SAN JUAN, Puerto Rico.- La reconocida cadena de tiendas de segunda mano inauguró su primera tienda en Puerto Rico, ubicada en el antiguo local de Ikea en Plaza Escorial de Carolina. Esta apertura forma parte de una inversión inicial de $5 millones destinada a establecer las primeras tres tiendas de la empresa en la isla, junto con un almacén y varios programas sociales.
Donar, comprar y ayudar: Goodwill abre su primera tienda en Puerto Rico
Goodwill ofrece ropa, muebles y más a precios accesibles, con opciones de pago variadas y un programa de recompensas para clientes frecuentes. La empresa planea abrir más tiendas en Carolina y Bayamón este verano, con el objetivo de emplear a 175 personas en Puerto Rico en 2025.
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UnivisionEn el 2018, Laura Young adquirió el busto de 2,000 años de antigüedad por 35 dólares, mientras visitaba una tienda de segunda en Austin, Texas, sin imaginar su historia y valor verdadero. No olvides descargar la app de ViX: entretenimiento sin límites con más de 100 canales, totalmente gratis y en español.
Video La verdadera historia de cómo una estatua con un valor incalculable terminó en una tienda 'Goodwill'
La nueva tienda cuenta con cerca de 50 empleados y ofrece una amplia variedad de artículos, desde ropa para damas, caballeros y niños, hasta calzado, muebles y artículos para el hogar. La clientela podrá realizar sus pagos con efectivo, Visa, MasterCard, ATH regular y ApplePay. Además, se lanzó un programa de recompensas que brinda beneficios adicionales a quienes se registren y compren con frecuencia.
Francisco Rodríguez, director regional de Goodwill Puerto Rico, destacó que los precios son altamente accesibles, lo que permite que toda la comunidad tenga acceso a la mercancía. “Comprar en Goodwill es sumamente accesible. Toda la comunidad va a poder acceder a la mercancía porque los precios son bien competitivos”, expresó durante la inauguración, efectuada el martes.
Por su parte, Kent Kramer, presidente y director ejecutivo de Goodwill, resaltó la misión social de la entidad, que surgió en 1902 en Boston, cuando el reverendo Edgar Helms comenzó a recolectar ropa usada para repartirla entre personas de escasos recursos. “Goodwill es una tienda con propósito. Ayuda a las comunidades y al ambiente. Nuestra misión es social”, afirmó.
Goodwill tiene más de 3,000 puntos de venta en países como Estados Unidos, Canadá, México, Corea del Sur, Brasil y ahora, Puerto Rico. Las próximas aperturas están previstas para este verano en Los Colobos (también en Carolina) y en el antiguo edificio Olazábal en Bayamón. La meta de la empresa es contar con 175 empleados en la isla a finales de este año y continuar su expansión en 2026.
El alcalde de Carolina, José Carlos Aponte Dalmau, celebró que su municipio haya sido escogido para albergar las dos primeras tiendas de Goodwill en la isla. Recordó que el local de Plaza Escorial se volvió disponible cuando Ikea se trasladó a una ubicación más grande, lo que permitió aprovechar el espacio de forma estratégica y accesible para los consumidores.
Goodwill lanza programas de responsabilidad social en Puerto Rico
Como parte de su compromiso social, Goodwill lanzará en la isla el programa Nurse-Family Partnership, que ofrece apoyo a madres primerizas de bajos ingresos mediante visitas domiciliarias de enfermeras graduadas desde el embarazo hasta que el niño cumple dos años. También incorporarán a su plantilla los llamados Mission Coaches, orientadores que apoyarán a los empleados en el logro de metas personales y profesionales.
La tienda estará abierta de lunes a sábado de 9:00 a.m. a 9:00 p.m. y domingos de 11:00 a.m. a 7:00 p.m., y en ese mismo horario se recibirán donaciones de mercancía. Los donantes recibirán un recibo válido para deducciones en su planilla de contribución sobre ingresos.
Con esta apertura, Goodwill inicia una nueva etapa en la isla, apostando por un modelo de comercio con propósito que busca generar impacto económico, social y ambiental en las comunidades puertorriqueñas.
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“Me encontré con un gran tesoro… Me emocioné. Tenía en mi casa un artefacto de hace 2,000 años de antigüedad, que era propiedad del
rey Luis I de Baviera. Es absurdo. La historia detrás de este busto es absurda y era emocionante”, expresó la coleccionista Laura Young.