La senadora más longeva del Senado, la demócrata por California Diane Feisntein, está en el centro de esa discusión sobre la edad y la capacidad para ejercer un cargo de elección popular.
El debate de la 'gerontocracia' en EEUU: ¿cuándo se está “muy viejo” para hacer política?
Uno de los puntos de debate sobre las próximas elecciones presidenciales es si el seguro aspirante a la reelección, Joe Biden, no está disminuido física y mentalmente para mantener el cargo, una pregunta similar que se hacen otros en el caso de Donald Trump, tan solo 4 años menor.
Es un tema recurrente, pero que viene presentándose en la política estadounidense con mayor intensidad desde que el presidente Joe Biden y su predecesor Donald Trump se disputaron la Casa Blanca en 2020 y más ahora que lucen como los seguros candidatos a repetir el pulso electoral en 2024.
Incluso, la otra republicana que le disputa a Trump la nominación presidencial, Nikki Haley, propuso un “examen de suficiencia mental” al lanzar su candidatura, algo que se percibe como un misil contra el presidente Biden, de 80 años, pero también un ataque a Trump, de 76.
En el caso de Feintein, sus problemas de salud van más allá del debate ético sobre cómo abordar el declive intelectual que va aparejado con la edad.
Feinstein no ha votado en la Cámara Alta desde el 16 de febrero, ausentándose de los casi 82 votos realizados por el Senado en lo que va de año.
Sin Feinstein en el Capitolio, 10 candidatos del presidente Biden para jueces federales pueden quedarse atascados en el proceso de confirmación y se complican otras iniciativas que dependan de la exigua mayoría demócrata.
Feisntein, un reemplazo que los republicanos no harán (y con muchos gusto)
Este mes, Feinstein pidió ser reemplazada en el Comité Judicial por complicaciones de salud que padece desde marzo, cuando la hospitalizaran con un cuadro por herpes zóster.
Los temores sobre su capacidad cognitiva y la calidad de su memoria vienen desde hace algunos años. Su participación en las sesiones de confirmación del magistrado de la Corte Suprema, Brett Kavanaugh, y cómo mantuvo en secreto hasta última hora sin explicación demasiado convincente una carta en la que Christine Blasey Ford le aseguraba que el nominado había intentado violarla en una fiesta cuando ambos eran estudiantes universitarios.
Feinstein ha minimizado todas esas dudas sobre su competencia cognitiva: “Me reúno rutinariamente con líderes. No estoy aislada. Veo a la gente. Mi asistencia es buena. Trabajo muchas horas. Representamos a un estado gigante. Así que estoy intrigada con todo esto”, dijo Feinstein el año pasado a la junta editorial del diario San Francisco Chronicle.
Al menos dos congresistas de su propio partido han pedido públicamente en días recientes la renuncia inmediata de Feinstein, quien a los 89 años ejerce su quinto periodo.
“Es la hora de que @senFeinstein renuncie. Necesitamos poner al país por delante de la lealtad personal. Si bien es cierto que ella ha dedicado su vida al servicio público, es obvio que ya no puede desempeñar sus funciones”, escribió en Twitter el representante californiano Ro Khana.
Su colega por Minnesota Dean Phillips escribió en la misma red social que “es negligente ahora permanecer en el Senado y son negligentes quienes acceden a quedarse callados”.
Una resolución para reemplazar a Feinstein en el Comité Judicial necesita 60 votos para ser aprobada en el pleno. Los demócratas solo tienen 51 escaños y ya el líder de la minoría republicana, Mitch McConnell, advirtió esta semana que los “no ayudarán a apartar a una colega ausente temporalmente de un comité solamente para que los demócratas puedan imponer sus peores candidatos” a jueces.
Qué tanto hay de sexismo en el caso de Feinstein
Más allá de las conveniencias políticas coyunturales, desde ambos partidos han salido en su defensa quienes consideran que la presión para que renuncie se debe a su condición de mujer.
Feinstein fue la primera mujer, junto a Barbara Boxer, en representar a California en el Senado desde 1992, cuando el escándalo de Anita Hll ante un Senador 100% masculino motivó a muchas mujeres a meterse en política
Su colega republicana Susan Collins dijo que Feinstein ha recibido un trato distinto a los hombres en el Senado que han enfrentado problemas de salud o de memoria, como los republicanos Thad Cochran y Strom Thurmond, y el demócrata Robert Byrd.
La expresidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi coincide en que Feinstein es víctima de sexismo y dijo a una radio en California que “no sé cuáles agendas políticas operan para atacar a la senadora Feinstein de esta manera”.
Chuck Grassley, republicano de Iowa, quien tiene la misma edad de Feinstein y ha trabajado con ella durante tres décadas en el Comité Judicial, considera que la senadora californiana está siendo discriminada por su vejez y calificó como “antihumanas” las solicitudes para que renuncie.
La "prueba de capacidad" para políticos mayores de 75 años
“En los Estados Unidos que yo veo, el político permanente se jubilará finalmente”, dijo la exembajadora ante la ONU cuando lanzó su candidatura presidencial en febrero. “Tendremos un máximo de periodos en el Congreso. Y exámenes obligatorios de competencia mental para los políticos mayores de 75 años”.
Pero expertos médicos advierten que las facultades mentales de las personas decaen a edades distintas, por lo que una evaluación obligatoria probablemente no sea muy efectiva.
La doctora Tracey Gendron, presidenta del Departamento de Gerontología de Virginia Commonwealth University, dijo al diario The Hill que “envejecer no es una experiencia lineal, homogénea; no hay parámetros o expectativas para hacer comparaciones. Afirmaciones generales sobre usar la edad como barómetro de capacidad son peligrosas y equivocadas”.
¿Adios a la reelección indefinida?
Por lo pronto, Feinstein anunció que no buscará la reelección en 2024. Ella estaría entre los 16 senadores y 36 representantes con más de 75 años a los que afectaría una medida como la propuesta por Haley, quien a sus 51 años, es considerada una joven en los círculos políticos.
Haley propone crear periodos máximos a los legisladores, pero enfrenta a un obstáculo legal. Los senadores pueden reelegirse indefinidamente a periodos de seis años y los representantes a periodos de dos años.
La Corte Suprema decidió en 1995 que los estados no pueden imponer periodos máximos a sus delegaciones ante el Congreso federal. Pero
pueden actuar de manera conjunta para incluir un periodo máximo a los congresistas en una enmienda constitucional.
La organización US Term Limits, con sede en Washington, tiene como meta lograr que 34 estados, tal como estipula el artículo V de la Constitución, convoquen a una convención que evalúe agregar una enmienda para limitar los periodos de los congresistas.
De ser adoptada por una convención constitucional, la enmienda deberá ser ratificada por 38 estados, aunque, por el momento, no parece que exista el impulso político necesario para hacerla realidad.






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