El hallazgo a mediados de febrero de tres niños inmigrantes no acompañados en un área del desierto Sasabe, en Arizona, vuelve a poner sobre la mesa el debate sobre la responsabilidad criminal de los padres de arriesgar la vida de sus hijos en la frontera para entrar a Estados Unidos, en la mayoría de los casos en busca de asilo.
¿Tienen los padres responsabilidad criminal cuando envían a sus hijos menores solos a cruzar la frontera de EEUU?
El cruce fronterizo de menores no acompañados y los peligros que implica el viaje en busca de nuevas oportunidades en Estados Unidos vuelve a abrir el debate si los padres incurren en faltas cuando permiten que sus hijos hagan solos la peligrosa travesía desde sus países de origen.

Los pequeños, de 9 años el mayor y de 6 y 3 las niñas, fueron hallados por un equipo de corresponsales de Univision Noticias. Habían sido abandonados por un ‘coyote’ (traficante de personas) en el lado mexicano. El equipo de prensa se quedó junto a ellos hasta que fueron tomados bajo custodia por agentes de la Patrulla Fronteriza (CBP) de Estados Unidos.
La madre de los pequeños fue localizada. Identificada como Adelfa Jiménez, de nacionalidad mexicana, contó que “haberme venido sin ellos, eso es lo que hubiera cambiado”. Fue una decisión que -dijo- siempre lamentará. Los tres hermanos están camino a reunificarse con su progenitora tras ser procesados por las autoridades estadounidenses,
A la pregunta de por qué cruzaron solos, Jiménez cuenta que le pidió primero a su madre que los trajera, pero ella se negó a hacerlo por su edad. Y que tras una espera de alrededor de un año, decidió traerlos con un primo.
Agregó que el familiar “se lastimó un pie” y se regresó a México, dejando a los hermanitos al cuidado de un grupo de migrantes que se dirigía hacia la frontera.
La mujer contó además que en ese momento perdió contacto con los niños, hasta que vio el reportaje de Univision donde los pequeños contaron su odisea. Ashley, una de las hermanitas de 6 años, dijo, llorando, que, “mi mamá se fue” y las dejó a ella y su hermanita a cargo de su hermano mayor de 9 años, “Le obedezco mucho porque es mi hermano, le obedezco porque es muy grande”. Luego indicó: “La quiero”, pero “mi corazón me lo rompió porque se fue”.
La CBP dijo a Univision que no puede comentar sobre “casos específicos”.
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El debido proceso migratorio
Bajo el Acuerdo Judicial Flores de 1997, los niños menores no acompañados no pueden ser deportados inmediatamente a sus países de origen. El gobierno federal debe garantizar su seguridad y bienestar, procesarlos ante la Corte de Inmigración (EOIR) y un juez debe decidir sus futuros en Estados Unidos. Y si tienen familiares en Estados Unidos, como en este caso, reunificarlos cuanto antes.
En teoría, el sistema funciona. Pero la inmigración de niños solos es un tema que ha estado en el centro del debate en la última década debido a un notable incremento en el número detenciones de menores no acompañados.
En el año fiscal 2014, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) registró más de 66,000 hallazgos y a partir de entonces las cifras se mantienen con altibajos
En 2015, el número de menores no acompañados detenidos fue de 39,399; en 2016 se registraron 58,819 detenciones; en 2017, la cantidad fue de 40,631; en 2018, fueron 48,335; en 2019, alcanzó 73,235; en 2020, fueron hallados 29,392; y en 2021, el número de arrestos fue de 45,861, entre niños procedentes de El Salvador, Guatemala, Honduras y México, de acuerdo con datos de la Oficina de Aduanas y Control Fronterizo (CBP).
Pero según datos del Departamento de Salud y Recursos Humanos (HHS), agencia que toma bajo su cuidado a los menores no acompañados tras ser detenidos y procesados por la CBP, tiene otros datos. Su base de datos indica que en el año fiscal 2021 fueron referidos 122,731 menores, en 2022 la cifra fue de 128,904 y en el año fiscal 2023 se registraron 118,938, la mayoría hombres y el 35% de ellos de 17 años o más.
Sólo entre el 15% y 19% se encontraban en el rango de los 0 a los 12 años, como los hijos de Jiménez.
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El caso de Margarita
A principios de 2021, pocas semanas después de la toma de posesión del presidente Joe Biden y el comienzo del desarme de la política migratoria de ‘tolerancia cero’ del gobierno anterior, se registró el caso de Margarita, una niña de 9 años que cruzó sola la frontera sur y fue detenida por un agente de la Patrulla Fronteriza. La pequeña llegó sana y salva bajo la custodia de un ‘coyote’ que la trajo desde Guatemala, el mismo sistema que iba a ser utilizado con los hijos de Jiménez, pero que al final fueron dejados solos con un grupo de otros indocumentados.
La pequeña Margarita fue liberada tras su detención en espera de su audiencia en un tribunal de inmigración donde tuvo el derecho de pedir asilo y que un juez decidiera su futuro en Estados Unidos.
Una semana antes del hallazgo de Margarita, Brian, un inmigrante mexicano que cruzó el muro por un área de Texas, cayó desde una altura de 12 pies y se fracturó la columna vertebral y un tobillo. “Quedó con dificultades para caminar”, recuerda su abogado, Alex Gálvez, quien ejerce en Los Ángeles, California.
El menor permaneció varios días internado en un hospital de El Paso, Texas.
En ambos casos, muchos se preguntaron cuánta responsabilidad recae sobre los padres o tutores que los envían en busca de asilo, si existen mecanismos legales para protegerlos y qué están haciendo los gobiernos implicados en el éxodo para evitar tragedias como la de Brian, o peor aún, perder la vida en el fallido intento por escapar de la muerte.
Brian no ganó su caso de asilo, a pesar de las lesiones. “Ganamos un amparo de deportación”, cuenta Gálvez. “Tiene un estatus que puede estar aquí con permiso de trabajo, pero no elegible para asilo. El gobierno activamente no lo quiere deportar en espera de que el Congreso apruebe una reforma migratoria”, explica.
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De quién es la culpa
En 2021 planteamos si se puede demandar a un padre que empuja a un hijo a abandonar su país. “La pregunta tiene que ver con la ley de agravios, no con la ley de inmigración estadounidense”, advirtió en esa ocasión Stephen Yale-Loher, profesor de la práctica de inmigración de la escuela de leyes de la Universidad de Cornell, Nueva York. “La cuestión es si los padres pueden ser demandados por negligencia al permitir que sus hijos viajen solos desde su país de origen a Estados Unidos”.
En la práctica, añade, estos juicios son muy raros, por varias razones. "Primero, el niño (o alguien en nombre del niño) tendría que demandar. Y es poco probable que los niños conozcan la ley de responsabilidad civil de Estados Unidos”.
“Y probablemente no estén dispuestos a demandar a sus padres”, precisa. “Además, incluso si quisieran demandar no podrían pagar un abogado que los represente”.
Yale-Loher dice además que, “incluso si un niño gana una demanda por agravio, muchos padres no tendrían dinero para pagar los daños”.
Una segunda pregunta asoma entonces. ¿Es legal permitir que un niño viaje solo y cruce la frontera solo? “Nada en la ley de inmigración de Estados Unidos evita esto”, indica Yale-Loher. “La ley de inmigración dice que cualquier persona que tenga un temor fundado de persecución puede solicitar asilo. No existe un requisito de edad mínima para solicitar asilo en la frontera”.
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Asunto de jurisdicción
Para Lilia Velásquez, profesora adjunta de la facultad de leyes de la Universidad de California en San Diego, el problema de permitir que haya niños inmigrantes solos cruzando la frontera es de jurisdicción. "Y también sobre quién sería la persona o la entidad que va a demandar a esos padres” que los dejan o envían solos.
“Si viene de Guatemala, por ejemplo, es muy difícil que las autoridades de ese país (o de El Salvador o de Honduras) vayan a procesar a los padres por abandono siendo que tampoco han sido capaces de evitar que huyan hacia Estados Unidos”, explica.
Y ante el hecho de que no son procesados en sus países de origen por negligencia, “no hay voluntad política para demandar a los padres y en Estados Unidos no lo pueden hacer porque, en muchos casos, los padres no están aquí”.
Velásquez dice que también se debe considerar “la situación tan desesperada en que se encuentran estas personas en sus países".
"No creo que los padres vayan a sufrir consecuencias por enviarlos solos en busca de asilo cuando vienen huyendo para salvar sus vidas”, indica.
“Esa condición penal no es tan importante para ellos. Los padres toman decisiones desesperadas porque las vidas de sus pequeños están en juego. La prioridad es protegerlos. Y es inútil hacer algo en contra de los padres porque no va a cambiar en nada la situación que genera el éxodo”, precisa.
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El viaje no es ilegal
Antes de hallar culpables hay que analizar las causas del éxodo de migrantes hacia Estados Unidos que no se ha detenido en más de una década. En 2013, un informe de la Universidad de California advirtió al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) que, debido a la pobreza, violencia, falta de oportunidades, efectos del cambio climático y corrupción de los gobiernos del Triángulo Norte, miles de personas estaban huyendo en busca de asilo en Estados Unidos.
Once años más tarde la situación ha empeorado. Pero internamente, “los republicanos culpan a la Administración Biden por el aumento del flujo en la frontera, y los demócratas señalan que el aumento comenzó a crecer durante la presidencia de Trump, basado en un gran repunte en el verano de 2019”, dice Rebeca Sánchez-Roig, una exfiscal de inmigración y abogada que ejerce en Miami, Florida.
Agrega que los factores que generaron el éxodo en 2013 se agravaron y que muchos padres toman un gran riesgo en enviar a sus hijos a sabiendas de los peligros que existen en el cruce. “¿Qué responsabilidad tienen los padres de estos niños en arriesgarlos a una travesía tan peligrosa?”, se pregunta. Ella misma responde. “Los padres somos legal y moralmente responsables, en última instancia, de la salud, el bienestar y la seguridad de los hijos menores. Y el gobierno puede presentar cargos penales contra los padres o tutores legales si un niño es designado como un Menor No Acompañado”.
Pero advierte que en más del 80% de los casos de niños no acompañados registrados por el gobierno, los menores llegan a la frontera entre México y Estados Unidos con traficantes (de personas o coyotes), como el caso de los tres hijos de Jiménez.
Respecto a la legalidad o no del viaje, Sánchez-Roig dice que “no es ilegal permitir que un menor viaje solo. De hecho, hay muchas razones por las que un menor de edad puede viajar solo, incluso para cumplir con las órdenes judiciales relativas a la custodia de los padres o las visitas. Los países tienen leyes y requisitos legales para los viajes de UAC. En general, la ley exige que los niños y adolescentes que viajan solos o con terceros deben contar con la autorización de sus padres o tutores legales”.
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A discreción de las autoridades
En cuanto a la jurisdicción de un probable caso de abandono o negligencia. Jaime Barrón, un abogado de inmigración que ejerce en Dallas, Texas, dijo que la formulación de cargos depende del interés del gobierno o del estado donde se cometió la falta o el delito. “Pero si el abandono se registró en México, corresponde a las autoridades mexicanas”.
Gálvez, por su parte, dijo que “la ley de asilo no dice que un niño no pude pedir la protección del gobierno de Estados Unidos. No es un deliro pedir asilo. Pero si el gobierno decide levantar cargos, será muy difícil sostenerlos en una corte”.
Hasta ahora el gobierno de Biden no habla ni de juicios, ni de responsables por la inmigración de menores no acompañados, sino de encontrar soluciones para reparar un problema serio que se generó hace ya algunos años. “Nuestro mensaje ha sido muy claro y esperamos que las personas de verdad tomen en cuenta lo que estamos tratando de explicar, que ahora no es el momento de venir, que es un camino muy peligroso”, dijo recientemente a Univision Noticias un funcionario de la Administración.