Jacob Blake, el afroestadounidense que permanece hospitalizado tras recibir varios disparos de la policía el domingo en Kenosha, Wisconsin, está esposado a la cama del hospital, denunciaron sus familiares a medios de comunicación.
Jacob Blake, baleado por la policía en Wisconsin, está esposado a la cama del hospital, denuncian sus familiares
"¿Por qué lo tienen esposado a la cama?", reclamó el padre de Blake desde el hospital de Wauwatosa, donde el afroestadounidense convalece por las heridas que lo han dejado paralizado. El gobernador de Wisconsin, Tony Evers, expresó su rechazo al procedimiento policial por ser "contraproducente".
El padre de Blake lo visitó en el hospital de Wauwatosa, y según otros parientes, se le "rompió el corazón" al ver que su hijo estaba esposado.
"Odio que esté acostado en esa cama esposado. No puede ir a ningún lado. ¿Por qué lo tienen esposado a la cama?", reclamó el padre de Blake.
"Esto es un insulto", manifestó Justin Blake, tío de la víctima, a la cadena CNN. "Está paralizado y no puede caminar y lo tienen esposado a la cama. ¿Por qué?", preguntó.
Las autoridades locales en Kenosha no han dado explicaciones del porqué Blake, que quedó paralizado de la cintura por las heridas de bala según ha dicho su familia, está esposado a la cama o incluso detenido.
Este nuevo incidente entre un policía blanco y un hombre de raza negra ocurrió el domingo pasado en Kenosha. El agente trataba de detener a Blake, de 29 años, que ignoró las órdenes y trató de entrar a su vehículo, momento en el que un policía le disparó por la espalda siete veces.
El agente que baleó a Blake ha sido identificado como Rusten Sheskey, un veterano blanco con siete años en la policía de Kenosha, dijo el miércoles el Departamento de Justicia del estado. Hasta ahora no se han anunciado cargos contra Sheskey.
Policías estatales posteriormente hallaron un cuchillo en el piso del vehículo del lado del asiento del conductor. Una revisión del auto no encontró otras armas. Autoridades estatales admiten que Blake no amenazó a nadie con el cuchillo.
El suceso, grabado en video y difundido rápidamente por las redes, desató de nuevo la ira por las injusticias raciales y del movimiento Black Live Matters (Las vidas de los negros importan), que había cobrado fuerza desde la muerte en mayo pasado de George Floyd a manos de policías blancos de Minneapolis.
El martes por la noche, durante las protestas que estallaron en Kenosha, un joven blanco de 17 años que patrullaba con un grupo de milicianos armados y coordinados con la policía mató a dos manifestantes y dejó herido a un tercero.
El sospechoso del tiroteo, Kyle Rittenhouse, fue detenido en la ciudad de Antioch en Illinios, donde reside y ahora enfrenta cargos criminales por delitos graves, entre ellos, homicidio intencional por el que podría ser sentenciado a cadena perpetua. Rittenhouse se ha declarado fanático de las armas, la policía y ferviente seguidor del presidente Donald Trump.
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"Mi hijo está encadenado"
El gobernador de Wisconsin, el demócrata Tony Evers, dijo no entender "la necesidad" de tener esposado a Jacob Blake a la cama del hospital.
"Esperaría que podamos encontrar una mejor manera de ayudarlo en su recuperación. Eso parece contraproducente", dijo en rueda de prensa.
Andrew Yang, ex candidato presidencial demócrata , dijo el jueves a CNN que habló con el padre de Blake. Le dijo a Yang que se alegra de ver que su hijo está despierto, pero que está enojado porque está contenido.
"Su padre en realidad usó las palabras 'cadenas'. Dijo que mi hijo está encadenado", aseguró Yang.
El nuevo caso de brutalidad policial ha ocurrido apenas unos días antes de que el movimiento Black Lives Matter celebre este viernes su primera convención nacional, de manera virtual, en la que se plantearán temas como reparaciones por esclavitud, un ingreso básico universal, justicia ambiental y propuestas para reformar la justicia penal.
El caso de Blake ha llegado incluso al deporte. Por segundo día consecutivo, los jugadores de la liga de baloncesto NBA obligaron a posponer los partidos de los playoffs el jueves, en protesta por la brutalidad policial. Deportistas en otras disciplinas se abstuvieron también de jugar.
Sin embargo, los basquetbolistas prometieron que concluirán la postemporada, incluso en momentos en que deben lidiar con sus emociones y con sus deseos de fomentar un cambio en sus comunidades.
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