Cinco datos y un mapa que muestran que las mujeres todavía tienen muchas razones para protestar

De la brecha salarial a la representatividad gubernamental pasando por el número de premios Oscar, estos datos demuestran que las mujeres todavía tienen muchos techos de cristal por romper.

María Sánchez Díez
Por:
María Sánchez Díez.
Razones para protestar
Razones para protestar
Imagen AP

Tras unas elecciones que comenzaron con la promesa de la primera mujer presidenta de Estados Unidos y acabaron con la victoria de Donald Trump, las mujeres harán un paro hoy para proteger unos derechos que todavía están muy lejos de ser iguales a los de los hombres.

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La brecha salarial no se cerrará hasta dentro de 170 años

Si los sueldos siguen evolucionando como hasta ahora, parece que ninguna mujer que esté viva hoy llegará a conocer un futuro en que las personas de su género ganen lo mismo que los hombres por hacer el mismo trabajo. Se calcula que no será hasta dentro de 170 años (en 2186) cuando la brecha de género en los salarios por fin se cierre, según el Foro Económico Mundial, que puso fecha de caducidad a este fenómeno en su último informe sobre el mismo. Mientras tanto, las mujeres de Estados Unidos tienen que conformarse con cobrar 80 céntimos por cada dólar que se paga a un hombre blanco con el mismo puesto de trabajo, según datos del Censo. La brecha, además, se ensancha cuando se comparan los sueldos de las mujeres pertenecientes a minorías con los de sus homólogos masculinos: las latinas cobran una media de 54 céntimos por cada dólar pagado a los hombres blancos y las negras 63 céntimos.

Solo 19 países tienen jefas de Estado y de gobierno electas

Solo 19 de los 193 países que componen la ONU cuentan con mujeres elegidas como jefas de estado o de gobierno, excluyendo monarquías, según datos de la organización ONU. Este selecto club incluye, además, mandatarias como Ameenah Gurib en Mauricio y Doris Leuthard en Suiza, que ocupan cargos de representación simbólicos. 2016 no fue el año de Hillary Clinton y también nos dejó a otras dos presidentas destituidas de sus cargos en sendas mociones de censura: Park Geun-hye en Corea del Sur y a Dilma Rousseff en Brasil.

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Sin embargo, hubo otras mujeres que sí lograron auparse al poder por primera vez en sus países: Tsai Ing-Wen lo logró en Taiwán, Kersti Kaljulaid en Estonia y Aung San Suu Kyi, a pesar de tener prohibido el acceso a la presidencia de Myanmar por una cláusula constitucional, juró el cargo como consejera de Estado. Theresa May siguió el camino abierto por Margaret Tatcher y se convirtió en la segunda primera ministra de Reino Unido. En 2017, veremos a la política ultraderechista Marine Le Pen luchar por el Elíseo en Francia y a Angela Merkel tratar de refrendar su liderazgo como canciller en Alemania.

Cada vez hay más mujeres en los parlamentos, pero no las suficientes

El número de asientos de parlamentos nacionales del mundo ocupados por mujeres no llega a una cuarta parte. Según la ONU, la inclusión del género femino en las cámaras de diputados, del 22%, es baja y avanza "lentamente", puesto que en 1995 ya representaban el 11.3%. Estados Unidos suspende respecto a la media internacional. Con la legislatura recién estrenada, cuenta con 104 mujeres congresistas (83 de los 435 puestos de la Cámara de Representantes y 21 de los 100 del Senado). Esto representa un 19.4%, ligeramente por debajo de la media mundial. En la última década, además, el porcentaje de mujeres congresistas apenas ha aumentado 3 puntos.

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A pesar de la lenta evolución, las últimas elecciones dejaron una victoria de importante simbolismo: el número de senadoras pertenecientes a minorías se cuadriplicó, aumentando de una a cuatro. Catherine Cortez-Masto (Nevada) se convirtió en la primera senadora hispana; Tammy Duckworth, de procedencia asiática, se hizo con un asiento por Illinois, y Kamala Harris, que se indentifica como nativa americana y negra, ganó en California.

Nobel: los hombres tienen 18 veces más premios

La pasada edición de los Premios Nobel nos dejó con un cantante ganador del Nobel de Literatura, pero a ninguna mujer premiada en ninguna de sus seis categorías. El galardón cuenta con una larga tradición de falta de igualdad de género: en sus 115 años de historia, 883 hombres han recibido un Nobel, frente a las 48 mujeres, entre las que se encuentra Marie Curie, la primera mujer en obtener el premio y la única que lo ha ganado en dos ocasiones. La representación de mujeres entre las premiadas, sin embargo, ha crecido considerablemente en los últimos 15 años. Mientras que desde el nacimiento de los Nobel en 1901 hasta el año 2000 hubo un total de 30 galardonadas, desde entonces 19 mujeres tienen un Nobel en sus estanterías.

Premios Oscar: si no eres actriz, buena suerte

Hablando de premios, otros galardones a los que le queda trabajo por hacer para llegar a la igualdad de género son los Oscar. El año pasado un estudio del Women's Media Center analizó las estatuillas concedidas durante un periodo de diez años (entre 2006 y 2015) y concluyó que las mujeres solo habían recibido 327 nominaciones frente a las 1,387 de los hombres en las categorías que no son de interpretación (Mejor actriz protagonista y Mejor actriz de reparto), en las que hay una por género. En ese periodo de tiempo solo una mujer había ganado el Oscar a la Mejor dirección: Kathryn Bigelow, que de hecho es la única mujer de la historia en recibir este premio por la película 'Zona de miedo'. "Hay una conexión clara entre el bajo número de mujeres contratadas para trabajos detrás de cámaras en el cine y la baja representación de las mujeres entre los nominados a los Oscar", dijo a Variety entonces Jane Fonda, una de las responsables del estudio.

La gala del año pasado fue especialmente buena: con el 22% de las nominaciones, varias mujeres se hicieron con estatuillas o las compartieron con hombres en categorías que tradicionalmente han sido masculinas, como Mejores efectos visuales, Mejor documental corto, Mejor cortometraje, Mejor diseño de producción y Mejor montaje. También mujeres se hicieron con los premios a Mejor maquillaje y Mejor diseño de vestuario.

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Solo el 4.2% de los CEOs de grandes empresas

Las mujeres ya han alcanzado la mitad de los puestos de mando medio, pero cuando se trata de estar al mando, todavía son pocas: solo representan el 4.2% de los CEOs de las 500 mayores compañías estadounidenses. Se trata de una presencia tan anecdótica que el año pasado la revista Fortune señaló como uno de los factores que habría influido en la caída de la presencia femenina de las grandes empresas la salida de cuatro mujeres de la dirección de las compañías Gannet, T.J. Maxx, DuPont y Hewlett Packard. A pesar del número tan bajo de CEOs mujeres, existe la percepción de que hay muchas más: en una encuesta realizada en 2015 se pidió a 1,700 ejecutivos que adivinaran el porcentaje de compañías dirigidas por una mujer. La media tiró por lo alto en una estimación muy generosa: 23%.

Lea más:

Kate Wool enumera en Fairbanks, Alaska, sus razones para salir a la calle: “Por mis hijas, para proteger Roe vs Wade (la ley que legalizó el aborto en Estados Unidos en 1973), por el control de armas, la libertad de prensa, todos los hombres y mujeres, porque el amor es el amor (un lema que reivindica los derechos de las lesbianas, gays, bisexuales y transgéneros)”.
Jess Harbeck sostiene un letrero en Santa Mónica, California, en el que dice que “grandes mujeres crían grandes mujeres que crían grandes mujeres”. Compartió la foto con un texto que dice: “Porque mi abuela ya marchaba contra el miedo, el racismo y la misoginia”.
“Soy una sobreviviente de violación. Nadie va a agarrar mis órganos genitales nunca más”, escribió una texana haciendo alusión al video del presidente electo Donald Trump de 2005 donde presume de manosear y besar a las mujeres sin preguntar.
Mujeres en Oregon muestran sus razones para marchar: “Porque las personas tengan seguro médico”, “Trabajo igual, salario igual”, “Por la libertad reproductiva femenina”, “Porque quiero mantener mis derechos”.
Kavita Dogra, la principal organizadora de la marcha en Toronto, comparte en su página 
<a href="http://www.wetalkwomen.org/"><u>We talk women</u></a>: “Marchamos porque nos negamos a estar en silencio de cara al odio que nos ha amenazado, insultado y demonizado a tantas de nosotras”.
Tasha Donnelly marchará en Canadá por los derechos de las lesbianas, gays, bisexuales y transgéneros. “¡Quiero un cambio!”, escribe.
“Siempre hacia adelante, nunca atrás”, compartió en Twitter la usuaria KarateGrammy de Grammyville, Virginia, para explicar por qué irá a marchar a Washington.
Yesenia Moya escribe en Las Vegas, Nevada: “Por qué marcho: porque todos tenemos derechos humanos y porque el racismo y la intolerancia son inmorales”. Moya es la organizadora juvenil de la marcha de Washington / Nevada.
En Copenhagen una mujer escribe: “Porque el silencio es autocomplacencia. La resistencia es fundamental”.
Una activista de Illinois dice: “Marcho por los derechos de todas las mujeres. (...) Lo que le pasa a una nos pasa a todas”.
Martha Ackelsberg, profesora en el Smith College en Massachusetts, comparte: “Hay que reconocer que esta lucha no es solo acerca de ser mejores aliados de los demás, sino de hacer este país lo que queremos que sea para todos nosotros y que esté a la altura de sus valores e ideales”.
Francine Dick exhibe en Toronto un gancho de ropa, como recordatorio de los riesgos mortales a los que se exponían las mujeres en Estados Unidos antes de que el aborto se hiciera legal en 1973: “Vida, libertad y la búsqueda de la felicidad son los rasgos distintivos de la democracia. Es un derecho de la mujer el poder controlar su cuerpo”.
“El 21 de enero me encontrarán en la marcha de las mujeres representando a las pacientes con endometriosis e infertilidad. Si bien el acceso a la anticoncepción y los servicios de la salud reproductiva son importantes para todos los pacientes, son cruciales para aquellos de nosotros con enfermedades reproductivas invasivas”. Eso comparte Casey Berna, una trabajadora social de Wilmington, Carolina del Norte.
“Para ser escuchadas”. “Para cambiar el mundo”. “Por la protección de nuestros derechos, nuestra seguridad, nuestra salud y nuestras familias”. Estas son algunas de las razones que citan un grupo de mujeres en Texas del capítulo Women's March SA.
“Marcho porque mi voz puede ser escuchada y por los derechos reproductivos de las mujeres”, compartió una mujer en un encuentro en Houston, Texas, que viajará en autobus hasta la marcha en Washington DC.
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Kate Wool enumera en Fairbanks, Alaska, sus razones para salir a la calle: “Por mis hijas, para proteger Roe vs Wade (la ley que legalizó el aborto en Estados Unidos en 1973), por el control de armas, la libertad de prensa, todos los hombres y mujeres, porque el amor es el amor (un lema que reivindica los derechos de las lesbianas, gays, bisexuales y transgéneros)”.
Imagen Women's March on Washington/Facebook
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