Frenan dos ejecuciones para que los condenados puedan elegir cómo morir más allá de la silla eléctrica

Los jueces de la Corte Suprema de Carolina del Sur bloquearon dos ejecuciones programadas por electrocución para respetar "el derecho de los reclusos a elegir la forma de su ejecución". La decisión ordena a funcionarios a organizar un pelotón de fusilamiento.

Por:
Univision y AP
Luego de dos semanas de juicio, Cristhian Bahena Rivera, acusado del asesinato de la estudiante universitaria Mollie Tibbetts, fue hallado culpable de homicidio en primer grado por un jurado de Iowa. El veredicto ocurre casi tres años después de la desaparición de la joven, cuando había salido a hacer ejercicios. Se espera que la audiencia de sentencia ocurra el próximo 15 de julio a las 9:30 am en la corte del condado de Poweshiek, en Montezuma, Iowa. Más información aquí.
Video Un jurado encuentra culpable al mexicano Cristhian Bahena por el homicidio de la universitaria Mollie Tibbetts

La Corte Suprema de Carolina del Sur bloqueó este miércoles las ejecuciones previstas de dos reclusos por electrocución, alegando que no pueden ser condenados a muerte hasta que tengan realmente la opción de elegir cómo morir y para ello se debe organizar un pelotón de fusilamiento como estableció la recientemente revisada ley de la pena capital del estado.

La agencia AP señaló que el alto tribunal detuvo las ejecuciones programadas para este mes de Brad Sigmon y Freddie Owens señalando que los funcionarios penitenciarios tienen que organizar un pelotón de fusilamiento para que los reclusos puedan elegir realmente entre eso o la silla eléctrica.

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Los planes del estado, escribió el tribunal en una orden unánime, están en suspenso "debido al derecho estatutario de los reclusos a elegir la forma de su ejecución".

Las ejecuciones se programaron menos de un mes después de la aprobación de una nueva ley que indica que los condenados seleccionen entre la electrocución o el pelotón de fusilamiento si no se dispone de medicamentos para la inyección letal. La ley busca reanudar las ejecuciones tras una pausa involuntaria de años que se atribuyen a la incapacidad de conseguir los fármacos.


Los funcionarios de prisiones dijeron anteriormente que todavía no pueden conseguir los fármacos para la inyección letal y que aún no han podido organizar un pelotón de fusilamiento, lo que deja como única opción la silla eléctrica, que tiene 109 años de antigüedad.

" El departamento está avanzando en la creación de políticas y procedimientos para un pelotón de fusilamiento", dijo Chrysti Shain, una portavoz del Departamento de Correcciones de Carolina del Sur, en un comunicado el miércoles citado por AP.

"Estamos buscando orientación en otros estados a través de este proceso. Notificaremos al tribunal cuando el pelotón de fusilamiento sea una opción para las ejecuciones", añadió Shain.

Electrocución es "cruel e inusual"

Sigmon, de 63 años, ha pasado casi dos décadas en el corredor de la muerte tras ser condenado en 2002 por matar a los padres de su exnovia con un bate de béisbol.

Owens, de 43 años, lleva entrando y saliendo del corredor de la muerte desde 1999 por el asesinato de un dependiente de una tienda.

Los abogados de los dos hombres han argumentado en sus presentaciones legales que la muerte por electrocución es cruel e inusual, diciendo que la nueva ley mueve al estado hacia métodos de ejecución menos humanos.

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También alegan que los hombres tienen derecho a morir por inyección letal, el método que ambos eligieron, y que el estado no ha agotado todas las vías para conseguir los medicamentos para ese recurso.

Los abogados del Estado sostienen que la Corte Suprema de EEUU nunca ha considerado inconstitucional la electrocución.

Carolina del Sur es uno de los ocho estados que todavía utilizan la silla eléctrica y uno de los cuatro que permiten el fusilamiento, según el Centro de Información sobre la Pena de Muerte, una organización sin ánimo de lucro con sede en Washington.

La última ejecución de Carolina del Sur tuvo lugar en 2011, y su lote de medicamentos para la inyección letal expiró dos años después. Hay 37 hombres en el corredor de la muerte del estado.

<b>Ángel Díaz, ejecutado con inyección letal el 13 de diciembre de 2006 en Florida.</b> Después de la primera inyección que se administró en la ejecución, Díaz se movía, entrecerraba los ojos y hacía muecas intentando hablar. Luego se administró una segunda dosis y pasaron 34 minutos antes de que fuera declarado muerto. Con la autopsia se descubrió que los catéteres intravenosos (que habían sido insertados en ambos brazos) estaban mal colocados, por los que los químicos letales se inyectaron en tejidos blandos en lugar venas. Dos días después de la ejecución el entonces gobernador Jeb Bush suspendió temporalmente todas las ejecuciones en el estado y nombró una comisión "para considerar la humanidad y la constitucionalidad de las inyecciones letales".
<b>Ronald Bert Smith, Jr. Ejecutado con inyección letal el 8 de diciembre de 2016 en Alabama.</b> Ronald Smith (ex explorador águila y reservista del ejército) fue declarado culpable del asesinato de un empleado de una tienda en 1994. El jurado en su juicio votó 7-5 recomendando un castigo de cadena perpetua. Alabama, sin embargo, no requiere unanimidad ni voto mayoritario antes de que el juez pueda condenar a un acusado a muerte. Smith se sacudió, jadeó y tosió mientras luchaba por respirar durante 13 minutos después de que se administraran los medicamentos letales, y la muerte se declaró 34 minutos después de que comenzara el proceso. También "apretó los puños y levantó la cabeza durante la primera parte del procedimiento". Alabama utilizó el polémico sedante Midazolam en la ejecución.
<b>Clayton D. Lockett, ejecutado con inyección letal el 29 de abril de 2014 en Oklahoma. </b>Una hora después del comienzo de la ejecución, la gobernadora Mary Fallin fue notificada de que el verdugo estaba teniendo problemas para encontrar una vena utilizable, pero ella no intervino. Después de una hora, finalmente se encontró una vena en el área de la ingle. Diez minutos después de la administración del primer fármaco, el sedante midazolam, el médico que supervisaba el proceso (cuya propia presencia violaba los estándares éticos de varias organizaciones médicas) anunció que el recluso estaba inconsciente y por lo tanto listo para recibir los otros dos fármacos letales. Tres minutos después de que se inyectaran las dos últimas drogas, "comenzó a respirar pesadamente, retorciéndose en la camilla, apretando los dientes y esforzándose por levantar la cabeza de la almohada". Murió 43 minutos después de comenzada la ejecución.
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<b>Brian Keith Terrell. Ejecutado con inyección letal el 9 de diciembre de 2015 en Georgia. </b>“Tardó una hora en que la enfermera asignada a la ejecución introdujera las agujas intravenosas en los dos brazos del condenado. Finalmente, tuvo que poner una en su mano derecha. Este hizo varias muecas, aparentemente con dolor”, explicó un diario local de Georgia.
<b>Joseph R. Wood, ejecutado con inyección letal el 23 de julio de 2014 en Arizona</b>. Después de que los productos químicos se inyectaron, Wood repetidamente jadeó durante una hora y 40 minutos antes de ser declarado muerto. Los abogados de Wood presentaron una apelación de emergencia a un Tribunal Federal del Distrito y realizaron una llamada telefónica al juez de la Corte Suprema, Anthony Kennedy, en un intento por detener la ejecución fallida. Mientras tanto, un portavoz de la oficina del Fiscal General de Arizona afirmó que Wood estaba dormido y simplemente roncaba. 
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<b>Brandon Joseph Rhode, ejecutado con inyección letal el 27 de septiembre de 2010 en Georgia.</b> Después de que la Corte Suprema rechazara sus apelaciones, necesitaron 30 minutos para encontrar una vena en la que inyectarle la mezcla de tres drogas que lo mató en 14 minutos. La ejecución había sido demorada seis días luego de que el condenado intentara suicidarse con una hojilla de afeitar.
<b>Romell Broom, intento de ejecución con inyección letal el 15 de septiembre de 2009 en Ohio.</b> Los esfuerzos para encontrar una vena adecuada para la ejecución terminaron después de más de dos horas sin poder encontrar una vena utilizable en los brazos o las piernas del condenado. Durante los esfuerzos fracasados, Romell Broom mostraba dolor. Después de la primera hora, en varias ocasiones Broom trató de ayudar a los verdugos a encontrar una buena vena. "En un momento dado, se cubrió el rostro con ambas manos y parecía estar sollozando, con el estómago agitado”, cuentan testigos. Finalmente, el gobernador de Ohio, Ted Strickland, ordenó que se detuviera la ejecución.
<b>Curtis Osborne, ejecutado con inyección letal el 4 de junio de 2008 en Georgia.</b> Después de un retraso de 55 minutos mientras la Corte Suprema de los Estados Unidos revisaba su última apelación, el personal médico de la prisión luchó durante 35 minutos para encontrar una vena. La muerte fue declarada 14 minutos después de que los medicamentos letales fueran administrados.
<b>John Hightower, ejecutado con inyección letal el 26 de junio de 2007 en Georgia.</b> Tomó aproximadamente 40 minutos para que las enfermeras encontraran una vena adecuada para administrar los productos químicos mortales, y la muerte no se pronunció sino hasta 59 minutos después del inicio del proceso de ejecución.
<b>Christopher Newton, ejecutado con inyección letal el 24 de mayo de 2007 en Ohio.</b> De acuerdo con la Associated Press, el ‘personal médico de la prisión’ en la Instalación Correccional del Sur de Ohio luchó por encontrar venas en cada uno de los brazos de Newton durante la ejecución. Newton, que pesaba 265 libras, fue declarado muerto casi dos horas después del inicio del proceso de ejecución.
<b>Joseph L. Clark, ejecutado con inyección letal el 2 de mayo de 2006 en Ohio</b>. Los técnicos de ejecución tardaron 22 minutos en encontrar una vena adecuada para la inserción del catéter. Tres o cuatro minutos después, cuando la vena colapsó y el brazo de Clark comenzó a hincharse, el hombre levantó la cabeza de la camilla y dijo cinco veces: "No funciona. No funciona". Las cortinas que rodeaban la camilla se cerraron mientras los técnicos continuaron otros 30 minutos buscando otra vena. Los testigos de la prensa informarían más tarde que oían "gemidos, gritos". Finalmente, la muerte se pronunció casi 90 minutos después de que la ejecución comenzó. 
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<b>Bennie Demps, ejecutado con inyección letal el 8 de junio de 2000 en Florida.</b> Los técnicos de ejecución tardaron 33 minutos en encontrar venas adecuadas. "Esto fue una carnicería", dijo Demps en su declaración final. "Tenía mucho dolor, me cortaron en la ingle, me cortaron en la pierna, yo estaba sangrando profusamente. Esto no es una ejecución, es un asesinato". Los verdugos no tuvieron problemas para encontrar una vena, pero debido a que el protocolo de Florida requiere un segundo goteo intravenoso alternativo, continuaron infructuosamente trabajando para insertar la segunda aguja. Abandonaron finalmente el esfuerzo después de sus fallas prolongadas.
<b>Christina Marie Riggs, ejecutada con inyección letal el 3 de mayo de 200 en Arkansas.</b> Riggs no apeló la condena y pidió ser ejecutada. El inicio del proceso se retrasó durante 18 minutos cuando el personal de la prisión no pudo encontrar una vena adecuada en sus codos. Finalmente, Christina Marie Riggs aceptó las peticiones de los verdugos de poner las agujas en sus muñecas. 
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<b>Stephen Peter Morin ejecutado con Inyección letal el 13 de marzo de 1985 en Texas.</b> The Associated Press informó que, debido a la historia de Morin de abuso de drogas, los técnicos de ejecución se vieron obligados a sondear ambos brazos de Morin y una de sus piernas con agujas durante casi 45 minutos, hasta encontrar una vena adecuada.
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Ángel Díaz, ejecutado con inyección letal el 13 de diciembre de 2006 en Florida. Después de la primera inyección que se administró en la ejecución, Díaz se movía, entrecerraba los ojos y hacía muecas intentando hablar. Luego se administró una segunda dosis y pasaron 34 minutos antes de que fuera declarado muerto. Con la autopsia se descubrió que los catéteres intravenosos (que habían sido insertados en ambos brazos) estaban mal colocados, por los que los químicos letales se inyectaron en tejidos blandos en lugar venas. Dos días después de la ejecución el entonces gobernador Jeb Bush suspendió temporalmente todas las ejecuciones en el estado y nombró una comisión "para considerar la humanidad y la constitucionalidad de las inyecciones letales".
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