¿Qué hace la Patrulla Fronteriza justo en el centro de EEUU (lejos de México y Canadá)?

Está a 930 millas de la frontera con México, y sin embargo es un punto estratégico para el transporte de personas y mercancías. Aquí quieren seguir la pista a coyotes y narcotraficantes.

Foto Isaias Alvarado
Por:
Isaías Alvarado.
Agentes federales que integran el equipo policial especial BEST en Kansas City, Missouri.
Agentes federales que integran el equipo policial especial BEST en Kansas City, Missouri.
Imagen Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE)

La Patrulla Fronteriza (USBP) y otras agencias federales establecieron un equipo especial en Kansas City, Missouri, cerca del centro geográfico de Estados Unidos, para detectar cargamentos de droga, dinero del narcotráfico y bandas de coyotes, a pesar de que la ciudad se encuentra a 930 millas del punto más cercano de la frontera con México (Laredo, Texas) y a 740 millas de la garita de Neebing, en Canadá.

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La distancia desde las zonas limítrofes con ambos países no detiene las tareas de los oficiales del USBP. De hecho, la dependencia puede seguir cualquier caso, independientemente del sitio al cual se dirigen los indocumentados o los narcóticos, cuando la investigación se origina en algún punto de la frontera.

Kansas City en particular, es importante para los carteles y grupos de contrabandistas de personas porque es una zona por la cual pasan sus transportistas para llegar al Medio Oeste y a la Costa Este del país. Allí también almacenan droga, dinero sucio y armas de fuego o se transfieren la mercancía ilícita.

Su ubicación es estratégica: tiene dos aeropuertos, varias autopistas interestatales, el centro ferroviario más grande de EEUU por tonelaje y es el segundo lugar más importante para las actividades comerciales de la industria automotriz en Norteamérica (incluyendo la recepción de los vehículos fabricados en México).

No es extraño que se haya convertido en un sitio donde todos los narcotraficantes quieren tener presencia. Allí hay operadores de los carteles de Sinaloa, Jalisco Nueva Generación (CJNG) y de Juárez, de acuerdo con reportes de la Administración para el Control de Drogas (DEA).


Por eso, Kansas City fue el lugar elegido para crear la llamada Fuerza de Tarea de Seguridad para el Control de la Frontera (BEST, por sus siglas en inglés). En ese grupo hay oficiales de la Patrulla Fronteriza, la DEA, el Servicio de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI) y otras agencias del orden.

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Sus esfuerzos se enfocan en detener el contrabando de dinero, narcóticos, armas y personas. A pesar de que recién se formó en ese municipio, este equipo policial ya arrestó a por lo menos cuatro personas y decomisó más de 220,000 dólares en efectivo, 278 libras de marihuana, más de 100 libras de metanfetamina y otras drogas. Dos cargamentos viajaban en vagones de ferrocarril.

"A medida que las organizaciones criminales se vuelven cada vez más sofisticadas en la planificación y ejecución de sus crímenes y evitan la captura, nosotros, en la aplicación de la ley, debemos ser más eficientes y efectivos”, dijo Katherine Greer, agente a cargo de HSI en Kansas City, en un comunicado.

Por regulación, la Patrulla Fronteriza opera en una región de 100 millas desde la zona limítrofe con México y Canadá, y legalmente tiene la autoridad para ingresar a propiedades privadas que se encuentran en un territorio de 25 millas. Más allá, la dependencia necesita una orden de cateo, un requisito que –sin embargo- no le impide desempeñar sus funciones en el interior del país.

Los capos y el Medio Oeste de EEUU

Kansas City, con casi 460,000 habitantes, ha sido mencionada en varios juicios contra capos, como Jimmy Cournoyer, un canadiense que lideró una millonaria empresa criminal que tenía lazos con las familias del crimen Rizutto y Bonanno, con la banda de motociclistas Hells Angels y el cartel de Sinaloa.

Cournoyer fue sentenciado en 2014 a 27 años de prisión por distribución de narcóticos y lavado de dinero. Como parte de su sentencia, el gobierno le confiscó más de 1,000 millones de dólares.

Elementos de un equipo policial especial en Kansas City.
Elementos de un equipo policial especial en Kansas City.
Imagen Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE)

Hace un año, las autoridades federales desvelaron una acusación que menciona a 75 personas en todo el país, incluyendo a José Roberto López Albarrán, un presunto operador financiero del cártel de Sinaloa. Es señalado por lavar “decenas de millones de dólares” liderando una red de transportistas de efectivo que intercambiaban la mercancía en estacionamientos de hoteles, tiendas y restaurantes de Kansas City y otras ciudades del país. El dinero terminaba en los bolsillos de los jefes del cártel en México.

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La Fiscalía federal también ha sentado en el banquillo de los acusados a narcotraficantes que viven en esa ciudad, como Juan Manuel López García, identificado como hermano de un “miembro de alto nivel” del cártel fundado por Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán. En junio de 2016 lo sentenciaron a cadena perpetua por distribuir metanfetamina y enviarle las ganancias a su familiar ocultas en autos.

“La proliferación del contrabando no se limita a las drogas peligrosas y se requiere un enfoque concertado por socios federales, estatales y locales en el centro donde convergen una multitud de modos de transporte”, mencionó el agente especial de la DEA en Kansas City, Erik Smith.

Hay equipos BEST a lo largo de las fronteras con México y Canadá, los principales puertos marítimos y aeropuertos internacionales, desde Hawái y hasta Puerto Rico. En total tienen casi 1,000 oficiales de más de 100 dependencias del orden. Uno de sus miembros más destacados era Jaime Zapata, un agente especial de HSI que fue asesinado en México.

Hay más preguntas que respuestas en el caso de Carlos Gregorio Hernández Vásquez, fallecido en mayo de este año. Un nuevo video podría confirmar la denuncia de la familia que insiste en que el adolescente pasó horas solo, sin atención médica dentro de una celda.
Video Revelan video de las últimas horas de vida del joven guatemalteco que murió bajo custodia de la Patrulla Fronteriza
Eduardo Olmos, agente fronterizo, camina en la franja que separa a Tijuana de San Diego a la que nadie sin autorización puede entrar.
Unos 2,400 agentes de la Patrulla Fronteriza vigilan en el sector de San Diego, California.
Acceso a la franja entre los dos cercos en la zona de Otay Mesa. Al fondo se observa la valla antigua.
Eduardo Olmos, agente de la Patrulla Fronteriza, recorre el tramo entre dos bardas metálicas en San Diego, un modelo que el gobierno Trump pretende ampliar.
A lo largo de esa franja hay vehículos de la Patrulla Fronteriza estacionados.
El agente fronterizo Eduardo Olmos conduce junto a la colonia Libertad de Tijuana, México.
Según las autoridades, en la colonia Libertad, que se observa al fondo de esta foto, viven traficantes de personas.
La colonia Libertad es considerada como una zona conflictiva, por eso la Patrulla Fronteriza no deja de vigilarla desde su jurisdicción.
En el lado de Tijuana, los asentamientos poblacionales llegan hasta la vieja barda fronteriza.
El agente fronterizo Saúl Rocha habla sobre las medidas de seguridad implementadas en el sector San Diego.
Un vehículo de la Patrulla Fronteriza apostado cerca de la garita de San Ysidro, el cruce fronterizo más activo del mundo.
El agente Eduardo Olmos de cara a Playas de Tijuana.
Una bota vieja cerca de la valla fronteriza que concluye en el Océano Pacífico.
A la izquierda, Playas de Tijuana; a la derecha, un sector de San Diego por donde circula una camioneta de la Patrulla Fronteriza.
El agente Saúl Rocha observa dos países separados por dos cercos fronterizos.
Un cartel publicitario en Tijuana se observa a través del viejo cerco fronterizo de Estados Unidos.
A la estación en San Diego de la Patrulla Fronteriza le toca vigilar 60 millas.
En 2016, la Patrulla Fronteriza arrestó a 31,000 personas en San Diego, esto es 100% menos que hace 30 años.
El descenso de detenciones en ese sector se atribuye al doble cerco, la tecnología y la gran cantidad de agentes.
A medida que han bajado los arrestos en San Diego, estos han subido en Arizona y Texas.
El agente Eduardo Olmos señala la zona cerca del Océano Pacífico donde cada fin de semana se reúnen decenas de familias de inmigrantes.
Un agente fronterizo en cuatrimoto patrulla cerca de la playa de San Diego.
El agente fronterizo Saúl Rocha (derecha) conversa con uno de sus colegas en una zona restringida al público, cerca del mar de California.
Detrás de la valla fronteriza, sobre la cual le escribieron la frase “Dios ama a Estados Unidos”, una familia mexicana posa sonriente.
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Eduardo Olmos, agente fronterizo, camina en la franja que separa a Tijuana de San Diego a la que nadie sin autorización puede entrar.
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