Más sal y más harinas blancas: las nuevas reglas de nutrición para comedores escolares que impulsa el gobierno de Trump

El gobierno de Donald Trump impulsa reglas que flexibilizan los estándares de alimentación en las escuelas y echa por tierra los esfuerzos impulsados por la ex primera dama Michelle Obama, algo que preocupa a los expertos y organizaciones que abogan por alimentación saludable en un país con altos niveles de obesidad.

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Univision
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Imagen Seth McConnell/The Denver Post via Getty Images

El Departamento de Agricultura de EEUU (USDA, por sus siglas en inglés) anunció sus planes para reducir los estándares que la administración Obama había impulsado para favorecer la nutrición saludable en comedores escolares.

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Estos cambios entrarán en vigencia en julio de 2019 y se aplicarán a las comidas escolares que califican para algún reembolso federal. Afectarán a alimentos como las harinas integrales, leches y niveles de sodio en las cafeterías escolares, algo que causa preocupación en los expertos y organizaciones que buscan promover una agenda de alimentos saludables.

"La norma publicada hoy por el Departamento de Agricultura de EEUU (de la administración Trump) contiene niveles de sal peligrosamente altos y trae más harina blanca refinada a las comidas escolares", indicó Margo Wootan, la vicepresidenta de nutrición de Ciencia en el Interés Público (CSPI, por sus siglas en inglés), ONG dedicada por décadas a promover sistema alimentario saludable.

Esos productos formaban parte de la Ley Niños Sanos y Sin Hambre de 2010 que la ex primera dama Michelle Obama había impulsado.

Tres puntos son claves en la nueva regulación impulsada por el gobierno de Donald Trump:

-Menos granos integrales: bajo la ley de 2010, se requería a las escuelas que sirvan alimentos "ricos en granos integrales", al menos la mitad de los granos que integraban cualquier alimento (pastas, panes, pizzas, etc). La nueva normativa solo pedirá que al menos la mitad de los productos del menú semanal de la cafetería sean ricos en granos integrales.

- Leches con más grasa: la administración Trump impulsa que las escuelas sirvan leches con bajo contenido de grasa, en lugar de servir solo leche desgrasada. El cambio ya estaba en marcha pero el anuncio del jueves lo hizo permanente. Ahora, dice el comunicado de USDA, se "brinda la opción de ofrecer leche saborizada y baja en grasa a los niños que participan en programas de comidas escolares, y a participantes de seis años o más en el Programa Especial de Leche para Niños (SMP) y el Programa de Alimentos para el Cuidado de Niños y Adultos (CACFP)".

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-Niveles de sodio menos estrictos: las regulaciones para reducir los niveles de sodio en los alimentos de las cafeterías escolares, por otra parte, seguirán vigentes pero con límites más laxos.

"Más flexibilidad"

La justificación de esta desregulación por parte del gobierno es que busca facilitar la planificación de las comidas en las escuelas y darles más "flexibilidad" a las escuelas que tienen problemas para cumplir con los estándares.

USDA firma en las nuevas reglas se busca encontrar productos alimenticios que cumplan con estándares, al mismo tiempo que complacen a los estudiantes. Dicen que quieren atraer más niños a comer alimentos saludables ya que el número de estudiantes que comen en la escuela se ha reducido significativamente en los últimos años.

" Si los niños no están comiendo lo que se les sirve, no se están beneficiando y los alimentos se están desperdiciando", dijo el secretario de Agricultura, Sonny Perdue, en un comunicado. “Todos tenemos los mismos objetivos en mente: la salud y el desarrollo de nuestros jóvenes. El USDA confía en nuestros operadores locales para que sirvan comidas saludables que cumplan con las preferencias locales".

La Asociación Estadounidense del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés), sin embargo, emitió un comunicado crítico sobre las nuevas directrices impulsadas por el gobierno.

"Cuando se trata de la salud de nuestros niños, no debe haber 'flexibilidad'. No cumplir con los estándares de sodio basados en la ciencia para las comidas escolares (...) pondrá en peligro la salud de los niños", dice la AHA.


“Esperamos que todas las escuelas rechacen este reglamento y continúen su compromiso de servir alimentos más saludables a nuestros niños", señaló AHA y añadió: " La decisión de USDA de debilitar los estándares (...) amenaza con revertir nuestro progreso hacia garantizar que los niños reciban comidas saludables (...) Si la preocupación realmente fuera proporcionar mayor 'flexibilidad', el enfoque más responsable hubiera sido que USDA brindara más asistencia técnica a las escuelas con problemas".

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El problema del sodio

El sodio es una de las preocupaciones más importantes en torno a los nuevos cambios.

El plan de reducción de sodio de la administración Obama consistía en tres pasos. La mayoría de las escuelas ya han cumplido con el primer requisito, pero ahora la segunda reducción de sodio está demorada.

"La administración Trump en principio propuso retrasar la segunda fase de 2017-2018 a 2020-2021. La regla final va más allá ahora al demorar los objetivos de la segunda reducción de sodio al año escolar 2024-2025, siete años más tarde de lo requerido inicialmente", detalla un comunicado de CSPI.

A veces nos esmeramos con una dieta drástica y llena de sacrificios cuando lo que realmente necesitamos es 
<b>prestar más atención y prescindir de calorías (y comportamientos) superfluos que no aportan nada más que michelines</b>. Te ofrecemos algunas recomendaciones para comer lo correcto sin pasar hambre.
<b>Bebe agua antes de comer.</b> Es un truco para engañar al estómago que funciona: se estima que dos vasos de agua antes de comer harán que consumas entre 70 y 90 calorías menos. En lo que se refiere al agua –no así los refrescos– todo es salud, así que no dudes en beber al principio, durante o al final de la comida. Además, el cuerpo confunde a veces el hambre con la sed.
<b>La verdura o la sopa, primero. </b>La verdura tiene mucha fibra y pocas calorías, mientras que la sopa suele tener muchos nutrientes y pocas calorías. Ambos alimentos te ayudarán a controlar la saciedad y evitarán que abuses del segundo plato.
<b>Aléjate de la cestita del pan. </b>En muchos restaurantes colocan una cesta de pan sobre la mesa antes de que llegue la comida, a menudo acompañada de mantequilla. Si tienes hambre, empiezas a pellizcar migas de pan hasta que terminas el panecillo. Son 100 o más calorías que te podrías haber ahorrado.
<b>La fruta siempre entera o cortada en piezas, pero nunca en jugos. </b>El jugo de fruta es puro azúcar que sin la fibra de la pulpa pasará directamente al torrente sanguíneo activando los mecanismos que conducen a la obesidad. El gran malentendido es creer que los jugos equivalen a la fruta.
<b>Ni siquiera está claro que los jugos de frutas naturales sean una opción óptima </b>para consumirlos a diario. 
<a href="http://www.who.int/dietphysicalactivity/fruit/es/" target="_blank">La OMS recomienda </a>la fruta como un elemento fundamental de nuestra dieta, pero la recomendación se refiere a las piezas enteras y alternadas con las comidas principales. Por el contrario, su sustitución por jugos –incluso los naturales– es 
<a href="http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/16522898" target="_blank">poco recomendable</a> porque aportan una enorme cantidad de azúcares.
<b>Proteínas primero, carbohidratos después.</b> Si tu plato consiste en carne y papas, recuerda que las proteínas son las que están alimentando a tu cuerpo; es mejor que sacies el hambre con ellas, y dejes las papas para después (y recuerda que no tienes por qué acabarlas todas).
<b>Di no a las calorías vacías de la bebida. </b>Los refrescos son una bomba calórica que conviene evitar a toda costa. Te recomendamos agua con lima o limón, o agua con gas si te apetece algo más exótico. Los refrescos 
<a href="http://www.todobien.club/la-pizza-tambien-lleva-azucar-los-terrones-ocultos-en-1795810574">son una bomba de relojería</a> en cuanto a calorías vacías, sin valor nutricional. Incluso la tónica, con su característico sabor amargo, tiene casi las mismas calorías que las colas (unas 124 por una lata de de 12 onzas).
Por cierto que los refrescos 
<a href="http://www.todobien.club/engordan-los-refrescos-sin-azucar-la-respuesta-es-si-1795727884">light o zero <b>no son una alternativa saludable</b></a>: numerosos estudios relacionan su consumo con un incremento de la obesidad. En teoría, estas bebidas deberían ayudarnos a adelgazar si reemplazan a otras con alto contenido en calorías. Pero este no es el caso, entre otras cosas porque los edulcorantes artificiales no proporcionan la “recompensa” que busca el cuerpo; no de la misma manera que lo hacen los naturales.
<b>Opta por salsas con base de tomate en lugar de cremosas. </b>Las salsas cremosas (normalmente elaboradas con nata líquida) no solo contienen muchas más calorías sino que también suelen llevar menos verduras. Las sopas con base de tomate suelen ser más nutritivas y ligeras.
<b>Evita la piel. </b>La piel del pollo (y otras carnes) es la parte más grasa del alimento. Una pechuga de pollo al horno, por ejemplo, cuenta por unas 140 calorías. La 
<a href="http://nutritiondata.self.com/facts/poultry-products/699/2">misma pieza con piel</a> suma 193.
<b>Reduce el azúcar del café. </b>En especial si eres una de esas personas que toman tres y cuatro tazas al día, recuerda que todo suma, y que cucharita a cucharita puedes terminar con hasta 100 calorías de más sin ningún nutriente beneficioso.
<b>Come despacio y sin distraerte</b>. Comer con conciencia, masticando bien los alimentos y disfrutando de cada bocado es una manera de redescubrir una de las cosas más placenteras que hacemos como seres humanos. Además, 
<a href="http://click.e.fusion.net/?qs=b7f5ed9841fe3fde93c8bd0fb4420620c452abd8377e25bb06028f8a5b1fb1958c1b90f4328a5848dcecd8fbfc7810c26515d1eeac1a428e" target="_blank">comer lentamente y prestando la suficiente atención al plato</a> –lo que incluye apagar las pantallas– es una forma de evitar el sobrepeso. Si comemos demasiado rápido, no le damos oportunidad al cerebro de darse cuenta de que estamos llenos.
<b>Aprende a leer las etiquetas de los alimentos. </b>De esta forma será más fácil evitar las comidas ultracalóricas y nocivas, como las 
<a href="https://www.univision.com/noticias/nutricion/11-alimentos-con-grasas-trans-que-harias-bien-en-eliminar-de-tu-dieta-fotos">grasas trans</a>
<b>, </b>nefastas para la salud de las arterias. Observa también con atención las calorías por ración y el tamaño, de forma que tengas claro cuánta cantidad estás comiendo.
<b>Evita el extra de queso. </b>En muchos restaurantes ofrecen la opción de un extra de queso. Aunque está muy rico, este es un alimento muy calórico repleto de grasas (y en muchos casos sal) que puede añadir hasta 
<a href="http://nutritiondata.self.com/facts/dairy-and-egg-products/8/2">100 calorías a tu plato</a>.
<b>Duerme entre 7 y 9 horas</b>. Además de ponernos de mal humor, o precisamente por ello, tras la noche en blanco gravitamos los platos que menos nos convienen
<b>. “Los estudios del sueño prueban que tan solo dos o tres noches de mal sueño provocan cambios en las hormonas que promueven la obesidad, así como cambios en las hormonas que promueven la resistencia a la insulina”</b>, dice 
<a href="https://www.univision.com/noticias/nutricion/8-cosas-que-hacen-que-comamos-mas-y-que-no-solemos-tener-en-cuenta">Adrienne Youdim</a>, profesora de medicina en la Universidad de California en Los Ángeles.
<b>Unta verduras, no papas fritas. </b>Y, de ser posible, con una crema ligera. Este es un snack muy saludable y una forma (a veces la única) de comer zanahorias o apio crudos sin casi darse cuenta
<b>. </b>
<b>Come frutos secos. </b>Los alimentos muy calóricos deben limitarse si queremos controlar nuestro peso. Sin embargo, 
<b>los frutos secos son una excepción. </b>Ni los investigadores ni las entidades de referencia en nutrición tienen miedo a que la población gane peso por consumir más frutos secos. Al contrario: son numerosas las investigaciones que indican que su consumo se relaciona con 
<b>menores tasas de obesidad </b>(además de una reducción en el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, cáncer o diabetes). No hablamos aquí de almendras recubiertas de caramelo, claro, sino de nueces, almendras, o anacardos sin tostar y sin sal. Y con moderación.
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A veces nos esmeramos con una dieta drástica y llena de sacrificios cuando lo que realmente necesitamos es prestar más atención y prescindir de calorías (y comportamientos) superfluos que no aportan nada más que michelines. Te ofrecemos algunas recomendaciones para comer lo correcto sin pasar hambre.
Imagen Pexels


La tercera etapa de reducción de sodio que debía entrar en vigencia para los años escolares 2022 y 2023 no sería aplicada.

"Peor aún, la administración (Trump) eliminó los objetivos de la tercera y final reducción de sodio que originalmente se establecieron para entrar en vigor el año escolar 2022-2023. Esto significa que los almuerzos escolares dejarán de estar en consonancia con las pautas dietéticas para los estadounidenses, como es requerido por la ley", señala el CSPI.

En EEUU la gran mayoría de la gente consume mucho más sodio del que debería.

Los Centros para el Control de las Enfermedades ( CDC, por sus siglas en inglés) informan que las directrices para 2015-2020 sobre el consumo de sodio "recomiendan que los estadounidenses consuman menos de 2,300 miligramos (mg) de sodio por día" pero según las estadísticas " la gran mayoría consumen más sodio del que deberían, un promedio de más de 3,400 mg por día".

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En el caso de los niños y adolescentes también representa un problema: Un estudio de CDC dice que hasta 2017 "aproximadamente el 4% de los jóvenes de 12 a 19 años de edad tienen hipertensión y otro 10% tiene presión arterial elevada (anteriormente denominada 'prehipertensión')", y que los jóvenes con obesidad tienen "mayor prevalencia de hipertensión".

La hipertensión en la niñez y adolescencia, indican los expertos, "aumenta el riesgo de enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular e hipertensión en la edad adulta".

Con el plan de la era Obama, CSPI dice que "las escuelas iban por buen camino para controlar gradualmente los altos niveles de sodio durante diez años".

"Prácticamente todos los distritos escolares han alcanzado los primeros objetivos de reducción de sodio. En lugar de aprovechar ese progreso, la administración (Trump) ha optado por poner en peligro la salud de los niños en nombre de la desregulación", indica CSPI.


Los cambios impulsados por el gobierno de Barack Obama eran para combartir la epidemia de obesidad, el consumo excesivo de sal relacionado con la presión arterial alta, e incentivar la ingesta de granos integrales por sobre las harinas refinadas. En EEUU el porcentaje de niños y adolescentes afectados por obesidad es más del triple que el que había en la década de 1970.

"Los datos de 2015-2016 muestran que casi 1 de cada 5 niños y jóvenes en edad escolar (6 a 19 años) en los Estados Unidos tiene obesidad", dice CDC.

La Asociación Americana del Corazón insiste en la evidencia de los beneficios que tiene el deporte, solo que esta vez respalda ejercicios cortos e intensos como subir las escaleras en vez de usar el ascensor.
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