LOS ÁNGELES, California. - El soldado Enrique Román Martínez desapareció durante un paseo con otros militares de la base Fort Bragg, cerca del Cape Lookout National Seashore, en la costa de Carolina del Norte. Partes de su cuerpo fueron encontradas días después y el forense indicó que había sido decapitado. Sin embargo, luego de un año del crimen, el Ejército anunció que cerró el caso del homicidio del soldado hispano, alegando que "no existe suficiente evidencia".

" Yo sentía que mi hijo, al estar en el ARMY, estaba protegido, pero me equivoqué", dijo María Guadalupe Martínez, madre de Enrique, sin poder contener su llanto e indignación ante la sorpresiva decisión de la institución militar.

La madre y las hermanas del soldado recibieron en Chino, California, todas las pertenencias del soldado hispano en una caja proveniente del Fort Bragg en Carolina del Norte.

Qué sigue ahora tras el cierre del caso de Enrique Román Martínez

“Nada, no hemos tenido respuestas ni del ARMY ni del FBI”, dijo a Univision34 Los Ángeles Griselda Martínez, hermana de Enrique, a mediados de mayo del 2021. En ese momento, ella y su madre luchaban, prácticamente solas, para evitar que el asesinato de su hermano quedara en el olvido.

La muerte de Enrique Román Martínez, de 21 años, ocurrió en mayo de 2020, a solo semanas de la denuncia sobre la muerte de la soldado hispana Vanesa Guillen y durante las turbulentas manifestaciones tras la muerte de George Floyd en mayo de 2021, pero su caso no deja de ser menos escabroso y macabro.

Enrique Román Martínez desapareció el 22 de mayo y cinco días después, solo parte de su cabeza fue encontrada. Las últimas personas que lo vieron con vida fueron siete soldados de la base militar Fort Bragg, con quien se había ido a acampar a la isla Cape Lookout National Seashore en Carolina del Norte, durante el feriado de Memorial Day.

“Lo mataron, lo descuartizaron y lo tiraron al mar”, dijo Griselda Martínez, hermana del soldado a Univision34 Los Ángeles. Detallando que la única parte del cuerpo de su hermano que le entregaron fue parte de su cabeza y en ella encontraron marcas detrás de su cuello que parecían ser cortes de un hacha o una pala.

Las autoridades militares rindieron honores al soldado Román Martínez y ofrecieron una recompensa de $25,000 a quién ofreciera información sobre el caso, pero los siete soldados con quienes estaba el día de su desaparición sostienen hasta este día que no saben nada.

El dolor de la familia del soldado hispano

En una entrevista con Univision34 Los Ángeles en octubre del 2020, María Guadalupe Martínez, madre de Enrique, habló sobre el vacío que la muerte de su hijo le dejó y tras conocer la decisión de cerrar el caso por el ARMY, el dolor se multiplicó.

"Lo único que le pido es que no me lleve antes de saber, el por qué me lo mataron", dijo la madre de Enrique tras enterarse del cierre del caso sobre la muerte de su hijo.

De acuerdo con la mujer la última vez que habló con su hijo fue el Día de las Madres de 2020 y 12 días más tarde, lo único que supo de él fue que había muerto de una manera muy violenta por lo poco que se puedo encontrar de sus restos.

“Como madre, no lo acepto porque no lo vi, no le di un beso, no lo abracé, no hubo nada para mí”, dijo sin contener el llanto, la mujer en octubre de 2020, siete meses más tarde, el dolor persiste, así como su empeño en encontrar respuestas sobre qué le pasó a su hijo.

La familia de Enrique Román Martínez asegura que las autoridades militares nunca les dieron respuestas sobre el misterioso y aterrador caso del soldado asesinado.

" Mantienen que fueron buenos amigos por lo que no hay motivos para señalarlos", nos dijo Griselda Martínez, la hermana de la víctima, refiriéndose a la respuesta que el FBI les dio sobre el grupo con el que estaba Enrique el día de su desaparición.

Incongruencias en el caso

• Los reportes iniciales del caso y las llamadas de emergencia por parte del grupo que acompañaban a la víctima revelan incongruencias, de acuerdo con el detalle de la investigación.
• Los testimonios consignados en los registros del caso dan cuenta de que los soldados decidieron ir al parque Cape Lookout National SeaShore, a unas 200 millas de la base militar y a cuatro horas y media de distancia de Fort Bragg, para pasar el fin de semana de Memorial Day.
• Según la versión de los soldados que lo acompañaban, Román-Martínez fue visto por última vez el 22 de mayo alrededor de la medianoche, hora en la que según ellos, todos se fueron a dormir dentro de sus carpas.
• El teléfono celular y la billetera de Enrique fueron encontrados en el campamento, pero no había rastros ni señales del soldado, cuando despertaron el 23 de mayo.
• No fue sino hasta las 7 pm del día siguiente (23 de mayo), que los otros soldados llamaron al 911 para reportar la desaparición de Román-Martínez, un hecho que resulta sospechoso para sus familiares.
• De acuerdo a Griselda Martínez, hermana del soldado, el grupo que lo acompañaba se había encontrado ese día con guardabosques del parque nacional, pero no dijeron nada sobre la desaparición del soldado hispano. Esta versión fue confirmada por B.G Horvart, el oficial de información pública de Cape Lookout. “Hasta donde yo sé, los guardabosques se encontraron con el grupo antes de la llamada a la policía. En ese momento nadie dijo nada sobre el soldado desaparecido", señaló Horvart.
• Durante la comunicación telefónica con el 911, la persona que llamó dice que habían estado buscando guardabosques todo el día o a cualquier autoridad que les ayudara.
• Ninguno de estos datos se consideraron por los investigadores del Ejército con base a la justificación para el cierre del caso.

La familia del soldado

Enrique Román vive lejos de la base

La madre y la hermana del soldado viven en California y creen que por que la desaparición y asesinato de Román ocurrió en Carolina del Norte, el factor distancia y la falta de fondos las dejaron sin ayuda para encontrar la verdad.

"Queremos contratar a un investigador privado que nos ayude a encontrar respuestas", dijo Griselda durante nuestra entrevista telefónica. Hemos creado una cuenta de GoFundMe para recolectar el dinero necesario para contratar a un experto que nos apoye a encontrar algo más, porque hasta ahora solo sabemos que de mi hermano se encontró la parte superior de su cabeza y que la autopsia reveló que su muerte fue un homicidio cruel y violento.

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