Los padres de Charlie Gard quieren que su hijo muera en casa, pero el hospital cree que es complicado

Después de que decidieran abandonar su batalla legal para llevarlo a Estados Unidos, los progenitores del bebé que debe ser desconectado quieren pasar las últimas horas con su hijo en el hogar, pero el centro considera que es difícil y propone un hospicio.

Por:
Univision
Los progenitores de Charlie Gard, Chris Gard y Connie Yates, ante la corte en Londres.
Los progenitores de Charlie Gard, Chris Gard y Connie Yates, ante la corte en Londres.
Imagen AP

Aún no se sabe cuándo Charlie Gard, el bebé de menos de un año con una enfermedad rara que la justicia ordenó darle una muerte digna, será desconectado. Pero sus padres, que durante meses trataron de les dejaran llevarlo a Estados Unidos para una terapia hasta que el lunes se dieron por vencidos, tienen un último deseo: llevarlo a morir a su hogar.

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Así lo solicitaron este martes a una corte en Londres. Los abogados de Chris Gard y Connie Yates revelaron que, después de toda la atención internacional que levantó su caso, solo desean "unos días de tranquilidad fuera del hospital antes de que Charlie fallezca".

El hospital en el que está el bebé no ha anunciado ninguna fecha para desconectar la máquina que le permite respirar y lo mantiene aún vivo de manera artificial. Pero los padres sí han anunciado que Charlie no vivirá para cumplir un año de edad: el bebé nació el 4 de Agosto de 2016.

El bebé, que lleva varios meses conectado a la máquina que lo mantiene vivo, padece una rara enfermedad genética y los padres han recolectado dinero para trasladarlo a Estados Unidos y someterlo a un tratamiento experimental. Sin embargo, el juez argumenta que el niño debe tener una muerte digna.
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Los representantes legales acusaron al centro médico (el Great Ormond Street Hospital) de poner "obstáculos" a la última voluntad de Chris y Connie, si bien el hospital afirmó que estos se han negado a una mediación.

"El último deseo es que Charlie fallezca en su casa", pidió Grant Armstrong, abogado de la familia, al juez Francis y argumentó que un aparato de ventilación portátil y oxígeno podrían ser trasladados fácilmente hasta el hogar.

Sin embargo, no está claro que la Justicia británica vaya a conceder este deseo a los progenitores. El propio juez replicó que el hospital ha señalado dificultades para el traslado del bebé y ha sugerido un "hospicio como opción".

El hospital, a través de su representante legal, explicó que, pese a que desea cumplir el "último deseo" de los padres, ofrecer el cuidado al bebé fuera del hospital no es sencillo.

"El hospital querría cumplir el deseo de los padres... si es seguro y viable y en el mejor interés de Charlie", dijo la abogada Katie Gollop, citada por BBC.

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Con este dilema, el juez interrumpió la audiencia para permitir una deliberación en privado.

Así lo determinó una corte aludiendo a que esto aumentaría el dolor que está padeciendo el pequeño a causa del síndrome de agotamiento mitocondrial que padece. Sin embargo, sus progenitores insisten en probar un tratamiento experimental e, incluso, han sido apoyados en dicha iniciativa por Donald Trump.
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"Vamos a pasar ahora los últimos preciosos momentos con nuestro hijo Charlie, que desgraciadamente no llegará a su cumpleaños (que sería) en solo dos semanas y nos gustaría pedir que nuestra privacidad sea respetada en este difícil momento", dijo Chris Gard a las afueras de la corte.

Sus palabras llegan un día después de que la pareja decidieran tirar la toalla en la batalla que durante los últimos meses han protagonizado. Desde que la Justicia ordenó que se desconectara el pasado mes de abril, iniciaron una campaña para recaudar fondos y poder así pagar el traslado y un tratamiento en Estados Unidos.

Los progenitores llevaron su caso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, aunque les negó la razón y dictaminó que se debía cumplir la sentencia del juez británico. Pese a eso, consiguieron 48 horas en el último momento para demostrar que un tratamiento podía ayudarlo. Pese a todo, finalmente, se rindieron después de que un doctor estadounidense les informara que ya era tarde para poder aplicárselo al bebé.

Su tenacidad provocó incluso que el nombre de Charlie Gard saltara la fronteras británicas y se colara incluso en las agendas del presidente Donald Trump y el papa Francisco.

El bebé padece síndrome de agotamiento mitocondrial, una enfermedad genética rara que le ha provocado daño cerebral y le impide respirar por sí mismo. Se calcula que menos de 20 personas en el mundo tienen mutaciones en el gen RRM2B, lo que provoca que su organismo pueda replicar correctamente el ADN mitocondrial, un elemento necesario para que las células puedan generar energía.

Tres de cada cuatro bebés cuya madre tuvo zika durante el embarazo en Estados Unidos no fueron examinados con un encefalograma al nacer, y uno de cada tres tampoco recibió otro tipo de análisis para detectar posibles defectos neurológicos. Las alarmantes estadísticas provienen del más reciente reporte de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), basado en data recopilada entre el 15 de enero y el 27 de diciembre de 2016.
El 
<a href="https://www.cdc.gov/mmwr/volumes/66/wr/mm6613e1.htm?s_cid=mm6613e1_w">informe</a>, publicado esta semana en el Morbidity and Mortality Weekly Report, reveló que casi 1,300 mujeres en 44 estados (sin contar Puerto Rico, que lleva un registro independiente) presentaron evidencia de posible infección por zika y de los casos confirmados: 1 de cada 10 tuvo un feto o bebé con defectos congénitos.
La cifra llegó a 1 de 5 cuando la infección por zika fue confirmada en el primer trimestre de gestación, lo que comprueba la complejidad en el diagnóstico del virus que sólo muestra resultados positivos de laboratorio durante un corto lapso de tiempo (dos semanas después de iniciados los síntomas).
Se ha comprobado que contraer el zika durante el embarazo puede causar que los bebés nazcan con microcefalia, anomalías oculares y otros problemas en el sistema nervioso central. Realizar un encefalograma tras el nacimiento es vital para identificar aquellos infantes que pueden parecer saludables a simple vista, pero que tienen defectos cerebrales subyacentes, subrayan los CDC.
Sin encefalogramas u otros estudios que detecten posibles defectos neurológicos en recién nacidos potencialmente expuestos, es posible que los casos de zika congénito sean más que los reportados, admitió la directora interina de los CDC, Anne Schuchat, en una llamada de conferencia con algunos medios. “Como no tenemos reportes de tomografías cerebrales para la mayoría de los infantes cuya madre tuvo zika durante el embarazo, nuestro informe actual podría subestimar significativamente el impacto del zika”.
Ya con los números que se tienen, la proporción de fetos e infantes con defectos congénitos en Estados Unidos es 30 veces superior a la prevalencia reportada antes de que brotara el virus.
En la mayoría de los casos documentados por los CDC, las madres expuestas al virus viajaron a áreas de Estados Unidos (como Florida o Texas) o países con zika, tales como Barbados, Belize, Cabo Verde, Colombia, República Dominicana, El Salvador, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, México, las Islas Marshall y Venezuela.
En este sentido, si bien no hay evidencia de que un grupo étnico tenga mayor probabilidad de contraer zika que otro, el viajar a áreas con zika sí aumenta el riesgo, lo que deben tomar en cuenta todos los latinos. “Partiendo de la base de que personas con familiares y amigos en países donde circula el Zika son más propensas a tener motivos para viajar a estos países, los hispanos podrían tener mayor riesgo”, comentó a Univision Noticias Siobhan Dolan, obstetra y ginecóloga del Montefiore Medical Center de Nueva York, y asesora de la organización March of Dimes.
“Muchos de mis pacientes y sus parejas están preocupados por el zika, pero especialmente aquellos que provienen de países donde el zika se transmite localmente. Quieren viajar y ver a la familia, pero les hago entender que no deben hacerlo y les recuerdo que eso no será para siempre y que podrán hacerlo luego de que nazca el bebé”, explicó.
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Tres de cada cuatro bebés cuya madre tuvo zika durante el embarazo en Estados Unidos no fueron examinados con un encefalograma al nacer, y uno de cada tres tampoco recibió otro tipo de análisis para detectar posibles defectos neurológicos. Las alarmantes estadísticas provienen del más reciente reporte de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), basado en data recopilada entre el 15 de enero y el 27 de diciembre de 2016.
Imagen John Moore/Getty Images
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