Cuando el nombre es la marca: ¿puede Trump vender su apellido para evitar conflictos de interés en la Casa Blanca?

Para el presidente electo evitar conflictos de interés en la Casa Blanca no sería tan simple como dejar sus empresas en manos de sus hijos, tendría que, comercialmente hablando, quitarse el nombre.

Antonieta Cadiz
Por:
Antonieta Cádiz.
Donald Trump ha comprado negocios en el extranjero en años recientes
Donald Trump ha comprado negocios en el extranjero en años recientes
Imagen David Maris

Donald Trump en una marca comercial, su apellido al menos, y la presidencia no cambia eso. Bienes raíces, hoteles casinos, bebidas alcohólicas, la lista es larga.

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La marca Trump es todo esto y más, es Trump mismo, él es su marca, la persona que en enero de 2017 pondrá su mano en la biblia y jurará servir a Estados Unidos.

La Casa Blanca es una gran platea por naturaleza. La cobertura mediática está asegurada, las grandes cadenas, periódicos, radios y sitios web tienen corresponsales permanentes y ávidos de noticias. Las decisiones que salen del Salón Oval tienen un impacto local, nacional e internacional.

Así, por los siguientes cuatro años, los focos asociados a la Casa Blanca se concentrarán en el hombre que personifica la marca Trump sin que su dueño tenga que hacer el menor esfuerzo y en el proceso obtendrá los beneficios que trae la promoción de imagen..

Será la repetición a gran escala de lo que ocurrió en la campaña presidencial, donde el millonario obtuvo una cobertura gratuita que hizo casi obsoleta la necesidad de comprar publicidad.

El magnate ha prometido desvincularse de sus negocios -sin ofrecer todavía detalles sobre el cómo, de eso promete hablar el 15 de diciembre en rueda de prensa-, y enfocarse en la presidencia, pero ¿es eso realmente posible cuando sus negocios están centrados en su persona?

Conflicto de interés

Estrategas demócratas como Germán Trejo ven esto como un problema. “Trump no se puede disociar de su marca, aunque se desligue de sus negocios, sigue siendo él y sus intereses”.

“La mayoría de la marca Trump no está facturada en Estados Unidos. Es difícil que no utilice su posición para beneficiar su propia marca. Este anuncio de separarse de sus negocios parece una simulación de imagen, mientras mantiene una conexión directa o indirecta”, agregó.

Según la Revista Forbes la fortuna de Trump está avaluada en aproximadamente $3,7 mil millones de dólares con más de 500 empresas diferentes.

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Para Mario López presidente del conservador Hispanic Leadership Fund, lo importante es la transparencia, “si se guía por eso y por ejemplo, hace públicos sus impuestos, creo que sí es posible que él se desenvuelva como presidente. No es el primer mandatario que ha tenido negocios, pero sí es el primero a este nivel”, dijo.

Trump parece inclinarse por la opción de dejar sus negocios en manos de sus hijos, de hecho sus herederos ya tienen posiciones relevantes en su imperio. Sin embargo, estrategas como Trejo no ven una gran diferencia entre la dirección de Trump en los negocios y los miembros de su familia.

Sin duda Trump será el presidente más rico en la historia de Estados Unidos. Sus numerosos negocios tienen presencia en casi 20 países y a sólo metros de la Casa Blanca inauguró recientemente un hotel de lujo, que lleva su marca. Su estatus está generando preocupación por posibles conflictos de intereses, cuando asuma su mandato en enero.
Video Donald Trump dice que "puede manejar el país y sus negocios perfectamente" al mismo tiempo

“Es lo mismo, el conflicto de interés sigue ahí. ¿Crees que durante la presidencia hará algo que vaya en contra de los negocios que están manejando sus hijos? ¿Cómo vas a evitar que no existan consultas internas entre ellos o que Trump no use su posición como presidente para beneficiar las empresas?”, comentó Trejo.

Casado con su nombre

El senador demócrata de Maryland Ben Cardin presentó una resolución exigiendo que Trump entregue el control de sus negocios a una persona que no tenga relación directa con él. Pero incluso si el magnate tomara esta opción, no lo desliga tajantemente de los beneficios que genera su marca.

Es probable que la desvinculación de sus empresas anunciada por Trump, no se traduzca necesariamente en ceder los royalties asociados a su marca, sino sólo su dirección. En palabras simples implica que aunque el magnate no esté a la cabeza de sus negocios, eso no le impide continuar percibiendo ganancias a través de ellos, simplemente por ser el dueño de la marca.

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Ahora el sello Trump será sinónimo de Casa Blanca y de todo lo que se asocia con ese concepto: historia, poder, estilo e influencia. Eso sin lugar a dudas le dará impulso a la marca, aumentando probablemente los ingresos de todas las empresas y servicios asociados a ella.

Para desvincularse por completo de la marca Trump, el magnate tendría que venderla y ceder todos los derechos asociados a ella. Un cambio radical de la envergadura del realizado por los hermanos Richard y Maurice McDonald, quienes en 1961 vendieron el concepto de compañía y marca a Ray Kroc por escasos $2,7 millones.


Los efectos en la campaña

Cuando Trump comenzó su campaña presidencial varios analistas políticos mencionaron la teoría de que sólo se estaba postulando a la presidencia para reforzar su marca e incluso hacerse más atractivo para shows televisivos. Mas aún, se especuló con el inminente lanzamiento de un canal que se llamaría Trump TV.

En el casi año y medio en que Trump recorrió el país mantuvo a flote la campaña y sus negocios, conservando el liderazgo en la mayoría de ellos y dándose incluso el tiempo para inaugurar nuevos hoteles, como fue el caso de Washington DC.


De cierta forma fue su marca quien hizo campaña, sin embargo los efectos no fueron tan positivos como esperaban sus seguidores.

Según el reporte elaborado por Bloomberg en 2010 entre las personas que ganan más de $150,000 dólares al año, sólo un 5% de las marcas en general eran percibidas como más glamorosas que la de Trump, de acuerdo a BAV Consulting. Pero en 2016 la marca del magnate había caído cerca de un tercio en la lista.

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Luego de una campaña abrasiva y de la fuerte retórica que salió de la contienda presidencial, la marca Trump sufrió. Según un estudio de la compañía Foursquare enfocada en geolocalización asociada a turismo y entretenimiento, desde que el magnate anunció su candidatura en junio de 2015 hasta julio de 2016 las visitas a sus propiedades, incluyendo hoteles, casinos y clubes de golf disminuyó un 14%.

Especificamente en estados demócratas como Nueva York, Nueva Jersey, Illinois y Hawai, Forsquare mostró un descenso de un 20% en el número de visitas en comparación con 2015.

Además, algunos de los residentes de sus edificios en Nueva York pidieron sacar su nombre de los departamentos, en Toronto representantes locales exigieron sacar el nombre de Trump de un nuevo hotel.

Los llamados a boicot de su marca y la de su hija Ivanka Trump se han esparcido con fuerza por Estados Unidos. Incluso ahora está disponible un app creado por Democratic Coalition Against Trump liderada por demócratas que estuvieron vinculados a la campaña de Barack Obama.

El app muestra más de 250 empresas ligadas al magnate, donde se explica cómo están conectadas. Está específicamente diseñado para los consumidores que no quieran invertir su dinero en ellas.

El magnate ha prometido aclarar todas las dudas en una próxima conferencia de prensa; una en que su marca -él mismo- será el centro de las cámaras que llevarán su imagen al mundo entero.

En el último piso del edifico está la residencia de Donald Trump. Esta es una fotografía de archivo del magnate en una de las habitaciones de su pent house.
La Torre Trump fue diseñada por el arquitecto Der Scutt en 1982, y está ubicada en el 725 de la Quinta Avenida, entre las calles 56 y 57, en Midtown Manhattan, Nueva York.
En uno de los espacios de su residencia en la Torre Trump, el presidente electo recibe al Primer Ministro japonés Shinzo Abe, el jueves 17 de noviembre.
El departamento del presidente electo está decorado con detalles dorados, pisos de mármol y techos que muestran escenas mitológicas.
Desde la victoria de Donald Trump en las elecciones, todos los días pasan por la planta baja del edificio los personajes que ocuparán los más importantes cargos en el nuevo gabinete, como Jeff Sessions, recién nombrado Fiscal General. Este lugar se ha convertido en un punto central de los medios de comunicación del país.
En estos espacios de la residencia del presidente electo están ocurriendo las reuniones más importantes en la política estadounidense.
El frente del edificio ha sido el centro de las protestas contra el presidente electo que han ocurrido en Nueva York, luego de su victoria en la contienda electoral.
El departamento es actualmente el hogar de Donald Trump con su tercera esposa Melania y su hijo Barron, de 9 años. Sus otros hijos mayores también han sido fotografiados en el edificio luego de las elecciones, junto a políticos y empresarios que han visitado al magnate.
Un afiche del último libro escrito por Donald Trump, ‘Crippled America’ en la planta baja del edificio, en 2015.
Esta es una de las vistas del apartamento hacia la ciudad. La Torre Trump está ubicada en la 5ta avenida de Manhattan.
En el lobby del edificio hay varios negocios, entre ellos ‘Trump Bar’. Este fue un lugar de reunión de sus partidarios durante las elecciones del 8 de noviembre.
El vicepresidente electo, Mike Pence, ha visitado varias veces la residencia del magnate. Esta fotografía de Pence dentro del ascensor de la Torre Trump fue tomada el 11 de noviembre.
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En el último piso del edifico está la residencia de Donald Trump. Esta es una fotografía de archivo del magnate en una de las habitaciones de su pent house.
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