Científicos crean un vientre artificial que podría servir para bebés prematuros

La bolsa probada con éxito en corderos imita las condiciones del útero materno y aumentaría la esperanza de vida a los infantes nacidos entre las semanas 23 y 26 de gestación, que ahora tienen una tasa de mortalidad de 70%.

Por:
Univision
Esta bolsa probada con éxito en corderos imita las condiciones del útero materno y aumentaría la esperanza de vida a los infantes nacidos entre las semanas 23 y 26 de gestación, que ahora tienen una tasa de mortalidad de 70% en EEUU.
Video Así se mueven los corderos dentro del vientre artificial que podría servir para bebés prematuros

La idea de un vientre artificial puede parecer algo futurista, pero está cerca de hacerse realidad. Investigadores de Reino Unido han desarrollado un dispositivo extra uterino que podría mejorar los chances de supervivencia de bebés extremadamente prematuros.

La idea de esta bolsa repleta de un fluido similar al líquido amniótico —que ya fue probada en corderos con resultados promisorios— sería imitar el ambiente del vientre materno y las funciones de la placenta, lo que daría más oportunidad a los bebés de desarrollar sus pulmones y otros órganos vitales.

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Un hallazgo importante si se toma en cuenta que tan solo en Estados Unidos nacen cada año 30,000 bebés entre las semanas 23 y 26 de gestación (lo ideal es que el parto ocurra después de la semana 38). La tasa de mortalidad en estos niños es de 70% y los que sobreviven, pueden padecer graves discapacidades de por vida.

“Estos niños necesitan urgentemente un puente entre el vientre materno y el mundo exterior”, explicó a Reuters Alan Flake, cirujano del Children's Hospital of Philadelphia, que estuvo a cargo del desarrollo del dispositivo. Una vez que los bebés extremadamente prematuros alcancen las 28 semanas, sus chances de vivir mejoran drásticamente.

El Dr. Alan Flake, cirujano fetal del Hospital Infantil de Filadelfia, dirige la investigación que intenta desarrollar un sistema de incubación lleno de líquido que imite el vientre de la madre y pueda ayudar a los bebés extremadamente prematuros.
El Dr. Alan Flake, cirujano fetal del Hospital Infantil de Filadelfia, dirige la investigación que intenta desarrollar un sistema de incubación lleno de líquido que imite el vientre de la madre y pueda ayudar a los bebés extremadamente prematuros.
Imagen Ed Cunicelli/Children’s Hospital of Philadelphia via AP

Los seis corderos nacidos antes de término que fueron utilizados en el estudio, cuyos resultados fueron publicados en la revista Nature, tenían el equivalente a 23 o 24 semanas de gestación. Los científicos precisaron que el desarrollo de los pulmones en los corderos es similar al de los humanos.

Los corderos pudieron crecer en ese entorno artificial, donde el líquido amniótico (creado en el laboratorio) circulaba constantemente hacia adentro y fuera de la bolsa. “Los pulmones fetales están diseñados para funcionar en fluidos. Estimulamos ese ambiente permitiendo que estos y otros órganos se desarrollen”, explicó Marcus Davey, quien formó parte del equipo. Al cabo de un mes dentro de la bolsa, los fetos tuvieron un desarrollo cerebral y pulmonar normal.

“Un mes es algo impresionante y la data que sustenta el estudio es contundente. Los científicos llevamos más de 60 años intentando crear un vientre o placenta artificial”, declaró a la web Science News, George Mychaliska, cirujano fetal quien ha hecho sus propios estudios para intentar desarrollar una placenta artificial. Sin embargo, precisa que “lo que funciona en corderos, podría no servir en humanos”.

El dispositivo no tiene bomba externa para impulsar la circulación porque incluso la más suave presión artificial puede sobrecargar fatalmente a un corazón en desarrollo; y tampoco hay ventilador porque los pulmones inmaduros no están preparados para respirar todavía.
El dispositivo no tiene bomba externa para impulsar la circulación porque incluso la más suave presión artificial puede sobrecargar fatalmente a un corazón en desarrollo; y tampoco hay ventilador porque los pulmones inmaduros no están preparados para respirar todavía.
Imagen AP

La clave fue poder simular con precisión las condiciones del útero materno. El dispositivo no tiene bomba externa para impulsar la circulación porque incluso la más suave presión artificial puede sobrecargar fatalmente a un corazón en desarrollo; y tampoco hay ventilador porque los pulmones inmaduros no están preparados para respirar todavía. En vez de eso, el corazón del bebé bombea sangre mediante el cordón umbilical a un oxigenador de baja resistencia que hace las veces de placenta al intercambiar oxígeno y dióxido de carbono, tal y como ocurre en el vientre materno.

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En el criterio de Flake, esto es “muy superior a lo que los hospitales pueden hacer para un bebé de 23 semanas”.

El equipo pasó tres años desarrollando cuatro prototipos que evolucionaron de un tanque/incubadora de vidrio hasta la bolsa. Ahora esperan poder reducir su tamaño para adaptarlo a bebés humanos, que tienen un tercio de la talla de los corderos usados en el estudio.

Si exámenes en animales continúan siendo exitosos, un dispositivo similar podría estar listo para ser probado en bebés humanos dentro de tres o cinco años.

Mauricia Ibáñez había tenido su primer bebé a los 58 años.
En esta segunda oportunidad quedó embarazada gracias a un tratamiento de fertilización in vitro, en el que ambos bebés nacieron sanos.
En general, los embarazos después de más de 50 años son considerados de alto riesgo. Incluso si la madre no tiene problemas médicos el riesgo de preeclampsia (presión arterial alta durante el embarazo), diabetes gestacional, aborto involuntario o muerte fetal, parto prematuro y otras condiciones son mayores en las mujeres que esperan más para concebir.
Los bebés de madres con edad más avanzada también tienen más probabilidades de nacer con bajo peso o de manera prematura, tener síndrome de Down u otras anomalías cromosómicas. En embarazos después de los 50 años los riesgos de tener complicaciones se duplican y hasta triplican en comparación con las madres que dan a luz entre 20 y 29 años de edad.
Sin embargo, un estudio de 2012 publicado en el US National Library of Medicine National Institutes of Health concluyó que si los embarazos son con óvulos sanos, los riesgos de que el bebé sufra alguna complicación son similares al de las madres jóvenes.
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Mauricia Ibáñez había tenido su primer bebé a los 58 años.
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