Un búho chicano que enseña a los niños hispanos a leer en inglés y en español

El novelista Rudolfo Anaya y el ilustrador Moisés Salcedo crearon “El Tecolote del Sombrero de Paja”, un libro infantil bilingüe sobre las aventuras de un pequeño búho llamado Ollie que anhela leer por su cuenta, pese a que falta a clases.

Por:
Univision
El ilustrador Moisés Salcedo muestra un personaje del libro bilingüe “El Tecolote del Sombrero de Paja” (“Owl in a Straw Hat") que habla de un pequeño búho llamado Ollie que anhela leer por su cuenta, en Albuquerque, Nuevo México, el 5 de abril de 2018.
El ilustrador Moisés Salcedo muestra un personaje del libro bilingüe “El Tecolote del Sombrero de Paja” (“Owl in a Straw Hat") que habla de un pequeño búho llamado Ollie que anhela leer por su cuenta, en Albuquerque, Nuevo México, el 5 de abril de 2018.
Imagen Morgan Lee / AP

ALBUQUERQUE, Nuevo México.— El escritor de 81 años de edad es considerado decano de la literatura chicana. El ilustrador es un muralista más joven, impregnado de las tradiciones visuales de la cultura pop mexicano-estadounidense.

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Juntos, el novelista Rudolfo Anaya y el ilustrador Moisés Salcedo crearon un libro infantil bilingüe con textos paralelos en español e inglés sobre las aventuras de un pequeño búho llamado Ollie que anhela leer por su cuenta pese a que falta a clases y convive con un elenco de animales en las colinas y cielos del norte de Nuevo México.

Anaya alcanzó fama literaria con la novela "Bless Me, Ultima" en 1972, que trata sobre la historia de un chico en el Nuevo México de la posguerra mundial bajo la guía de un curandero espiritual. El libro se convirtió en una película y recientemente, en una ópera.


El nuevo libro para niños del Museo de la Prensa de Nuevo México, titulado “El Tecolote del Sombrero de Paja” (“Owl in a Straw Hat") está repleto de referencias a la geografía del norte del estado y a la tradición hispana casera, como el pozole y los piñones, hasta las organizaciones de acequia que ayudan a regar los campos.

Anaya dijo que el trabajo es un esfuerzo sincero para fomentar la lectura familiar compartida en inglés o español, con imágenes atractivas.

Las ilustraciones del libro brotan del pincel de Moisés, nacido en México y criado en Arizona, quien convirtió a Nuevo México en su hogar adoptivo hace casi una década. Anteriormente ha pintado murales urbanos, el logotipo de un tequila, carátulas de CD y más.


El ilustrador de 45 años de edad, padre de cinco hijos, a menudo pinta en una mesa de la sala de estar en medio del ajetreo de la familia. Dice que la gente lo considera un artista chicano, pero en realidad es solo su opinión sobre la vida cotidiana.

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“Audaz y brillante siempre ha sido lo mío”, dijo. "Me encantan los low-rider (coches modificados de la comunidad chicana) porque crecí alrededor de ellos... solo creo que soy un artista que está narrando su vida".


Uno de los personajes del nuevo libro, un lobo hambriento y no digno de confianza con gafas de sol llamado Luis Lobo, está adaptado de un tatuaje que el mismo Moisés diseñó y se hizo.

Otros personajes incluyen dos cuervos que prefieren los videojuegos a la escuela. También hay modelos de conducta positivos: un correcaminos disciplinado que maneja un deslumbrante auto de pasajeros chicano y una abuela cariñosa, una búho llamada “Nana”.

Moisés y Anaya ya están trabajando en una secuela que explora las preocupaciones sobre el acoso infantil.

<b>Es activa y no pasiva</b>
<br>El rol del maestro en el aprendizaje profundo no se trata de impartir conocimientos, como si los estudiantes fueran recipientes vacíos por rellenar, sino de 
<b>ser un guía</b> que ayuda al chico a alcanzar su máximo potencial.
<b>Surge a partir de los intereses del alumno</b>
<br>Una de las claves del éxito del 
<i>Deeper Learning</i> es seguir las pasiones del estudiante y crear proyectos interdisciplinarios que entusiasmen al chico, donde se conecten no solamente sus intereses sino que también 
<b>se fortalece su conexión con su comunidad. </b>Aquí los chicos no duermen en clase ni están obsesionados con encontrar maneras de faltar a clase.
<b>Aprenden a comunicarse</b>
<br>Este método se trata de crear conexiones genuinas con los demás. Los estudiantes aprenden y practican el escuchar activamente, escribir con claridad, y hacer presentaciones persuasivas.
<b>La colaboración es clave</b>
<br>Los estudiantes trabajan de la mano con sus compañeros, y para esto es necesario fomentar la empatía y la compasión. Ellos asumen posiciones de liderazgo, resuelven conflictos y manejan proyectos.
<b>Los conecta con sus comunidades</b>
<br>Los niños también aprenden de manera práctica: en pasantías que empiezan desde la secundaria. Allí, y en las aulas, crean conexiones interdisciplinarias donde se puede mezclar el arte con la matemática, la historia con la ciencia, o la física y el baile, por nombrar algunos.
<b>Enseña a pensar críticamente</b>
<br>Aprenden a cuestionar y a resolver problemas por sí mismos, a considerar una variedad de enfoques y caminos para producir soluciones innovadoras que se adapten a cada situación, tal como ellos deberán hacerlo en su futuro.
<b>Los niños descubren y aprenden a través de proyectos</b>
<br>Los alumnos escogen y dirigen sus propios proyectos (
<i>student-led projects</i>). En el ‘aprendizaje más profundo’ no se trata de impartir conocimientos como si los estudiantes fueran recipientes vacíos por rellenar, sino de actuar como guía para ayuda al chico a alcanzar su máximo potencial.
<b>Enseñan su trabajo en exhibiciones</b>
<br>Ningún aprendizaje está completo si no se puede compartir. Los niños comparten sus logros y aprendizajes con sus compañeros y con adultos expertos en su campo. La maestra Kelly Odonne de South Plantation High School en Florida nos explica: “Hacen presentaciones (en mi caso hacen experimentos) y demuestran sus pasos y lo que quieren aprender mientras están haciendo la investigación por internet, con los libros, con los maestros, para ir entendiendo cuáles son sus preguntas, sus curiosidades”.
<b>Los niños aprenden a aprender</b>
<br>El aprendizaje ocurre durante toda la vida, así que los chicos usan el 
<i>‘feedback’ </i>(retroalimentación) que les dan los maestros para monitorear y dirigir su propio aprendizaje, dentro y fuera del aula. Así, aprenden a reaccionar rápidamente a los resultados y adaptarse adecuadamente.
<b>Los chicos mantienen su propio rigor académico</b>
<br>Al ser parte de proyectos, ser líderes, colaborar y crear juntos, los estudiantes constantemente están fortaleciendo un sentido de pertenencia, confianza en sí mismos y así mantener viva la motivación para persistir en su trabajo escolar. 
<b>“Ya no es aburrido, ya los chicos no duermen en clase</b>”, dijo Odonne, maestra de ciencias y consejera de secundaria.
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Es activa y no pasiva
El rol del maestro en el aprendizaje profundo no se trata de impartir conocimientos, como si los estudiantes fueran recipientes vacíos por rellenar, sino de ser un guía que ayuda al chico a alcanzar su máximo potencial.
Imagen Cliff Owen/AP
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