Un 'bootcamp' enseña a los cuidadores de pacientes con Alzheimer a sobrellevar esta difícil tarea

Encargarse de personas con demencia es un acto de entrega que tiene un alto precio en la salud física y mental de quienes las atienden. Pero hay formas de contrarrestarlo, dicen los expertos.

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Por:
Anna Gorman.
Un actor que representa a un paciente con Alzheimer avanzado interactúa con una participante durante el entrenamiento.
Un actor que representa a un paciente con Alzheimer avanzado interactúa con una participante durante el entrenamiento.
Imagen Cortesía UCLA Health/via KHN

LOS ÁNGELES, California.- Gary Carmona pensó que podía hacerlo todo. Ha dirigido empresas y ha presidido juntas de fundaciones sin fines de lucro. Pero desde que su esposa fue diagnosticada con demencia, Carmona, de 77 años, se ha sentido abrumado.

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"Realmente a veces siento que voy a colapsar. Me digo a mí mismo: 'realmente no puedo manejar todo esto'".

Una vez su esposa, Rochelle, se escapó de la casa y se cayó. En otro momento, puso agua a hervir y se fue, dejando que la comida se quemara. "Siempre reviso todo dos, tres, y hasta cuatro veces, por donde ella pasa", contó.

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Carmona fue una de las 25 personas que pasaron una tarde de sábado en un centro de cuidado para adultos en el área de Los Ángeles, con el fin de participar en un " campamento de entrenamiento para cuidadores". Durante la sesión gratuita, financiada en parte por la Fundación Archstone, personas que atienden a seres queridos con Alzheimer, u otra forma de demencia, aprendieron a manejar el estrés, a hacer que su hogar sea más seguro y a lidiar con los comportamientos difíciles del paciente. También a mantener a sus familiares ocupados, con juegos de cartas, crucigramas o música.

Los médicos y los investigadores reconocen cada vez más que el cuidado de las personas con demencia compromete la salud física y mental de los cuidadores. Y eso, a su vez, pone en peligro el bienestar de la gente que están atendiendo. Algunos estudios han demostrado que la carga sobre los cuidadores puede aumentar la probabilidad de que los seres queridos a su cargo terminen en un asilo.

"Las personas con Alzheimer que tienen cuidadores estresados han demostrado malos resultados", dijo Zaldy Tan, director médico del Alzheimer and Dementia Care Program de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), que creó el entrenamiento. "Sus cuidadores esencialmente han colgado los guantes".

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Las personas con demencia también tienen más probabilidades de ir a la sala de emergencias y ser hospitalizadas si sus cuidadores no están preparados para el trabajo, explicó Tan.

Los médicos y los investigadores reconocen cada vez más que el cuidado de las personas con demencia compromete la salud física y mental de los cuidadores.
Los médicos y los investigadores reconocen cada vez más que el cuidado de las personas con demencia compromete la salud física y mental de los cuidadores.
Imagen Darron Cummings/AP

Esa es una de las razones principales por las que UCLA Health y su división de geriatría iniciaron bootcamps de ayuda para cuidadores en 2015.

La UCLA tiene cuatro campamentos de entrenamiento al año en centros comunitarios y de adultos mayores en el sur de California. Espera expandirse durante 2018 para satisfacer la creciente necesidad. Alrededor de 5 millones de estadounidenses, una de cada 10 personas mayores de 65 años, padece de Alzheimer, cifra que podría escalar a 16 millones en 2050, de acuerdo con la Asociación de Alzheimer.

Programas similares de capacitación para cuidadores se han llevado a cabo en Nueva Jersey, Florida y Virginia.

Tan comenzó la sesión reciente explicando la progresión de la demencia. Aclaró que en sus últimas etapas la gente a menudo no recuerda a sus seres queridos.

"¿Todos llegan a esa etapa?", preguntó una mujer, que cuida a su hermana.

“Lo hacen si viven lo suficiente”, respondió Tan. “Sé que es desgarrador”.

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Luego advirtió al grupo que, sin querer, sus acciones pueden provocar ansiedad o agresión en sus seres queridos. "Muchas veces cuando ves que alguien pasa de estar tranquilo a estar agitado, pasa de verse feliz a enfadarse, por lo general hay un disparador. Es como un gatillo en una pistola. Usted hace algo y provoca una reacción. Como cuidadores están en la posición ideal para identificar y evitar esos disparadores", advirtió.

"Ya no tengo una esposa"

Leon Waxman, quien también asistió al entrenamiento, confesó que nunca quiere molestar a su esposa, Phyllis. Pero a veces ella se enoja, como ocurrió cuando la dejó en una guardería, mientras él asistía a la sesión para cuidadores.

Ha estado tratando de cuidar de Phyllis los últimos años. Ella todavía puede vestirse, pero se confunde fácilmente y ya no puede tomar decisiones. "La parte más difícil para mí es que ya no tengo una esposa", admitió Waxman, que ha estado casado durante 58 años. "Ella no es la misma persona que era hace 10 años".

Las personas con demencia también tienen más probabilidades de ir a la sala de emergencias y ser hospitalizadas si sus cuidadores no están preparados para el trabajo.
Las personas con demencia también tienen más probabilidades de ir a la sala de emergencias y ser hospitalizadas si sus cuidadores no están preparados para el trabajo.
Imagen Roslan Rahman/AFP/Getty Images

Durante el entrenamiento, la terapeuta recreativa Patty Anderson mostró un juego que los cuidadores podían jugar en casa: bingo de música. Cada cuadrado tenía el nombre de una canción y ella tocaba música.

“¿Qué canción es esta?”, preguntó Anderson al grupo. " Bye blackbird,", gritó uno. “Si tienes esa, táchala”, explicó ella.

Incluso las personas con demencia a veces pueden reconocer canciones y leer sus títulos. "Hay muchas cosas buenas que surgen de esta actividad, simplemente escuchando música, aplaudiendo, recordando", afirmó.

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En otra sala, la terapeuta ocupacional, Julie Manton, enseñó cómo evitar que las personas con demencia se caigan, mediante medidas como: buena iluminación, eliminar alfombras pequeñas y ponerle baranda a las camas.

Manton advirtió a los participantes que sus familiares podrían escapar, y sugirió el uso de dispositivos de monitoreo. "Lo más importante es saber dónde está su ser querido en todo momento".

Esta historia fue producida por Kaiser Health News, un programa editorialmente independiente de la Kaiser Family Foundation.

Tania Yanes, 51, (izquierda) asiste a un grupo de apoyo de cuidadores en Canoga Park, California. Yanes dice que las sesiones la han ayudado a entender cómo cuidar mejor a Blanca Rosa Rivera, su madre, quien tiene Alzheimer.
Con cinco centros en el sur de California, Alzheimer's Greater Los Angeles es una institución sin fines de lucro, orientada al tratamiento de la demencia.
Yanes dice que asistir a un grupo de apoyo de cuidadores dos veces al mes también la ha ayudado a sobrellevar el estrés que a veces siente al ser la responsable de la paciente.
Rivera, de 76 años, fue diagnosticada con Alzheimer en 2004. Aquí está sentada en la casa de su hija en North Hollywood, California.
Yanes ayuda a su madre en las actividades más cotidianas.
Aquí Rivera parece estar abstraída en sus pensamientos mientras su hija le ayuda a limpiarse el rostro.
Su hija la alimenta pacientemente.
"Mi mamá depende 100% de nosotros", dice Yanes.
Mientras Yanes sostiene las manos de su madre comenta que cada día trata de hacerla sentir cómoda y segura.
Yanes trata de pasar la mayor parte del tiempo que puede junto a su madre.
Mario Yanes, de 48 años, manipula un iPod para que su madre pueda escuchar música.
Rivera ha perdido la movilidad.
Mario Yanes contempla una foto de su madre pocos días antes de ser diagnosticada con la enfermedad de Alzheimer.
"Es normal deprimirse cuidando a una persona con esta enfermedad" , aseguró Yanes, de 51 años.
Bárbara Márquez, de 61 años, conduce la silla de su madre en el Sagebrook Senior Living Home en Carmichael, California.
Márquez toma café con su madre, Florence Márquez, de 85 años, residente del Sagebrook Senior Living Home en Carmichael, California.
Bárbara ayuda a beber el café a su madre.
No puede contener las lágrimas al ver su madre. "La decisión de trasladarla a un centro de asistencia fue una decisión difícil para la familia", dice.
Bárbara Márquez envuelve en un chal a su madre antes de llevarla a pasear.
Bárbara Márquez pasea a su madre Florence.
Florence Márquez, de 85 años, fue diagnosticada con enfermedad de Alzheimer hace ocho años. Vivió en la misma casa durante 50 años, pero un día no pudo encontrar el camino para regresar a ella.
Bárbara Márquez junto a su madre Florence.
Florencia Márquez sostiene una fotografía antigua de ella y sus hermanas.
Las manos de Florence Márquez.
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Tania Yanes, 51, (izquierda) asiste a un grupo de apoyo de cuidadores en Canoga Park, California. Yanes dice que las sesiones la han ayudado a entender cómo cuidar mejor a Blanca Rosa Rivera, su madre, quien tiene Alzheimer.
Imagen Heidi de Marco/Kaiser Health News
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