Pastor hispano de Texas se salva de la muerte con doble trasplante de dos de sus feligreses

Jesús Moreno recibió trasplantes de hígado y de riñón de dos miembros de la iglesia donde es pastor. El hispano cuenta que de joven tuvo problemas con las drogas pero ahora es “una persona totalmente diferente" y religiosa.

Por:
Alicia Ramos.
Jesús Moreno, un pastor de El Paso, necesitaba los dos órganos para permanecer con vida. Por primera vez en el Hospital Universitario de San Antonio se hizo un doble trasplante con órganos de personas vivas.
Video Hispano se salva con un doble trasplante de hígado y riñón de que provienen de personas vivas

SAN ANTONIO, Texas.- El señor Jesús Moreno estaba gravemente enfermo. Su salud se deterioraba día a día y necesitaba dos nuevos órganos. Pero ocurrió algo que él llama “un milagro” y surgieron donadores que le apoyaron a continuar con su vida mediante un doble trasplante.

Jesús, quien tenía insuficiencia hepática y renal, necesitaba un nuevo riñón e hígado. Y por primera vez en el Hospital Universitario de San Antonio, se realizó un doble trasplante que provenía de donantes vivos.

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“La fuerza nunca la perdí, porque siempre (tenía) la esperanza de que iba a llegar ese regalo de vida. Todo el tiempo confiaba, había una confianza en mí de que Dios iba a hacer el milagro y me sentí tan alegre, tan contento, el día que recibí las primeras noticias”, dice don Jesús, quien tiene 67 años.

Él describe abiertamente su problema que tuvo con la adicción a las drogas cuando era joven, pero después se rehabilitó y se convirtió al cristianismo.

Posteriormente, don Jesús comenzó una iglesia que ayuda a otras personas a que dejen atrás las adicciones, donde actualmente es pastor.

Los donadores son dos miembros de la iglesia: Susana Cordes Ortiz, quien donó parte de su hígado, y Michael Jiménez, quien donó uno de sus riñones.

“Esta situación era única debido a que el paciente necesitaba ambos órganos, ya que tanto su hígado como su riñón le habían fallado”, explica el doctor Tarunjeet Klair, un cirujano de trasplante de hígado.

Una nueva esperanza para Jesús Moreno

Lydia Moreno, esposa del señor Jesús, cuenta lo duro que fue para ella verlo sufrir sus enfermedades.

“Él era un hombre fuerte, un hombre que hacía todo, y de verlo enfermo, él se volvió un esqueleto”, dice Lydia con ojos llorosos. “Él perdió 65 libras en menos de dos meses. Se llenaba de agua en su estómago; le sacaban 9 litros de agua de su cuerpo… se envenenó su cuerpo”.

Pero la señora Lydia, al igual que su esposo, nunca perdió su fe y estaba en constante oración por su recuperación.

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Cuando le confirmaron que hubo donantes compatibles con su esposo, ella sintió una gran felicidad y no dejó de orar, cuenta.

“Es una gran bendición de estos donantes. Los amo. Siempre voy a estar bien agradecida, porque ellos le regresaron la vida a mi esposo… Dios y ellos”, expresa Lydia.

Jesús Moreno en su juventud


Mientras el señor Jesús estaba en una cama del hospital, conectado a las múltiples máquinas y tubos, tenía también un mensaje impreso sobre cómo vivió su adicción a las drogas.

El mensaje detalla cómo empezó a consumir narcóticos, fumar marihuana y convertirse en adicto a la heroína.

“La heroína tomó control mi vida por más de 20 años. Entraba y salía de prisión, pero nada de eso me ayudó”, dice el mensaje.

También detalla cómo perdió a su hijo de 26 años, quien fue acribillado “a causa de mi mal ejemplo”, según las palabras de Jesús.

Pero un día en prisión le hablaron sobre el cristianismo y describe haber tenido un encuentro con Jesucristo, a quien se entregó.

Un mensaje para posibles donadores


Lydia, esposa del paciente, pide a las personas que estén en capacidad de ser donadores de órganos que se animen a hacerlo.

“Es bien bonito dar vida”, dice la señora Lydia.

Además, el hospital mismo precisa que los órganos que vienen por parte de donadores vivos suelen ser más saludables que los provenientes de fallecidos.

También existe una espera de cinco años o más si el órgano viene de parte de un muerto, y en ese tiempo el paciente puede enfermar más y quizá no viva lo suficiente cuando llegue su oportunidad, dice el Hospital Universitario.

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En cuanto a los planes para el futuro, los esposos describen que seguirán haciendo “la obra de Dios”.

“Soy una persona totalmente diferente ahora. Me siento con nuevos ánimos, nuevos retos, nuevas metas, seguir en mi iglesia, seguir comunicando el mensaje de fe y por eso estamos bien contentos”, concluye el señor Jesús.

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