LOS ÁNGELES, California.- En Altadena, una comunidad al norte de Los Ángeles, los paisajes verdes y las calles tranquilas han sido reemplazados por llamas y humo. Las chimeneas de ladrillo, erguidas como centinelas solitarios, son los únicos vestigios de hogares destruidos por el fuego.
"Despertó con su cama en llamas": la pesadilla que vivió un joven mexicano en California antes de que su casa se quemara
A pesar de la devastación, la comunidad de Altadena se ha unido para enfrentar la adversidad, ofreciendo apoyo mutuo y trabajando juntos para proteger lo poco que queda y reconstruir su futuro.
En medio de esta devastación, el testimonio de Juan Carlos Santiago, un inmigrante mexicano que residen en la zona, recuerda los riesgos que enfrentan quienes viven en esta región marcada por incendios y terremotos. “ Mi sobrino estuvo a punto de asfixiarse,” cuenta con la voz entrecortada, mientras describe los momentos de angustia que su familia enfrentó.
El sobrino de Juan Carlos, un joven que compartía vivienda con su primo, fue sorprendido por el fuego mientras dormía. La orden de evacuación había llegado el día anterior, pero como tantos otros, no la tomó con seriedad. “ Cuando despertó, ya se estaba ahogando con el humo. Su cama estaba en llamas y el ventilador del techo caía deshaciéndose en plástico derretido”, relata Juan Carlos.
El joven y su primo lograron escapar a tiempo, apenas respirando por el humo denso que llenaba la casa. La vivienda, construida con materiales ligeros y altamente inflamables, quedó completamente destruida en cuestión de minutos. “Gracias a Dios, mi sobrino está vivo. Ahora está con mi hermano en Pasadena, tratando de recuperarse de esta pesadilla,” agrega Juan Carlos.
Muchas familias han perdido sus hogares y, con ellos, sus pertenencias y recuerdos. Pero, como Juan Carlos enfatiza, la esperanza no está perdida. “Hay que echarle ganas, esperar que el año nuevo nos traiga mejores frutos” dice, mirando al horizonte con optimismo.
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Una comunidad unida en la adversidad
Mientras relata su historia, Juan Carlos no puede evitar recordar cómo el fuego arrasó con todo a su paso. Sin embargo, también destaca la solidaridad de la comunidad. “Vine aquí a ayudar, a tirar agua, a hacer lo que se pudiera para salvar lo que quedaba. Somos latinos, estamos aquí para apoyarnos unos a otros”, dice con determinación, sosteniendo una manguera que usó horas antes para intentar contener incendios menores en las aceras.
Las llamas que aún arden en las montañas cercanas, donde los pinos caen uno tras otro. “El Molino Avenue, normalmente una calle tranquila, ahora parece una zona de guerra”, observa Norma Roque, reportera de Univision 23. La naturaleza también ha sufrido estragos: árboles calcinados y plantas reducidas a cenizas decoran el paisaje, dejando una estampa de desolación.
“ California es zona de terremotos, pero también de incendios” reflexiona Norma. Las estrictas normas de construcción contra temblores han dado como resultado viviendas resistentes a movimientos telúricos, pero vulnerables al fuego. “Las casas parecen de cartón; solo las chimeneas de ladrillo sobreviven,” explica, señalando una estructura de pie entre los escombros.
En Altadena, el humo aún llena el aire, pero también lo hace el espíritu de una comunidad que no se rinde y sigue adelante.
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