLAS, Texas. Sarahi y su madre, Erika, rompieron el silencio sobre el abuso que marcó sus vidas, un problema que afecta a la comunidad hispana en Estados Unidos.
Lo que vivió Sarahi alerta a los padres hispanos en Texas: el abuso infantil puede empezar en casa
Sarahi y su madre, Erika, revelan el abuso que sufrió la joven a manos de la pareja de su abuela en México. Su caso, resalta la urgencia de proteger a los menores, denunciar y buscar ayuda. Children’s Advocacy Center en Dallas apoya a víctimas, pero el agresor sigue prófugo.
Su historia es un llamado urgente a la acción para proteger a los menores.
Abuso infantil en vacaciones: la pesadilla que vivió Sarahi, una adolescente mexicana de Dallas
En un vecindario de Dallas, Sarahi, una joven de origen mexicano, empacaba sus maletas con ilusión para visitar a su abuela en México.
Pero lo que parecía un refugio familiar se convirtió en una pesadilla que aún persigue a esta adolescente y a su madre, Erika.
“ Mi mamá trabajaba todo el día, y yo era muy pequeña para quedarme sola”, recuerda Sarahi, ahora de 16 años.
Erika, su madre, confiaba en su propia madre para cuidar de su hija durante los veranos.
“Pensaba que la quería mucho, que la trataría bien”, dijo.
Sin embargo, a los 12 años, Sarahí denunció que fue víctima de abuso sexual por parte de José Luis González, la pareja de su abuela, alguien a quien conocía desde niña.
“ Nunca me dio mala vibra. Crecí con él, le tenía confianza”, confiesa Sarahi.
El silencio del abuso: cómo Sarahi enfrentó su trauma infantil con el apoyo de su madre en Dallas
Lo que comenzó como un verano de vacaciones se convirtió en dos años de abusos cada vez que compartía techo con su agresor.
El trauma de Sarahi se agravó por el silencio que le impusieron.
Cuando su abuela notó una marca en su cuello, le pidió que no dijera nada.
“Me dijo: No le cuentes a tu mamá porque ya sabes cómo se pone”, relata Sarahi.
Atrapada en el miedo , la joven guardó el secreto, temiendo que el abuso se repitiera. “Sabía que podía volver a pasar. Tenía miedo en esa casa”, admite.
El caso de Sarahi revela una verdad dolorosa: la mayoría de los niños abusados conocen a su agresor
Erika notó cambios en su hija: ansiedad, retraimiento. Cuando confrontó a Sarahi, la verdad salió a la luz.
“Le dije, no vamos a perder tiempo. Habla con quien tengas que hablar, y yo te apoyaré. No tengas miedo”, recuerda Erika.
Ese fue el primer paso hacia la sanación.
El caso de Sarahi no es aislado. Según Children’s Advocacy Center del condado de Dallas, el 95% de las víctimas de abuso infantil conocen a su agresor, pero el 76% no denuncia hasta al menos un año después.
En 2024, este centro recibió cerca de 30,000 denuncias, con menores hispanos representando el 45% de las víctimas, principalmente niñas.
Carlos Rubio, empleado bilingüe del centro, explica el impacto devastador: “Es desgarrador ver a niños traicionados por alguien en quien confiaban”.
Las estadísticas muestran lo siguiente:
- 20% de los abusadores son padres biológicos.
- 26% son familiares cercanos, incluyendo un 8% de hermanos.
- 15% son padrastros o parejas de los padres.
- 10% son vecinos.
- 5% son desconocidos.
“En la comunidad hispana, a veces nos resistimos a hablar de estos temas. Pero es crucial hacerlo”, insiste Rubio.
Un lugar seguro en Dallas: así ayuda Children’s Advocacy Center a niños hispanos víctimas de abuso
Children’s Advocacy Center en Dallas ofrece un espacio seguro para los menores.
Sus 20 salas de terapia, equipadas con juguetes y diseñadas según la edad de los niños, facilitan que las víctimas hablen con terapeutas capacitados.
“Aquí los niños encuentran esperanza. Es un lugar donde se les escucha y se les cuida”, dice Rubio.
Gracias a la terapia, Sarahi ha dado pasos hacia adelante. “Ahora es más abierta. Dice que no se callará si algo está mal”, comparte Erika.
Sarahi, por su parte, envía un mensaje claro a otras víctimas: “Si no hablas, va a doler más. Habla con alguien, con la policía”.
El peligro puede estar en casa: el llamado de una madre hispana en Dallas tras el abuso de su hija
El caso de Sarahi sigue abierto. José Luis González, el presunto abusador, huyó, posiblemente a México, y enfrenta una orden de arresto en el condado de Montgomery.
“Pido a las autoridades que no se rindan. Es un criminal y puede hacerle daño a otros niños”, exige Erika.
También señala a su madre: “Si no se hubiera quedado callada, esto no habría pasado”.
La historia de Sarahi y Erika es un recordatorio doloroso: el peligro puede estar dentro de casa.
Para proteger a nuestros hijos, debemos:
- Prestar atención a cambios en su comportamiento, como ansiedad o retraimiento.
- Crear un entorno donde se sientan seguros para hablar.
- Actuar de inmediato ante cualquier sospecha de abuso.
Si conoces a alguien que necesita ayuda, no dudes en contactar al Children’s Advocacy Center o a las autoridades. Romper el silencio es el primer paso hacia la justicia y la sanación.
Si te encuentras en una situación de emergencia y necesitas ayuda inmediata, llama al 911.



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