Siete formas de desarrollar el vocabulario de tu hijo

Una habilidad lingüística sólida se asocia con muchos efectos positivos, incluyendo felicidad, amistades, conexiones con la familia, logros académicos y una carrera satisfactoria. Presentamos siete recomendaciones sencillas para ayudar a desarrollar el lenguaje de los niños y las destrezas de vocabulario.

Por:
David Dickinson .
La habilidad para interpretar palabras a los 18 meses puede determinar el tamaño del vocabulario en la niñez.
La habilidad para interpretar palabras a los 18 meses puede determinar el tamaño del vocabulario en la niñez.
Imagen Unsplash

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lee el original.

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Si deseas que tu hijo tenga una vida plena y satisfactoria, una de las mejores cosas que puedes hacer es ayudar en el desarrollo de su vocabulario. Las investigaciones demuestran que una sólida habilidad lingüística está asociada con muchos efectos positivos, incluyendo felicidad, amistades, conexiones con la familia, logros académicos y una carrera satisfactoria.

No hace falta esperar a que tenga edad de ir a la escuela. El desarrollo del vocabulario es extremadamente rápido. Entre el nacimiento y el segundo grado, los niños, en promedio, aprenden unas 5.200 raíces de palabras. La habilidad para interpretar rápidamente palabras a los 18 meses puede determinar el tamaño del vocabulario del niño más tarde en su niñez.

En tercer y cuarto grado, el vocabulario también está muy relacionado con la habilidad del niño para comprender lo que lee. Esto es así en parte porque el vocabulario del niño es un fuerte indicador del conocimiento que tiene sobre el mundo.

Como alguien que investiga las mejores formas para desarrollar la alfabetización de los niños, a continuación muestro siete cosas que creo que los padres y educadores pueden hacer para ayudar a desarrollar el lenguaje de los niños y las destrezas de vocabulario.

1. Habla sobre objetos y eventos que interesen al niño

Habla sobre algo que capte la atención del niño. Una madre puede darse cuenta de que su bebé de ocho meses está absorto con un gato y decir: “Mira a ese dulce gatito. Tiene ojos tan bonitos y un pelaje suave”.

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Esa interacción puede ocurrir también cuando un niño señala algo y comienza a tratar de hablar sobre ello, mostrando interés particular. Estos intercambios son importantes oportunidades para los adultos de nombrar, describir y explicar cosas.

Las ocasiones en que los padres y niños hablan sobre cosas donde ambos están presentes son momentos instructivos poderosos. Las palabras se relacionan con los objetos, eventos y emociones. La importancia de estos intercambios se demuestra por el hecho de que la cantidad de señas que hacen los niños de 18 meses está relacionada con el desarrollo del lenguaje a los 42 meses.

2. Mantén muchas conversaciones con los niños

La cantidad de lenguaje que los niños escuchan durante las conversaciones con adultos en los primeros 18 a 24 meses de vida, importa.

Las áreas de lenguaje del cerebro del niño se desarrollan rápidamente. La habilidad para traducir los sonidos en palabras significativas mejora también rápidamente. Relacionar sonidos con significados permite que continúe dándole sentido a las palabras que está escuchando.

La velocidad con la que los niños le asignan significado a las palabras está marcadamente relacionada con la cantidad de lenguaje que han escuchado como parte de las conversaciones adulto-niño.

3. Participa en interacciones sostenidas

Para cuando los niños cumplen dos años, no es solo la cantidad sino también la calidad de las conversaciones que escuchan lo que importa.

En este punto, para realmente fomentar el aumento del lenguaje en su niño, no tengas prisa, habla con él sobre objetos o eventos particulares durante el tiempo adecuado. No necesariamente importa que sea una cantidad específica de tiempo. Pero debe haber por lo menos de ocho a diez intercambios entre los padres y el niño.

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Cuando los niños son verbales, estos intercambios que se dan de un lado y otro en muchos turnos son especialmente valiosos.

Ciertamente, los niños de edad preescolar que tienen conversaciones más largas muestran un desarrollo más rápido del cerebro y un procesamiento más eficiente de información que aquellos que tienen menos conversaciones y más cortas.

4. Lee y discute libros

Una de las actividades compartidas más poderosa es la lectura.

Los libros pueden compartirse y disfrutarse desde el primer año de vida. Proveen oportunidades infinitas para nombrar objetos, animales y acciones. Estas experiencias se pueden repetir una y otra vez.

La actividad también ofrece a los padres tiempo de conexión con sus niños mientras hablan sobre sus fotos, eventos e historias favoritas.

5. Utiliza palabras variadas

Los niños adquieren conocimiento rápido mientras aprenden palabras que se refieren a conceptos complejos.

Según pasa el tiempo, estas palabras se usarán durante conversaciones sobre nuevas ideas y experiencias.

Por ejemplo, durante un viaje a un acuario, un niño puede ver criaturas fascinantes mientras sus padres nombran el animal, hablan sobre partes de su cuerpo o sus aletas, por ejemplo, y cómo se mueve. O durante una visita al mercado, uno puede nombrar objetos, discutir sus atributos, explicar de dónde vienen y mucho más.

6. Habla sobre eventos pasados

A través del lenguaje podemos viajar a través del tiempo a eventos pasados y futuros. Cuando los padres hablan con los niños sobre experiencias del pasado, tienden a utilizar palabras nuevas y los niños, a cambio, se motivan a usarlas.

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Por ejemplo, un padre puede decir: “¿Recuerdas cuando fuimos al acuario?”. El niño responde: “Sí, vimos ese pez grande con alas”. A lo que el padre contesta: “Sí, eso fue una enorme mantarraya”. Conversaciones habituales sobre el pasado aprendizaje del vocabulario adquirido.

7. Participa en juegos de simulación

El lenguaje permite que los niños construyan y vivan en mundos imaginarios. La charla que se produce al representar sus roles en estos mundos imaginarios les lleva a expandir su vocabulario.

Por ejemplo, dos niños juegan con figuras de acción que representan médicos. Un niño sostiene una figura de médico y el otro está jugando con uno que está acostado en el piso. El médico dice: “Manténgase en silencio que necesito utilizar mi estetoscopio”. La figura “herida” dice, “OK. ¿Es eso lo que usted utiliza para escuchar mi corazón?”.

Aquí vemos a un niño enseñando informalmente una palabra sofisticada. El segundo niño está aprendiendo qué es un estetoscopio y, mientras juegan, va a ganar algún conocimiento de cómo se utiliza.

Estos métodos basados en evidencia son solo algunas formas que los padres pueden utilizar para ayudar a desarrollar el vocabulario de sus hijos y el conocimiento del mundo.

Este artículo fue traducido por El Nuevo Herald.
David Dickinson, Professor of Teaching & Learning, Vanderbilt University

La mejor manera de aprender no es en el aula sino el parque, según la Asociación Americana de Pediatría (APP), que difundió un comunicado hace unos días titulado 
<a href="http://pediatrics.aappublications.org/content/early/2018/08/16/peds.2018-2058">El poder del juego: el papel de los pediatras para mejorar el desarrollo de los niños pequeños.</a>
Los pediatras recuerdan que el juego es la herramienta por excelencia para ayudar a los niños a lidiar con el estrés tóxico, construir buenas relaciones con los padres y mejorar las habilidades necesarias para manejarse en el mundo de hoy.
Los expertos muestran su preocupación por 
<b>la falta de juego en nuestra sociedad </b>y se refieren en su informe a las numerosas investigaciones sobre los beneficios, a todos los niveles, del juego.
“Recomendamos que los doctores receten juegos" a los pacientes más pequeños, dijo el pediatra Michel Yogman, principal autor del informe de la AAP.
A pesar del gran número de estudios que prueban sus ventajas, el tiempo de juego se redujo un 25% entre 1981 y 1997. Por otra parte, el 30% de los niños que van a la guardería ya no tienen recreo. El tiempo ha sido reemplazado por clases, según las investigaciones de Advances in Life Course Research citadas por la APP.
Una investigación nacional entre cerca de 9,000 padres de niños en edad preescolar encontró que 
<b>solamente la mitad salía fuera a jugar o pasear diariamente con el padre o la madre</b>.
<b>Los preescolares ven 4,5 horas de televisión al día como media,</b> indican los pediatras. Esto a pesar de que numerosas investigaciones relacionan el consumo de televisión con una vida sedentaria y mayores riesgos de obesidad, entre otros problemas.
“El uso de medios como televisión, videojuegos, teléfonos móviles o tabletas está disminuyendo el tiempo de juego entre los niños. 
<b>Es preocupante que la inmersión en medios electrónicos capture el tiempo para el juego real, tanto dentro como fuera de casa</b>”, dijo el pediatra Jeffrey Hutchinson, coautor del informe.
Alicia Banderas, psicóloga española autora del libro 
<a href="http://www.aliciabanderas.es/libros/" target="_blank">Niños sobreestimulados </a>señala que en la etapa infantil (de 3 a 6 años) la tecnología es innecesaria. “A esas edades, 
<b>los niños aprenden a través de las sensaciones</b>. Cuando deslizan el dedo índice por la pantalla no se produce ningún aprendizaje”.
"Tu hijo va a ser más inteligente cuanto más juego libre tenga, cuanto más explore por sí mismo", dice Banderas. “Cuando estás frente a una pantalla, con gran estímulo visual, 
<b>terminas por perder el interés ante las cosas naturales, mucho más sutiles</b>. Para seguir teniendo interés necesitas cada vez más y más dosis de estimulación”.
El 
<b>aburrimiento</b>, sostiene Banderas, es algo que tiene que suceder: “Generas estrategias para salir de él, e imaginación. La creatividad surge porque eres capaz de generar soluciones alternativas a un problema”.
La AAP sostiene que
<b> facilitar el impulso natural del niño a jugar </b>contribuye en mayor medida al aprendizaje que las motivaciones externas como las notas.
“La próxima vez que tu hijo te diga que quiere jugar contigo, di que sí”, señala Yogman, coator del estudio.
<a href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Pieter_Bruegel_the_Elder_-_Children%E2%80%99s_Games_-_Google_Art_Project.jpg">Juegos de niños</a> es un cuadro de 1560 de Peter Bruegel que muestra niños de todas las edades (246, según los expertos) entretenidos con todo tipo de juegos. En el mismo cuadro pintado hoy, muchos niños seguramente aparecerían sentados frente a sus pantallas.
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La mejor manera de aprender no es en el aula sino el parque, según la Asociación Americana de Pediatría (APP), que difundió un comunicado hace unos días titulado El poder del juego: el papel de los pediatras para mejorar el desarrollo de los niños pequeños.
Imagen Sasha_Suzi/Getty Images/iStockphoto
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