AUSTIN, Texas.- La madre guatemalteca Hilda Ramírez, que lleva años viviendo en santuario dentro de una iglesia de Austin, teme una nueva orden de deportación luego de que se diera a conocer que está a solo días de que se expire su permiso de Acción Diferida que le ha permitido permanecer en Estados Unidos.
“Ha sido muy duro”: Madre hispana refugiada en iglesia teme nueva orden de deportación
Hilda y su hijo Iván tomaron refugio dentro de la Iglesia St. Andrews hace cinco años. En 2021, la madre recibió un permiso para frenar su deportación y pudo salir por primera vez a dar un paseo. Pero el reloj está corriendo y su futuro es incierto.
Ramírez y su hijo Iván tomaron refugio dentro de la Iglesia St. Andrews que está al norte de Austin hace cinco años. En 2021, la madre recibió un permiso para frenar su deportación y pudo salir por primera vez a dar un paseo. Pero el reloj está corriendo y su futuro es incierto.
Este próximo lunes, 11 de abril, su permiso de Acción Diferida expira y ya no tendría permiso para permanecer en Estados Unidos. Según la abogada en su caso, ya se comenzó el proceso de apelación, pero están en la espera de una respuesta.
“Ha sido muy duro, más cuando mi hijo tenía una orden de deportación, la era de Trump, la multa que me pusieron, el recibo que tenía de cuánto tenía que pagar, más el covid-19, entonces todo eso se juntó”, indicó Ramírez.
A Ramírez se le otorgó un permiso conocido como Acción Diferida. Este documento fue entregado por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) y no por un juez. Lo que significa que la decisión de no procesar ni expulsar a esa persona está a discreción del Departamento de Seguridad Nacional.
“Su caso va a estar en el proceso de apelación, entonces vamos a ver qué sucede con su caso. De hecho, ella podría pedir Acción Diferida de nuevo, pero sería bueno tenerlo antes de que se venza el estatus que ella tiene ahora”, indicó Kate Lincoln-Goldfinch, del equipo de abogados en el caso de Ramírez.
La Iglesia St. Andrews se ha convertido para Ramírez e Iván en su hogar, donde viven con la esperanza de no ser deportados. El menor ya obtuvo su residencia permanente. Mientras, Ramírez toma clases de inglés para mejorar su habilidad con el idioma a la vez que espera de una decisión por parte de autoridades federales.
Hilda y su hijo Iván salieron de San Marcos, Guatemala, huyendo de la violencia de género y llegaron a Estados Unidos en 2014 luego de cruzar el Río Grande, en la frontera entre Texas y México. A su llegada, buscaron obtener el asilo, sin embargo, las autoridades de la Agencia de Inmigración y Control de Aduanas estadounidense (ICE) le negaron este recurso.
Tras la negativa, las autoridades la ingresaron a un centro de detención y se les impuso una multa. Debido a que no contaba con esta cantidad de dinero, la mujer y su hijo pasaron 11 meses ahí antes de que ser liberados con la condición de que la guatemalteca llevara un grillete en el tobillo.
Asustada por una posible deportación, contactó a la organización Grasroots Leadership que le recomendó que se escondiera con su hijo en la iglesia St. Andrew’s, en donde vive desde el 9 de febrero de 2016.
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