Lula da Silva, más cerca de la cárcel y más lejos de la presidencia

Después de que su condena fuera ratificada por un tribunal, el expresidente brasileño se enfrenta a dos escenarios poco esperanzadores a sus 73 años: podría entrar en la cárcel para cumplir una pena de 12 años y un mes y ver cómo se le escapa de las manos la oportunidad de recuperar la presidencia del país.

Agnese Marra
Por:
Agnese Marra.
Lula participó este jueves en una reunión del PT en el que le confirmaron como candidato a las elecciones.
Lula participó este jueves en una reunión del PT en el que le confirmaron como candidato a las elecciones.
Imagen Fernando Bizerra Jr. / EFE

SAO PAULO, Brasil.- El llamado presidente de los pobres, el sindicalista que puso a Brasil dentro del mapa mundial sufrió esta semana el mayor revés de su historia política. Luiz Inácio 'Lula' da Silva fue condenado en segunda instancia por el Tribunal Regional Federal de la 4ª Región (TRF4) de Porto Alegre a 12 años y un mes de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero.

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La rotundidad de la sentencia hace prácticamente imposible la participación del líder del Partido de los Trabajadores (PT) en las elecciones de octubre de 2018, pese a que las encuestas le dan como el favorito de los brasileños. La de este miércoles es una condena histórica que pone en jaque a una de las figuras más importantes de la política brasileña y deja un escenario electoral lleno de incertezas y hiere de muerte al PT, a día de hoy la única sigla de izquierda con capacidad de gobernar en Brasil.


En estos momentos el expresidente “más popular del planeta”, que decía Barak Obama, se enfrenta a dos caminos inciertos y poco esperanzadores. Por un lado la posibilidad de que a sus 73 años tenga que entrar en la cárcel para cumplir una pena de 12 años y un mes en régimen cerrado. Y por el otro, que pueda ver cómo se le escapa de las manos la oportunidad de recuperar la presidencia del país y cambiar el rumbo de las políticas neoliberales del actual gobierno Temer.

Por el momento no hay fechas para que el líder petista sea trasladado a prisión. Para cumplir la condena impuesta por los jueces de Porto Alegre, primero los abogados de la defensa tienen que agotar todos los recursos que se refieren al TRF4. En este caso, serían embargos de declaración que no podrían revertir la pena sino que servirían para aclarar puntos de la argumentación de la acusación. Pero sobre todo esos embargos significarían tiempo, el bien más preciado para Lula da Silva en estos momentos.

Algunos juristas calculan que entre los meses de abril y mayo los recursos del TRF4 ya podrían ser contestados. Teóricamente a partir de ese momento los magistrados pueden ordenar la entrada en prisión del petista. Pero la defensa podría pedir una medida cautelar primero en el Superior Tribunal de Justicia (STJ) y luego en el Superior Tribunal Federal (STF), que le daría a Lula además de tiempo un posible habeas corpus que le permitiera seguir en libertad hasta agotar los recursos en los tribunales superiores.

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El escenario electoral más abierto desde la redemocratización del país

No se recuerda en Brasil un escenario electoral tan incierto como el que enfrentará el país en octubre de este año. La condena de Lula tan solo ha provocado más incertidumbres. El expresidente es hasta el momento el candidato favorito de las encuestas y según el politólogo de la UnB, André Borges, su probable salida de la carrera presidencial “puede abrir paso a outsiders que a última hora entren en la batalla presidencial y consigan canalizar la frustración de los brasileños”.

Un juez lo condenó a nueve años y medio de cárcel tras hallarlo culpable de corrupción. La condena llega en momentos en que Lula lidera las encuestas para la elección presidencial del 2018. El centro del juicio es un lujoso apartamento como pago a cambio de contratos petroleros.
Video Sentencia por corrupción a Lula da Silva impide que se lance de nuevo a la presidencia de Brasil


Mientras tanto, su partido no ve otro candidato distinto a Lula. Un día después de darse a conocer la condena, el exmandatario presentó su precandidatura en la sede nacional de la Central Única de Trabajadores (CUT) de Sao Paulo. Si su defensa apela a los tribunales superiores, algo que se da por hecho porque le daría tiempo hasta que llegara un nuevo fallo, el expresidente puede seguir con su campaña electoral e inscribirse como candidato el 15 de agosto a la espera de una sentencia del STF. Pero a partir de esa fecha, el Tribunal Superior Electoral (TSE) se encargaría del caso, y este jueves advirtieron que, con una condena por unanimidad en segunda instancia, sólo les queda "la opción de eliminar la candidatura”. En ese caso, Lula todavía podría recurrir a los tribunales superiores por su derecho a disputar la Presidencia y el escenario electoral quedaría abierto hasta la espera de un fallo definitivo.

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No obstante, fuentes del PT reconocen “estar tocadas” pero aseguran que no quieren pensar en un Plan B porque entienden esta condena como “un atentado a la democracia y al Poder Judicial”. En el discurso de su precandidatura, Lula fue claro: “Me importa mucho el futuro de este país y al condenarme quieren acabar con una forma de gobernar que nos caracteriza que es la de incluir a los pobres en nuestra política económica (…) Me presento de nuevo para defender a los millones de trabajadores que apenas viven con un salario mínimo al mes”.

Aunque de cara a la galería no dan al brazo a torcer e insisten en Lula como única posibilidad, la ejecutiva del PT de puertas adentro reconoce que empieza a barajar otros nombres. Una parte del partido, en la que se incluye el propio Lula, cree que el expresidente puede mantenerse como favorito hasta las últimas semanas de la campaña y después escoger a un sustituto y solicitar a los votantes que transfieran sus votos al candidato petista de última hora.

Uno de los nombres que más suena es el del ex alcalde de Sao Paulo y exministro de Educación, Fernando Haddad, con un perfil más intelectual y querido por la clase media. La otra opción sería uno de los pesos pesados del partido, el exgobernador de Bahía, Jacques Wagner, con un talante más parecido al de Lula.

División y cansancio en las calles

En un mismo quiosco de la Avenida Paulista de Sao Paulo se puede palpar el sentir dividido de los brasileños y también el sentimiento general de cansancio que los une. Si le preguntamos a Silvio Prandini, dueño del establecimiento desde hace veintidós años, “Lula tiene que ir a la cárcel y aceptar que lo ha hecho mal”. Este señor que se acerca a los setenta dice: “No soporto más tanta manifestación, la justicia es la que es para todos y además cualquiera que nos gobierne va a ser un ladrón, pero si roban que vayan a la cárcel”.

BRA09. BRASILIA (BRASIL), 24/01/2018.- Detractores del expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva celebran la decisión que ratifica la condena a Lula hoy, miércoles 24 de enero de 2018, en Brasilia (Brasil). La Justicia brasileña ratificó hoy la condena por corrupción pasiva y lavado de dinero contra el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) en una causa relacionada con el escándalo por los desvíos en la petrolera estatal Petrobras. EFE/Joédson Alves
BRA09. BRASILIA (BRASIL), 24/01/2018.- Detractores del expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva celebran la decisión que ratifica la condena a Lula hoy, miércoles 24 de enero de 2018, en Brasilia (Brasil). La Justicia brasileña ratificó hoy la condena por corrupción pasiva y lavado de dinero contra el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) en una causa relacionada con el escándalo por los desvíos en la petrolera estatal Petrobras. EFE/Joédson Alves
Imagen Joédson Alves/EFE

Maria da Conceiçao Oliveira (34) trabaja al lado de Silvio y se indigna al escucharle: “Si todos fueran a la carcel… Pero es que sólo llevan a Lula que es el único que se ha preocupado por nosotros”, dice en tono de enfado. Esta mujer que tiene que alimentar a cuatro hijos y vive a dos horas de su trabajo dice que no le importa si el expresidente es culpable o no, porque tiene claro que es “el único que nos puede ayudar”.

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Marcos Teixeira (25) es estudiante de Derecho y dice que ha seguido todos los detalles del caso: “Todavía no soy especialista pero tengo claro de que se trata de un juicio político porque las pruebas contra Lula son mínimas, lo que pasa es que un tipo muy incómodo”. No tiene idea de a quién votará en octubre, pero Lula nunca estuvo entre sus favoritos: “Todos los políticos que tenemos son corruptos, hay gente que cree que con Lula en la cárcel les estamos dando una lección, pero en realidad son corruptos encarcelando a corruptos”.

Los movimientos sociales como el Movimiento Sin Tierra (MST), el Movimiento de Trabajadores Sin Techo (MTST) o el Frente Popular sin Miedo son por ahora los únicos aliados del petista además de los militantes y sindicalistas de su partido. Son los que salen a la calle a protestar y también los que han anunciado movilizaciones todos los meses hasta que se llegue a la fecha de los comicios: “Elecciones sin Lula son un fraude” es el eslogan.

Los movimientos contrarios al expresidente como Movimiento Brasil Libre (MBL), Vem Para Rua o Revoltados Online festejaron la condena en la Avenida Paulista pero hicieron menos ruido del esperado. Sea por las vacaciones de verano, por los ensayos de carnaval, o por el cansancio de más de dos años de un país gobernado por políticos inmersos en escándalos de corrupción, la condena más polémica del año no ha sacado a los brasileños de sus casas.

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La estación de gasolina donde empezó todo. Aquí operaba una red de lavado de dinero que da comienzo al operativo policial "Lava Jato" (lavacoches). La investigación implicó a ejecutivos de la petrolera estatal Petrobras, la constructora privada Oderbrecht, el Partido de los Trabajadores del expresidente Lula da Silva y finalmente al gobierno de Dilma Rousseff.
El 20 de marzo de 2014 arrestan a uno de los directores de Petrobras Paulo Roberto Costa (I). Costa llega a un acuerdo con los fiscales para explicar la presunta trama de corrupción y reducir la pena. En noviembre de 2014 la policía federal arresta a 18 personas, entre ellos al director de Ingeniería y Servicios de Petrobras, Renato Duque (D) y a otros ejecutivos.
11 de diciembre de 2014. Los fiscales en Curitiba acusan formalmente a 36 personas, 22 de las cuales pertenecían a las firmas de ingeniería OAS , Camargo Correa, UTC Engenharia, Galvao Engenharia, Mendes Junior y Engevix. El fiscal Deltan Dallagnol declara la guerra contra la corrupción en Brasil en una conferencia de prensa.
15 de abril de 2015. La policía arresta al tesorero del gobernante Partido de los Trabajadores, João Vaccari, acercando la investigación al círculo íntimo de Rousseff.
En junio de 2015 es arrestado el presidente de la mayor firma constructora del país, Marcelo Odebrecht, jefe del conglomerado familiar Odebrecht SA. En la fotografía derecha vemos a Lula da Silva y a Hugo Chávez inaugurar en 2006 la construcción de un nuevo puente sobre el río Orinoco en el sur de Venezuela, contrato multimillonario de Odebrecht. La constructora brasileña hizo negocios gigantes en varios países de América Latina.
16 de julio de 2015. Los fiscales federales abren una investigación formal sobre si el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva usó de manera inapropiada sus conexiones en el exterior para beneficiar a Odebrecht tras dejar el cargo. En la foto, Lula con la nueva presidenta Dilma Rousseff y el vicepresidente (y futuro presidente encargado) Michel Temer.
3 de agosto de 2015. La policía arresta al ex ministro de Gobierno José Dirceu, uno de los miembros de más alto nivel del Partido de los Trabajadores y ex jefe de gabinete de Lula entre 2003 a 2005.
20 de agosto de 2015. Fiscales acusan al presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, de aceptar un soborno de 5 millones de dólares. Cunha, quien rompió con el gobierno de Rousseff, niega las acusaciones. En septiembre de 2015 Suiza entrega a los fiscales brasileños cuentas de banco a nombre de Cunha. La foto es un mural en Sao Paulo donde Cuhna (2do a la derecha) habla en secreto para "traicionar" a Dilma Rousseff.
25 de noviembre de 2015. La policía encarcela al senador Delcidio do Amaral bajo sospecha de obstruir la investigación. El senador Amaral testificó, como parte de un acuerdo con la Fiscalía, que la presidenta Rousseff y Lula presuntamente ayudaron a la trama de sobornos en la compañía estatal Petrobras y que intentaron repetidas veces desbaratar su investigación. Ambos negaron la acusación.
4 de marzo de 2016. La policía detiene brevemente a Lula para ser interrogado por pagos que se sospecha provienen de sobornos en Petrobras. Luego, el 16 de marzo, el juez Sergio Moro da a conocer conversaciones telefónicas entre Lula y Rousseff y dice que consideraban tratar de influenciar a fiscales anticorrupción. La publicación de las llamadas ensombrece el intento de Rousseff de nombrar a Lula como su jefe de gabinete, para protegerlo.
En marzo de 2016 fiscales descubrieron una trama de corrupción en Odebrecht, con una oficina dedicada a pagar sobornos por obras en estadios para el Mundial de Fútbol de 2014 y proyectos para los Juegos Olímpicos. Organizadores aseguran que la destitución temporal de Dilma Rousseff no afectará las olimpiadas a realizarse en agosto. En la foto la presidenta suspendida con la antorcha olímpica el 3 de mayo de 2016.
El 17 de abril de 2016 Rousseff pierde una votación en la Cámara de Diputados que recomienda al Senado abrir el proceso de impeachment por las llamadas "pedaladas fiscales", una práctica por la que supuestamente emitió decretos presupuestarios sin autorización del Congreso y recurrió a préstamos de los bancos públicos como forma de maquillar las cuentas públicas y recabar apoyos para su gobierno.
28 de abril de 2016. Fiscales acusan de corrupción a Joao Santana, arquitecto de las campañas de Lula da Silva en su reelección de 2006, de su sucesora Dilma Rousseff en 2010 y 2014, de Chávez en su última reelección en Venezuela y de su heredero político Nicolás Maduro en 2013.
Aunque el principal abogado del gobierno, Eduardo Cardozo, pidió al Tribunal Supremo que anulara el proceso de juicio político, el 11 de mayo siguió su curso. La larga sesión del Senado que finalmente decidiría el impeachment terminó 55 votos a favor, 22 votos en contra, por lo que Dilma Rousseff tuvo que abandonar la Presidencia temporalmente.
Dilma Rousseff abandona el palacio presidencial de Planalto luego de que el Senado aprobara el inicio del juicio político en su contra.
"La historia está hecha por la lucha y siempre vale la pena luchar por la democracia. Jamás voy a dejar de luchar", remató antes de salir a la explanada de los ministerios donde dio un discurso junto a Lula da Silva, ante cientos de seguidores que la acompañaban.
Momento de juramentación del nuevo gabinete interino, del gobierno brasileño de Michel Temer, en el palacio presidencial de Planalto.
Así quedó la votación del juicio en el senado de Brasil, el 31 de agosto de 2016, que destituye definitivamente a Rousseff.
Luego de varios meses de espera, con los Juegos Olímpicos de por medio, finalmente Dilma Rousseff, después del veredicto se dirige a sus seguidores, el 31 de agosto.
Michel Temer es investido como presidente de Brasil, hasta finalizar el periodo en diciembre de 2018.
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La estación de gasolina donde empezó todo. Aquí operaba una red de lavado de dinero que da comienzo al operativo policial "Lava Jato" (lavacoches). La investigación implicó a ejecutivos de la petrolera estatal Petrobras, la constructora privada Oderbrecht, el Partido de los Trabajadores del expresidente Lula da Silva y finalmente al gobierno de Dilma Rousseff.
Imagen Nadia Sussman/Getty Images
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