ORLANDO, Florida.- Luego de una investigación que duró varios meses, el Sheriff del Condado de Polk, Grady Judd, anunció el desmantelamiento de una banda de robos que operaba en seis condados de Florida.
Banda sudamericana de robos es desmantelada en Florida: Más de $1 millón en robos
Los sospechosos usaban disfraces y equipos avanzados, como inhibidores de señal, para llevar a cabo robos en casas y negocios.
La investigación, que se extendió por 17 meses, reveló que el grupo conocido como “South American Theft Group (SATG)” logró robar más de $1 millón en propiedades, incluyendo joyas y dinero en efectivo.
Judd explicó que todos los sospechosos se encontraban en Estados Unidos sin documentos migratorios y se especializaban en el robo de casas y negocios de alto perfil.
Los miembros de la banda utilizaban técnicas avanzadas de vigilancia y contravigilancia, como el uso de bloqueadores de Wi-Fi para evitar sistemas de alarma. Además, el grupo se camuflaba como trabajadores de mantenimiento, usando uniformes y scooters o ropa deportiva para infiltrarse en los vecindarios. Una vez que identificaban una casa o negocio vulnerable, llevaban a cabo el robo.
El sheriff proporcionó detalles sobre cómo operaban los delincuentes. Según Judd, los sospechosos se dedicaban a fotografiar los interiores de restaurantes asiáticos para identificar a los propietarios y luego robaban en sus hogares.
Utilizaban bloqueadores de Wi-Fi para eludir los sistemas de alarma y llevaban a cabo una vigilancia exhaustiva de las víctimas para entender sus rutinas antes de atacar. Este meticuloso proceso les permitió realizar robos exitosos y acumular una considerable cantidad de bienes robados.
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Miembros de la banda tienen antecedentes de entrada irregular a EE.UU.
Los cuatro sospechosos, identificados como Geraldine Galeano-Perez, Geiler Orobio-Cabezas, Jason Alexander Higuera-Ruiz y Milton Ayala-Sierra, tenían antecedentes de entrada irregular al país.
Judd destacó que estos individuos habían sido detenidos y liberados anteriormente en diferentes ocasiones debido a fallos en el sistema de inmigración.
Galeano-Perez, por ejemplo, tenía un largo historial criminal en Colombia y había sido capturada y liberada en EE.UU. bajo un proceso de "catch-and-release". A pesar de las órdenes de deportación en su contra, su liberación continuó, lo que le permitió regresar y cometer nuevos delitos.
Orobio-Cabezas también tenía antecedentes de entrada irregular y un historial de delitos que incluían un robo en Michigan y su posterior deportación a Colombia, solo para regresar a EE.UU. nuevamente. Higuera-Ruiz, por su parte, fue detenido por conducir bajo los efectos de sustancias y liberado varias veces, mientras que Ayala-Sierra, el novio de Galeano-Perez, había sido deportado anteriormente pero regresó al país.
La banda fue finalmente capturada cuando un oficial detuvo su vehículo durante una parada de tráfico en Eagle Lake. La captura permitió a los investigadores seguir a los sospechosos hasta su hogar en el Condado de Orange. Sin embargo, gran parte de los bienes robados ya habían sido movidos fuera del área antes de que se pudiera realizar una búsqueda exhaustiva.







