Luego de 17 años documentando las protestas en Venezuela, que no han parado desde que el chavismo tomó el poder en 1999, Gabriel Osorio destaca algo distinto esta vez: "La actitud de los que se mantienen en esta nueva ola de protestas es de ‘resteo’, de dar todo y no abandonar la calle ahora que los ojos del mundo están sobre Venezuela. La gente perdió el miedo y reta a los policías".
Habla el fotógrafo del video viral que muestra la represión en Venezuela: "La gente perdió el miedo y reta a los policías"
Gabriel Osorio, colaborador de Univision Noticias en Venezuela, es el autor de las imágenes que muestran a un joven que luego de ser derribado por un policía armado, se pone de pie, lo escupe y lo hace retroceder. Cuenta que ese es el tono de la nueva ola de protestas en el país.

La Asamblea de Venezuela desconoció el 29 de marzo una sentencia del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) que inhabilitó al Poder Legislativo de cualquier función, lo que fue condiderado por la oposición y los representantes de varios países como un golpe de Estado.
La presión internacional y protestas callejeras lograron que la sentencia fuese suspendida. Sin embargo muchos jóvenes continúan en las calles intentando llegar a las sedes de los poderes públicos.
Cada día en esta nueva ola de protestas en Caracas y otras ciudades, se repite la misma fórmula, unos jóvenes iracundos que reclaman democracia y lanzan lo que sea a otros jóvenes uniformados con parafernalia antimotines que a su vez responden con gases y perdigones.
Agredido por un decena de agentes
Gabriel Osorio es uno de los mejores fotógrafos de Venezuela, con experiencia en los principales medios del país y fundador de su propia agencia: Orinoquia. En carne propia, ha sufrido la represión de los cuerpos represivos del Estado.
Este lunes hizo un alto en su cobertura de las manifestaciones en Caracas para contarle a Univision Noticias su experiencia.
“La gente está obstinada, la situación del país ya no es sostenible, no hay comida ni agua. Yo mismo para quitarme este olor horrible del gas lacrimógeno tengo que bañarme con un tobito”, dice Gabriel Osorio, y hace alusión a la forma irregular como está llegando el agua por las tuberías a algunas zonas de Caracas.
“La delincuencia está desbordada, el país se quedó sin oportunidades, sin futuro. Todas las generaciones están saliendo a la calle, no solo las más jóvenes, como el chico del video que se levanta y reta a la represión, sino mayores, ancianos, que quieren seguir luchando como lo hicieron contra la dictadura de Marcos Pérez Jiménez (Venezuela, 1948-1958)", agregó Osorio.
En la ola de protestas de 2014, donde resultó preso el líder político Leopoldo López y el gobierno admitió gracias a investigaciones periodísticas que la policía política había asesinado a un manifestante, Gabriel Osorio fue interceptado mientras documentaba una protesta con su cámara, por un escuadrón de 10 agentes de la Guardia Nacional Boliviariana que lo golpearon hasta dejarlo casi inconsciente en el suelo.
“Me dispararon perdigones a quemarropa, intentaron robar mis equipos, y como no pudieron, me rompieron dos costillas. Desde esa época comencé a cuestionar si valía la pena arriesgar la vida para documentar la época oscura que vive Venezuela”, agregó.





“Ahora que pasaron tres años, estoy de vuelta al ruedo por la importancia que tiene documentar lo que pasa. Se ha hecho evidente la vía que ha tomado el gobierno con el 'autogolpe' y la represión que cada día es más fuerte”, dijo.
“Hay mucho cansancio y hastío de los dos bandos (chavismo y antichavismo) y el odio se siente en el aire, mientras tanto los periodistas estamos en el medio”, comentó.
Cuenta que cuando termina la protesta, los pelotones de policía siguen agrediendo a la gente, transeúntes, personas que salen de un restaurante y casualmente estaban en la ruta de la policía también son agredidos.
"Aprovechan que están armados y con el odio que tienen agreden a cualquiera, como lo hicieron con una joven con su pequeño hijo a la que le dispararon perdigones una hora después de terminar la protesta”, explicó.
"Esto no es normal y no debe continuar".
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