Maduro pide por decreto liquidar todos los poderes y redactar una Constitución a su medida

El presidente venezolano decretó la convocatoria a una "Asamblea Constituyente chavista", conformada por representantes de las organizaciones de base afines al gobierno. En la elección, advirtió el mandatario, le será negada la participación a "los viejos partidos políticos".

Maye Primera
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Maye Primera.
Los manifestantes que intentan llegar al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) se han enfrentado a la Guardia Nacional. En los disturbios se han usado armas de fuego y bombas lacrimógenas.
Video Maduro firma convocatoria a una "Asamblea Nacional Constituyente" en medio de protestas de oposición

CARACAS, Venezuela.- El presidente venezolano Nicolás Maduro decretó este lunes la convocatoria a una "Asamblea Nacional Constituyente chavista" para conjurar la crisis política y económica que mantiene en jaque a su gobierno, mediante el desmantelamiento de los actuales poderes públicos y la redacción de una nueva Constitución a su medida.

Entre otras reformas, la nueva Carta Magna le otorgaría rango constitucional al Poder Comunal —que es como llama el gobierno a las organizaciones de base afines al Partido Socialista Unido de Venezuela— y a un sistema de "justicia severa contra el terrorismo", según explicó Maduro este lunes por la noche desde el Palacio de Miraflores durante el acto de firma del decreto.

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“Les entrego el poder que me dio Chávez, les entrego el poder de la patria”, había dicho Maduro más temprano, ante centenares de funcionarios públicos uniformados de rojo que participaban en un acto de masas celebrado en la avenida Bolívar del centro de Caracas. "Pido el apoyo de todo el pueblo de Venezuela, de la unión cívico-militar para avanzar en paz y que la Asamblea Nacional Constituyente tenga una mayoría arrasadora del pueblo chavista".

“Necesitamos transformar el Estado, sobre todo esa Asamblea Nacional podrida que está ahí”, agregó el presidente, refiriéndose a la mayoría opositora en el Parlamento —el único de los cinco poderes públicos del país que no está controlado por las fuerzas del oficialismo—.

Del mismo plumazo, la Constituyente obligaría a renovar a las autoridades del Poder Ciudadano, integrado por la Fiscalía General, la Procuraduría de la República y la Defensoría del Pueblo. De ese modo, Maduro también podría librarse de las tímidas críticas que ha dejado colar la fiscal Luisa Ortega Díaz, quien en el último mes rechazó la sentencia del TSJ contra la Asamblea Nacional y admitió públicamente que los cuerpos seguridad del Estado ejecutan detenciones arbitrarias de manifestantes, sin ir más allá de las palabras.

La oposición califica esta jugada como la consolidación del "autogolpe" de Estado ejecutado por los magistrados chavistas que dominan el Tribunal Supremo de Justicia, cuando a finales de marzo aprobaron una sentencia que desconoce las atribuciones legislativas de la Asamblea Nacional. Esta fue la chispa que encendió las protestas callejeras contra Maduro que desde entonces se mantienen en las principales capitales del país.

“Va a ser una convocatoria para elegir a unos 500 constituyentes (...) Profundamente chavista, por lo democrática, por lo popular (…) donde se postulen los motorizados, los transportistas, los pescadores, las pescadoras. Una Constituyente del pueblo”, dijo Maduro sin ofrecer mayores detalles acerca del proceso de selección de los miembros de esta asamblea, pero dejando en claro que "las viejas estructuras de los partidos políticos" no serán invitadas a participar.

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Lo que propone Maduro es una elección parcial, que le permita al chavismo hacerse de la mayoría de la hipotética Asamblea Constituyente.

De acuerdo a lo que adelantó el jefe de Estado, la mitad de los asambleístas (250) serían electos de manera "sectorizada", a través de las organizaciones populares de base creadas por el chavismo durante los últimos 18 años: los Consejos Comunales, los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (los CLAP, encargados de repartir comida en medio de la severa escasez), los sindicatos afines al PSUV, entre otros tantos.

La otra mitad se elegirían a través de las circunscripciones municipales, mediante el voto "directo y secreto" y "bajo reglas electorales muy estrictas", advirtió Maduro.

El presidente venezolano informó que en las próximas horas enviará al Consejo Nacional Electoral “las bases electorales de la convocatoria” y que este mismo lunes por la mañana quedó instalada una comisión presidencial que se encargará de echar a andar su iniciativa.

La comisión estará conformada por su círculo más cercano de colaboradores. La presidirá el ministro de Educación y exconstituyente Elías Jaua, y de ella formarán parte su esposa, Cilia Flores, y otra media docena de dirigentes del chavismo que, junto a Maduro, integraron la Asamblea Nacional Constituyente de 1999, convocada por el entonces presidente Hugo Chávez, que redactó la Carta Magna vigente.

La consolidación del "autogolpe"

"Lo que hoy anunció (Maduro) no es una Constituyente, es una estafa para engañar al pueblo venezolano con un mecanismo que no es otra cosa que dar un nuevo golpe de Estado", dijo el presidente del Parlamento, Julio Borges, en respuesta a la propuesta presidencial y llamó a la Fuerza Armada Nacional, a los magistrados, a la fiscal y a los demás integrantes de los poderes públicos a rebelarse contra esta maniobra que también les afecta.

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"Lo que está proponiendo Nicolás Maduro en su desesperación es que Venezuela no vuelva a votar más nunca en unas elecciones libres y democráticas. (...) Lo que quiere Venezuela no es cambiar la Constitución es cambiar a Nicolás Maduro", agregó el parlamentario.

El gobernador del estado capitalino de Miranda y líder de la oposición, Henrique Capriles Radonski, también reaccionó de inmediato al anuncio, llamando a sus seguidores a mantener las protestas callejeras que ya cumplen un mes.


"El dictador Maduro y su narco corrupta cúpula pretenden matar la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. ¡No podrán!", escribió Capriles a través de su cuenta de Twitter.

Mientras Maduro arengaba a sus acólitos, la policía y la Guardia Nacional reprimían con bombas lacrimógenas a grupos de manifestantes de la oposición que desde la mañana intentaban sin éxito llegar a las sedes del Consejo Nacional Electoral y del Tribunal Supremo de Justicia desde el este de la ciudad para demandar elecciones generales.

La oposición, reunida en la Mesa de la Unidad Democrática, anunció "un gran trancazo nacional" para este martes, a partir de las 7:00 de la mañana.

En esta nueva ola de protestas contra Nicolás Maduro, que comenzó el 1 de abril, ya han muerto 29 personas, centenares han sufrido heridas y más de un millar han sido detenidas.

Coincidiendo con un mes de las protestas, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, envió un duro mensaje al gobierno de Maduro al que pidió "apegarse al respeto a los elementos esenciales de la democracia".

Un enmascarado en la manifestación denominada ‘el plantón’, del 15 de marzo de 2017. Ese día se denunció la muerte de dos activistas a manos de la policía. Después de cinco semanas de protestas, la oposición venezolana continúa saliendo a las calles para pedir elecciones generales, la liberación de los presos políticos, la apertura de un canal humanitario y el respeto a la Asamblea Nacional.
Dos manifestantes opositores disparan con hondas a los policías en una protesta en Caracas. 26 de abril de 2017. El 15 de marzo la Fiscalía y la Defensoría del Pueblo informaron de la muerte de un joven durante una protesta en el estado Táchira (oeste) mientras que dirigentes opositores aseguraron que son dos los fallecidos y denunciaron que ambos recibieron disparos de miembros de las distintas policías. El total de fallecidos hasta el momento es de 46 personas, la mayoria manifestantes opositores.
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Una máscara de fabricación casera, a partir de una botella plástica de agua. Varios tutoriales para construir estos accesorios se consiguen en redes sociales.
Los lentes para natación son uno de los insumos comunes de los manifestantes que se enfrentan a la policía. El digente opositor Henrique Capriles denunció que miembros y asesores del gobierno se reunieron a mediados de la semana pasada con un grupo de altos oficiales para discutir sobre la Asamblea Constituyente y considerar la remoción de 
<b><a href="http://www.univision.com/noticias/crisis-en-venezuela/fiscal-general-de-venezuela-denuncia-ruptura-del-orden-constitucional-video" target="_blank">la fiscal general, Luisa Ortega Díaz, que se distanció a finales de marzo del gobierno al denunciar la ruptura del hilo constitucional</a></b> y la violación de la carta magna luego de unas sentencias que emitió el Tribunal Supremo de Justicia contra el Congreso.
Tras el distanciamiento de la fiscal general del gobierno de Nicolás Maduro, se reportó que más de un centenar de manifestantes civiles pasaron ante los tribunales militares. Las máscaras y escudos de fabricación casera simbolizan la lucha de los manifestantes en las protestas contra el gobierno.
Además de proteger su identidad, los manifestantes cubren sus rostros para contrarrestar los efectos de los gases lacrimógenos. Desde que iniciaron las manifestaciones a finales de marzo, Maduro no ha expresado ninguna posibilidad de ceder a las exigencias de los sectores opositores sobre las elecciones generales, la liberación de los presos políticos, la apertura de un canal humanitario y el respeto a la Asamblea Nacional, de mayoría opositora.
Los manifestantes mejor protegidos contra los efectos e los gases son los que se encargan de regresar las bombas disparadas por la policía y la Guardia Nacional Bolivariana. NicolásMaduro presentó a inicios de mes en el Consejo Nacional Electoral una convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente para redactar una nueva constitución que reemplazaría a la que impulsó el entonces presidente Hugo Chávez en 1999, lo que ha mantenido a los activistas opositores en las calles.
Los colores de la bandera acompañan a la mayoría de los manifestantes en las protestas. La creciente tensión llevó a que la Organización de Estados Americanos (OEA) aprobara una cita de cancilleres que evaluará la crisis el 31 de mayo, una reunión que el gobierno venezolano rechaza de antemano por considerarlo un acto "injerencista".
La Unión Europea, por su parte, urgió a las partes abandonar la violencia para alcanzar una "solución pacífica" e hicieron un llamado a respetar el orden constitucional. "Deben respetarse los derechos fundamentales del pueblo venezolano, incluido el derecho a manifestarse pacíficamente", indicaron los ministros de exteriores en un comunicado conjunto. Algunos manifestantes se protegen con antiguas máscaras antigás, como si se tratara de una guerra del siglo pasado.
Un enmascarado, lleva una cara de osa de peluche con un improvisado sistema de purificación del aire, ha llamado la atención de todos los fotógrafos que cubren estos sucesos. La coalición de partidos 
<b>Mesa de la Unidad Democrática (MUD)</b> exige elecciones generales para resolver la crisis política y económica, que se refleja en una fuerte escasez de comida y medicinas, y la inflación más alta del mundo, que escalaría a 720% este año según el FMI.
La cantidad de gases lacrimógenos lanzados por las autoridades en esta ola de protestas ha sido impresionante. Las bombas de gas han sido lanzadas incluso desde helicópteros, lo que fue condenado hasta por el Defensor del Pueblo Tarek William Saab, criticado por su falta de imparcialidad en el conflicto.
Un manifestante lleva una antigua máscara de hockey, al estilo de la película martes 13. El pasado diciembre deberían de haberse celebrado elecciones de gobernadores, pero fueron pospuestas sin fecha definida, y este año corresponden las de alcaldes, otra de las razones por las que las protestas no se han detenido en mas de mes y medio.
La mascara que simboliza al grupo radical global “anonimus”, muy común entre los manifestantes venezolanos. La convocatoria a la Constituyente aumentó la tensión, pues la mitad de los 500 asambleístas serán elegidos por sectores sociales que según la oposición están controlados por el gobierno.
La oposición anunció que continuarán con las protestas que comenzaron el pasado 1 de abril y entran ya en su sexta semana. Un manifestante cubre su rostro con un pasamontaña, y sobre sus ojos líquido antiácido para contrarrestar los efectos de los gases.
Los ojos rodeados de antiácido y el cuello y cabellos cubiertos de tela y la nariz y boca con una máscara de protección industrial. Las protestas de las últimas semanas en Venezuela han dejado un balance de cerca de medio centenar de muerto, aunque la Fiscalía General sólo reconoce 38. Además, se han registrado más de 800 heridos y centenares de detenidos.
Un manifestante herido es asistido por sus compañeros enmascarados, dos que lo cargan y otro que lo rocía con un químico para mitigar el efecto de los gases lacrimógenos.
La explosión de una bomba lacrimógena no afecta a este manifestante que protege su rostro completamente con máscara industrial y lentes de esquiador.
Un manifestante lleva una máscara antigás de fabricación casera.
Las máscaras, símbolo de las manifestaciones en Venezuela, están acompañadas de guantes que protegen a los protestantes del calor de las bombas lacrimógenas, que lanzan de regreso a la policía.
La protección contra el gas lacrimógeno permite a este manifestante regresar con su brazo la bomba a la policía.
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Un enmascarado en la manifestación denominada ‘el plantón’, del 15 de marzo de 2017. Ese día se denunció la muerte de dos activistas a manos de la policía. Después de cinco semanas de protestas, la oposición venezolana continúa saliendo a las calles para pedir elecciones generales, la liberación de los presos políticos, la apertura de un canal humanitario y el respeto a la Asamblea Nacional.
Imagen CHRISTIAN VERON/Reuters
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