Muertes, depresión y familias rotas: viaje a Española, el pueblo epicentro de la crisis de opioides

Familias desmembradas, policías sin capacidad de respuesta e iniciativas ciudadanas para paliar la crisis conforman el panorama en el que luchan en este lugar de Nuevo México contra la crisis de opioides.

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Por:
Luis Megid.
Se fabrican en México o en China, pueden llegar dentro de ositos de peluche o mezclada con otras pastillas y es ahora mismo, la droga de mayor auge dentro del mercado de consumidores en EEUU.
Video Una caja de zapatos de fentanilo en EEUU equivale a medio millón de dólares: la droga más rentable del mercado

ESPAÑOLA, NUEVO MÉXICO. – Rodeado por las rojas montañas de Sangre de Cristo, el Valle de Española, una hora al norte de Santa Fe en Nuevo México, es el epicentro de una de las epidemias de adicción más grandes del país. El condado de Rio Arriba donde está situada la ciudad es el segundo con mayor índice de muertes por sobredosis de drogas sintéticas en Estados Unidos.

Nadie parece saber por qué las drogas se hicieron tan comunes en la región, quizás fue por la pobreza o por la falta de oportunidades. Lo cierto es que hoy todos aquí conocen a alguien que consume drogas o ha muerto por consumirlas.

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"Casi cada llamada que respondemos está directamente relacionada con el abuso de drogas", dice Roger Jiménez, jefe de policía de Española, quien no oculta su impotencia. "Esto es una epidemia y no tenemos recursos suficientes. Tengo solo 28 oficiales y desesperadamente necesitamos más para combatir este problema".

Durante más de 20 años, familias enteras en esta región han lidiado con un creciente número de sobredosis. Primero fue heroína, pero en los últimos años la irrupción del fentanilo ha agravado el panorama.


La policía de Española, en Nuevo México, dice que no tiene capacidad suficiente para atender la crisis de opioides en su ciudad.
La policía de Española, en Nuevo México, dice que no tiene capacidad suficiente para atender la crisis de opioides en su ciudad.
Imagen Luis Megid / Univision

"Alguien ha estado consumiendo la misma cantidad (de droga) todos estos años, luego recibe una dosis de fentanilo que resulta 10 veces más fuerte de la que su cuerpo está acostumbrado y puede tolerar", explica Jiménez.

Antes, de vez en cuando sus oficiales llevaban naloxona, el antídoto para una sobredosis. Ahora, dice el jefe de policía, tienen que utilizarlo a diario.

"Las muertes por fentanilo en Estados Unidos recalcan la potencia que tiene esta sustancia, 100 veces más que la morfina, 50 más que la heroína. Este tipo de medicamentos o de fármacos actúan no sólo en las partes del cerebro que dan placer sino también en partes que tienen que ver con el dolor, que tienen que ver con los centros de las emociones, que tienen que ver con los centros de la respiración", explicó Mario González, psiquiatra y experto en adicciones.

Datos de la Oficina Forense revelaron que durante 2019 se reportaron 234 muertes por sobredosis de fentanilo, un crecimiento significativo en comparación con las 90 registradas en 2018. Este opioide es 100 veces más potente que la morfina y 50 veces más poderoso que la heroína.
Video Las muertes por sobredosis de fentanilo prenden las alarmas en San Francisco

La adicción en Española ha seguido el mismo camino que otros condados de Ohio, Kentucky y West Virginia, algunos de los que tienen mayor índice de muertes por sobredosis, de acuerdo con cifras recogidas por académicos y la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés). Comenzó cuando grandes laboratorios estadounidenses inundaron el mercado con analgésicos opioides, sin advertir a los pacientes que causaban adicción.

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"Las farmacéuticas estaban promoviendo estas pastillas al principio como antidolor. Las personas iban buscando a médicos que fueran más liberales y les recetaran a pesar de no ser pacientes", explicó Celina Realuyo, analista que ha seguido casos de farmacéuticas sujetas a juicio.

En Española, las drogas que tradicionalmente llegaban de México, como la heroína, ahora están mezcladas con fentanilo, para hacer que sus efectos sean más duraderos, según la policía local.


Lo llaman "superheroína". Muchos adictos, según estadísticas del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), sospecharon de haberla consumido cuando tuvieron una sobredosis. A diferencia de otras drogas, el fentanilo tiene una ventana entre la crisis y la muerte de apenas cinco minutos, según expertos consultados para esta investigación. Por eso la rápida respuesta de la policía es crucial para salvar vidas.

Durante dos días, Univision acompañó a la policía local en un turno ordinario de trabajo. En cada jornada atendieron sobredosis por opioides.

Tres cocineros preparan fentanilo en un laboratorio clandestino del cartel de Sinaloa.
Los cocineros aseguran que trabajan al aire libre para evitar que las sustancias tóxicas los contaminen.
Los cocineros usan máscaras especiales para protegerse durante la elaboración del fentanilo, que dura entre seis y ocho horas.
La base de la mezcla que preparan en el laboratorio está en este paquete y le llaman 'precursor de fentanilo'.
En esta olla preparan la mezcla con el precursor de fentanilo y otros químicos, como cloro y acetato.
En el laboratorio hay también una prensa para filtrar el residuo, una vez cocinado.
Después de dejarlo reposar seis horas para que seque, los cocineros empacan el fentanilo para su viaje a EEUU.
Los cocineros afirman que cada semana, en promedio, preparan dos kilos de fentanilo, unas 20,000 dosis.
Los laboratorios están ubicados en parajes rurales de Sinaloa, donde trabajan en condiciones rudimentarias.
En este lugar, las balas en las señales de tránsito indican que uno se adentra en territorio del cartel de Sinaloa.
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Tres cocineros preparan fentanilo en un laboratorio clandestino del cartel de Sinaloa.
Imagen Peniley Ramírez / Univision Investiga

En la ciudad, los testimonios son tan numerosos como tristes. Joyce Pacheco perdió a dos hijas por sobredosis de drogas sintéticas. Hoy dice que prefiere no pensar y mantenerse ocupada.

Bridgette Bendiola afirma que su hijo ya pasó ocho años en la cárcel y ahora está huyendo para que no lo atrapen otra vez.

"Pienso que ahora está trabajando para un cartel. Quiero que lo atrapen y lo pongan tras las rejas", dijo.

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Y Jessica Bendiola, hermana de Bridgette, hace tres años perdió a Crystal Roybal, su hija, entonces de 33 años, quien se hizo drogadicta irónicamente, mientras soñaba con ser consejera social para adictos de alcohol y drogas.

Crystal Roybal murió en 2017, a los 33 años, después de haber caído en la adicción a las drogas sintéticas.
Crystal Roybal murió en 2017, a los 33 años, después de haber caído en la adicción a las drogas sintéticas.
Imagen Cortesía Lupe Salazar / Barrios Unidos

Jessica recuerda la escena de la casa de su hija, después de que falleció por sobredosis: "Me dejaron entrar a la casa después y había mucha droga en su cuarto, tenía mucha droga en todos los cajones". Su otro hijo, afectado por la muerte de su hermana, cayó en depresión, no sale de su casa y se droga diariamente, dice ella. “Todos los días lloro y le hablo en la mañana, le hablo en la noche, para ver si está bien".

Un mural con los fallecidos

Ante la incapacidad oficial, organizaciones civiles en Española están trabajando directamente con las víctimas. Una de ellas es Moving Arts, que dirige Roger Montoya. "No hay otras opciones para ellos. Es una lástima profunda ver familiares y niños en estas situaciones, esclavizados por las drogas".

Los narcotraficantes aseguran que siempre usan guantes cuando empacan la droga para que no detecten sus huellas si la droga en el viaje es decomisada.
Antes de cruzar la frontera, envuelven la droga con capas de plástico y detergente.
Más tarde colocan café para que los perros no detecten el olor a droga.
Posteriormente, untan el paquete con grasa de automóvil para que el olor se confunda en los compartimentos secretos de los autos.
Al terminar, los narcotraficantes vuelven a empacar la droga con cinta.
Cada distribuidor envía la droga con una palabra clave, como identificador.
En marzo de 2019, la Policía Federal mexicana halló pastillas de fentanilo ocultas en muñecos de peluche.
La droga incautada tenía forma como caramelos de dulce, pero era fentanilo.
El gobierno mexicano admitió a Univision que tienen pocos puntos de revisión para detectar fentanilo en el país.
Para las operaciones de detección de drogas, los policías mexicanos utilizan equipamiento de seguridad que, ellos aseguran, les fue donado por el gobierno de Estados Unidos.
A pesar de los esfuerzos oficiales, cientos de miles de paquetes de pastillas con fentanilo cruzan ilegalmente la frontera cada día.
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Los narcotraficantes aseguran que siempre usan guantes cuando empacan la droga para que no detecten sus huellas si la droga en el viaje es decomisada.
Imagen Peniley Ramírez / Univision Investiga


El programa de arte de Montoya ayuda a reconstruir un tejido social que, dicen aquí, las drogas han roto.

"Los jóvenes necesitan este programa porque sin oportunidades como el arte y expresión no hay muchas opciones realmente", dice el activista.

En la sede de Barrios Unidos, otra de las organizaciones asentadas en la zona, hay un mural de tela con la foto de cada uno de los fallecidos.

"Los extrañamos a todos", dice su fundadora, Lupe Salazar, quien afirma que cada día debe hacer un esfuerzo para sonreír y atender sus asuntos sin que la quiebre su propia tragedia.

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"Su hija, Jerrica, ha logrado dejar las drogas y lleva cuatro años en tratamiento, pero Fernando Espinoza, su otro hijo, de 35 años, aún se inyecta tres o cuatro veces cada día. Él dice que ha esquivado el fentanilo, pero cree que ha llegado a usarlo porque venía "mezclado con la heroína".

Cada día, según las estadísticas, unas 70 personas mueren en Estados Unidos por sobredosis de opioides, principalmente fentanilo. Salazar teme que su hijo sea el próximo: "Siempre que lo miro, hasta cuando estoy enojada con él, le doy un abrazo, le doy un beso y le digo que lo quiero, que lo amo, porque no sé si esa es la última vez que lo voy a mirar".

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