ORLANDO, Florida.- Melissa Calhoun, maestra de Satellite High School en Brevard, fue despedida tras referirse a un estudiante por su nombre preferido sin contar con el permiso por escrito de los padres, tal como lo exige una ley estatal de 2023. La decisión de no renovar su contrato fue tomada por el distrito escolar de Brevard (BPS) después de una investigación interna sobre la situación.
Maestra pierde su trabajo por llamar a un estudiante por su nombre preferido; ley estatal genera polémica en Florida
La decisión de no renovar el contrato de Calhoun resalta el debate sobre el respeto a la identidad estudiantil frente a las leyes estatales restrictivas. La legislación de Florida sobre el uso de nombres alternativos genera controversia, pues no detalla consecuencias claras para los docentes que no cumplan con la norma.
De acuerdo con un comunicado de Janet Murnaghan, portavoz de BPS, la maestra continuará trabajando hasta que su contrato expire en mayo de este año. Sin embargo, el distrito optó por no renovar su contrato ya que el estado revisará su certificación docente debido a la infracción de la ley estatal que exige el consentimiento parental para que los educadores utilicen un nombre alternativo para los estudiantes.
La ley de 2023 establece que los padres deben firmar un formulario de autorización parental para que un estudiante use un nombre distinto al registrado legalmente, ya sea un apodo o uno relacionado con la identidad de género.
La investigación comenzó cuando BPS fue informado de que Calhoun había permitido que un estudiante fuera llamado por su nombre preferido, lo que, según el distrito, constituía una violación de las normativas estatales. La maestra admitió haber incumplido la ley y recibió una carta de reprimenda.
Murnaghan señaló que esta violación fue suficiente para que el distrito decidiera no renovar su contrato, a pesar de que Calhoun no tenía intención maliciosa en su comportamiento.
La comunidad reacciona a la destitución de maestra que usó nombre preferido de un estudiante
El caso provocó una fuerte respuesta pública en defensa de la maestra. Durante una reunión de la junta escolar, varios miembros de la comunidad, entre ellos estudiantes y profesores, se mostraron sorprendidos y molestos por la decisión. Kristine Staniec, especialista en medios de la misma escuela, acusó al distrito de tratar de "ocultar" el asunto y cuestionó la rapidez con que se manejó la situación. "No hubo daño, ni amenaza de seguridad, ni intención maliciosa, solo una maestra tratando de conectar con un estudiante", expresó Staniec.
Además, los estudiantes se unieron a la causa, firmando una petición que a la fecha ha alcanzado más de 3,000 firmas. Los estudiantes destacaron que Calhoun era una maestra muy querida en la escuela, conocida por su dedicación y su esfuerzo por hacer sentir bienvenidos a todos los estudiantes, independientemente de su identidad o circunstancias.
Si bien la ley exige que los padres den su consentimiento, la comunidad educativa parece valorar más la empatía y el respeto a la identidad personal de los estudiantes, especialmente cuando se trata de temas sensibles como la identidad de género.
La legislación no detalla consecuencias claras para los maestros que no sigan los procedimientos establecidos, lo que deja un vacío legal en cuanto a cómo manejar futuras situaciones.
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