La frontera con México vivió momentos de mayores arrestos de indocumentados: Trump no tiene el récord

Aunque el flujo migratorio actual tiene elementos que lo hacen particular, hubo años en los que el país detuvo a un mayor número de indocumentados.

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Por:
Patricia Clarembaux.
En el segundo sector más activo de la frontera de EEUU y México, decenas de familias se entregan diariamente a las autoridades migratorias en una zona cruzada por el muro fronterizo.
Video Así recibe la patrulla fronteriza a migrantes que se entregan en la frontera de El Paso

El arresto en abril de 98,977 inmigrantes indocumentados en la frontera con México es alto, pero no es el número "sin precedentes" que aseguran el presidente Donald Trump y los voceros de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP). Estados Unidos tuvo años y meses más críticos.

Como el 2000, que llegó al tope máximo de aprehensiones que ha registrado el país en la frontera con México en los últimos 40 años: 1,643,679 personas, según cifras de CBP. Y ese mismo año, marzo también alcanzó el mayor nivel de arrestos que se ha visto en mes alguno: de 220,063 personas.

Lo que sí existe, es un récord de familias llegando al país y entregándose a las autoridades, en su mayoría de los países que conforman el Triángulo Norte (Guatemala a la cabeza, Honduras y luego, El Salvador). CBP calcula el incremento de familias detenidas en 400% para abril de 2019 si se le compara con el mismo mes de 2018.

Jessica Bolter, investigadora del Migration Policy Institute, coincide en esto con la Patrulla Fronteriza: calculan que 54% de quienes están llegando son familias. "Es un flujo diferente al que veíamos en los 90 o en los primeros años de la decada de 2000. Y aunque no es el número más alto de arrestos de indocumentados que hayamos visto, hay una nueva población que está viniendo a Estados Unidos y que no se había visto en estos números antes", asegura.

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Al describir quiénes son esos inmigrantes que quieren llegar a Estados Unidos, CBP ngobernabilidad que reina en sus países y los hace huir. Estos dos conceptos fueron establecidos por el gobierno de Barack Obama durante la crisis migratoria de 2014.

¿Qué pasó en años previos?

Es difícil atribuir con exactitud y a un solo elemento por qué otros años vieron un incremento mayor en las cifras de detenidos en la frontera con México. Pero hay algunos elementos que, según Bolter, pueden aproximarse a la explicación.

Los años 2000 y 2001 ya seguían la tendencia creciente de arrestos de los últimos años de la década de los 90. Aunque ya comenzaba a sentirse la crisis económica en Estados Unidos todavía faltaban algunos años para que alcanzara su peor momento. Para Bolter, el flujo migratorio aumentó entonces por esa aparente estabilidad en el país y por un mercado que buscaba mano de obra en momentos en que en México, por ejemplo, aumentaba el desempleo.

En el año 2001, luego de que el republicano George W. Bush asume la presidencia comenzó a evaluar una reforma migratoria para legalizar a más de tres millones de mexicanos que habían vivido por años en Estados Unidos. Para entonces, otro grupo de migrantes mayormente mexicanos se apresuró a entrar al país antes de que fuera demasiado tarde y pudieran quedar excluidos de esa reforma. Muchos fueron detenidos.

Pero tras el atentado terrorista contra las Torres Gemelas en septiembre de 2001 otras medidas se implementaron para frenar la entrada de indocumentados al país: para 2004, las deportaciones expeditas —que ya existían desde 1996— se implementaron con la variante de que los mexicanos ni siquiera alcanzaban a ver a una sala de corte. "En esencia, el oficial de inmigración funcionaba como fiscal y juez (...) Raramente los inmigrantes tenían la oportunidad de hallar evidencias para su caso o consultar con un abogado", reporta el American Immigration Council sobre estos tiempos.

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Y en 2005 hubo un punto de quiebre: se implementó la Operación Streamline en cinco de los nueve sectores de la frontera sur. Contemplaba que una vez detenidos, los indocumentados fueran procesados criminalmente y en grupos por entrada ilegal al país y que luego, fueran deportados. "El Departamento de Seguridad Nacional reconoció que la Operación Streamline disuadió a las personas de cruzar ilegalmente la frontera entre Estados Unidos y México, lo que apunta a una disminución en las tasas de aprehensión desde que comenzó el programa", recuerda el Migration Policy Institute en un reporte de 2010.

Fueron entonces las políticas de esos años las que frenaron la migración y con ella los arrestos.

Justo ese año, las detenciones en la frontera iniciaron un descenso sostenido y aunque hubo algunos incrementos leves, nunca volvieron a los niveles de 2000.

Una crisis y una solución

La investigadora Bolter coincide también con CBP en que sí existe una crisis humanitaria en la frontera. "Nunca habíamos visto a tantas familias y a tanta población vulnerable pidiendo asilo y entrando en un sistema que es increíblemente ineficiente. Estados Unidos no estaba preparado para lidiar con esto", explica.

Para destrabar los retrasos de años en las cortes de inmigración para decidir un caso de asilo —y como consecuencia disminuir el interés de los migrantes para venir a Estados Unidos— el Migration Policy Institute ha propuesto, entre otras cosas, que los oficiales de asilo que entrevistan a los indocumentados no solo determinen si tienen un miedo creíble, sino que también tengan la potestad para decidir completamente si otorgar o no asilo a una familia o persona. Esto, aseguran, permitiría cerrar o resolver favorablemente los casos en meses y no en años, como pasa actualmente. Por eso, piden que la inversión federal contemple más funcionarios que puedan cumplir con estas funciones.

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Mientras tanto, el presidente Donald Trump aumenta las trabas para pedir asilo, con políticas como el Protocolo de Protección de Inmigrantes, que obliga a los inmigrantes a permanecer en México mientras esperan la solución de sus casos. Bolter asegura que si bien este tipo de acciones obstaculizan la entrada y permanencia en el país de las familias, "falla en tomar en cuenta que mucha gente tiene casos legítimos".

A lo largo del muro en el sector El Paso, en Texas, pueden verse decenas de pantalones, camisas y prendas de ropa interior que van dejando los migrantes a su paso.
La montaña del Cristo Redentor en Sunland Park, Nuevo México, forma un muro fronterizo natural entre México y Estados Unidos. A pesar de su difícil geografía y el frío de la primavera, muchos inmigrantes usan sus senderos para cruzar.
Más de 40 personas se entregaron a la Patrulla Fronteriza en dos horas. Eran en su mayoría padres y madres con sus hijos en brazos, incluso bebés, que vinieron a Estados Unidos buscando mejores oportunidades de empleo.
Al no haber muros en la montaña del Cristo Redentor, la zona es vigilada permanentemente por la Patrulla Fronteriza y por sensores de movimiento. No es este el punto por el que ocurre el grueso de los cruces de indocumentados en el sector El Paso.
El arresto de un grupo de inmigrantes indocumentados en Texas, visto desde una vía.
"No habla inglés, solo español", se lee en el sobre que el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) entregó a la familia hondureña Vindel una vez que fueron liberados. Eran un padre y una madre con sus dos hijos. Los adultos fueron dejados en libertad, pero con un grillete en sus tobillos y deben presentarse en los próximos días con un oficial de ICE en su nueva dirección.
Aunque la Patrulla Fronteriza no tiene cifras exactas de cuántos coyotes han sido detenidos en los últimos años, aseguran que continuamente comparten información de inteligencia con las autoridades mexicanas. Explican que los traficantes de personas no cruzan a Estados Unidos pero sí guían a los migrantes hasta el río, por lo que debe ser el gobierno vecino quien efectúe las detenciones.
De un lado, el izquierdo, Ciudad Juárez, México; del otro, Sunland Park, Nuevo México.
Un niño guatemalteco ve al oficial de la Patrulla Fronteriza mientras él le hace preguntas a su padre.
Un agente de la Patrulla Fronteriza acompaña a un grupo de inmigrantes indocumentados hasta una de las puertas de acceso a Estados Unidos, donde los espera otro equipo para trasladarlos al centro donde le hacen las primeras entrevistas para luego remitirlos a ICE.
La frontera del sector El Paso está resguardada en buena parte por una verja metálica doble. Y no toda tiene muros construidos por el hombre, solo 83 millas. Otra parte tiene barreras naturales, como montañas.
A través de los sensores y las cámaras a lo largo de la frontera, la Patrulla Fronteriza detectó que un grupo de seis inmigrantes indocumentados intentaban cruzar a Estados Unidos con una escalera improvisada para escalar el muro fronterizo en el sector El Paso. La vigilancia del lugar se activó incluso con un helicóptero.
Una vez que los migrantes centroamericanos se entregan a la Patrulla Fronteriza son interrogados sobre su identidad. Este lunes, uno de los agentes aseguró que un joven había falsificado un acta de nacimiento para disminuir su edad a 17 años y ser tratado como menor.
Los oficiales de la Patrulla Fronteriza en El Paso aseguran que nunca habían visto cifras tan altas de inmigrantes arrestados en este sector. Enero y febrero de 2019 fueron dos meses en los que repuntó el dato, con más de 1,000% de variación en relación con los mismos meses de 2018.
Un tramo del muro fronterizo en el sector El Paso es levantado para sustituir el anterior, que se ve justo enfrente, y que fue instalado hace más de 10 años.
En la verja de El Paso es común ver zonas en las que los inmigrantes cortaron la estructura para poder entrar a Estados Unidos sin entregarse a la Patrulla Fronteriza. Los agentes aseguran que quienes se encargan de hacer los cortes son los coyotes.
El agente Frank Pino asegura que durante sus patrullajes de este año ha sido común encontrar grupos numerosos de inmigrantes indocumentados que quieren entregarse para pedir asilo. El grueso de las personas se rinde en el tramo que va de Ysletas a El Paso, ambos en Texas.
En un tramo de la zona de Santa Teresa, en Nuevo México, el muro de acero se acaba y el camino queda abierto y es aprovechado por los inmigrantes indocumentados para cruzar. En la imagen, una patrulla fronteriza vigila el área.
Un oficial de la Patrulla Fronteriza abre la puerta para salir del cinturón que vigiló.
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A lo largo del muro en el sector El Paso, en Texas, pueden verse decenas de pantalones, camisas y prendas de ropa interior que van dejando los migrantes a su paso.
Imagen Almudena Toral/Univision
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