Por qué la Constituyente de Maduro es considerada una trampa que agrava la crisis

En medio de protestas callejeras casi a diario, el presidente de Venezuela planteó una salida legal a la crisis. Sin embargo, son más las incógnitas que plantea la propuesta dentro de una oposición que desconfía de una iniciativa que ve como hecha a la medida del actual gobierno.

Pedro Pablo Peñaloza
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Pedro Pablo Peñaloza.
Los manifestantes que intentan llegar al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) se han enfrentado a la Guardia Nacional. En los disturbios se han usado armas de fuego y bombas lacrimógenas.
Video Maduro firma convocatoria a una "Asamblea Nacional Constituyente" en medio de protestas de oposición

El presidente Nicolás Maduro convocó este primero de mayo a una Asamblea Nacional Constituyente para “garantizar la paz” y superar la crisis política que sacude a Venezuela desde principios de abril. Sin embargo, lejos de apaciguar los ánimos, la iniciativa presidencial amenaza con aumentar el conflicto. La oposición considera una “estafa” la propuesta de Maduro y llama a intensificar esta nueva ola de protestas, que hasta la fecha ha arrojado unos 30 muertos y más de 1,200 detenidos.

A continuación planteamos las incógnitas que plantea la iniciativa de Maduro y los vacíos legales y políticos que deja a su paso.

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¿Para qué sirve una Asamblea Constituyente?

De acuerdo con el artículo 347 de la Carta Magna, se puede “convocar una Asamblea Nacional Constituyente con el objeto de transformar el Estado, crear un nuevo ordenamiento jurídico y redactar una nueva Constitución”.

¿Maduro puede convocar una Constituyente?

El artículo 348 de la Constitución señala que el Presidente de la República podrá tomar “la iniciativa de convocatoria” a la Asamblea Constituyente sin establecer otras condiciones. Incluso establece que la Asamblea Nacional también tiene esa potestad si dos tercios de sus miembros así lo deciden.

Sin embargo, el abogado constitucionalista Allan Brewer Carías, corredactor de la Carta Magna de 1999, aclara que “Maduro no puede convocar una Asamblea Constituyente”.

“Según el texto de la Constitución, el único que puede convocar una Constituyente es el pueblo”, sostiene Brewer Carías. Partiendo de esta interpretación, Maduro tiene que someter a referendo su propuesta para que sea el pueblo venezolano el que decida si apoya la instalación de la Constituyente.

¿Quiénes integrarán la Constituyente planteada por Maduro?

No todos están invitados a participar en este proceso. “Convoco una Constituyente ciudadana, no una Constituyente de partidos ni élites, una Constituyente ciudadana, obrera, comunal, campesina (…) profundamente obrera, decisivamente obrera, profundamente comunal”, explicó el Jefe de Estado venezolano.

¿Por qué la oposición y algunos expertos denuncian que la propuesta de Maduro es un fraude a la Constitución?

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Porque una Constituyente “comunal”, integrada por organizaciones sociales controladas por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), atenta contra los principios básicos de la democracia y vulnera la institución del sufragio. “Maduro advirtió que los constituyentes serían designados mediante ‘voto directo’, pero solo desde determinada ‘clase’.

Así, de los 500 miembros que esta Constituyente tendría, la mitad sería designada por obreros, estudiantes, campesinos y otros sectores, quienes ‘escogerían’ entre ellos a sus representantes.

La otra mitad sería escogida mediante un proceso –nada claro– de regionalización. Esa selección podrá ser ‘directa’, pero en modo alguno es una elección consecuencia del derecho constitucional al voto, ni mucho menos, consecuencia del derecho de todo ciudadano a optar a cargos de elección popular”, razonó el abogado José Ignacio Hernández en un artículo publicado en el portal Prodavinci.

¿Propone Maduro una Constituyente dominada por militantes chavistas?

“La trampa está en el carácter sectorial y territorial. Sería una Constituyente de movimientos afectos a Maduro. Eso la hace fraudulenta”, expone el profesor Juan Manuel Raffalli. En síntesis, el presidente reduce el derecho a postular y ser postulado “a las organizaciones creadas al margen de la Constitución vigente”, alerta el profesor Fortunato González, presidente emérito de la Asociación Venezolana de Derecho Constitucional. Esas organizaciones sociales, conformadas y tuteladas por el PSUV, son la base del llamado “poder popular” o “comunal”, fórmula creada por el régimen chavista que no está contenida en la Carta Magna. González concluye que “de no garantizarse la participación de todo el pueblo a través de los mecanismos políticos, incluidos los partidos, se trataría de una gran trama y sería un rompimiento aún más grave y más profundo del orden constitucional”.

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¿Es la primera vez que el chavismo intenta modificar la Constitución para adaptarla a su proyecto político?

No. Hugo Chávez impulsó la aprobación de la Constitución Bolivariana de 1999 para dar sustento legal a lo que denominó la Quinta República. En 2007, luego de alcanzar la reelección presidencial, Chávez promovió una amplia reforma para incorporar al texto fundamental los elementos de su modelo socialista. Sin embargo, la mayoría del país se opuso a ese proyecto de reforma en el referendo del 2 de diciembre de 2007, lo que significó la peor derrota electoral sufrida por Chávez. En febrero de 2009, Chávez sí contó con el apoyo popular para incorporar una enmienda que permite la reelección presidencial indefinida. Diez años después de aquel primer intento, Maduro trata nuevamente de modificar la Carta Magna para ajustarla a las necesidades de la cúpula gobernante.

¿Y cómo quedaría el Parlamento de mayoría opositora?

Eliminado. Maduro indicó que la Constituyente sería “plenipotenciaria” y el artículo 349 de la Constitución estipula que “los poderes constituidos no podrán en forma alguna impedir las decisiones de la Asamblea Nacional Constituyente”. El presidente del Parlamento, Julio Borges, denunció que el mandatario venezolano está “disolviendo la democracia y la República”. “Es una estafa (la Constituyente) para engañar al pueblo con un mecanismo que no busca otra cosa que agravar la crisis en Venezuela”, acusó Borges.

¿La Constituyente es la única salida electoral posible a la crisis?

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No. El régimen chavista bloqueó la celebración del referendo revocatorio y suspendió las elecciones regionales en 2016. Para superar la confrontación política, la oposición exige publicar un cronograma electoral –que incluya las fechas de las regionales aplazadas y las municipales que deben realizarse este año – y también ha propuesto –con el apoyo del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro - adelantar los comicios presidenciales pautados para 2018. Maduro se ha negado a todo esto.

¿Por qué Maduro prefiere la Constituyente?

Porque puede diseñar unas bases comiciales a su medida, imponiendo las condiciones de la elección y limitando el derecho a la participación de todos los ciudadanos. “La ilegítima designación de una ‘Asamblea Nacional Constituyente Popular’, en violación al derecho al sufragio directo, secreto y universal, permitiría afectar el funcionamiento de todos los Poderes Públicos y aprobar una nueva Constitución, todo ello, al margen de la democracia. Por ello, en el fondo, el anuncio de convocar a una ‘Asamblea Nacional Constituyente Popular’ no es más que la continuación del golpe de Estado permanente, ahora, en un nivel incluso superior”, expone el abogado José Ignacio Hernández.

¿Qué camino le queda a la oposición?

“Frente al fraude constitucional de Constituyente que acaba de anunciar el dictador, pueblo a la calle y a desobedecer semejante locura”, adelantó el gobernador del estado Miranda y líder de la oposición venezolana, Henrique Capriles Radonski. En esa misma línea, el presidente del Parlamento, Julio Borges, dijo: “Sabemos que tenemos muchos días en la calle, pero quiero decirles que la lucha apenas comienza por lograr el cambio definitivo con el voto. No podemos cansarnos, tenemos que seguir adelante mañana, tarde y noche. Llegó el momento de sacar la casta del pueblo venezolano”.

Un enmascarado en la manifestación denominada ‘el plantón’, del 15 de marzo de 2017. Ese día se denunció la muerte de dos activistas a manos de la policía. Después de cinco semanas de protestas, la oposición venezolana continúa saliendo a las calles para pedir elecciones generales, la liberación de los presos políticos, la apertura de un canal humanitario y el respeto a la Asamblea Nacional.
Dos manifestantes opositores disparan con hondas a los policías en una protesta en Caracas. 26 de abril de 2017. El 15 de marzo la Fiscalía y la Defensoría del Pueblo informaron de la muerte de un joven durante una protesta en el estado Táchira (oeste) mientras que dirigentes opositores aseguraron que son dos los fallecidos y denunciaron que ambos recibieron disparos de miembros de las distintas policías. El total de fallecidos hasta el momento es de 46 personas, la mayoria manifestantes opositores.
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Una máscara de fabricación casera, a partir de una botella plástica de agua. Varios tutoriales para construir estos accesorios se consiguen en redes sociales.
Los lentes para natación son uno de los insumos comunes de los manifestantes que se enfrentan a la policía. El digente opositor Henrique Capriles denunció que miembros y asesores del gobierno se reunieron a mediados de la semana pasada con un grupo de altos oficiales para discutir sobre la Asamblea Constituyente y considerar la remoción de 
<b><a href="http://www.univision.com/noticias/crisis-en-venezuela/fiscal-general-de-venezuela-denuncia-ruptura-del-orden-constitucional-video" target="_blank">la fiscal general, Luisa Ortega Díaz, que se distanció a finales de marzo del gobierno al denunciar la ruptura del hilo constitucional</a></b> y la violación de la carta magna luego de unas sentencias que emitió el Tribunal Supremo de Justicia contra el Congreso.
Tras el distanciamiento de la fiscal general del gobierno de Nicolás Maduro, se reportó que más de un centenar de manifestantes civiles pasaron ante los tribunales militares. Las máscaras y escudos de fabricación casera simbolizan la lucha de los manifestantes en las protestas contra el gobierno.
Además de proteger su identidad, los manifestantes cubren sus rostros para contrarrestar los efectos de los gases lacrimógenos. Desde que iniciaron las manifestaciones a finales de marzo, Maduro no ha expresado ninguna posibilidad de ceder a las exigencias de los sectores opositores sobre las elecciones generales, la liberación de los presos políticos, la apertura de un canal humanitario y el respeto a la Asamblea Nacional, de mayoría opositora.
Los manifestantes mejor protegidos contra los efectos e los gases son los que se encargan de regresar las bombas disparadas por la policía y la Guardia Nacional Bolivariana. NicolásMaduro presentó a inicios de mes en el Consejo Nacional Electoral una convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente para redactar una nueva constitución que reemplazaría a la que impulsó el entonces presidente Hugo Chávez en 1999, lo que ha mantenido a los activistas opositores en las calles.
Los colores de la bandera acompañan a la mayoría de los manifestantes en las protestas. La creciente tensión llevó a que la Organización de Estados Americanos (OEA) aprobara una cita de cancilleres que evaluará la crisis el 31 de mayo, una reunión que el gobierno venezolano rechaza de antemano por considerarlo un acto "injerencista".
La Unión Europea, por su parte, urgió a las partes abandonar la violencia para alcanzar una "solución pacífica" e hicieron un llamado a respetar el orden constitucional. "Deben respetarse los derechos fundamentales del pueblo venezolano, incluido el derecho a manifestarse pacíficamente", indicaron los ministros de exteriores en un comunicado conjunto. Algunos manifestantes se protegen con antiguas máscaras antigás, como si se tratara de una guerra del siglo pasado.
Un enmascarado, lleva una cara de osa de peluche con un improvisado sistema de purificación del aire, ha llamado la atención de todos los fotógrafos que cubren estos sucesos. La coalición de partidos 
<b>Mesa de la Unidad Democrática (MUD)</b> exige elecciones generales para resolver la crisis política y económica, que se refleja en una fuerte escasez de comida y medicinas, y la inflación más alta del mundo, que escalaría a 720% este año según el FMI.
La cantidad de gases lacrimógenos lanzados por las autoridades en esta ola de protestas ha sido impresionante. Las bombas de gas han sido lanzadas incluso desde helicópteros, lo que fue condenado hasta por el Defensor del Pueblo Tarek William Saab, criticado por su falta de imparcialidad en el conflicto.
Un manifestante lleva una antigua máscara de hockey, al estilo de la película martes 13. El pasado diciembre deberían de haberse celebrado elecciones de gobernadores, pero fueron pospuestas sin fecha definida, y este año corresponden las de alcaldes, otra de las razones por las que las protestas no se han detenido en mas de mes y medio.
La mascara que simboliza al grupo radical global “anonimus”, muy común entre los manifestantes venezolanos. La convocatoria a la Constituyente aumentó la tensión, pues la mitad de los 500 asambleístas serán elegidos por sectores sociales que según la oposición están controlados por el gobierno.
La oposición anunció que continuarán con las protestas que comenzaron el pasado 1 de abril y entran ya en su sexta semana. Un manifestante cubre su rostro con un pasamontaña, y sobre sus ojos líquido antiácido para contrarrestar los efectos de los gases.
Los ojos rodeados de antiácido y el cuello y cabellos cubiertos de tela y la nariz y boca con una máscara de protección industrial. Las protestas de las últimas semanas en Venezuela han dejado un balance de cerca de medio centenar de muerto, aunque la Fiscalía General sólo reconoce 38. Además, se han registrado más de 800 heridos y centenares de detenidos.
Un manifestante herido es asistido por sus compañeros enmascarados, dos que lo cargan y otro que lo rocía con un químico para mitigar el efecto de los gases lacrimógenos.
La explosión de una bomba lacrimógena no afecta a este manifestante que protege su rostro completamente con máscara industrial y lentes de esquiador.
Un manifestante lleva una máscara antigás de fabricación casera.
Las máscaras, símbolo de las manifestaciones en Venezuela, están acompañadas de guantes que protegen a los protestantes del calor de las bombas lacrimógenas, que lanzan de regreso a la policía.
La protección contra el gas lacrimógeno permite a este manifestante regresar con su brazo la bomba a la policía.
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Un enmascarado en la manifestación denominada ‘el plantón’, del 15 de marzo de 2017. Ese día se denunció la muerte de dos activistas a manos de la policía. Después de cinco semanas de protestas, la oposición venezolana continúa saliendo a las calles para pedir elecciones generales, la liberación de los presos políticos, la apertura de un canal humanitario y el respeto a la Asamblea Nacional.
Imagen CHRISTIAN VERON/Reuters
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